Con un suspiro, Harry entra en Nerice, nadando despacio, pensando que está en serios problemas, ¿qué tantos inconvenientes pueden ocasionarle cinco minutos de retraso adicional? Decide no pensar en la inminente reprimenda que está a punto de recibir, y se distrae con todo el escándalo proveniente de ciudad Nerice. Hay muchos habitantes marinos fuera de sus casas, vendiendo, comprando y socializando. Comerciantes cerrando sus locales y tiendas, ya que ha caído la noche, mientras otros siguen intentando vender desesperadamente todo lo que puedan lograr.
Muchos tritones adultos saludan al príncipe con un, -buenas noches, su majestad- o --hola, príncipe Harry- a medida que él nada hacia el enorme castillo que él llama hogar. Harry todavía se siente un poco raro cuando la gente lo saluda de manera tan educada. Sí, él pertenece a la realeza, pero aún así se siente raro cuando las personas mayores son súper respetuosas y cautelosas en torno a él.
Toma dos largas respiraciones cuando llega a las grandes puertas de la sala del trono, se queda flotando allí, aferrándose a las manijas, hasta que decide ser valiente y no seguir escondido por más tiempo. Muy lentamente, abre las puertas de la sala, sólo para ser bombardeado inmediatamente con preguntas airadas de su padre.
—¡¿En qué parte del océano de Poseidón te has metido, Harry?! ¡Tu madre ha estado muy preocupada por ti! —La voz furiosa de su padre hace eco por toda la habitación vacía—. Te dije específicamente que estuvieras aquí antes de la puesta del sol. ¡Tienes ocho años, por el amor de Poseidón! Es demasiado peligroso que te vayas con Ed lejos de la señorita Teasdale.
—Padre, ya no soy un bebé. —La voz infantil pero muy severa de Harry rebota a través de la gran sala—. ¡Quiero explorar el océano y lo que está por encima de él, al igual que algunos lo hacen en las escrituras que he leído! —Cruzando sus brazos, continúa de manera quejumbrosa— ¡Y no hay manera de que pueda hacer eso cuando tú le pides a Lou que me vigile todo el tiempo como si fuera un bebé inútil!
—¡Basta! —Su padre ruge mientras sus ojos cambian de su marrón cálido habitual a un color amarillo brillante fluorescente—. No me dejaré hablar de esa manera tan irrespetuosa, especialmente por mi hijo. Yo soy tu rey, y lo más importante, soy tu padre, por lo que me deberás mostrar un poco de respeto. —Su padre hierve mientras se apodera de su tridente y lo golpea contra el suelo de piedra caliza debajo de él, con un ruido sordo.
Harry se encoge e inmediatamente baja la cabeza en sumisión. Su padre es un rey digno que no debe ser burlado. Sintiéndose diminuto bajo la mirada climatizada del rey, Harry retrocede un poco, asustado. Su padre nunca ha estado tan enojado con él, ni siquiera aquella vez cuando Harry se escapó sigilosamente del castillo y nadó hasta la casa de Ed a altas horas de la mañana cuando apenas tenía cinco años lo reprendió tan fuerte como ahora. Queriendo desaparecer más que nada, se sorbe los mocos un poco y no puede evitar temblar ante la actitud furiosa de su padre.
Si tan sólo él hubiera escuchado a Ed cuando le advirtió sobre estar fuera de casa pasado el atardecer. No Harry, tú hiciste lo correcto, él te necesitaba, Harry no puede dejar de repetirse a sí mismo. Su padre tiene razón, sin embargo. Harry debe dar el ejemplo y comportarse. ¿Acaso los Dioses le están queriendo decir que ya es un desastre como futuro rey? No, él lo ha hecho muy bien por su cuenta. Lo mejor que puede hacer ahora es pedir disculpas y aceptar el castigo.
—P-perdóname, padre. —Masculla Harry, sintiendo vergüenza y decepción ante la idea de ser la causa de la ira de su padre. No se atreve a levantar la mirada por miedo a ver la misma decepción en sus ojos. En lugar de eso, se centra en la cola de color verde oscuro de su padre, y el color de sus escamas brillantes.
Con un suspiro, rendido, el rey deja su tridente en su reposadera y se desliza hacia Harry, envolviéndolo en un abrazo fuerte y cálido, tomándolo por sorpresa.
