Domingo por la mañana, al parecer que Ryan haya dormido conmigo ha sido todo un sueño.
Los chicos y yo nos vamos al parque a jugar. A rugby. ¡Horror! Soy pequeña pero matona y consigo anotar un punto gracias a un empujón de Ryan que hace que estemos en una postura comprometida y apunto de besarnos, hasta que aparece una chica y Ryan se va con ella. Me jode, pero lo disimulo.
Ya en casa, Dylan me da crema en los golpes y justo entra Ryan en su habitación alardeando de lo que ha hecho con esa chica, hasta que ve que yo estoy ahí y encima en ropa interior. Se va dando un portazo.
Cuando salgo de la habitación de Dylan y me dispongo a entrar en la mía, Ryan me pega a la pared y me besa y quizás por desgracia, yo se lo devuelvo
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Los labios de Ryan sobre los míos es una sensación totalmente distinta a la que he sentido en cualquier otro beso. Todo mi cuerpo hormiguea, es como si fuese mi primer beso, incluso estoy un poco nerviosa, pero aun así no paro. Me gusta. Me hubiese gustado experimentarlo antes en el parque, pero la chica esa se lo ha llevado a.... Rose ¿Qué estás haciendo? Acaba de estar con esa chica, ha entrado en el cuarto de Dylan contando lo que han hecho.
Rápidamente y a mi pesar, empiezo a empujar a Ryan para que se separe de mí, pero él me atrae con más fuerza. Cierro la boca y no dejo que el la invada. Noto su confusión y eso me ayuda a sepáralo de mí. Cuando me separo de él, veo una sonrisa en su cara hasta que yo frunzo el ceño y pongo mi cara de cabreo.
-No soy un segundo plato.- le digo. El hace un intento de hablar pero yo le corto, no quiero excusas.
- Hace menos de cinco minutos has entrado en ese cuarto- señalo el cuarto de Dylan- y te has puesto a contarle lo que has hecho con esa chica y justo después me besas. Si te ha dejado con un calentón, búscate a otra amiguita para solucionarlo, pero yo no soy un juguete sexual de usar y tirar como a las que estás acostumbrado.- Se queda callado, mirándome. Espero quizás un minuto o dos y cuando veo que no sabe que decir hago lo que debería haber hecho al principio.
Entro en mi habitación dando un portazo y corro al baño donde también cierro de un portazo. Me apoyo en los bordes del lavabo. Me miro en el espejo.
-Te gusta Ryan y lo sabes, pero no vas a dejar que te trate como a una cualquiera. Tú no eres de esas.- me digo a mi reflejo.
Cojo el cepillo de dientes y me lavo con fuerza. No quiero las babas de esa chica en mi boca. No puedo evitar pensar otra vez en los labios de Ryan, lo bien que encajaban entre los míos, su lengua bailando junto a la mía y por si fuera poco, sus manos en mi cintura apretándome a él y notando el efecto que tenía en él. Corrección, el efecto que le había dejado la otra chica. Dios, que calor. Me abanico a mí misma pese a estar en ropa interior y ser finales de octubre. Noto un calor agradable en la parte baja del vientre, un calor que necesita ser saciado. OH Dios. Estoy cachonda y solo por un beso.
Cojo mi neceser junto a una toalla y me voy a las duchas. No solo los hombres necesitan duchas de agua fría. Me meto en la ducha y dejo que el agua fría toque mi cuerpo. Me tapo la boca para evitar que un gritito salga de ella. Completamente enfriada salgo de la ducha. Al salir observo que no soy la única en esta habitación, Ryan también esta, sus zapatillas y su toalla lo delatan. Suspiro, ¿Por qué me ha tenido que besar?
