- No llores que yo también lo haré. - murmura con una sonrisa.
- Ya no lo haré más. - digo limpiando ambas lágrimas de mis mejillas.
Empezamos a caminar hacia el parqueo del aeropuerto, llegamos al auto de Sharon y ponemos mis maletas en la cajuela y nos sentamos en nuestros respectivos asientos.
Mientras Sharon conduce murmuro:
- Debería de empezar a aprender a conducir.
- Obviamente, aparte gastas demasiado dinero en taxis y cuando vuelves del trabajo es demasiado tedioso tomar el metro. - murmura Sharon sin desviar su vista del camino.
- Tienes toda la razón, aparte llevo unos ahorros de años y creo que me da lo suficiente como para comprar un automóvil. - murmuro mientras miro tras la ventana.
- Te quedaría buenísimo, así ya puedes llegar y no tengo que estar pasando por ti. - dice riendo.
Río junto con ella y decido poner la radio.
A unos minutos de viaje, llegamos a mi edificio voy a la recepción y me dan todo lo que mi jefe me dejo, subo con las cajas de mis cosas y una maleta pequeña que guinda de mi antebrazo derecho mientras Sharon trae dos maletas mías. Abro la puerta de mi departamento y tome un poco de aire.
- Hogar dulce hogar. - murmuro con una sonrisa.
- Si si hogar dulce hogar, donde dejo tus maletas, parece que llevas piedras en vez de ropa. - dice Sharon en un tono grosero.
- En mi habitación. - murmuro entre risas.
La sigo para dejar las cajas junto a la maleta pequeña que llevo. Dejamos las cajas en el suelo y las maletas.
- ¿Pido una pizza?. - me pregunta Sharon mientras se sienta en mi cama.
- Me encantaría. - murmuro mientras muerdo uno de mis labios.
- ¿Peperonni?. - pregunta con una enorme sonrisa.
- Peperonni. - murmuro riendo.
En lo que Sharon ordena la pizza decido darme una ducha rápida, cuándo salgo del baño Sharon está viendo televisión en la sala de estadía de mi departamento entonces cierro la puerta de mi habitación para vestirme, me pongo unos jeans azules, los cuales antes de ir a Argentina me quedaban grandes y ahora apenas lo hacían, unos zapatos cafés claros y una sudadera beige. Volví a hacer mi trenza y salí de mi habitación.
Apenas salí me senté en el sofá junto a Sharon, la cuál veía en Netflix una película de Adam Sandler con Jennifer Aniston.
Me llaman de ma recepción que la pizza está abajo y les pido que el repartidor suba, a unos minutos tocan la puerta y decido abrir. Para mi sorpresa no es un repartidor de pizza común es Mike.
Lo abrazo rápidamente ya que no quiero problemas con Sharon.
- ¿Y el repartidor?. - murmuro viendo detrás de Mike.
- Cuando venía lo vi entonces le pague y subí con la pizza. - dice riendo entre dientes.
- Ya veo, pasa. - murmuro tomando las pizza y la Coca Cola.
Mike cierra la puerta y se acerca a Sharon dejando un beso en los labios de ella y se sienta a su lado.
Pongo la caja de pizza en la mesa pequeña de vidrio que tengo frente al televisor, y sirvo la Coca Cola, dejo los vasos en la misma mesa y me siento como indio en otro sofá individual.
- Jane, ¿has subido de peso?. - murmura Mike hacia mi.
Sharon lo fulmina con la mirada y me dice:
- No le hagas caso, te sigues viendo igual de bonita.
- Si también lo e notado pero en estos momentos no le e dado mucha importancia. - murmuro tomando un trozo de pizza.
- Lo siento si te hice incomodar. - dice Mike.
- No importa, se que e aumentado. - digo dando un mordisco a mi pizza.
- Cuéntanos sobre tu viaje mejor. - murmura Sharon tomando un trago a su Coca Cola.
***
- Este auto siento que es lo que usted me describe. - murmura el vendedor de autos.
Después de ver esos autos que no me gustaron para nada este me encanta, es pequeño, pero por dentro espacioso, y es de color rojo.
No se porque pero desde que era niña me prometí que si tenía un auto sería rojo.
- Este auto tiene que ser mío. - murmuro admirando.
- De acuerdo vamos a hacer los trámites. - murmura el vendedor con una sonrisa en su rostro.
Luego de hacer todos esos trámites llamo a Sharon para que venga por mi y empecemos con mis clases de conducir.
- Ya vienes. - murmuro a través del teléfono.
- Si, recuerda que voy con Katty. - dice Sharon.
Katty es mi amiga que cree que toda su vida estará en los 20's, y la causante de que terminará totalmente ebria la vez que casi tengo relaciones sexuales con Mike.
- De acuerdo. - digo finalizando la llamada.
Espero unos quince minutos y llegan ambas.
Las saludó con abrazo a Katty y a Sharon.
- Me encanta como se te ve el cabello negro. - murmuro hacia Katty.
- Gracias ya el rubio me aburría. - dice riendo entre dientes.
- A ver, empecemos con esas clases. - murmura Sharon caminando hacia mi auto.
