Más allá de las estrellas

By Sakura-Mitsuki

125K 6.3K 299

Anne es una chica de 18 años que vive en Long Island con su madre. Ella padece una enfermedad terminal que le... More

El chico de al lado
Otra vez tú
Recuerdos
Desastre en casa
Conociéndonos
Luna de Plata (Parte I)
Luna de Plata (Parte II)
Olvídame
Lo siento
Sorpresa
Se me agota el tiempo
Feliz cumpleaños
Confesiones
Esperanza
A tu lado
Te quiero pero no puedo
Déjame ayudarte
Mi ángel de la guarda
Todo va a salir bien ¿verdad?
No tengas miedo
Un nuevo comienzo
¿Por qué?
Todo ha cambiado para mi
¿Por qué tiene que ser todo tan difícil?
Sacando todo fuera
Estar como antes
Feliz Navidad
La respuesta
Epílogo
Agradecimientos

Goodbye my love

3.6K 188 8
By Sakura-Mitsuki

Habían pasado un par de semanas desde nuestra excursión. Lo habíamos pasado muy bien y espero que en un futuro se repita más veces aunque últimamente parecía un poco extraño y distante. Me di una ducha relajante y me tomé la medicación. Encendí el portátil y estuve revisando las fotos que nos habíamos sacado juntos desde que comenzamos a salir. Al pasarlas y recordarlas se me encendía una sonrisa. Habíamos capturado un montón de momentos juntos incluso me había hecho fotos mientras dormía. Algunas eran muy graciosas.

Ya sé, crearé un álbum con nuestras mejores fotos y se lo regalaré.- pensé. Seguro que le hace mucha ilusión.

Mi móvil empezó a sonar. Me había llegado un mensaje.

"Te echo de menos. "- decía. Era de Nathan.

<Vaya, parece que hoy está de mejor humor>- pensé.

"Yo también."- respondí.

Parecíamos dos tontitos pero así es como te comportas cuando quieres mucho a alguien. Miré el reloj, eran las cinco de la tarde.

- O no, en diez minutos he quedado con Cassie. No me va a dar tiempo.- le dije a Baddy que acababa de aparecer por la puerta de mi habitación. Abrí el armario y saqué un pantalón vaquero y una blusa de lunares negra. Me calcé unos zapatos y fui a peinarme. Mi teléfono comenzó a sonar.

- Si - contesté.

- ¿Dónde estás? Yo ya he llegado.- dijo Cassie en su tono peculiar.

- Ya casi estoy llegando...

- ¿Ya casi? Pues no te veo por la calle...No mientas, seguro que no has salido de casa.

- ... Nos vemos ahora.

Colgué. Cogí una chaqueta y el bolso y salí corriendo de casa. Llegué al cruce donde Nathan trabajaba y me paré a coger aire. No debía hacer muchos esfuerzos por mi estado. Miré al escaparate y lo vi. Estaba hablando con una chica rubia y parecía muy contento. De espaldas parecía Megan pero no estaba segura. Un coche me pitó porque el semáforo ya se había cambiado y yo no cruzaba. Lo miré y empecé a cruzar volviendo la cabeza atrás para ver si le veía la cara a la chica pero no lo conseguí. Quizá eran imaginaciones mías. Seguí mi camino hasta la tienda de ropa donde había quedado con Cassie.

- Por fin llegas.

Le sonreí.

- ¿Y esa cara?- me preguntó.

- ¿Te ha pasado algo? ¿Estás bien?

- Que va, estoy bien.- dije.

- Bueno... te creeré.

Comenzamos a pasear por los pasillos y cogiendo algunas prendas para probarnos.

- Y bien... ¿Qué tal con tu "príncipe azul"? Hace mucho que no hablamos y me tienes que poner al día.

Sonreí al recordar los momentos que pasamos pero se me quitó al acordarme lo que había visto minutos antes.

- Bien- dije al fin.

- ¿Bien? Así, sin más.

Asentí con la cabeza. Le iba a contar lo que había visto pero preferí callarme. Cassie es muy impulsiva y si se lo contaba seguro que quería hablar con Nathan. Probablemente fueran solo imaginaciones mías lo que vi a sí que preferí callarme.

- Bueno ¿y tú qué? La semana que viene ya empiezas la Universidad. - dije para evitar que siguiera con el mismo tema.

- ¡Sí! Estoy súper emocionada... Es una pena que no podamos ir juntas pero seguro que el año que viene tú también puedes ir.

Sonreí y asentí con la cabeza. Desde que le había contado lo de mi enfermedad parecía que pensaba cada palabra que iba a decir para no hacerme daño o molestarme. Es una gran amiga.

Nos probamos un montón de ropa. Yo solo me compré una falda pero Cassie, casi se lleva la tienda entera. He de reconocer que es una compradora compulsiva pero se lo puede permitir.

