Clint Barton
—Maldita sea Clint, ¿Cuántas veces te he dicho que no tienes que ser tan celoso? — Sé que tenía razón, por supuesto que tenía razón, pero era bastante orgulloso para aceptarlo — ¡POR POCO LO MATAS! — Y de nuevo su razón lleno la sala de estar de nuestro departamento — Creo que si sigues con eso tenemos que terminar — Me levante del sofá sin importar que mi tobillo estuviera en hielo, ni siquiera le prestaba atención, camine con pasos un poco pausados hacía ella y la mire a los ojos, intente tomar sus manos pero las aparto, solamente quería rogarle que no hiciera eso, pero en ese momento mis ganas de hablar se debilitaron, y ella se alejó caminando hacia nuestro dormitorio, confié en que se relajaría, pero al escuchar como salían sonidos de cosas moviéndose lo di por hecho, ella se iría. Camine con un paso algo apresurado hacía la habitación y mire como hacía sus maletas, joder, por favor Natasha, no hagas esto, por favor no me dejes.
—Natasha, no lo hagas —Dije apenas con un hilo de voz —Prometo cambiar — Ella me miro incrédula, mis ojos viajaron a sus ojos... ¿En serio estaba llorando? ¿En serio la había hecho llorar? —Lo lamento, en serio cambiare — Solamente mostro una sonrisa bastante falsa, y llena de ironía, definitivamente no me lo creía, y no podía obligarla a quedarse — ¿A dónde iras?
—No lo sé, supongo que llamare a Pepper para ver si puedo quedarme en casa de Tony y ella —Su tono de voz era más tranquilo, ya no estaba llorando, ahora estaba molesta — En serio no puedo creer que te comportaras como un idiota — Susurro, en mi garganta se hizo un nudo, uno difícil de deshacer, ella estaba bastante enojada — ¿Te das cuenta que casi matas a Sam por tus estúpidos celos? Tú sabes que él es amigo de Steve, él es así de bromista, ya deberías de saberlo — Y por supuesto que lo sabía, pero estaba ebrio, casi no recuerdo lo que paso esa noche y ni siquiera quiero hacerlo — Nos vemos en el trabajo, Barton — Dejo salir, ni siquiera me había dado cuenta de que había terminado de empacar sus cosas, la mire partir, y ella ni siquiera se dio cuenta del dolor que causaba con su despedida, y yo solo me quede, aceptando perder lo que más adore con pasión en la vida, era demasiado tarde, la puerta ya estaba cerrada, y yo seguía en el mismo lugar, cuando pude haberle dicho, que no me abandonara, ¡MALDITO SEAS CLINT BARTON! ¡MALDITO!
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Omnisciente.
Pasaron aproximadamente dos semanas desde que Natasha vivía con Pepper y Tony, Clint ni siquiera se había presentado a trabajar, cosa que le preocupaba, pero también como él, ella tenía su orgullo. Eran aproximadamente las once de la noche, Natasha llegaba de las instalaciones, y al entrar a la torre lo primero que hizo fue dirigirse a la cocina, al entrar noto como Pepper se encontraba recargada en la barra de está tomando un vaso de leche.
—Buenas noches, Nat ¿Día difícil? — La pelirroja solamente le sonrío mientras dejaba sus cosas en el suelo del comedor y pasaba directo a la nevera.
—Digamos que es otro día más de entrenamiento intensivo, Wanda está aprendiendo demasiado rápido, y como Sam ya está mejor, hoy lo único que hizo fue correr para recuperar su condición. ¿Y Tony? ¿Otra noche sola? — Pepper solo asintió, mientras hacía una mueca, noto como su compañera se quedaba un poco pensativa y supo inmediatamente el por qué.
— ¿Otra vez pensando en él? —Natasha solamente agacho su cabeza y suspiro, después de más o menos diez segundos su cabeza se movió afirmando lo que pensaba Pepper — ¿Y por qué no le das otra oportunidad? — La pelirroja levanto la cabeza e hizo una mueca, paso sus manos por su cabeza y acomodo su cabello suelto.
—No lo sé, supongo que tengo miedo, lo amor, pero tengo que cuidarme, y cuidar a mis amigos — Pepper solamente se encogió de hombros, todo lo que decía su amiga era verdad, Clint antes era un hombre tranquilo, todo le parecía bien y ni siquiera era celoso, pero desde hace menos de un mes su carácter comenzó a cambiar por completo, ni siquiera Natasha sabía que le pasaba.
—Nat, si en verdad lo amas, tienes que hablar con el... Bien, tengo que dormir, buenas noches linda, espero que lo pienses — Sintió como uno de sus hombros era apretado por una mano y sonrío al darse cuenta que su amiga siempre la reconfortaba, siempre estaba ahí para ella.
