— ¡Joder! — grité respingándome.
Me giré con un mohín esperando encontrarme con el responsable, pero tuve que entornar mi mirada para tratar de descifrar la cara de la silueta que me habló. Estaba mojándose en la lluvia y cuando dio unos pasos en mi dirección se refugió debajo del techo. El pelo rubio estaba pegándosele en la frente y de momento el corazón me dio un salto...
No podía ser...
Se rió entre dientes — Me gusta esa parte...
Siguió dirigiéndose a pasos cortos en mi dirección hasta que salió del lado tenue y en donde no alcanzaba la luz y pude ver su rostro. Suspiré dejando caer toda la tensión de mi cuerpo.
— No vuelvas a hacer eso.
— ¿Te molestó? — preguntó burlándose.
— Me asustaste, geni... — me corté mirándolo de reojo.
— ¿Por qué sigues aquí todavía? — preguntó cruzándose de brazos — ¿Éstas a patas otra vez?
— No — contesté fingiendo despreocupación — ¿Quién dijo eso?
— ¿Y qué estás esperando entonces?
Me encogí de hombros y desvíe mi mirada esperando que no se notara demasiado lo mucho que estaba divagando. — Que pase la lluvia.
Pero no estaba convenciéndolo. Luke me miró entornando sus ojos esperando a que le soltara la verdad -cosa que no iba a hacer.- Cuando realizó que no iba hacerlo -por mi mirada de obviedad- se rió entre dientes y se pasó las manos por el pelo mojado para peinarlo hacía atrás dejándose la frente al descubierto.
— Bueno... — soltó una bocanada de aire — Creo que lo menos que tengo es cara de estúpido, ¿no lo crees, Dylan? — me tensé cuando comenzó a presionarme con su mirada — ¿Quién te dejó a patas?
Tragué saliva rehusándome a darle lo que quería. Me estaba dando mala espina desde que asistí su mesa. ¿Qué coño se le había perdido ahora?
— Nadie
— Entonces, ¿en dónde dejaste tu auto? ¿En la autopista? — enarcó una ceja burlándose de mí — Vamos, Dylan... Puedo llevarte a tu casa.
Solté un suspiro. Realmente no me quedaba de otra más que aceptar a Luke. Sino, ¿qué haría? ¿Quedarme a recibir la mañana? Quería platearme en la cabeza que era Exton el que iba a dejarme en casa para sentirme segura, pero eso era absurdo porque las diferencias sobraban. ¡No era Exton...sino, Luke! Y eso me inquietaba como el diablo. Algo no dejaba que me fiara con los ojos cerrados...
— ¿Vamos? — Luke preguntó ofreciéndome su chaqueta para cubrirme de la lluvia.
Y qué jodienda... ¿Por qué lo único que hacía mi cabeza era recordarme a Exton?
Me la pasé por la cabeza antes de emprender la carrera hasta su auto. Luke tenía una camioneta de dos puertas color negro. Pisé un escalón para subirme y cerré la puerta. Me saqué la chaqueta empapada para frotarme los brazos antes de que comenzara a tiritar. Luke se subió con rapidez pero no se quejó de estar chorreando y mojar su asiento de piloto, en cambio yo que con una gotita ya estaba llorando del frío.
— ¿No estás muriéndote del frío? — pregunté arrugándome la cara.
Luke negó con su cabeza haciendo un puchero, como si la situación fuera normal y yo fuera la loca con frío. — ¿Tú estás muriéndote? — preguntó mirándome usar la misma chaqueta mojada para tratar de cubrirme el cuerpo — Eso no servirá...
Se estiró hacia atrás en donde tenía un pequeño vagón para guardar chucherías y sacó otra jodida chaqueta negra y seca. Se me arrugó la cara en un mohín porque todos éstos jodidos maricas rubios tenían las mismas costumbres de guardar ropa seca y negra -en especial, chaquetas.-
— Me cago en los Scott y sus manías... — murmuré pero para mi suerte, Luke alcanzó a escucharme.
Luke frunció su ceño esbozándose una sonrisa confundida. — ¿Por qué cojones?
— ¿Por qué no me dejas preguntar lo mismo? — rematé — ¿Por qué cojones todos los Scott guardan ropa negra y limpia en sus autos? ¿Nunca regresan a sus casas? — bufé — Joder... Todos son iguales.
