Fuck Society [TERMINADA] (Edi...

By Lizz54

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Holi ~ este es mi primer fic de jainico, de fic, de escribir, de todo xD. Tal ves contenga lemon mas adelant... More

Prólogo
Tu mirada
¿Quién eres?
¿Quién eres? Parte 2
Mi puta curiosidad
Como librarme de ti
Desaparece (Mini Cap)
Te cedo la palabra
Asfixia
Que comience tu juego
Mentiras NO piadosas
¿Qué mierda estoy haciendo?
El verdadero tú
Alas
Sombras del Pasado
"El amor no existe" (Mini cap)
Doble cara
Bajo mis...Tus* reglas
Llamadas
El plan
No me obligues a creerte
Mi territorio Parte 1
Mi territorio Parte 2
Aviso :s
No Tocar
Visitantes
¿Y entonces? ¿Qué somos?
Situaciones incómodas
En realidad, te quiero cerca (Mini Cap)
Aviso
¿Ahora o nunca?
Aviso
Soy diferente
Verdades Parte I
Verdades Parte II
Verdades Parte III
Reflejos
Aviso :c
Aviso (Wattpad ql)
Liar/Mentiroso
Voces y presas
Quédate conmigo
¿Por qué somos tan frágiles?
Aviso de la vidah
Stay strong
La venganza
Cuídate de la bestia
Talvez...
El incomprendido
Curar la herida (Mini Cap)
Silencio
Estamos en sus manos (Mini cap)
Bomba de tiempo
Acompáñame...Por favor (Mini cap)
La casa de los recuerdos
Confusión (Parte 1)
Confusión (Parte 2) (Mini cap)
Aviso coqueto de verano
A la mierda la dignidad
Tiene que ser una broma
Me recuerdas a mi inocencia
Nunca dejes de quererme
Cosecha lo que siembras
Mi bucle en el tiempo (Final)

Dime que ocultas

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By Lizz54

~A las cinco.

~ Ya, a las cin...¡No po! ¿Por qué a las cinco wn? Muy temprano.

~ Ya, ya...a las 7 ¿Mejor?

~ Ya, por ahí puede ser, pero igual es temprano.

~ Es que tampoco me quiero ir tan tarde.

~ Pero Manu, es bar. Funcionan de noche.

~ Pero este bar es diferente po Nico. Podi' ir a cualquier hora.

~ Pero la música se pone en la noche. ¿No queriai' bailar?

~ Pucha, ya oh, pero igual tengo que irme temprano para allá, o si no voy a estar saliendo muy tarde de mí casa.

~ Vente a mi casa y de ahí nos vamos para allá.

~ ¡Ya!

~ ¿Feliz wn? —Traté de soltar cansado de la estúpida discusión, pero su persona me lo impedía.

~ Shi. — Más bien, su voz kawaii me lo impedía.

Ya había llegado su bendito miércoles de fiesta y estaba más emocionado que la cresta. Si con decir que me había llamado 3 veces en la tarde para confirmar la hora y asegurarse que no me olvidara de ir, es suficiente para deducir lo emocionado que estaba.

~ Ya, entonces, ¿a qué hora vai' a llegar a mi casa?

~ A las siete, para estar saliendo a las seis de mí casa.

~ Bueno Manu, bueno.

~ Vai' a tener que bailar ah.

~ No wn, yo no bailo, soy súper tieso.

~ Ya po' Nico, no seai' fome.

~ No no no, si yo te voy a acompañar nomás.

~ Pero no tiene gracia que me acompañi' y te quedi' sentao' toda la santa noche.

~ No wei po' Manu, o si no, no te acompaño.

~ ¡¡NOOO!! Ya ya, me quedo callado. No baili' nomás, pero no me dejí' solo, poooorfa. —Sonaba suplicante y triste, como si de verdad le urgiera compañía...como si tuviera miedo de algo... ¿De qué?

~ Ya oh, si no te voy a dejar solo, tranquilo. Tú solo preocúpate de llegar sano y salvo a mi casa nomas, acá te espero... ¿Te acordai' donde vivo o no?

~ Sí, tengo muy buena memoria...—Pronunció orgulloso—...desde la vez que me quedé en tu casa, me acuerdo del camino.

~ ¿Ah sí?

~ Sip. Cuando paso por un lugar, nunca más se me olvida. —*Que suerte la tuya. Yo no me acuerdo ni de quien soy cuando tomo y al otro día amanezco con caña*

~ Ya, entonces te espero. Nos vemos en la tarde.

~ ¡YA! Chau.

Y colgó.

Me tiré de espaldas en la cama

Los miércoles solo teníamos clases en la mañana y lo agradecía, porque si no, hubiese salido molido de la U, para llegar molido a la casa y tirarme molido en la cama y perfectamente no hacer nada en toda la santa tarde. Bueno, casi siempre no hacía nada...

Eran las dos y media de la tarde.

Me quedaba tiempo de sobra para relajarme y tratar de dormir un poco, antes de encerrarme en un bar lleno de alcohol y música extrañamente "erótica y popera" con el Manu, el cual tenía más que claro que terminaría ebrio...

