Capítulo Veintinueve.

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Pov Nicolás.

Salgo de un bar, y noto como sale el sol. En verdad sigo sin creer que haya tomado toda la noche.
Me detengo en la acera y detengo un taxi, logró darle mi dirección, y pago con un billete y no le pido el vuelto al conductor.
Mareado logró llegar hasta la puerta de mi casa, la abró y luego la cierro tras de mí.

Camino hasta mi habitación y me dejo caer en mi cama.






- Maldita sea contigo Nicolás. - murmura mi padre.

- ¿Como has hecho para entrar a mi casa?. - murmuro frontando mis ojos.

- Encontré donde guardas las llaves de repuesto. - dice enojado.

Les puedo asegurar que mi padre es muy amable y es el agradable Danilo que todo mundo adora, pero enojado sin duda es mejor no conocerlo.

Ya que veo lo enojado que está decido no responder así como un adolescente de quince años.

- Desde que esa mujer esa fue de tu vida, has hecho de tu vida una estupidez. Apenas trabajas, pasas bebiendo alcohol, tu casa luce del asco, hasta tu luces del asco. Ni pareces mi hijo, el hombre que yo crié. - dice mirándome.

Sigo sin poder decir nada a las palabras de mi padre, se que tenía mucha razón, desde que Jane y yo discutimos en verdad me sentia mal, y el saber que Isabella había muerto y había dejado una carta para mi también me hizo sentir muy mal y hasta ya no hablarle a mi hermana ni ver a mi familia durante todo este mes provocaba un gran desequilibrio emocional para mí. Y supongo que mi solución era el alcohol.

- No eres el único que tiene problemas, piensa eso y sigue adelante. - murmura mi padre antes de salir de mi habitación y por lo que escucho también sale de mi casa.

Decido levantarme de mi cama y cuando camino hacia la cocina se me viene una imagen de cuando Jane me estaba preparando el desayuno.

Maldita sea esa mujer me estaba volviendo loco, recuerdo su cabello castaño lacio y brillante, su piel blanca y suave y ni que decir de su cuerpo, tiene un cuerpo de muerte.

***
Ya que no quiero estar en mi casa y se me vienen a la mente tantos recuerdos de Jane, decido desayunar a fuera, decido caminar por el centro de la ciudad, veo la cafetería de mi hermanastro el cuál no quiero ni ver así que sigo directo pensando en donde voy a desayunar.

- ¿Nicolás?. - murmura una voz detrás de mi, femenina y se me hace peculiar.

- Hola Julieta. - murmuro dandome la vuelta para hablarle de frente.
Me llevo la sorpresa de verla con una barriga que definitivamente no es de sobre peso si no de embarazo.

- Hace mucho no se nada de ti, ni en la casa de tu padre te e vuelto a ver. - murmura.

Sólo asiento con mi cabeza, ya que sigo impresionado con ver a Julieta embarazada y más saber que sigo yendo a la casa de mi padre, pensé que se separaria de Antonio luego de saber lo de él y Jane.

-¿Cuánto tienes en cinta?.- murmuro.

- Cuatro meses y dos semanas. - responde tocando su vientre.

- ¿Y como has estado tu y el bebé?. - murmuro preguntando.

- Bien ha sido un embarazo tranquilo. - me responde con una sonrisa.

***

Llegó a mi casa y me siento en el sofá, de nuevo vienen imágenes de Jane a mi cabeza. Pensé que luego de Isabella no me volvería a enamorar ya que fue una ruptura muy dolorosa más saber que ella en su lecho de muerte decidió escribirme una carta la cual decía:

Hola Nicolás.

Se que es muy probable que no quieras saber nada mí, se que fue una gran falta de desconsideración de mi parte irme como lo hice, pero lo cierto es que no estamos destinados a estar juntos.
Se que tu familia piensa que soy una pobre y lo soy por eso trabajaba como prostituta, porque siempre quise dinero pero tu no eras la manera para obtenerlo eso lo entendí a pasar el tiempo y por eso me fui.

Espero que encuentres esa mujer, que sepa amarte, que día con día a enamore de ti, esa con la que puedas hacer tu vida, tu familia. Porque lastimosamente esa mujer no era yo.

Te deseo lo mejor y gracias por estar a mi lado siempre.

Con cariño Isabella.

Recuerdo como un par de lágrimas bajaron cuando leí esa carta, y recordé las palabras de Isabella las cuales fueron "Espero encuentres esa mujer" sentí que esa mujer era Jane, y le escribí un correo electrónico del cual nunca tuve respuesta así que decidí al día siguiente volver a escribirle y así ha sido desde ese día, cada día le dejo un correo electrónico a Jane, con frases de escritores distintos esperando algún día lograr recibir respuesta.

Y como de costumbre a las nueve de la noche encendí mi laptop, y escribí para ella:

La verdad no había creído mucho en el tema de las vidas pasadas hasta conocerte, negar la afinidad que teníamos el uno por el otro era querer tapar el sol con un dedo, a simple vista lo veíamos.
Ambos los sentimos pero ninguno lo dijo, sorprendía la facilidad con la que hablábamos y lo rápido que conectamos, esto no pasaba muchas veces en la vida o tal vez no pasaba, lo cierto era, que lo disfrutaba, disfrutaba estar con ella; aún en su ausencia me bastaba con imaginarla allí junto a mi, como si fuese capaz de lograr cualquier cosa teniendola a mi lado. Me preguntó si realmente está pasando y si era así ¿Como era que me había perdido de alguien como ella en lo que llevaba de vida?.

Y le Di click en el botón de enviar.
Luego tome una copa de vino y decidí ir a dormir ya que al día siguiente me tocaba un día duro de trabajo.

Multimedia: Foto de Nicolás.

Aqui esta una pequeña parte de la versión de Nicolás, comenten si les gusta ver el lado de Nicolás.

Próximo capítulo el martes sin falta. :)

A mi Querido Profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora