—Tranquila, no tardaran mucho en sacarnos de aquí —exclama Noah, dándome aire.
—No puedo respirar Noah, ayúdame, no tengo aire. —Me acabo quitando la blusa.
—Nicole, ¡¿qué estás haciendo?! —dice desviando la mirada preocupado.
—Cógeme Noah. —Me tiro encima suyo, mareada.
—Respira. —Comienza a hacer aire con su boca—. ¡Ayuda, sacadnos de aquí, por favor!
—¿Noah, Nicole?
Cuando Liam abre la puerta del coche, no puedo ser más feliz.
Gracias a Dios, ya era hora.
—¿Se puede saber qué estáis haciendo, golfos? —Liam levanta las cejas y sonríe de oreja a oreja, Noah me tapa como puede el cuerpo, antes de sacarme.
—Liam, muchas gracias, casi me muero ahí dentro, no podía respirar. —Le doy un abrazo casi llorando de felicidad.
—¿Me puedes explicar porque estás sin camiseta?
Me tapo como puedo.
—Es que no podía respirar, me estaba asfixiando dentro del coche, no se me ocurría otra cosa. Por cierto, Noah, gracias por todo. —Le sonrío tímidamente y me marcho en busca de un buen vaso de agua fresquito.
—La tienes en el bote, tío. —Le da un golpe en el brazo a Noah—. Eres un tipo con suerte.
—Cállate —responde Noah sonriendo.
Entro a la cocina a por alguna bebida, pero no queda agua. Abro todos los armarios de la cocina; menos mal que no hay nadie a estas horas, entran a medio día para hacer la comida y aún es muy temprano.
Lo único que he encontrado es una botella con un refresco rojo, pego un sorbo y no está nada mal, sabe a frutos del bosque. De la sed que tengo me he bebido toda la botella de tirón.
Que rico está.
Pero algo está pasando, algo va mal, estoy un poco mareada y la cabeza me da vueltas. Salgo fuera de la cocina a que me dé un poco el aire, cuando se me acerca Will.
—Nicole, ya me han contado que casi te mueres ahí abajo, ¿ya estás mejor verdad? —Yo solo le sonrío de oreja a oreja.
¿Qué me está pasando?
—¡Will, ven aquí, guapetón! —Le doy un abrazo—. Pero como eres tan guapo, me encantan tus ojazos y tu sonrisa, después del idiota de Noah tú eres el más guapo de aquí. —Le doy un beso en la mejilla.
Veo a Noah correr hacia nosotros, yo sonrío de oreja a oreja.
—Hey, ¿qué está pasando aquí Will? —pregunta Noah mirando extrañado a Will.
—Mira quien está aquí, el idiota número uno y el chico más guapo de toda la aldea. —Me mira boquiabierto—. Sí, ese eres tú Noah, pero eres un auténtico imbécil, no sé porque, pero no me caes bien.
—Nicole, a ti te pasa algo. —Me mira muy preocupado.
—A mí lo que me pasa es que quiero bailar. ¡Liam ven aquí! Vamos a bailar.
Cojo a Liam del brazo y comienzo a bailar con él, todos los chicos se nos quedan mirando alrededor.
—¿Tú sabes lo que le pasa? —pregunta Noah a Will.
—Ni idea, se lo mismo que tú, vamos nada.
—¡Chicos vamos, todos a bailar, ya que estamos en este asqueroso lugar sin poder salir, al menos vamos a pasarlo bien, venga! —exclamo alzando la voz a todos los chicos.
—¡Tiene razón! Venga, a disfrutar —escucho decir a Andrew.
Un grupo de chicos comienzan a hacer música y los demás chicos empiezan a bailar y a moverse. Todos se lo están pasando en grande, todos menos Noah y Will, que están desconcertados en una esquina mirando todo.
—Tío esto no es normal, ha bebido o ha tomado algo, ven, acompáñame a la cocina.
Will y Noah se marchan a la cocina y ahí se encuentran con la botella vacía.
—Mira que tenemos aquí —dice Will cogiendo la botella vacía—. Eh aquí el problema, Nicole se ha bebido esto y ahora está en el país de las maravillas con unicornios flotando y corazoncitos en el aire.
—Madre mía... encima se lo ha bebido entero, no sabe que solo abrimos esto cuando hay alguna celebración especial, además, por cabeza nos tomamos medio vaso, no la botella entera, ¡para darle algo!
—Ya no se puede hacer nada Noah, eso sí, mañana tendrá un dolor de cabeza la pobre.
—Bueno le venía bien relajarse un poco, ha estado muy tensa estos días, tampoco es peligroso para ella, lo único que luego se arrepentirá de todo lo que ha dicho. Venga vamos con los demás.
Ya está casi anocheciendo y la fiesta sigue en marcha.
Ojalá todos los días fueran así de divertidos.
—Noah solo te has dedicado a mirar a Nicole bailar, reírse y pasárselo en grande con los chicos. ¿Por qué no vienes con Liam y conmigo? —comenta Will acercándose a Noah.