Miré el techo y comencé a cerrar los ojos lentamente.

*Dormir, dormir, tengo que dormir*

Apreté mis parpados y traté de dejar mi mente en blanco para no ponerme a pensar en estupideces como siempre.

Lo intentaba...enserio lo intentaba, pero el Jaime se me repetía una y otra vez.

No estoy diciendo que pensar en el weón del Jaime sea una estupidez, pero si es una pérdida de tiempo.

Si me pongo a pensar en él, no sirve de nada porque el que termina imaginándose cosas que no son, soy yo. El que se ilusiona, soy yo. El que se hace falsas esperanzas, soy yo. El que termina herido, soy yo. El que termina confundido, soy yo y el que ama unilateralmente...soy yo.

Es una pérdida de tiempo pensar en él y creer que puedo llegar a gustarle. A estas alturas, solo creo que soy un juego para él...y yo me presto para el juego. Me llama cuando quiere. Me garcha cuando quiere. Me besa cuando quiere. Está conmigo cuando quiere (y si es que quiere estarlo) porque para él no debo ser mas allá que una simple entretención.

¿Por qué pienso todo esto con mucha más seguridad ahora?

Bueno...después de que la enfermera nos haya pillado casi en pelotas en la pieza, no se ha dignado a buscarme, ni a llamarme, ni cruzado palabra, ni NADA.

Talvez estoy exagerando. Sé que solo han pasado dos días solamente, pero su comportamiento ha sido extraño en 2 putos días.

*Bipolar de mierda*

Ese lunes en la tarde, llegó atrasado a clases sin siquiera darme una mirada. Solo entró y se sentó como si nada hubiera pasado. Pensé que talvez tenía vergüenza de lo que había pasado en la pieza y que por eso quería hacer como si todo estuviera normal, pero mis teorías fueron rápidamente descartadas por dos razones: Uno, es el Jaime. Le vale verga lo que la gente piense de él. El weón tiene sangre fría. No se atemoriza ante nada. Sería extraño que una simple enfermera lo haya cohibido de tal manera...Y dos, el Jaime siempre me miraba descaradamente, tuviera vergüenza o no (si es que alguna vez sintió vergüenza, lo cual dudo), siempre lo pillaba mirándome care'raja, SIEMPRE, desde que lo conocí: en las clases, en la hora de almuerzo, en las ventanas, cuando llegaba a la U, cuando me iba de la U y tomaba la micro, cuando iba a comprar, cuando iba a la biblioteca...SIEMPRE...Muchos lo llamarían psicópata y yo no tendría excusa para decirles lo contrario, porque ese weón es un enfermo, pero enfermo o no, poco a poco me fui acostumbrando a su presencia. Era como mi sombra...pero que lo fuera, me hacía sentir protegido. Me gustaba pensar que si el Jaime me miraba, nada malo me podía pasar, pero ahora que no tengo su vista sobre mí, me siento...extraño.

Algo le pasa.

El martes en la mañana, llegó tarde y se fue 20 min antes de la clase, para luego hacer lo mismo con las siguientes clases del mismo día. Hasta la tarde...

Hoy día, pasó lo mismo...bueno, casi.

Llegó tarde, se sentó y se puso a dormir arriba de su mochila. Cuando no habían pasado más de 30 minutos, lo llamaron al celular, contestó, frunció el ceño, se levantó rápido y se fue. Lo miré curioso en todo momento.

¿Por qué no me acerqué? Bueno... es el Jaime, nunca sé cómo va a reaccionar. Tenía miedo de acercarme y empeorar más la situación. Sea lo que fuera. Talvez nunca me volvería a hablar si lo molestaba, le reclamaba o le preguntaba porque se estaba comportando de esa manera...y si el Jaime se enojaba definitivamente conmigo, muchas cosas se iban a la mierda.

~Pero ¿Qué culpa tengo yo? ¿Qué mierda hice? ¿Hice algo malo? No, no creo. No hice nada, absolutamente nada para que me ignore de esa manera. De hecho, después de irme de la enfermería ni siquiera hablé con él, entonces, no tiene razón para tratarme así...o sea...Aaaassshhh ¿¡Qué wea!? —Hablaba conmigo mismo y me agarraba la cabeza como desesperado.

Trataba de concluir algo lógico, pero no resultaba.

~ Jaime culiáo. Maricón de a peso, te odio, te odio...

Escuche el crujido de la puerta.

~ ¿Nico? ¿Estás hablando solo?

Deje de agarrarme la cabeza y miré en dirección a la puerta con asombro.

~ ¿Andai' escuchando detrás de las puertas cabra chica?

~ No...Yo solo iba a mi pieza y te escuche hablar...—La miré queriendo sacar más información.

~ ¿Y?

~ Y nada po', venía a ver que te pasaba.

~ Yaaa...—*¿Me estaba espiando?*—...¿Y tú que estay haciendo acá en la casa tan temprano?

~ Suspendieron las clases de la tarde.

~ ¿Y porqueeeé?