— ¿Todos somos iguales? — Se me calentó el pecho y tragué saliva. Metí la pata como el diablo. — ¿A qué te refieres? — preguntó con el mismo tono malicioso.
Me tardé unos segundos divagando. — ¿De qué hablas?
— Eso pregunté yo primero. — dijo sonriendo de costado.
— Pues no sé de qué me hablas... — Actúe fatal. Me delataron los jodidos nervios. — Te desviaste.
— ¿Te refieres a Exton? — atinó enarcando una ceja — ¿Por qué dices que somos iguales?
Siguió dándome la lata con las preguntitas sobre el mismo tono que hacía que me inquietara más y más. Me golpeé mentalmente treinta mil veces por estúpida. ¿Cómo iba salirme de éstas ahora? ¡¿Y con Luke?!
— Por nada... — desvíe mi mirada — No sé de qué me hablas, Luke.
— Joder, pero si tú lo dijiste primero.
— ¡Pero no sé qué estás tratando de decirme! — me alarmé sintiendo a los nervios apoderarse de mí — ¡Tú sacaste el nombre de Exton!
— ¿Y por qué te alteras?
Quise tirarme de la camioneta mientras estaba en movimiento. Quise que me tragara la tierra. Quise desaparecer en ese instante. Qué horrible estaba sintiéndose quedar en ridículo solo por una jodida metida de pata. ¡Y con Luke! ¡Yo no me fiaba de Luke!
— ¿Has sabido de él? — preguntó cuando pensó que las aguas se habían calmado.
— ¿Se supone que sepa de él? — rematé con fastidio pero lo único que escuché fue la risita que le vibró en el pecho.
— No lo sé... Pero pensé que podrías saber algo porque ustedes se volvieron — guardó silencio y chasqueó la lengua — muy unidos.
Volví a tragar saliva porque algo no me sentaba bien. El silencio ahora cayó como bomba sobre nosotros y la sensación que había dejado estaba por asfixiarme. Quería llegar a casa ya. ¡Quería llegar a casa ya!
— Creo que estás confundiéndome con otra persona...
— ¿Que estoy confundiéndote? — se hizo el estúpido.
Puse los ojos en blanco — Eso creo.
Luke me echó una mirada y volvió a negarse como ya lo había hecho. — Yo no lo creo. Tú identificación dice muy claro tu nombre. — bromeó refiriéndose a la que tenía colgando del uniforme.
No había alma que me hiciera reír ahora. No con lo incómoda que me estaba sintiendo y además su chiste no me lo pasaba ni aunque estuviera borracha. Me encojonaron las preguntas, el jueguito y hasta escucharlo decir el nombre de Exton. Cuando seguramente él sabía mucho más de lo que yo nunca llegué a enterarme. Tenía comunicación con Ariel, por lo tanto tenía que saber dónde estaba metido Exton. Él solamente estaba haciéndose el estúpido ahora, igual como lo hizo en el restaurante.
¿Y por qué no nos volvíamos más estúpidos?
— ¿A qué se debieron las preguntas?
— ¿Preguntas? — negó otra vez — Por nada, sólo curiosidad. Pensábamos que podías saber dónde estaba porque no lo hemos visto mucho por ahí.
— ¿Pensaban? — alcé mis cejas — ¿De verdad? ¿Y por qué creyeron que estaría conmigo o que yo sabría algo? ¿Les tengo cara de Ariel?
Luke bufó sofocándose la risa, pero no despegó la mirada del camino para encararme. Lo fulminé con la mirada cuando el no estaba pendiente y seguramente ya no tendría nada más qué decir porque lo había callado. ¿Estaba en lo cierto o no? Si yo lo había mandado a volar y él tiene una novia que lo espera en el jodido departamento de yo no sé dónde, ¿por qué estaría conmigo?
— Entonces... Te he confundido... — dijo como si estuviera contando los hechos de una historia.
— Pero qué inteligencia... — ironicé poniendo los ojos en blanco.
Pensé que el silencio duraría hasta que llegáramos a la calzada de mi casa pero tampoco era para tanto. Me había ilusionado con salir corriendo de aquí ya.
— Pero, ¿no sientes ni un poco de curiosidad de saber dónde está? — preguntó — Porque de todos modos, no te creería.
— Entonces, ¿para qué preguntas?
