Capítulo Veinticuatro.

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Cuándo logró dejar de llorar tomo ambas fotografías y las pongo en mi bolso, junto a mi cartera y celular. Tomó las llaves de Nicolás, cierro la casa y las dejo en el lugar que me indicó. Salgó a tomar un taxi noto como el taxista me mira ya que lloró desconsoladamente, me bajo en el centro y me siento en una banca que daba vista a la playa pongo mis lentes de sol y limpió las pocas lágrimas que caen por mis mejillas.

- ¿Jane te sucede algo?. - murmura Antonio.

Asiento con mi cabeza y respiró.
Veo como rápidamente la pequeña bolsa que lleva la pone en su bolsillo.

-¿Que andabas comprando?. - preguntó para evitar que me diga "que me pasa".

- No es nada, algo para la tos, es para Julieta está enferma. - murmura sentándose a la par mía.

Asiento con mi cabeza.

-¿Y porque no estas trabajando?. - preguntó.

- Los hornos están en reparación y lo que más vendemos es repostería. -murmura. - ¿Estabas llorando?. -pregunta.

- Si es que a mi amiga de Estados Unidos tuvo un accidente y el que yo no pudiera acompañarle me hace sentir en verdad mal. - murmure mintiendo de nuevo.

- Ya veo,¿te parece si te invito a un café?. - pregunta. - Estoy sólo en la cafetería y es algo aburrido. - murmura.

Asiento con mi cabeza, caminamos alrededor de una cuadra mientras íbamos conversando, cuando llegamos mientras Antonio tenía una pequeña lucha con la cerradura decidí escribirle a Valentina un texto que decía:

¿Siempre a las dos para el almuerzo? Te acompaño porque me encontré a Antonio y estamos tomando café, así que me escribes para ver donde nos vemos.

Besos.

Mi celular me indica que no tiene batería al mismo momento que Antonio me da el permiso de pasar escuchó como cierra la puerta tras nosotros pero no me preocupa.

-¿Tienes un cargador que me prestes?. - murmuro preguntando.

- Sí vamos a la cocina allí está. - me dice dirigiéndose hacia la cocina.

Lo sigo, conectamos mi celular y nos sentamos en una mesa que tiene en la cocina.

-¿Que deseas tomar?. - me pregunta.

- Un té estaría bien, gracias. - murmuro sonriendo.

Espero alrededor de unos quince minutos y me extraña que dure tanto apenas me voy a dirigir a mi celular escucho a Antonio venir y vuelvo a tomar asiento.

- Servido. -murmura.

Sonrió y tomo un sorbo del té, veo como Antonio me habla pero no logró poder prestarle atención, comienzo a mirar todo negro y intento levantarme pero al parecer me desvanezco.










¡Ay dios! ¿Que ha... - murmuro mirandome. -¿Maldita sea porque estoy atada una silla?. - gritó.

- Dulzura despertaste. - murmura Antonio intentando reírse de Nicolás.

Lo fulmino con la mirada.

-¿Como me has hecho esto?. - murmuro.

- Cuándo me viste venía de comprar esa droga que estaba en tu té, tenía esto planeado cerca del miércoles pero que importa si se adelantaba, ¿No?. - me dice acercándose.

-¿Porque me haces esto?. - murmuro mientras miles de lágrimas salen de mis ojos.

- Porque no soporto la maldita y idea de verte con alguien más y menos con alguien de mi familia, eres mía, siempre lo has ido. Mira que después de mi ni tan siquiera lograste hacer una vida. Me amas Jane, aún me amas, y yo a ti. - murmura tocando mi rostro.

A mi Querido Profesor.Where stories live. Discover now