~ Porque la profe estaba enferma y nos mandaron pa' la casa y...—La quedé mirando incrédulo—...¿Qué?

~ ¿No te escapaste de nuevo o sí?

~ ¿Qué? ¡No!

~ A ya, menos mal, porque sabes que la vieja se enoja.

~ Sí sí, sí sé.

~ Ya...—Puse ambas manos detrás de mi nuca, las entrelacé y miré el techo otra vez.

Sentí los pequeños pasos de mi hermana acercarse sigilosamente hasta llegar a la cama y sentarse al lado mío.

~ ¿Nico?

~ ¿Qué queri' cabra chica? —Suspiré.

~ ¿Quién es el Jaime?... —*Como si mi cerebro no bastara para torturarme con el Jaime, llega mi hermana y me hace contestar sobre su existencia, de la cual no me quiero ni acordar*—... ¿Es con el que fuiste al Heavy Ballet?

~ ¿¡Qué!? ¡NO!

~ ¿Quién es entonces?

~ ¿Qué te importa piojo? Ándate a tu pieza.

~ Pero Niiiiico.

~ ¿Queeeeé?

~ Diiiiiime.

~ ¿Pa' que queri' saber?

~ No sé po, recién lo estabai' nombrando. ¿Estay enojado con él?

~ Algo así.

~ ¿Por qué? ¿Qué hizo? —Se acercó curiosa cerca de mi rostro.

~ Pulga, insisto, ¿Qué mierda te importa?

~ No sé. Se escucha como si fuera alguien importante.

~ ¿Y cómo supones eso?

~ Bueno, el hermano de mi amiga...

~ Haber, haber, haber, déjame ver si entendí. ¿Le andai' creyendo de nuevo a ese weón?

Se alejó rápidamente de mi rostro y me pude sentar en la cama.

~ No lo escuché directamente de él, pero mi amiga me dijo que su hermano le había contado que el hijo del decano de la facultad de medicina estaba loco, que era un desquiciado y que le pegaba al que encontrara en su camino. Que el profesor estaba muy preocupado por su hijo y que ahora último le era muy difícil hacer clases, que solo asiste a sus reuniones y...

~ Espera Fer ¿y eso que tiene que ver?

~ Bueno, su hijo se llama Jaime.

~ ¿Y tú supones que es el mismo?

~ No sé, puede ser, por eso pregunto.

~ Hay caleta de Jaimes en la U, pero ¿tu supones que al que veo yo es precisamente el hijo del decano? ¿El matón? —Quería fingir no conocerlo, pero no me duró ni dos segundos.

~ Bueno, no lo supondría si no fuera porque también hay rumores de que te han visto cruzar palabras con él. —Me miró segura.

*¿Cómo? ¿En qué momento?*

~ ¿Y tú crees en los rumores? —Trate de pronunciar totalmente despreocupado.

~ No, pero ya sabes. Quiero saber si es cierto.

*Puta la wea, pendeja copuchenta*

~ Es mentira oh. Andan puro inventando weas.

~ ¿Seguro?

Me sujete la frente con los dedos y me refregué fuertemente con los mismos...cansado...

Me paré de la cama y agarré a mi hermana de la mano.

~ ¿Q-Qué pasa?

~ Si no me vas a creer, es mejor que te vayai' ¿Queri'? —Abrí la puerta y la empuje fuera. Fue inútil la oposición que ejerció contra mi fuerza porque era más fuerte que ella. Cosa que no pasaba lo mismo con el Jaime...

~ Pero Nico...—Cerré la puerta rápidamente antes de que se pudiera devolver y le eché pestillo—...Nico, yapo, abre, si solo quiero hablar.

~ Feña, ándate...—Estaba cansado de escuchar sus suposiciones que me hacían sentir más culpable, ya que en su mayoría, bueno, casi todas, eran ciertas, y no quería que supiera nada de lo que estaba pasando. No era de su incumbencia.

~ ¡Yapo Nico!

~ ¡No!

La oí refunfuñar y bajar las escaleras quejándose y...gritando...

~ ¡¡Mamá, el Nico me cerró la puerta en la cara!!

Me importaba una mierda que me acusara con mi vieja, total, sabía que ella siempre acababa apoyándome. La mayoría del tiempo...

Me pasé la tarde jugando, tratando de despejar mi mente para no pensar en el Jaime y su extraño comportamiento. Debería estar más que acostumbrado a sus extraños cambios de humor, pero esta vez estaba seguro de que era diferente. No eran los típicos cambios de humor del Jaime. Esto llevaba más tiempo...dos...casi tres días...sin dirigirme ni la mínima atención, ni la mínima mirada ¿O será que me he vuelto paranoico?

Fue todo tan de repente que hasta yo me sorprendo. No sé a qué se debían todos esos cambios repentinos si yo...no había hecho nada.

Me incliné hacia atrás en la silla del escritorio y suspiré. Tragué saliva y tomé mi celular. Para confirmar mi teoría tenía que hacer una última prueba. Suprimí mi orgullo y mi miedo, y decidí llamarlo.

*Tuuuuut, tuuuuut, tuuuuut...Deje su mensaje en el buzón de voz*

Segunda vez.

*Tuuuuut, tuuuuut, tuuuuut...Deje su mensaje en el buzón de voz*

Tecera...

*Tuuuuut, tuuuuut, tut*

*¿Me cortó? ¿¡De verdad me cortó!?*

~ ¡El muy hijo de...!

~ ¡Negritoooo!

~ ¿Queeeeé?

~ Llegó su compañero de universidad.

¿Llego el Manu? ¿Enserio ya son las siete? ¿Tan pronto?...Creo que jugando se me pasa el tiempo volando.

Tocaron a la puerta, la cual seguía con pestillo, y abrí. Detrás de ella obviamente estaba... el Manu.

~ ¡Nico! ¿Estay listo? ¿Nos vamos?

~ Manu, te dije que era muy temprano.

~ SÍ sé, pero los miércoles empiezan un poco más temprano.

~ ¿Es broma, cierto?

~ No. Enserio. La música empieza como a las nueve.

~ ¿Me estay webian...

~ Nooo...¡Ya po' Nico!

~ Tengo la leve impresión de que te estay aprovechando de que no sé ni mierda del lugar.

~ Noooup.

~ Ya, pero aun así. Es muy temprano...—Me senté en la cama con los brazos entre medio de mis piernas a peso muerto—...Allá llegamos en una horita po'.

~ ¿Una horita? ¿Enserio?...—Pronuncio sarcásticamente incrédulo. Se acercó y me tomó de ambas muñecas—...Vaaaamos Nico...—Comenzó a jalar fuertemente—...Yaaaa po'.

~ No quiero. —Me quejé.

~ Ya po', no te vas a arrepentir, te lo prometo.

~ Pero es muy tampraaaano. —Me quejé por segunda vez.

~ Pero te la vas a pasar bien. Enserio. Las fiestas del Heavy Ballet son la raja. Ya vas a ver.

~ Pero aun así...

~ Ya po' Nico...—Seguía Jalando—...No seai' pajero.

~ Esperemos un ratit...

~...si va a estar el Jaime. —Dijo mientras seguía jalando.

~ ¿¡Qué!? —Dejé de hacer fuerza con el peso de mi cuerpo y casi se va hacía atrás.

~ Aaahhh... ¿ahí te interesó o no?

~ ¿El Jaime va a ir?

~ Yo lo invite —Sonrió. Como si estuviera orgulloso.

~ ¿Y dijo que iba a ir? —Pregunté ansioso.

~ Se supone que sí.

~ Hm ya. Entonces vamos. —Me levanté de la cama de un salto y fui a la puerta—...¿No queriai' ir? Vamos po.

Me miró con una mueca.

~...¿Nico?

~ ¿Qué tienes exactamente con el Jaime?

Tragué saliva pesadamente.

*Exactamente...No sé*

~ Somos...amigos. —Traté de no parecer nervioso, pero se me escapó una risita acusadora al final de la palabra "amigos".

Recuerdo que el Edgar me había dicho que al Manu no se le podía engañar. Siempre terminaba sabiendo que le estaban mintiendo. Tenía como un sexto sentido de mina muy desarrollado.

~ ¿Ah sí? —Me miró perspicaz.

~ Siii.....—Apreté los labios—...¿Vai' a ir o no?

~ Hhmm...—Se paró lentamente de la cama—...sí, pero me debes una explicación.

~ Si te estoy diciendo la verdad, oh.

~ A mí no me engañas Nico... —Pasó por al lado mío y lo oí bajar la escalera. Suspiré en cuanto oí los primeros pasos en la escalera.

*¿Qué onda este weón? Anda amenazante. En un momento es un algodón de azúcar y al otro era duro como roca...Este weón se las trae*

Tomé mi polerón rojo y bajé.

El Manu me esperaba en el living.

~ ¿Tú vai' a ir así?

Llevaba una polera de mangas cortas color morada apretada al cuerpo; un pantalón negro que por casi milagro, le quedaban algo sueltos; zapatillas negras de caña corta y una muñequera de Lol.

Omitiendo la polera morada, el weón se veía bastante rudo...para ser el Manu.

Tenía los ojos algo delineados y se había puesto un poco de sombra. No se le veía mal, pero, weón, ¡es el Manu!, ¿Dónde mierda está el weón kawaii y cohibido de la universidad?

Bueno...no era momento de preguntar...la cosa es que...

~...Sí, ¿Por qué? ¿Qué tiene? ¿Me veo mal?

~ No, pero...vai' muy desabrigao' wn. ¿Te traigo un polerón?

~ Aaaa nah, no te preocupi'. Si cuando te poni' a bailar te da un calor sofocante...—Sonrió—...¿Vamos?

Me estaba comportando como un papá, pero al no estar el Edgar cerca, me sentía con el deber de protegerlo.

~ Bueno...—Salió y yo lo seguí—...Vieja, voy saliendo.

~ Bueno negrito, no vuelva tan tarde. —La vi asomarse por la puerta de la cocina para asegurarse de que la haya oído bien, y lo hice. Le hice un gesto de despedida y comencé a cerrar la puerta.

~ ¡Ya po' Nico, vamos!

~ Sí, sí...—Cuando estaba a punto de cerrar la puerta, me acuerdo de algo—...Oh weón, se me olvidan las llaves, espera...—Entré nuevamente para recogerlas. Estaban encima de la mesa de centro.

Cuando ya las había tomado, miré hacía el frente como un reflejo de levantarme y me encuentro con ella, mi hermana, parada en la puerta de la cocina donde hace un segundo se había asomado mi vieja, de brazos cruzados y el ceño fruncido, moviendo la cabeza de lado a lado.

Me quedé viéndola a los ojos.

*¿Qué?* —Trataba de preguntarle con la mirada. Parecía molesta.

~ ¿Qué se le olvido? —Se asomó de nuevo mi vieja.

~ Las llaves vieja.

~ Tan volaito' mi negro. —Reí nervioso por la mirada acusadora de mi hermana y traté de salir lo más rápido posible.

~ Chao vieja. —Cerré la puerta.

Suspiré.

Extrañamente mirar a mi hermana me hizo sentir culpable de todas las cosas que estaba haciendo. Ir a un Bar de homosexuales; sacarle información al Jaime; mentirle al Edgar; mentirle al Manu; besar al Jaime; entregarle información al decano; meterme con el Jaime; mentirle a mi hermana; sentir cosas por el Jaime...

Me agarré la cabeza. Me sentía algo mareado.

~ ¿Tay bien?

~ S-sí...Vamos.

Llegamos al paradero y después de esperar unos cuantos minutos, tomamos el puto trasantiago.

Cuando llegamos, el Manu se bajó corriendo emocionado, como niño que acaba de llegar a un parque de diversiones.

Estaba oscureciendo. Eran cerca de las 8:30 pm y las luces rosadas y verdes del "Heavy Ballet" se veían desde donde nos habíamos bajado. La música se iba escuchando cada vez más fuerte mientras te ibas acercando y a mí me estaba empezando a entrar el nerviosismo.

*Esta noche va a ser laaaaarga...*

~ Vamos. —El Manu se devolvió corriendo, me agarró la mano y me sonrió.

Le sonreí de vuelta y caminamos.

Era casi una cuadra desde el paradero hasta el Bar y las personas que pasaban por ahí a esas horas, nos miraban como bichos raros. Al principio no sabía por qué, pero luego recordé que iba de la mano de un hombre caminando directamente hacía un bar de homosexuales...eso podía explicarlo.

Atrasé mi paso y el Manu quedó a la cabeza. No tirándome, pero caminando un poco más rápido que yo por la emoción.

Me sentí nervioso por segunda vez y por segundas razones. Pensé en soltar la mano del Yelo e irme caminando solo como que no quiere la cosa hacía otro lado para luego regresar cuando no hubiera nadie, sinceramente me lo planteé, pero cuando vi al Manu y él me devolvió la mirada con una amplia y sincera sonrisa, me sentí bien. Su sola felicidad irradiaba paz y comodidad. Él no se sentía mal en lo absoluto. Él sabía que no estaba haciendo ningún crimen. Él no estaba nervioso. Él no sentía vergüenza. Él sabía que tenía razón. Él sabía lo que esas personas aparentemente no sabían...él también era persona.

Le sonreí de vuelta y apreté su mano.

Sentía como si todos los estúpidos que estuvieran a nuestro alrededor no importaran. Como si el Yelo nos hubiese encerrado en una burbuja anti-miradas acusadoras. Y se sentía bien. Se sentía increíblemente bien.

En momentos como estos pienso en que le debe haber gustado al Edgar del Manu y creo definitivamente que esto es una de las tantas cosas que le llamaron la atención de él. Estoy seguro.

Entramos en el Bar.

En cuanto estuvimos envueltos en el ambiente de humo y alcohol, el Manu soltó mi mano y se adelantó a la mesa de los tragos. Esta vez, no era para tomar, si no para saludar alegre y entusiasmadamente al Seba, el cual lo recibió feliz en sus brazos, lo tomó y lo hizo girar como dos veces.

Los miré con una ceja alzada.

*¿Acaso el Manu y el Seba...? No, no puede ser, no creo*

Me acerqué a paso lento hasta llegar al lado de ellos.

~ ¿Interrumpo?

~ No, no, para nada...—El Seba soltó al Yelo y me dio la mano—...que gusto tenerte por acá...de nuevo.

~ ¿Cómo? ¿Había venido antes? ¿Sin mí? ¿Cuándo?

~ Hace rato ya. ¿Cómo hace 1 o 2 semanas atrás? —Se dirigió a mí queriendo confirmar su teoría.

~ No sé. Ya no me acuerdo.

~ O sea que desde que vinimos te quedo gustando el lugar...Uuuhh pillín, pillín...—Me molestaba picándome el abdomen.

~ No es lo que crees. Solo...—Miré al Seba tratando de decirle que el Manu no tenía nada que ver en el asunto, y al parecer captó mi idea—...vine a tomar un trago.