—Hijo mío, ¿qué te ha estado pasando durante estos últimos días? —Pregunta el rey—. Has estado actuando muy extraño, tu madre y yo estamos empezando a preocuparnos. Debes entender que aún eres muy joven. Las reglas que impuse para ti y para nuestra gente están ahí para mantenerte a salvo, no para encadenarte. —Dice su padre suavemente, ahuecando el rostro de Harry, haciendo que el chico levante la vista hacia él-— No debes volver a preocuparnos a tu madre y a mí de ésta manera. Una vez que madures vas a tener la libertad de salir cuando quieras, pero por ahora debes cumplir mis reglas. —Dice con severidad, mientras empuja su cabello hacia atrás con su gran mano carnosa. Lo dice tan severo que no hay manera de discutir.
Echándole un vistazo a su padre, Harry nota que las chispas de color amarillo siguen nadando en sus cálidos ojos marrones, de su molestia anterior. Los ojos de su padre muestran tanto poder y sabiduría, Harry sólo desea llegar a ser un buen gobernante algún día, como lo es el poderoso Desmond Styles, rey de todos los mares.
—Está bien, pa...
—No, no quiero escuchar más promesas o más excusas de tu parte. —El rey interrumpe rápidamente—. Quiero que vayas a la habitación de tu madre para que puedas pedirle perdón por tu comportamiento, y para hacerle saber que te encuentras sano y salvo. Después quiero que te vayas directamente a tu habitación. Estás castigado hasta nuevo aviso. ¿Ha quedado claro, Harry?
—Sí, padre.
—Muy bien, ahora ve, hijo mío.
Harry nada hacia la puerta, y justo cuando está a punto de salir, la voz de su padre lo detiene.
—Ah, y Harry, por el amor de Poseidón, no arrastres a tus amigos en tus planes. Y para la próxima vez, envía a otra persona para cubrir o mentir por ti, aparte de Ed. Casi se desmaya cuando empecé a preguntarle sobre tu paradero, y no pudo responder algo coherente, supongo que no es muy competente bajo presión. —Su padre se ríe. Harry le da una sonrisa temblorosa antes de dirigirse a la habitación de su madre, cerrando la puerta detrás de él.
Quince minutos después, Harry finalmente llega a su dormitorio. Su madre le había gritado por unos diez minutos, acerca de lo irresponsable que había sido al escaparse de Lou, y hacer mentir a Ed para que él pudiera regresar después del toque de queda. Una vez que terminó de reprocharle, ella lo envolvió en un abrazo súper apretado, dejando besos por toda su cara, susurrando lo contenta que estaba de que él haya regresado a casa sano y salvo.
Apoyando su espalda contra la puerta de coral, Harry gime ruidosamente ante los acontecimientos del día. Se las arregló para conseguir un castigo hasta Poseidón sabe cuándo, y para colmo no había logrado nada con la arpía.
Harry se frota las manos por la cara sintiéndose derrotado y mira directamente hacia donde su enorme cama de concha de almeja se encuentra. Luce tan provocativa que no puede desperdiciar un segundo más e inmediatamente salta sobre su cama, hecha de las más suaves esponjas del mar, y algas marinas. Él está completamente agotado por los acontecimientos del día.
Mira hacia el techo, sólo para observar las luces bonitas y coloridas que el plancton nadando a su alrededor emite. Una mezcla de azules y verdes iluminan su habitación, creando un ambiente tranquilo y relajante. Azul, como los ojos de la arpía bonita, y Poseidón, era una belleza. Aunque su cara estaba manchada y sucia por el llanto, y no importa que Harry apenas haya tenido un corto vistazo de él, de alguna manera sabe que el azul tormenta de sus ojos podría dejar a todo el cielo y al océano en vergüenza. Él sólo desea que pudiera haber visto al niño con una expresión feliz. Tantos pensamientos pasan por la mente de Harry cuando piensa en la arpía. El pequeño príncipe no puede deshacerse de la sensación, como si lo conociera desde antes, pero eso es imposible. Él nunca había conocido a una arpía en su vida. Seguro que ha oído hablar de ellos, y de lo terrible que pueden llegar a ser, pero nunca ha hablado con uno hasta el día de hoy. No es como si hubieras creado una conversión, su subconsciente contraataca.
Harry no puede apartar el horrible sentimiento de culpa que lo invade. Él se siente culpable por estar en una cama segura y suave, mientras que la arpía probable está muriendo de hambre, herido, y asustado. El punto es que Harry trató de ayudarlo, no debería pesar tanto en su conciencia, pero lo está.
Con un suspiro cansado, él cierra los ojos. Azul, todo lo que ve es azul mientras el príncipe finalmente cae en un sueño profundo.
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Holiss ❤❤ aquí les dejo este lindo capítulo, espero que les haya gustado. Trataré de subir más seguido.
Dedicado a: Misspxrfxctlxcrazy18
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