Katty y yo le seguimos el paso, abro el auto, me siento en el asiento del conductor, Sharon en el del copiloto y Katty en la parte de atrás.
- ¿Con que empiezas?. - murmura Sharon.
- Encendiendo el auto, ¿no?. - murmuro.
Ambas asienten y enciendo el auto, Sharon me da indicaciones de como manejar y Katty solo me dice: Fíjate.
Me encuentro nerviosa cuándo nos topamos con el desastre de tráfico de New York, al ver tantos autos hace que quiera colapsar y señal de eso son mis manos mojadas de sudor.
- Avanza ya está en verde. - me grita Katty.
Sharon me mira con una cara que hace que me ponga nerviosa y sólo mueva mis pies al azar lo cual hace que avancemos tan rápidamente hasta que le diera a un automóvil.
La bolsa de aire se activa y cuando logró poder decir algo, murmuro:
- ¿Están bien?
- Maldita sea, Jane. - murmura Sharon mientras toma su cabeza.
Katty solo dice palabras obscenas, veo donde se dirige hacia nosotras el hombre del automóvil que golpee y los demás autos suenan sus bocinas.
Me recuesto en mi asiento y pongo ambas manos sobre mis ojos y en mi cabeza solo me repito: Estúpida.
Veo como un tipo moreno, alto, de ojos castaños y cabello rizado toca mi ventanilla.
Lo miro y decido abrir la ventana.
- Has golpeado mi auto, sal de tu automóvil y mira ambos golpes. - murmura.
No digo absolutamente nada, sólo asiento levemente con mi cabeza y salgo del auto siguiendo al tipo moreno.
- Mira esta porquería. - murmura tomando su corto cabello.
- De verdad lo lamento, estoy aprendiendo a conducir y acabo de comprar mi auto, y hoy fue mi primera práctica. Lo que menos hubiera querido es hacerle eso a tu auto. - murmuro.
- No es tanto eso, es el dinero que tendré que pagar por tu culpa. Y mi esposa me matará. Sabes, tengo una familia que mantener y mi economía ahorita no está para reparar mi automóvil. - murmura mientras cruza sus brazos y camina de una lado a otro.
Nunca me había dado tanto pesar un hombre, se veía la lucha interna que tenía con sigo mismo, lo preocupado que estaba y todo era mi culpa.
Así que lo mínimo que podía hacer era ayudarlo. Me acerqué apenas un poco y murmure:
- Puedo pagar el arreglo del golpe, en fin fui yo la que ocasione el daño.
- ¿Me hablas en serio?. - me pregunta asombrado.
Asiento con mi cabeza y el me da un ligero abrazo, mientras no deja de decir "Gracias" y yo sólo asiento un par de veces.
Me dirigo hacia mi automóvil para tomar mi cartera y celular, desbloqueo mi celular pero no evitó mirar que tengo unos mensajes de Manon y llamadas perdidas de Valentina, los ignoro y me dirijo hacia notas para anotar la cuenta bancaria del tipo, le doy una parte en efectivo pero antes de dársela le digo:
- Tengo una condición.
-¿Cual?. - murmura algo tenso.
- No podrás ninguna demanda o algo por el estilo. - murmuro mirándolo fijamente.
Asiente varias veces con la cabeza y le entregó el dinero en su mano y le pido que luego me mando un mensaje cuando ya cotizó lo del arreglo.
Me despido y me siento en el asiento del conductor.
- ¿Que carajos a sucedido?. - pregunta Katty.
- El tipo tiene una difícil situación económica y no puede pagar el arreglo entonces quedamos en que el no decía nada y yo pagaba el arreglo. - murmuro mientras guardo mi celular y mi cartera en mi bolso negro.
Katty y Sharon solo asienten y seguimos con las clases pero en estos momentos nos dirigimos a dejar a Katty en su casa, y dejo a Sharon en la suya luego. Ya que no vivimos largo logró llegar sola y estacionarme apenas bien en el parqueo del edificio.
Me dirigo hacia mi departamento, decido ponerme cómoda, me pongo un camisón celeste y mi cabello lo ató en una coleta baja.
Voy hacia la cocina para hacerme un té y luego me tiro al sofá.
Mientras sólo estaba recostada miles de imágenes de Nicolás me pasaban por la cabeza junto a un dolor en mi pecho que hizo un par de lágrimas bajarán por mis mejillas pero decidí seguir llorando por que recordé una frase que mi madre siempre solía decirme en medio de sus locuras pero era la mejor frase, " Llora, siempre que quieras llora, porque sino te ahogas."
Y puedo decir que me estaba ahogando, porque durante un largo rato solo lloré.
Siento un dolor incómodo en mi espalda que me jace despertar y noto que me quedé dormida en el sofá, me levanto y camino hacia mi habitación, ya que tengo que recuperar el sueño tomo mi celular y me recuesto en la cama y noto más llamadas de Valentina y Manon.
Miro el reloj y son las dos de la madrugada lo que significa que allá son las cuatro, tal vez logré que me respondan.
Marque a Valentina un par de veces igual a Manon, a la tercera que le marque a Manon contesto.