~ Sí, eso fue. Se quedó una buena tarde tomando el trago que tú habías pedido para él la primera vez que vinieron.

~ ¿Ah sí? —Me miró curioso.

~ Sí, sí...era el bar más cercano.

~ Ah, pero si es así, tomemos ahora.

~ Buena idea...—El Seba lo miró sonriente. Llamó al cantinero y le pidió tres "tragos de reina".

Nos sentamos en una mesa y comenzamos a hablar. Más bien, los dos se pusieron a hablar y yo escuchaba sus anécdotas del pasado. Al parecer se conocían hace mucho tiempo. Con lo que pude escuchar...desde niños.

Dieron las nueve y una DJ al estilo tomboy se subió a una tarima con una consola portátil. Enchufó algunos cables, desenchufó otros y conectó su consola al sistema de parlantes del lugar. En menos de 5 minutos el lugar estaba lleno de música electro-pop que rebotaba contra las paredes levemente aisladas para amortiguar el sonido.

El lugar se fue llenando poco a poco, hasta que no hubo lugar para recibir a tanta gente y decidieron poner guardias en las puertas.

~ ¿¡Viste que fue bueno llegar temprano!? —El Manu me daba de codazos haciéndome notar que estaba equivocado.

~ ¡Ya, ya! ¡Teniai' razón!

~ ¡Oye, pero vamos a bailar po'! ¿¡Cómo nos vamos a quedar aquí!? —El Seba se paró y golpeo despacio el hombro del Yelo que estaba ensimismado tomando su segundo "trago de reina".

~ ¡¡Ya!! —Se paró enseguida.

~ ¿¡Vamos Nico!? —El Seba preguntaba por cortesía, estaba seguro.

~ ¡No, gracias, vayan ustedes! ¡Yo me quedo aquí!

~ ¡Bueno! ¡Como quieras!... —Apenas lo oía con la música—...¿¡Vamos Manu!?

~ ¡Sí, espera!

El Seba se fue hasta la pista para esperar al Manu.

~ ¿¡Estai' seguro que no queri' ir!? —Se acercó para asegurarse de que lo oía.

~ ¡Sí, sí! ¡No te preocupi'! ¡Tú anda a bailar nomah'!

~ ¡¡Cualquier cosa me llamai'!! —*Como si pudiera*

~ ¡¡Oye Manu, antes de que te vayas!! —Lo agarré de la muñeca.

~ ¡¡Dime!!

~ ¿¡Estai' seguro de que el Jaime iba a venir!!?

Me miró tratando de investigar más allá de mi pregunta.

~ ¡¡No sé!! ¡¡No estoy seguro, pero se supone que sí!!...—Le solté la muñeca—...¿¡Queri' otro trago!?

~ ¡No! ¡No te preocupi' estoy bien con este! —Levanté mi vaso meneando orgullosamente su contenido.

~ ¡Ya!... —Se estaba yendo, cuando...—...¡Oohh! ¡Se me estaba quedando!...—Cogió el vaso y con eso se fue bailando hacía la pista y yo, mientras yo quedaba solo sentado en medio de desconocidos.

Rogaba a todos los dioses que el Jaime llegara.

Habían pasado casi 20 minutos desde que el Manu me había dejado sentado para irse a bailar con el Seba.

No me quejo. Total, soy yo el que se aisló por no querer bailar. Así que solo hice lo que me quedaba por hacer y mi cuerpo en realidad me pedía a gritos.

Esperar al Jaime...

Me puse a observar cuidadosamente. Veía las personas que estaban bailando...y nada, miré a las personas que estaban sentadas alrededor...nada, personas apoyadas en las paredes...nada. Traté de ver por encima de la gente y del humo que envolvía todo, pero a pesar de mi no tan baja estatura, no podía ver nada.

Me subí a la silla en donde estaba sentado y miré desde arriba.

Veía de todo, mujeres bailando con mujeres; hombres bailando con hombres; mujeres coqueteando con otras mujeres; hombres haciendo lo mismo; mujeres tomando desenfrenadamente; algunas corriendo al baño para vomitar el alcohol; hombres cayéndose de borrachos, gente bailando hasta volverse loca, donde por cierto estaba el Manu con los brazos en alto meneando su delgado cuerpo al ritmo de la música...okey, sigo...mujeres besándose; hombres besándose; ¿una mujer besando a un hombre? Ah no, esperen, no era hombre; hombres transformistas bailando alrededor de la DJ...Bueno, de todo, pero a él no lo veía y me sentí algo decepcionado.

Me senté de nuevo y tomé mi vaso. Le di un gran sorbo, hasta que lo bebí por completo.

Ya no tenía que tomar más, porque si no, no volveríamos a la casa con vida.

Dejé el vaso y suspiré.

Miré al frente para ver al Manu, pero al no encontrarlo a simple vista y tratar de forzar la mirada, me dolió la cabeza...las luces me mareaban, el sonido me aturdía y la gente me ahogaba.