Se hizo de noche y nos despedimos a la salida de la tienda. Cada una cogió el camino hacia su casa. Había refrescado bastante así que aceleré el paso. Ya llevaba más de medio camino cuando vi a un chico a lo lejos. Parecía Nathan. Corrí hasta alcanzarlo.

-¡Nathan! - lo llamé cuando me quedaban unos pasos para alcanzarlo.

Él se giró. Tenía la cara muy seria. Parecía que no se alegraba de verme.

- Hola Anne.- me dijo y me besó. Pero fue un beso como de rutina. Un pico sin importancia, sin sentimiento.

- ¿Estás bien?- pregunté.

- Solo estoy cansado.

Él miraba al frente. Parecía como si yo no estuviera a su lado. Continuamos el camino a casa en silencio. Yo no quise decir nada, no quería agobiarlo.

- Bueno, nos vemos.- me dijo cuando llegamos y se fue.

Yo me quedé parada, a la puerta de mi casa, viendo como se alejaba. El viento me mecía el pelo. ¿Estaba siendo demasiado pesada?- pensé. Yo creo que no. Últimamente no nos veíamos mucho y lo poco que lo hacíamos parecía otro. Yo había intentado dejarle espacio para no agobiarlo. Sin embargo, por la tarde me había escrito un mensaje diciéndome que me echaba de menos, como cuando estábamos bien. ¿Había hecho algo mal? ¿Se había cansado de mi?

Entré en casa y subí a mi habitación. Me senté en la silla del escritorio y me quedé mirando por la ventana en dirección a su casa. ¿Qué le pasaba? No paraba de darle vueltas a la cabeza cuando oí un portazo. Provenía de la casa de los vecinos. Apagué la luz para que no me vieran mirar por la ventana. Era Nathan. Había salido de su casa y se estaba montando en su coche. Arrancó el motor y se fue.

¿Debería ir a buscarlo y hablar con él?-pensé.

Me puse la chaqueta otra vez y salí en su búsqueda. Cogí la calle en dirección a su trabajo. <A lo mejor se había olvidado algo.>-pensé. La noche estaba bastante fría y unas nubes negras se empezaban a ver en el cielo oscuro. Aceleré el paso para entrar en calor mientras me frotaba los brazos. Tenía que haber cogido una chaqueta más gorda. Llegué hasta su trabajo pero ya habían cerrado, la persiana estaba para abajo y no había rastro de Nathan ni de su coche.

¿Dónde habrá ido?- pensé.- Piensa Anne, piensa. Me acercaré hasta la tienda de su padre. Aunque está un poco lejos.

Comencé a caminar en dirección al trabajo de su padre. No había nadie por la calle, todo estaba en silencio. Ni siquiera pasaban coches. Estaba empezando a tener miedo. Saqué el móvil y dejé el número de mi madre marcado.

Caminé durante quince minutos hasta que llegué y como me había supuesto estaba cerrado y no había ni rastro de él. Me senté en un banco a descansar. Estaba cogiendo frío y la tripa me estaba empezando a doler. Saqué el móvil otra vez. Tenía una foto nuestra que nos habíamos sacado de fondo de pantalla.

-¿Dónde estás?- dije aunque no había nadie escuchándome.

Estuve tentada de escribirle un mensaje o llamarlo por teléfono pero, de repente, me vino a la mente la imagen que había visto horas antes desde el cruce. ¿Y si estaba con ella? ¿Y si ese mensaje no era para mí?

Me acordé de que él me había contado una vez que cuando estaba con Megan solían ir al parque Blydenburgh.

¿Debería ir?... No quiero pensar mal, siempre he confiado en él. Probablemente solo sean amigos. Muchas parejas siguen siendo amigos después de romper, o por lo menos eso es lo que yo he oído. Debería volver a casa y hablar con él directamente mañana... No sé que hacer... Creo que ya he esperado suficiente para que me cuente sus problemas. Debería confiar más en mi... Voy a ir porque es la única manera de estar tranquila. Si no está volveré a casa y mañana hablaré con él.-me dije a mi misma.

Me levanté y comencé a caminar. Me había quedado helada por estar ahí sentada y ahora me costaba andar. Estaba tiritando y me estaba empezando a encontrar mal.

- Solo un pequeño esfuerzo más.- pensé.

El camino se me estaba haciendo cada vez más largo y al estar la calle tan en silencio tenía el corazón a mil por hora. Cada poco miraba para atrás porque notaba una presencia pero eran solo imaginaciones mías nunca había nadie. El viento empezó a soplar fuerte y parecía que iba a llover en cualquier momento. Tropecé y me caí por ir mirando para el cielo. La rodilla me comenzó a sangrar y tuve que pararme a limpiarla con un pañuelo.