Se quedó pensando un poco en lo que su amiga le había dicho "Tienes que hablar con el" Eran las cinco palabras que resonaban en su cabeza, y en verdad tenía que hablar con él, ni siquiera tenía noticias de él, hacía dos semanas que no sabía nada de Clint, siempre le preguntaba a Furia, pero su respuesta solamente era "No sé nada del agente Barton" Por supuesto que ella no se tragaba esas palabras, ella sabía perfectamente cunado su jefe le estaba mintiendo. Después de unos minutos de debatirse si localizar a Clint o no, decidió que lo mejor era que sí, en verdad lo necesitaba, estaba lista para empezar desde cero, o reanudar los dos años que tenían juntos, que eso era lo más lógico, nunca se puede empezar desde cero con una persona que ya tuviste algo.
Camino hasta sus backpack en busca de su móvil, y en el momento que lo encontró noto que habían varias llamadas perdidas de números desconocidos, lo más seguro es que llamarían de nuevo, prefirió dejarlo así, y si era tan urgente lo que tenían que decirle la localizarían.
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Natasha Romanoff
Eran ya las tres de la mañana, y no podía dormir, maldita sea, como lo necesito, todo lo que cruza por mi cabeza es Clint, todo es relacionado a él, y si no tiene nada que ver yo me las arreglo para relacionarlo, mis parpados pesan, pero no puedo cerrarlos, mi cuerpo cerebro se siente cansado, pero no puedo dejar de pensar, mi corazón duele, y ni siquiera lo tengo a mi lado para que deje de doler, me siento a mitad de la cama mientras tomo mi móvil, no volvieron a llamar, por alguna razón estoy preocupada, fueron demasiado llamadas, por favor, llamen de nuevo, prometo si contestar esta vez, por algún motivo lagrimas comenzaron a caer de mis ojos, estaba demasiado preocupada, algo me decía que esas llamadas estaban relacionadas con él, ¿Le pasaría algo? Mi sexto sentido nunca me fallaba, y estaba nerviosa, esperaba que esta vez fuera la excepción, escuche como mi celular privado sonaba, lo tome y mire un número desconocido, no dude en aceptar la llamada, pero sin embargo deje que aquella persona hablara primero.
— ¿Natasha? Soy Nicholas — Lo supuse — Tienes que venir a la sede, es urgente — Eso también lo supuse, pero ni siquiera quería imaginar que había pasado.
— ¿Paso algo con el equipo? — Ni siquiera se apresuró a contestarme, hasta creía que ni siquiera iba a hacerlo.
—Solo ven, tienes que venir — Sentí como mi corazón bajo hasta mis pies, pesaba demasiado, sentía un dolor horrible. Me levante de mi cama para comenzar a cambiarme, en menos de diez minutos ya estaba lista, corría hasta el elevador pinchando el botón de la planta baja, rogaba por que fuera más rápido, pero era imposible. Al llegar a la planta baja busque las llaves de mi motocicleta en las bolsas de mi pantalón, 'Maldita sea, no pudiste haberlas olvidado' ¡Bingo! Exclame al encontrarlas en el bolso trasero, le pedí a JARVIS que ni siquiera le comentara a Virginia que salí a las tres de la mañana en mi vehículo personal, estaba segura de que se preocuparía, odiaba que usara mi motocicleta.
Después de aproximadamente veinte minutos llegue a la cede, pase mi identificaciones por el escáner y las puertas se abrieron, mire como algunas personas pasaban de un lugar a otro, note como Maria caminaba a mi lado, de inmediato me transmitió tranquilidad, respire profundo como si se tratara de diez años sin hacerlo.
— ¿Por qué me hicieron venir de esta manera? Sabes, por poco y me mato — Deje salir, ella solamente me sonrío y comenzó a caminar hacía la sala de enfermería, y ahí iba de nuevo esa inquietante preocupación, Maria me llevaba a un cuarto en específico, y al entrar lo mire, estaba dormido, conectado a esas malditas maquinas, después de dos semanas lo mire completamente diferente a como lo había dejado, mi corazón se comenzó a hacer pequeño, sentía como si lo aplastaran por dentro, Maria noto mi reacción y de inmediato, intento tranquilizarme.
—No, Natasha, el ya paso de peligro, despertara en menos de un día, te lo prometo — Su voz me tranquilizo, pero no del todo ¿Qué le había pasado? Esperaba una buena explicación de su parte.
Deje de lado a Maria y camine directo a la camilla donde estaba Clint reposando, si tan solo hubiera estado contigo, pude haber tratado de evitar que cualquier cosa pasara. Tome su mano mientras miraba como sus ojos permanecían cerrados, tenía la esperanza de que al sentirme despertara, pero no fue así, seguía sin reaccionar, sentí como alguien pasaba su mano por mi hombro, me gire instantáneamente y abrace a esa persona, en verdad lo necesitaba, ahora me podía permitir llorar, si no mi cuerpo colapsaría de retener tanto las lágrimas.
— ¿Por qué no me dijiste nada Furia? —Susurre mientras de mis ojos salían lagrimas sin parar, aun no lo podía creer — ¿Es verdad eso de que está bien? ¿O solamente es para mantenerme tranquila? — Él se separó de mí, para mirarme, aun no podía creer que estaba llorando, quizá era la primera vez que lloraba frente a él, siempre intentaba mantenerme fuerte.