Corro a mi cuarto congelada por la corriente de viento que había en el pasillo maldiciendo al que tuviese la ventana abierta en su habitación. Entro en mi cuarto y una corriente fría me atraviesa el cuerpo y permanece en mis huesos. Soy idiota. Cierro la ventana y me seco lo más rápido que puedo para así poder ponerme ropa encima. Voy al armario y escojo un conjunto negro de encaje de ropa interior. ¿Por qué no tendré algo más de monja? En el armario busco mis leggins negros y me siento en la cama para ponérmelos, ahí es cuando veo la camiseta de Ryan a mi lado. Rose, no te la vas a poner. No. No. Aparto la vista y me levanto para coger una sudadera rosa y blanca con un símbolo de paz en el centro. Cojo la camiseta de Ryan y la hecho a lavar, cuantas menos distracciones tenga, mejor.
Cuando bajo, busco a los chicos hasta que los encuentro en la sala de juegos.
-Oh Rose, ¿te vienes con nosotros a comprar cosas para la fiesta de esta noche de Halloween?- me dice Jayden. Lo pienso, Ryan no está aquí así que él no ira.
-Claro, deja que me calce y coja mi bolso.- le digo, cuanto más lejos este de Ryan mejor.
Corro y subo las escaleras con la mala suerte de que me encuentro por el pasillo a Ryan. Con una toalla enroscada en la cintura mientras gotitas de agua se escurren por su marcado vientre. Como me gustaría ser una gotita de agua. El me ve y su cara pasa de ser pensativa a tener una expresión fría en el rostro. Entra a su cuarto y cierra de un portazo. Vuelvo a suspirar.
Entro en mi cuarto y me calzo unas zapatillas negras con plataforma blanca y cojo un bolso sport en el que entra poca cosa. Móvil, cartera y llaves del coche. Los chicos me esperan en la entrada y yo le doy las llaves a Dylan, no me apetece conducir.
Por el camino no paro de pensar que pasaría si en realidad el si quería besarme, no por un calentón si no por mí. Elimino esos pensamientos rápidamente de mi cabeza y me centro en la fiesta de esta noche.
-¿Qué queréis comprar?- les pregunto curiosa
-Guirnaldas, velas, dos calabazas, disfraces, comida y alcohol. Poca cosa.- dice Jeffrey tan pancho. Si, ya veo lo que es poca cosa.
- Este grupo iremos a por la decoración y el otro a por la comida y la bebida.- dice Dylan.
-¿vamos a hacer comida especial? quiero decir, ¿monstruosa?- les pregunto esperanzada, esto nos encantaba a mi hermana y a mí.
-Si quieres, díselo a los otros y que compren lo que necesites.- me dice Dylan sonriendo. Yo le devuelvo la sonrisa.
Cuando llegamos al centro comercial corro hacia el otro grupo. Les digo que quiero salchichas, kétchup, huevos, aceitunas negras, mini hamburguesas, queso cheddar, pan, jamón, queso normal y una tarta de Halloween. Las bebidas se las dejo a ellos. Que ilusión!
-Vamos niña pequeña, tenemos que comprar.- dice Leeroy poniendo su brazo sobre mis hombros y riendo mientras me atrae y me rasca la cabeza con sus nudillos. Yo me separo riendo y entramos a comprar.
Lo primero que compramos son unas guirnaldas de fantasmas, calabazas y murciélagos. Luego vamos a por las calabazas y los chicos escogen dos más grandes que yo. Dicen que quieren tallarlas y que es la primera vez que lo hacen. ¡Qué miedo! Ahora sí, vamos a por los disfraces.
-¿Y esa tienda de disfraces?- dice Eddie
-Podemos mirar.- les digo y entramos. Nos desperdigamos y buscamos nuestros disfraces. Yo decido que me voy a hacer un disfraz casero y ayudo a los chicos. Dylan se quiere disfrazar de vampiro, Eddie de payaso rojo y negro, Jayden quiere una calavera en su cara etc. etc.
-¿Nos maquillaras tu verdad?- dice Eddie. Oh mierda. ¿A todos?
-¿Qué hora es?- les pregunto.
-Las dos. Ostras, justo la hora de comer, ya decía yo que tenía hambre.- dice Dylan tocándose la tripa.
-Si queréis que os maquille tenemos que darnos prisa, también hay que hacer la comida.- les digo nerviosa.