*Creo que tomé el trago demasiado rápido...*

*No me siento bien...—Me tomé la cabeza y me paré—...voy a tomar aire, a ver si en una de esas, el Jaime está esperando afuera para poder entrar*

Me hablaba a mí mismo para poder sentirme acompañado en medio de un lugar completamente desconocido y de paso, para tranquilizarme.

~ ¡Oye guapo! ¿Qué haces tan solito?

~ ¡Hey lindura, hey! ¿¡Te invito un trago!?

~ ¿¡A quién se le perdió este chocolate!?

~ ¡Avísenle al dueño que ya perdió porque mi amigo se lo va a comer!

Se daban entre codazos y se reían a carcajadas. Me miraban como si fuera una presa a la cual se podían zarpar de un bocado y yo me sentí absolutamente intimidado.

Los que dicen que los gays no son intimidantes, que solo son maricones que se pintan las uñas y arreglan el pelo, que son completamente inofensivos, se equivocan. En este lugar había de todo y ya veía que me comían vivo.

Agaché la cabeza mareado y me apoyé en el Bar.

*¿Qué mierda me pasa? Otras veces no me había pasado esto, pero que chu...*

Vi al cantinero ¿o cantinera? ¿Qué era? No sé, ya estaba lo suficientemente mareado para no distinguir caras, y suspiré. Sentí un shock de adrenalina que recorrió mi espalda, me hizo desorbitar los ojos y generar espasmos.

~ ¿Estás bien? —Sentí a lo lejos, mezclado con la música.

Moví mi cabeza en forma de negación.

~ ¿Estas solo?

Traté de fijar mi vista, pero no pude.

Negué de nuevo.

Estaba sudando y me daban pequeños escalofríos a ratos. Aún estaba consciente de lo que pasaba a mí alrededor, pero me dolía la cabeza y las cosas se distorsionaban un poco.

Me apoye de espaldas en el Bar y traté de relajar mi respiración.

El Manu estaba a unos metros más allá. Bailando muy pegado al Seba, demasiado pegado diría yo, y si no era eso, es que mi vista los estaba fusionando como si fueran una sola persona.

Él no se daba cuenta de nada, por su puesto. La música estaba muy fuerte y el humo muy denso como para fijarse en mi condición. Además estaba tan concentrado en sus movimientos y en los del Seba, que dudo que haya notado mi forzoso recorrido desde la silla hasta el bar, así que siguió bailando como una quinceañera.

No le podía gritar ni cagando, así que solo me quedé ahí...apoyado.

Me tomé la frente por milésima vez y miré el suelo.

*La conchetumadre, ¿Qué mierda...?*

~ ¿Quieres que acompañe al baño?

~ N-no...n-no gracias. —Pronuncié como pude.

~ Te ves pésimo.

~ N-no te preocupi' si...—Me ladeé un poco, pero me sostuve—...si estoy bien.

~ ¿Seguro?

~ S-sí.

~ Estas sudando... ¿Seguro no quieres ir al baño? —El cantinero me había tomado delicadamente del brazo con una mano y con la otra me sujetaba por la espalda.

~ S-sí, s-seguro.

~ Pero no te puedes quedar acá...—Lo miré tratando de juntar todas sus caras, en una—...Ven, tienes que recostarte. —Pasó mi brazo por encima de su hombro, mi cuerpo no respondió, se me doblaron los tobillos y me desmayé.

Cuando desperté estaba recostado en un sillón rojo, tapado por una manta de imitación piel y con unos paños fríos en la frente.

Abrí los ojos lentamente y sentí a la misma voz que me había rescatado hablando por teléfono.

~ Pero tú no me habías dicho que...~ ¿Ah sí? Bueno, bueno, eso es mi culpa, pero tú no fuiste más específico po'...~ ¿Y qué quieres que haga ahora?...~ ¿Cómo que yo tengo la culpa? Sabes muy bien que eso pasa todos los miércoles...~ Ya, sí, sí...pero te recuerdo que es tú culpa, no mía... ~ ¿Ah sí ah? Pues no fíjate, yo hago lo que quiero...~ ¿Y qué si lo hago qué haber? Mi silencio cuesta caro eh... ~ Pero fíjate que no es mi culpa, ya te lo dije. Yo me lavo las manos...~ Sí no fuera porque andas tan ocupado, ni siquiera te estaría ayudando...~ Ya, ya oh... ~ Sí, sí, nada... ~ Okey, chao.

Después de que terminara de hablar, me acordé de algo al instante...

~ ¡Conchetumadre, el Manu! —Me levanté de golpe y me caí al avanzar dos pasos.

Mi "salvador" se asustó y corrió donde mí.

~ ¿Cómo te levantas de esa manera? Tienes que descansar.

~ P-pero el Manu...

~ Tranquilo, son apenas las diez y media de la noche. No te desmayaste por mucho tiempo, gracias a Dios.

Y tenía razón. La música aun retumbaba afuera. De seguro el Manu estaba recién en el clímax del baile.

Me tomó de la cintura y me levantó. Me llevó hasta el sillón y me sentó.