— ¡Vaya! — exclamó burlón — ¿Acerté otra vez? — puse los ojos en blanco — ¿Vamos a buscarlo?
— ¿Quieres llevarme a mi casa, por favor? — vociferé sin darme cuenta y a Luke se le cayó el semblante de burla de la cara.
Bufé con resignación, dejándome caer en el asiento de mala gana. No se atrevió más a abrir el pico hasta que llegamos a mi casa. Tampoco lo miré ni aflojé lo tensa que tenía la mandíbula. Sentí que me miró de soslayo por encima del hombro varias veces, pero lo ignoré con mi mejor técnica. Así que, cuando detuvo su camioneta me quité su chaqueta y me bajé sin mediar palabra.
— ¡Dy... — El golpe de la puerta cerrándosele en la cara lo interrumpe descaradamente. Se arranca el cinturón de seguridad y se baja como alma que lleva el diablo para perseguirme. — ¡Dylan! Espera un segundo...
Traté de zafarme de un ímpetu en cuanto sentí que me rozó la piel del brazo para agarrarme. Luke elevó sus manos en son de paz y retrocedió unos pasos. Me giré con fastidio, dándole la cara.
— Hey, yo... — resopló — No fue mi intención molestarte, Dylan. Lo siento... Solo estaba bromeando, nada de lo que dije fue en serio.
Lo miré de hito en hito tratando de no hacerlo disculparse una eternidad, porque es que nunca iba a lograr convencerme. Acepté el aventón de que me trajera a casa porque no tenía de otra, pero si las cosas hubieran tenido otra cara claramente jamás me hubiera montado con él en un auto. No es lo mismo. Mucho menos en una noche parecida a la de hoy, con ese comportamiento que pensé que habíamos dejado enterrado bajo la primera y última disculpa que me pareció convincente, con ese jueguito que tenía encima y esa mala espina que me entró desde que me soltó la babosería en el restaurante. Luke ya no me inspiraba confianza -menos de lo que nunca hizo- y meter la pata con él espero que no me traiga peores problemas de los que ya fui parte.
Cuando estoy a punto de rematarle para mandarlo al diablo también, la madre naturaleza se apiada de él -pero sin ser demasiado ligera.- Un estruendoso relámpago me interrumpió cuando el trueno le siguió detrás y la lluvia cayó sobre nosotros como resorte. Me dio tiempo a cubrirme bajo el porche de mí casa antes de empaparme demasiado, pero Luke permaneció en su lugar sin importarle que pudiera agarrar una hipotermia y morirse por mojarse en una noche fría dos veces corrida.
— Si me perdonas te recompensaré. — se complementó con una pequeña sonrisa — ¿Qué dices?
— ¿Qué? — eso dije con la cara bien arrugada.
— ¡Mañana, a las siete y treinta! — vociferó por encima de los relámpagos — ¡Ven conmigo y la pasaremos bien; lo prometo!
Aguarda, ¿qué?
¿Estaba pidiéndome que saliera con él? Porque la última vez que escuché de una promesa en realidad le dio más vueltas que una montaña rusa, me vieron la cara de estúpida y nunca la cumplió.
♢
En la mañana siguiente me levanté con ganas de tenerlo todo organizado. Tenía muchos pensamientos cruzados en la cabeza que me lo descojonaban todo. Así que, era enhorabuena para relajarme un poco de todo lo que había sucedido en tan poco tiempo. En toda la noche no pude pegar ningún ojo y por eso estaba tapándome las ojeras frenéticamente. Las pesadillas lo único que hicieron fue complicarse una vez no volví a dormir con ningún lobo y ahora no estaba consiguiendo dormir nada en las noches.
Podía deberse a lo mucho que me jodía estar pensando veinte y cuatro-siete. Quiero decir: la supuesta desaparición de Exton -que no debería importarme porque es exactamente lo que quería-, el intento de mi secuestro, el asesinato de los malditos esos, el repentino estado grave de la mamá de Roy y joder, si sigo no termino. Me frustra no poder dormir y encima levantarme de mal humor todos los días. Por eso hoy trataría de malcriarme un poco para liberar el estrés y las ganas de tirarme por un barranco.
— Buenos días — mamá me saludó haciendo ademán de llevarse la taza a los labios — ¿A dónde irás tan temprano con éste frío?