<<Estupendo, lo que me faltaba ahora. Será mejor que llegué rápido al parque y me la limpie con agua la herida>>pensé.

Caminé cojeando un poco hasta el parque. Al fondo de la calle divisé un coche que parecía azul como el de Nathan. Me acerqué despacio para comprobarlo. El corazón me dio un vuelco, si, era el suyo pero no había nadie dentro.

Me adentré en el parque. Solo se oía el ruido de las hojas de los árboles chocándose con las ramas y el canto de algún pájaro. Vi una fuente y me acerqué a ella para lavarme la herida. Escocía mucho pero tenía que darme prisa si quería encontrar a Nathan.

Una vez limpia cogí un camino que se adentraba en el parque. Éste era muy grande y solo había estado allí una vez pero era de día y ahora no. Las cosas parecen diferentes de noche.

Caminé y caminé. Ya no sabía por dónde había ido, todo me parecía igual y no lo veía. Unas gotas me cayeron en la cara. Estaba empezando a llover. Llegué al estanque y me paré para mirar a mí alrededor. Un movimiento a lo lejos llamó mi atención. Me acerqué al camino y empecé a andar despacio en esa dirección.

Allí estaba él, de pie, de espaldas a mí, hablando con alguien. No podía oír lo que decían. Me acerqué un poco más para ver con quien estaba hablando. Mis sospechas se confirmaron, era Megan. Empezó a llover con más intensidad y echaron a correr para refugiarse debajo de unos árboles. No me habían visto. Él se quitó su chaqueta y se la puso a ella sobre los hombros. Nada más hacerlo Megan le rodeó el cuello con sus brazos y lo besó.

Me había preparado para lo peor, pero nunca pensé que me estuviera engañando. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Di un paso al frente pero me detuve. No merecía la pena interrumpirlos. Estaba empapada y ya no quería ser testigo de más, así que me di media vuelta y me fui por donde había venido. Mis pies empezaron a ir más deprisa mientras recordaba lo que había visto. Pensaba que Nathan no era así pero me había confundido. Todos son iguales.

Corrí y corrí pero no salía de aquel infierno de parque. Me paré en medio de un cruce de caminos, estaba desorientada. La cabeza me empezó a dar vueltas. Me apoyé con las manos en las rodillas mientras cogía aire.

- Pero mira que tenemos aquí Steve.

Unas risas se empezaron a oír a mi espalda. Dos hombres me rodearon.

- Creo que alguien se ha perdido. - dijo uno de ellos mientras me rodeaba.

- Dejarme en paz- dije.

Ambos se volvieron a reír. Intenté caminar pero me cortaron el paso. Uno de ellos me agarró del brazo y me susurró al oído:

- Quieres jugar.

Sus palabras me dieron asco y su aliento a alcohol provocaron que mis nauseas aumentaran. Intenté zafarme pero me apretaba con mucha fuerza.

- Vamos, no te hagas la dura. - dijo el otro acercándose más a mi también.

Me estaba encontrando cada vez peor. Se me nublaba la visión y tenía ardor en el estómago. Sus manos tocándome me daban asco y quería librarme de ellas pero no tenía fuerzas ni para gritar. El vómito me salió de repente. Ellos se apartaron y se me quedaron mirando con cara de asco. Después se miraron el uno al otro y salieron corriendo. Entonces miré al suelo y lo vi. Era de color rojo. Había vomitado sangre.

Me quedé allí quieta mirándolo. No paraba de llover y yo estaba empapada. Tenía los ojos envueltos en lágrimas, dolor en el abdomen y apenas tenía fuerza para mantenerme de pie. No sabía qué hacer. No sabía dónde estaba. Cogí mi móvil con manos temblorosas y marqué el número de mi madre. Al cabo de cinco tonos contestó.

-¿Qué pasa cariño?- respondió.

-¿Puedes venir a buscarme? - dije entre lágrimas.


Continue Reading

You'll Also Like

11.8K 1.3K 11
⌗ . . . . . [ :🧊: ] ➤; 𝐘𝐄𝐋𝐋𝐎𝐖. ── 𝐀𝐌𝐀𝐑𝐈𝐋𝐋𝐎. Rain tiene un canal de YouTube en dónde sube covers de las canciones que más le gustan y...
213K 11.5K 34
Sofia y Martín tienen ocho años de edad cuando se conocen. Su amistad se baso en una sola cosa. Molestarse mutuamente. Cuando eres niño, no sabes di...
9.8K 1.3K 36
Hace siglos los humanos y los seres sobrenaturales convivían en armonía en un mismo universo. Cuando la oscuridad llego a aquel universo los primeros...
149K 6.2K 29
A los diecisiete años, Jules McDaniels se ve obligada a ir con su hermano mayor a Londres; específicamente a la casa de la tía Christine. Donde se en...