~ Tienes que descansar. Tuviste suerte esta vez... —Al parecer era hombre, pero se vía como una autentica mujer. Su voz era delicada y fina, a ratos tosca, pero enseguida volvía a ser aguda—... ¿Es tu primera vez consumiendo drogas? No sé, talvez... ¿"Fármacos fuertes"?

~ ¿Q-Qué? ¡No!, yo no me drogo.

~ Oh, al parecer no lo sabías. —Se tapó la boca impresionada.

~ ¿No saber qué?

~ Bueno, los miércoles de fiesta, usualmente se les pone algo fuerte al trago. Digámosle así como, "Fármacos fuertes" y esta noche le tocó al LSD.

~ ¿LSD? ¿La droga? ¡Eso no es un fármaco ni cagando!

~ Bueno, decirle droga suena feo.

~ ¿¡Y ustedes están zafados de la cabeza o qué!? ¿¡Son weones o se hacen!? ¿¡Cómo mierda le dan droga a la gente sin que lo sepan!?

~ Todos están informados...excepto tú...¿Tú amigo no te dijo?... —*No, ese cabro de mierda no me dijo*—...No eres un cliente frecuente de aquí, de eso estoy seguro. ¿Eres nuevo en todo esto?

~ ¿En qué?

~ En todo esto, ya sabes...salir del armario, drogarse, sentir cosas por los hombres.

~ ¿¡Q-qué!? —Me paré del sillón con los puños a los lados *¿Acaso todos creen que soy gay?*

~ Lo siento, no quería ofenderte...—Me tomó del antebrazo y me sentó de nuevo—...Entonces no eres gay, te entiendo...

~ N-no es eso...

~ ¿Qué?

~ Que no es eso. Es solo que...estoy confundido...supongo...—Suspiré—...pero ¿qué wea? ¿Se me nota que me gustan los hombres?

~ En algunas personas se nota más que en otras.

~ Por la mier...—Me tomé la cabeza.

~ Pero oye, tranquilo, es solo una fase. Después te sentirás mejor.

~ Ni siquiera sé por qué te digo estas cosas a ti si apenas te conozco...—Me mareé y me sobe las cienes—...Creo que su maldita droga me está haciendo hablar como weón.

~ Tranquilo, puedes hablar conmigo de lo que quieras, al fin y al cabo, ese es mi trabajo.

~ ¿Aconsejar a gay's deprimidos? —No quería ser ofensivo, pero así sonó.

Él no se inmutó con mi pregunta y sonrió.

~ Algo así...Aconsejar y escuchar en general. Bueno, eso por las mañanas, porque por las noches...—Se detuvo—...Bueno, resumiendo, a veces soy una y después soy otro. Mi vida es una locura...—Rió. Me parecía agradable después de todo—...Oh! No me había presentado...—Me extendió la mano—...Me llamo Andrés, pero por estos sectores me llaman Andrea. Ya sabes, es mi trabajo.

Estreché su mano.

~ Nicolás o Nico, como quieras llamarme.

Se me quedó mirando un buen rato, de pies a cabeza.

Solté su mano rápidamente al sentirme incómodo.

~ G-gracias por ayudarme allá afuera. El cabro culiáo al que estoy acompañando ni se inmutó.

~ No te preocupes, siempre termino ayudando a los demás. —Se encogió de hombros y miró el teléfono.

----o----

Holi, como estan? c: No estaba muerta, andaba de parranda 1818 hsjkfhds okno... ojalá anduviera de parranda 77. Tengo una explicación, aún no me lancen sus tomates podridos... yo les aviso. xD

Les cuento mis pequeñas.....Primero que nada, la semana pasada estaba tapada en pruebas. Sí. Literalmente tapada. Tuve prueba todos los días de la semana... sí... TODOS... y el fin de semana tuve que estudiar de sol a sol...no sé como no se me secó el cerebro -.- ... La cosa es que ni siquiera me dio para publicar aviso, así de brígido locoh wom :o y bueno... pasé del aviso y preferí explicarles todo luego. Ojalá no se hayan enojado por no haberles avisado por lo menos :s es que enserio, el tiempo no me dio :c ....y este fin de semana, me las tiré como quise y no me importó nada porque estaba cagá de sueño T-T, había dormido como tres horas cada puto día. Más las malditas replicas (que aunque no les tengo miedo) me despiertan las muy putas. Se les ocurre venir en la noche precisamente y yo tengo el sueño mas delicao' que la chucha :ccc... bueno... estos días...los otros, ni la aspiradora me despierta.

Y bueno.... esa es mi explicación...tiren los tomates nomás. >

También decirles que leí cada uno de sus mensajes cuando les pregunté sobre el terremoto (los leí en tiempo real, no ahora) y me alegró mucho el saber que estaban bien ^^ . Les responderé a cada una mañana c: 

Espero que el capítulo valga la pena... o algo así......y si está escrito como las weas, discúlpenme, es que son casi las dos de la mañana >< lo siento...

Creo que eso era todo.... creeeeooo.... Buenas noches mis pequeñas lectoras, que estén bien c: nos estamos leyendo...Las quiero muchiiiooo muchiiiiooo

Lizz Juerans ~°0°~

PD: Las extrañé -se pone sentimental-

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