-Tranquila, Ryan pude hacer la comida.- dice Jeffrey.- Tu solo dile lo que quieres y él lo hará.
Eso no hace que me calme.
Vamos a un Kebab y cada uno nos compramos unos. Decidimos comer en el centro comercial, bueno, lo decido yo ya que los chicos querían comer en mi impoluto coche. Ni muerta.
Al volver le vuelvo a dar las llaves a Dylan pero yo, esta vez, simplemente me dedico a cerrar los ojos.
Los movimientos hacen que me despierte y me encuentro con la cara de Josh.
-Buenos días dormilona, ya hemos llegado. Habla con Ryan sobre la comida.- me dice Josh, yo asiento y me estiro.
Yo entro nerviosa a la casa y veo que Ryan ayuda a los chicos a descargar las bolsas del maletero. Cuando me ve, aparta la mirada rápidamente. ¿Por qué se porta así? Debería ser yo la que estoy cabreada y no el. No lo entiendo. Pero no dejo que nada me afecte y me acerco a él.
-Hola.- le digo, pero no recibo respuesta. Anda, como antes después del beso.
-Bueno, ya que tu no dices nada, lo hago yo.- sigue sin decir nada.- Los chicos me han pedido que les maquille así que necesito que tu hagas la cena. La vamos a hacer especial así que te explico.- Ryan se va de la cocina y me deja hablando sola. Por esto no paso y lo empiezo a seguir como tal cosa.
-Cómo iba diciendo, me gustaría, si puedes, que hicieras unas hamburguesas con el queso recortado en forma de cara malvada, huevos rellenos con arañas de aceituna, sándwiches de lapidas y dedos de salchichas.- le digo mientras sigo persiguiéndole por toda la casa.- Gracias por escucharme y ser tan razonable. En serio, gracias.
Me paro en seco y voy a mi cuarto a por el maquillaje para maquillar a los que si me quieren escuchar.
Voy a la sala de juegos y me los encuentro a todos tirados por el suelo.
-¿Qué hacéis?- les pregunto mientras dejo el neceser con el maquillaje encima de una mesa.
-pensamos que película poner esta noche.- dice Luke.
-¿Cuál habéis decidido?- les pegunto mientras saco lo que necesito.
-The purge: La noche de las bestias.- dice Luke. Me suena el tráiler. Me voy a cagar de miedo, soy una cagona.
-¡Genial!- digo como una tonta apunto de mearse encima.
-¿Tendrás miedo?- me dicen
-¿Yo?, para nada.- les digo haciendo una pedorreta con la boca. Los chicos se ríen de mí y yo también lo hago, a veces actúo como una tonta.
Los chicos se van sentando para que los maquille y cuando termino con ellos todos me halagan diciendo que tengo buena mano para esto. Pienso en Ryan, él no ha venido. ¿Querrá que lo maquille? No, seguramente no.
Subo a mi cuarto y me empiezo a maquillar yo. Luego me peino y aunque me cueste un poco, consigo lo que quiero. Corro al armario y saco las prendas que van a ser mi disfraz, junto a los zapatos. Voy de un personaje de miedo. Voy de saw.
Me miro en el espejo. Mi cara blanca por los polvos de talco, los ojos negros casi hasta las cejas y mis ojos azules que hacen que destaquen. También llevo los labios rojos y he de admitir que estoy muy bien. Me he hecho dos coletas altas y he rizado los mechones. De ropa llevo una camisa blanca, con una pajarita roja y un chaleco negro y abajo un pantalón corto negro unas medias negras y para darle un toque sexy, unos tacones altos. ¿Por qué te pones sexy? No vas a salir de casa. Me ser la respuesta, soy idiota.
Miro la hora y veo que son las 9 de la noche, buena hora para bajar. Bajo las escaleras mientras oigo los gritos, ya habituales, de los chicos. Cuando los chicos me ven sonríen y me dicen que estoy guapísima. Ryan se dedica a asentir, es un progreso, pero ahora quien está enfadada soy yo.