—¿Por qué tan pensativo neandertal? —digo sentándose al lado de Noah.
—Yo mejor os dejo solo chicos —Will se marcha, dejándonos a Noah y a mí solos.
—¿Por qué te caigo tan mal, Nicole? Dime qué te he hecho.
—Gustarme —digo como si nada, Noah abre los ojos de par en par—. Si, gustarme, es que eres tan guapo, y, además, desde que estoy aquí solo me has protegido y eso me gusta mucho, pero te veo muy egocéntrico, y te has burlado bastantes veces de mí, además me obligas a hacer cosas que no quiero y a mí eso no me gusta.
—Oye, yo no me he burlado de ti en ningún momento.
—Ya bueno lo que tu digas, pero tu callado, no se lo cuentes a nadie lo que te he dicho.
Definitivamente no estoy bien.
—Tranquila, será un secreto entre los dos.
—Genial, vamos a bailar. —Le cojo la mano a Newt, pero él se aparta.
—No, yo no bailo. —Le vuelvo a coger del brazo para que se levante.
—Venga por favor, por mí. —Pongo cara y voz de niña pequeña y él se levanta.
Hemos estado bailando hasta que la luna a aparecido en el cielo, me lo estoy pasando en grande con los chicos. Noah cada vez se va pegando más y más a mí, hasta estar solo a unos centímetros de rozarnos, le cojo de los hombros, lo atrajo hacia mí y lo beso, él abre mucho los ojos y me sigue el juego, pero enseguida me aparta.
—Para, no sigas. —exclama algo alterado.
—¿Por qué? —le digo desconcertada.
—Porque sé que mañana o dentro de unas horas te arrepentirás de esto, y me gritaras y te enfadaras muchísimo contigo misma y conmigo también por lo que ha pasado, me empezaras a decir que soy un aprovechado y cosas así, prefiero que las cosas sigas bien entre nosotros y seamos de momento amigos. —dicho eso se marcha.
Me entraron ganas de llorar con sus palabras, me está comenzando a doler muchísimo la cabeza.
Le he pedido a Liam si me hace el favor de poder dormir hoy en su cabaña con él, y me ha dicho que no hay problema, que él se va a quedar un rato más en la fiesta.
He despertado con un tremendo dolor de cabeza aún más grande del que tenía anoche, están todos durmiendo.
Me levanto con cuidado de la cama de Liam y salgo de la cabaña aún adormilada.
Escucho a unas personas hablar, me escondo para ver de quien se trata; son Noah, Ming y Will.
—Estás hecho todo un conquistador Noah, así se hace —exclama Ming, dándole un codazo a Noah.
—Si, pero si no la quieres déjala, no le hagas daño, como se enamore de ti... —responde Will algo preocupado.
—Si está locamente enamorada de mí, Will, ayer mismo me lo confesó, tranquilo, la tendré enamorada el tiempo que yo quiera y cuando me canse de ella le dejaré y punto, tampoco voy a cargar con ella toda la vida, menudo suplicio, solo quiero divertirme un poco. —Abro los ojos como platos al escuchar a Noah decir eso.
¡Será hijo de su madre!
—Y cómo te enamores tú de ella que vas a hacer —pregunta Ming.
—Yo creo que ya está enamorado Ming. —Will y Ming comienzan a reírse.
—¡No digas tonterías Will! Hago el papel de que me gusta, pero para nada, solo lo hago para divertirme, cuando me canse pues la dejo y punto, que se vaya con alguno de los dos, de momento voy a seguir así, a ver hasta dónde puedo llegar.
¡Será desgraciado el muy hijo de su madre!
—No le hagas mucho daño tío, que no se entere que es todo un juego para ti —exclama Will, se le nota preocupado.
—Tranquilo, malo no soy, cuando tenga que dejarla la dejaré como todo un caballero.
Me llevo las manos a la boca, no me puedo creer que quiera jugar así conmigo, solo se hace el simpático conmigo porque se aburre y soy su mono de feria, además, intenta acercarse a mí para luego cuando se canse me dé una puñalada por la espalda. Lo peor es que Will y Ming saben todo, eso sí que no me lo esperaba para nada.
Las lágrimas comienzan a salir de mis ojos, pero no de tristeza, sino de rabia. Ahora sí que me tengo que ir de aquí y urgentemente, no vaya a ser que a estos tres les dé por violarme como los otros tres chicos del otro día, después de lo que he escuchado no me extrañaría.
Entro en la cocina, cojo una mochila y meto botellas de agua, ya han puesto más en los armarios, menos mal, también cojo pan, queso y embutido, para unos días. Me llevo también una manta y un cuchillo.
Cuando cojo todo lo necesario no me lo pienso dos veces, miro atrás por última vez, lo único que echaré de menos de este lugar es a Liam, el único amigo que tengo aquí, los demás son todos unos mentirosos, no me puedo quedar más en este sitio, ya que no ha funcionado la idea del coche, solo me queda una última opción, el bosque clandestino... respiro hondo, y sin mirar atrás me adentro en él...