—Natasha, el peligro paso, él está bien, sus tejidos fueron reconstruidos, pero el daño interno fue más grave, gracias a toda la atención medica que hemos utilizado, el logro soportarlo — No pude evitar sonreír, el estaría bien después de todo — Y si no te había dicho dónde estaba, era porque él no me lo permitió, yo no pude hacer nada contra eso — 'Mientes Furia, sé que si podías' Mire que el salía de la habitación, hizo un gesto con sus manos, pero no me miraba a mí, miraba a mis espaldas, voltee mi cuerpo y lo mire, estaba despierto, se quejaba un poco pero estaba bien, no pude contenerme, me lance hacía el y bese su rostro, cada parte de esté, incluyendo sus labios.
—Clint, perdón, no debí de haberme ido, exagere las cosas, tenía razón en lo que decía, pero las exagere demasiado — Lo estaba abrazando, sus brazos envolvían mi cuerpo, beso mi frente y me alejo un poco, necesitaba descansar su cuerpo.
—Nat, yo lo lamento —Apenas podía hablar sin quejarse, eso me partió el alma, pero era normal, sabía que se estabilizaría — Fui un tonto y me ofusque, en serio lo siento, nunca debí dejar que te alejaras de mi lado — Susurro, lo mire a los ojos y no podía dejar de sonreír, acababa de volver a la vida, dos semanas muerta, dos semanas sin sentir nada, dos semanas sin él, él era mi vida, él era mi todo, definitivamente no podía pasar separada de él tanto tiempo, y ahora me daba cuenta.
— Te amo Clint — Susurre mientras sostenía su mano, hizo más fuerte el agarre y correspondió mi te amo con un beso, el cual yo correspondí bastante gustosa —Nunca te dejare solo de nuevo —
—Y yo nunca te alejare de nuevo — Susurro sobre mis labios, y desde este momento habíamos retomado nuestra vida juntos, sin pausas, y dejando nuestro orgullo de lado.
Doce años después.
Omnisciente
— ¡CLINTON BARTON, VEN ACÁ ESTE MISMO INSTANTE! — El chico rubio camino hacía donde estaba la pelirroja, la miro sonriendo intentando calmar su estrés, pero le fue imposible, ella estaba demasiado molesta con el como para relajarse con una simple sonrisa.
— ¿Te había dicho que te miras hermosa hoy? — La pelirroja estaba comenzando a caer en su juego, como lo hacía últimamente siempre que le mostraba esa hermosa sonrisa.
—No, y no necesito que me lo digas, me lo dijiste ayer, y también antier cuando intentaste escapar de mí, no te va a funcionar esta vez, te lo advierto —Sentencio la pelirroja, el seguía con esa sonrisa de la cual estaba enamorada, y él lo sabía perfectamente.
—Sabes que odio que me digas Clinton ¿Por qué no solamente Frank o si ya es demasiado trabajo dime Francis? Pero Clinton no, a veces no se diferenciar si estas enojada conmigo o con papá — La pelirroja le lanzo una mirada de molestia, él lo entendía.
—Estoy enojada con las dos, te he dicho que no uses el arco en la casa y mucho menos que dejes tiradas esas benditas flechas, Nicole puede lastimarse, que no vez que apenas aprende a caminar —Francis miro a su hermanita menos caminando hacía donde estaba el mientras lo abrazaba por la pierna, el solamente sonrió y la cargo.
—Prometo no hacerlo de nuevo, no quiero que le pase nada —Le dio un beso en la mejilla a su hermanita y Natasha solamente sonrío ante esa escena llena de ternura, sintió como alguien tapo sus ojos con una mano, al instante supo de quien se trataba, era su esposo.
—Feliz aniversario, preciosa —Susurro este en su odio mientras dejaba que se volteara, y se encontró con el ramo más hermoso de rosas rojas, ella solamente le regalo una sonrisa, le encantaba que su esposo tuviera esos pequeños detalles con ella, y aunque su aniversario número once fuera en aproximadamente un mes, siempre procuraba llenarla de obsequios y sorpresas en esos treinta días — Te miras tan hermosa, incluso más que cuando te conocí — Deposito un beso en sus labios mientras bajaba su mano al vientre de su esposa.
—Extraño trabajar —Hizo un puchero mientras notaba como su marido acariciaba su vientre algo crecido, eran exactamente cinco meses — Pero creo que extrañaría más a estos niños traviesos.
—Por supuesto que lo harías Natasha — Ambo sonrieron y caminaron hacía el balcón, se les estaba haciendo costumbre mirar las estrellas cada noche junto a sus hijos.
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Sé que me tarde, y también sé que estoy perdiendo el toque, pero prometo recuperarlo, estoy un poco enferma, y por ese motivo me siento con cero inspiraciones...
Natasha no puede tener hijos, pero me pareció tierno que tuvieran una familia, no lo sé, ¿Se lo imaginan? Creo que Natasha sería una estupenda madre.
Este one-shot lo pidió falbashipper25, dedicado especialmente para ella.