La cena está en la mesa y Ryan ha hecho todo lo que le he pedio e incluso a puesto velas. Los chicos no han querido tallar las calabazas, según ellos, demasiado trabajo, así que con rotulador negro les han pintado unas monstruosas caras.
-Gracias.- le digo a Ryan al ver la comida y el me sonrío. Yo no.
Comemos hablando de cómo va a ser esta noche, de las compras y de todas las tonterías que se nos ocurren. Me encantan estas cenas.
Cuando terminamos de cenar ayudo a los chicos a recoger la mesa mientras otros ya se van al salón a coger sitio.
-¿Ves?, al final Ryan ha hecho la cena y nos ha dado tiempo a todo.- dice Luke.
-Sí, gracias- digo y no sé por qué digo gracias.
-Sé que a ti y a Ryan os pasa algo, se nota- me dice y yo me sonrojo.
-No, no nos pasa nada, serán cosas vuestras.- le digo saliendo de la cocina. Voy al salón y cuando entro los sofás están ocupados. Veo a Ryan que de repente me mira, sonríe y da palmaditas en sus piernas para que me siente ahí. ¿Esta tonto? Qué soy, ¿un perro? Miro para otro lado y me siento en el suelo. Eddie me da un vaso de una bebida mientras oigo el fuerte resoplido de Ryan. Paso.
Como ya sabía, la película da miedo. Mucho miedo, demasiado. Estoy todo el rato con el cojín en la cara y no puedo parar de pensar en lo bien que extraía con Ryan, el me calmaría seguro. Estoy cagada y lo único que hago es gritas y beber. Voy ya por el quinto vaso. No estoy borracha pero si algo contentilla y cuando la película termina, al levantarme, me mareo y si no hubiera sido por Luke, me hubiese caído. De repente Ryan posa una mano en mi cintura y pone mi brazo en su cuello. Yo me retuerzo para soltarme pero s inútil.
-Para.- me dice- Te voy a llevar a tu habitación. Sigo moviéndome pero Ryan ni se inmuta. Al llegar ama habitación, el me deja en la cama y se mete en mi baño. ¿Qué hace? Yo m e dejo caer en la cama y comienzo a cerrar los ojos. Noto que alguien me endereza y abro los ojos . Ryan.
-Te voy a desmaquillar, así que mantén los ojos cerrados.- me dice y empieza a pasarme con suavidad la toallita, con tanta suavidad que me hace cosquillas y no puedo evitar reírme y removerme.- Estate quieta.
-Me haces cosquillas. Tienes que apretar un poco o nos tiraremos aquí hasta mañana.- le digo
-Ya es mañana.- me dice y sigue desmaquillándome ahora siguiendo mi consejo.
Cuando acaba me dice que me va a poner el pijama y yo ya de lo cansada y tocada por el alcohol como estoy me dejo hacer. Me deja en ropa interior con delicadeza y rápidamente me pone el pijama, no sé si por que no coja frio o porque prefiere no veme demasiado tiempo en ropa interior. Dios que creída me pongo a veces. Me suelta las coletas y me da un masaje que hace que este casi dormida, pero me despierto cuando noto que él se tumba a mi lado, dentro de mi cama mientras me abraza por la cintura.
-¿Qué haces?- digo adormilada.
-No digas nada, me he comportado como un capullo, pero te puedo asegurar que no eres un segundo plato así que por favor, vamos a dormir y mañana hablamos.- Me dice serio
-Vale.- le contesto yo como tonta que soy. Cuando lo digo Ryan me acerca más a él y me da un beso en el pelo.
-Buenas noches.- dice
-Buenas noches.- le digo con una voz que más parece un murmullo.
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Holaaaaa, ya se que es un poco tarde pero todavia es domingo. El capitulo me ha quedado un poco pasteloso pero bueno, espero que os guste.
¿que pensais de los dos protagonistas del capitulo de hoy?
Como siempre gracias por los comentarios y los votos
¡ACORDAOS DE LO DE LA MUSICA!
Os quiero
besos<3<3<3<3