— Volveré a la biblioteca del pueblo. — Ya que la última vez lo menos que hice fue estudiar — A lo mejor Roy llamará hoy... Anoche tuvo una situación inesperada con su madre, así que...
— ¡Ay! — mamá me interrumpió de repente con el buche en la boca — ¿Y todo está bien con su mamá?
— No lo sé — contesté — Te dejaré saber cualquier cosa. — Dije dando la conversación por terminada. Agarré una banana e hice ademán de salir de la cocina.
— ¡Dylan, recuerda que mi turno hoy se extiende por si no estoy en casa en la noche! — escuché a mamá antes de acercarme al vestíbulo y me giré para darle la cara.
— No es nada nuevo — me despedí con la mano — ¡Adiós!
— ¡Vuelve aquí! — se espabiló saliéndose de su lugar para llegar a zancadas en mi dirección.
Fruncí mi ceño viéndola llegar. Estaba quitándome tiempo y no quería que el día y la noche y el día de mañana y el pasado me cogieran retrasada en la biblioteca.
— ¿Qué demonios...? — murmuró mirando en dirección a mis brazos con el ceño profundamente fruncido.
Arrugué la cara mirando la de mamá. ¿Qué tenía encima? ¿Un bicho? Incliné mi vista hasta la misma dirección que mamá y elevé los brazos para contemplarlos mejor.
Se me cortó la respiración.
— ¡¿Con qué carajo te hiciste todo esto?! — vociferó agarrándome los brazos con frenesí en su dirección para examinarlos mejor.
Pero ésta vez no intentaba meter excusas. La verdad es que no tenía idea de cómo conseguí hacerme esto...
— Y-Yo...
— ¿Te cortaste tú misma? — analizó llevándome la mirada suspicaz a los ojos — ¡¿Te cortaste con una navaja, Dylan?!
— ¡No! — arranqué mis brazos de su agarré — ¡Claro que no, mamá! ¡Tampoco sé cómo pasó esto!
Cuando llegué al baño, me restregué los brazos bajo el chorro de agua helada. Lucían como pequeños raspones pero eran numerosos y estaban amontonados, por eso cualquiera diría que agarré una navaja y me los hice yo misma. Vi cómo el agua se mezclaba de rojo. Me ardía un poco, ya que estaban abiertos pero era de soportarse. No iba a morirme de una hemorragia externa o algo por el estilo. La cosa es que no tengo idea de cómo cojones aparecieron ahí. Y ésta vez no estaba metiendo cizaña ni nada. ¡No tenía idea! Incluso estaban hinchados y rojos... ¡Eran recientes pero yo no... ¡Joder! ¿Cuándo pasó? ¡Yo misma no pude hacérmelos!
Tuve que cambiarme de ropa cuando reparé en que la que llevaba puesta estaba manchada insignificantemente. Pero algo era algo. Me vendé los brazos para que el frío no complicará la cosa una vez estuviera a fuera y luego salí de casa como alma que llevaba el diablo. No necesitaba seguir buscándole más cinco patas al gato gracias a mamá.
Cuando llegué al pueblo aparqué mi auto unas cuantas cuadras lejos del edificio de la biblioteca que estaba plantado en el centro. Hoy estaba más concurrido a pesar del clima y al menos, no me sentiría dentro de Walk in Dead cuando caminara por las aceras. Cuando entré al edificio lo primero que hice fue encojonarme. ¡Habían cogido mi mesa! ¡La que todo el mundo ignoraba y hoy que venía en plan de comerme los libros se pusieron de acuerdo para quitarme mi lugar! Aún y así, saludé a la mujer del mostrador -que ésta vez era la cincuentona que se sabía de memoria mi cara- y me hice camino entre los pasillos para encontrar la máquina de café.
Agarré mi vaso de cartón caliente cuando estuvo listo y me dirigí al salón de las mesas en dónde nunca me había plantado cuál escoger. El salón de por sí no me gustaba porque -aunque hicieran silencio como en un cementerio- no lograba concentrarme. Cuando me decidí por una, la aseguré poniendo todos mis regueros sobre ella y me encaminé a las estanterías en dónde había cogido los mismos libros la última vez.