-Hola, porque tantas llamadas. - murmuro a través del teléfono.
- Jane, gracias a Dios que llamas, tenemos noticias.
- ¿Como cuáles?. - murmuro.
- Una buena y otra mala, cual prefieres primero. - murmura Manon.
No sabía ni que responder a eso,pero había escuchado que era mejor escuchar la mala primero para que no te arruine la buena entonces eso decidí hacer.
- Bueno la mala es que Nicolás lo busco la familia de Isabella y descubrieron que está muerta y su hijo igual, Nicolás pregunta por ti pero nosotros estamos confundidos porque no acepta la muerte de Isabella pero te quiere. ¿Le decimos donde estas?. - murmura Manon.
Empiezo a llorar al escuchar eso pero decido limpiar las lágrimas y decir:
- Si el no supera lo de Isabella, yo no quiero saber nada de él y que el tampoco sepa nada de mi.
- De acuerdo, y la buena sería que a Antonio se le hizo un juicio estara preso 3 años por falta de pruebas pero luego tendrá que ir al psiquiátrico. - murmura Manon.
Mis oídos no pueden creer lo que ha dicho Manon, pero me alegra.
-Bueno Jane, luego hablamos quiero dormir. -murmura Manon en un bostezo.
- Descansa. - murmuro finalizando la llamada.
Dejo mi celular en la mesa de noche, y me acuesto en mi cama y decido dormir.
***
-¿Como han sido tus vacaciones?. - me pregunta mi jefe.
- Las disfrute. - murmure.
- Me alegro, pero ahora necesito a mi editora estrella, haciendo de las suyas. - murmura mientras me toma por los hombros y me guía hacia la ventana de su oficina.
- Aja. - murmuro mirándolo de forma extraña.
- Quiero que la próxima reviste no sólo capte la moda del momento, sino la moda en New York, como se visten las mujeres de New York. - murmura mientras extiende sus manos a la ventana.
- Déjeme entender, ¿que no sea la moda excéntrica de la que siempre se ve en nuestras revistas?. - murmuro hacia el.
- Exactamente, que siga siendo moda, pero no esas excentricidades, que menos sea más. - me dice mirándome.
-¿No crees que es algo arriesgado?. - murmuro.
- Sí, pero siento que tendrá frutos hacer algo diferente. - me dice mientras toma un trago de su café.
- Me gusta la idea, y será fácil trabajar en ella. - murmuro sonriendo.
- Si lo logras, tendrás un aumento. - me murmura.
Asiento con mi cabeza y salgo de la oficina, era un reto porque ya saben las revistas siempre ponen modelos que son muy delgadas, caras de muñecas y esto serían mujeres comunes aunque fuera difícil sabía que lo podría lograr.
- Si señorita. - me pregunta Candice entrando a mi oficina.
- Necesito que hagas una junta para hablar con todos, poder apurarme a editar y organizar la revista. - Le murmuro a mi asistente.
- Si señorita, ¿algo más?. -Me dice mientras espera en el marco de la puerta.
- Que me llames por mi nombre. - murmuro sonriendo.
De repente me encuentro corriendo hacia el metro y me doy cuenta que se acaba de ir, pateo una botella que está tirada en el suelo y luego me siento en una banca a esperar el próximo. Mientras espero decido revisar mi Facebook, luego de esperar un buen rato pienso en Sharon, a la cuál decido llamar luego de marcar unas cuántas veces me doy por vencida y decido tomar un taxi.
Doy el dinero al taxista y el murmura:
-Thanks. - y me da el dinero restante.
- Espera eres el hombre moreno que le golpee el automóvil ayer. - murmuro.
- Señorita ni tan siquiera note que era usted. - murmura sonriendo.
- ¿Y tu automóvil? ¿en cuanto salio el mecánico?. - preguntó.
- Este es un segundo trabajo, y hoy mi esposa le pasaría toda esa información. - murmura.
- Que difícil tener dos trabajos, por cierto, ¿cual es tu nombre?. - le pregunto.
- Todo sea por tener una economía estable, y me llamo Héctor. Por cierto tome esta tarjeta mia por si necesita que la lleve a algún lugar después de las cuatro de la tarde. - me murmura mientras me da su tarjeta.
- Sabes algo Héctor, necesito a alguien que me ayude con clases de manejo, y te pagaré por hora. - murmuro.
- Será un gusto. - dice con una enorme sonrisa.
- Te llamaré este fin de semana para que me ayudes. Hasta pronto. - murmuro bajando del taxi.
- Hasta luego. - dice mientras avanza el taxi.
Subo a mi departamento, dejo mi bolso en la mesa de la cocina y decido llamar a los de la comida china ya que no tengo deseos de cocinar.
Llega mi comida pago al repartidor, me cambio a una pijama y me dirijo hacia la mesa con mi laptop en manos, la enciendo y colocó la comida sobre la mesa. Reviso mi correo electrónico y me doy cuenta que hay un mensaje de Nicolás.
Multimedia: Foto de Katty.
¡Espero les este gustando!
Actualizaré pronto, ya estoy trabajando en el próximo capítulo.