Me encabroné cuando ni si quiera podía concentrarme en agarrar un libro. Más si la máquina de cafés estaba a mi lado izquierdo. Exton había hecho su camino derechito para sacarme una bebida y luego trató de poner todo su empeño en leerse uno de los libros hasta que no pudo soportar mucho tiempo sin joderme. Le había enseñado mi lugar de escape y ahora me sentía más atrapada que nunca.
Pero cuando pude dejar mis pensamientos atrás, agarré tres libros y volví a la mesa. No eran los mismos que estuve leyendo la última vez, pero me resultaron más abastecedores. Sin embargo, voy bajando la velocidad de mis pasos en cuanto vi que había alguien más sentado en mi mesa. Primero volví a encojonarme. Por algo la había marcado con mis cosas encima de ella, ¿no? Pero luego se me pasó, en cuanto comencé a deliberar mis sospechas... Porque vestía de negro y la sudadera le cubría la cabeza gracias al gorro, pero debajo llevaba espetada una gorra negra que le escondía los pelos rubios. Le reconocí por sus hombros, sus brazos suspendidos en la mesa, sus piernas, su ropa negra e incluso -cuando estuve un poco más cerca-, su olor.
Tengo el corazón a mil cuando me siento frente a él, pero no levanta la cabeza por lo que no puedo verlo bien. Se me calienta el pecho, me sudan las manos, la respiración quiere descontrolárseme, el corazón quiere explotarme...
Pero también quiero comprobarlo.
— ¿Exton? — bisbiseé inclinándome un poco buscando sus bolones azules.
Pero cuando me encara le veo la cara destrozada.
— Necesitas irte de aquí, Dylan... — dijo con la voz carrasposa — Ahora
Editado
N/A Importante leer la nota.
¡ALFIN ESTOY DE REGRESO!
Estoy consiente de que esta ha sido la vez que más me he tardado en actualizar y ya estaba muy desesperada por eso. ¡No terminaba el maldito capítulo hasta ahora mismo! Pero es que la escuela nunca se puso tan desesperante. ¡Pero no importa, ya les traje otro capítulo que espero que disfruten y que les guste mucho :)!
Entonces, ¿cómo han estado todas? Quiero decirle las más inmensas gracias, en serio. Jamás pude pensar a cuánta gente le fuera gustar esta fanfic y les agradezco a todos y todas que le leen votan y comentan. En serio, yo leo toooodos u cada uno de sus comentarios y me gusta hacerlo porque siempre tomo en consideración su opinión. Porque después de todo está fanfic es para ustedes, no para mí. ❤️
¿A QUIÉN LE GUSTÓ MADE IN THE A.M? ¿CUÁLES SON SUS CANCIONES FAVS? OMG. Siendo honesta, al principio no le encontraba el sentido al álbum. ¡Fue tan raro escuchar un álbum entero sin esa voz que todas extrañamos! Porque fue excitante y fácil escuchar Drag me down por primera vez sin Zayn, eso fue un éxito. Pero ¿un álbum completo? Nope, para mí no. Y mientras lo seguía escuchando entonces pude encontrarle lo que buscaba a todo y me encantó.
Mis favs son: I want to write you a song, Never enough, Temporary fix & What a feeling. ;) ¿y las de ustedes?
Y mil disculpas xD he estado cambiando una y otra vez la portada de esta fanfic porque ninguna me convence nada. Esta es una de las más decentes que puedo aprobar pero a la vez quiero algo mejor. Por ahora dejaré esta...
¡Y vengo con buenas noticias! Importante leer esto...
Como ustedes mismos saben...he estado recibiendo que por favorrrr, les dedique capítulos a ustedes los lectores. Esto es simple, claro que dedico capítulos pero nada es tan fácil en la vida ;) Para que yo pueda dedicarte un capítulo a ti, en cada nota en la última parte antes de la despedida, dejaré una pregunta sobre lo que yo quiera. La constatarás con mucha creatividad y originalidad. Al user ganador del cap, le responderé su contestación en los comments como ganador :). ¿Va? Espero que les guste.
Y la pregunta de hoy es...
Si fueras Dylan Wood en esta fanfic: ¿Le darías una oportunidad a Luke o a Exton? (Sin tomar en cuenta que Exton es Niall Horan y Luke es Lucas Till) Debes incluir en tu contestación razón y detalles de apoyo.
¡Bueno, nos leemos pronto!
Besos xoxo