Juego Twister
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El despertador suena sin descanso en algún punto de la habitación haciendo que gruña. Levanto la cara de la almohada e intento localizar de que rincón proviene el sonido. Mis ojos apenas están abiertos y mi boca está totalmente seca, pero aun así soy capaz de notas un poco de dolor en ella.
- Mierda
Mi cabeza se empieza a llenar de imágenes de lo sucedido ayer. Tengo suerte de que no hubiese pasado nada más. Lección aprendida, mientras la gente siga educando a los niños como si una mujer fuese su marioneta, tendré que seguir usando taxis o ubers que me dejen en la puerta de mi casa sana y salva.
Me levanto de mi cama y voy al baño para saber cuál es mi aspecto de verdad. Tengo el labio hinchado y con un poco de sangre seca. Mi pómulo ha adquirido un tono entre verde y morado que, para que mentir, me favorece más bien poco.
Mientras me quito la ropa de ayer empiezo a idear diferentes formas de contar lo sucedido sin que todos se alarmen. No voy a pasar horas intentando maquillas el moratón porque no serviría más que para engañarlos. Ayer un hombre intento abusar de mí, pero logre escaparme y devolverle algo de lo que el me hizo. Me siento un poco orgullosa, pero también me he dado cuenta de lo poco preparada que estoy ante este tipo de situaciones.
La pregunta es, ¿Por qué debería prepararme para poder salir intacta ante esto?
Cojo una toalla y el neceser y me voy directa a las duchas rezando por no encontrarme a nadie en ellas todavía.
Las duchas están en silencio por lo que no pierdo el tiempo y me meto en una de ellas. No creo que los chicos tarden mucho en empezar a aparecer y me gustaría estar vestida para cuando tenga que dar las pertinentes explicaciones.
El agua de la ducha consigue terminar de despertarme y me ayuda a aclarar mis ideas. A parte de lo que sucedió ayer por la noche, fue un día intenso. Conocí a la nueva novia de mi padre y posé para una revista en ropa interior como favor a esta. Tengo que reconocer que me lo pase bien y que no voy a descartar una próxima vez si es que se da la ocasión.
Me anudo la toalla alrededor del cuerpo y salgo de la ducha dejando un rastro de gotas de agua que caen por mi pelo. Ando con la cabeza gacha hasta llegar a mi habitación para evitar posibles encontronazos.
En mi habitación me quito la toalla y me hago un turbante con ella en el pelo. Voy al baño y empiezo a maquillarme mínimamente. Un poco de rímel, eyeliner y antiojeras. Vuelvo a la habitación y me pongo un conjunto de ropa interior negra de encaje y me visto con un body negro de tirantes y un vaquero azul claro tipo mom que combino con unas deportivas negras. Aunque ya estamos a principios de octubre todavía se puede ir de manga corta, pero es mejor llevar una chaqueta por si acaso termina refrescando. Me cepillo el pelo mojado y dejo el cepillo en la cama. Por último, antes de bajar a la cocina, preparo el bolso con el ordenador y una carpeta con folios para ir a clases.
Cuando salgo de la habitación se oyen las duchas, pero según me acerco a las escaleras son los gritos de algunos chicos desde la cocina lo que me empieza a poner nerviosa.
Entro en la cocina con la cabeza gacha sin saber como explicar lo de ayer alarmarles en exceso. Ya sabia yo que tenia que haberme quedado mas tiempo en la ducha.
Entre que le doy vueltas a la cabeza y que voy mirando al suelo, no me doy cuenta del cuerpo que tengo delante y me choco con un pecho bien musculado que me agarra por los brazos. De fondo se oye un pequeño gemido de dolor que supongo que proviene de alguno de los chicos que se habrá quemado. No es hasta que el chico con el que me he tocado me vuelve a apretar los brazos, que me doy cuenta que el gemido lo he soltado yo.
Chica, tu te luces cada mañana.
- ¿Qué es esto? -dice el chico con el que me he chocado cuya voz corresponde a Ryan. M-I-E-R-D-A
Levanto la cabeza sin pensar para explicar la situación sin darme cuenta de que de esta manera se me va a ver el moratón del pómulo. Veo el momento exacto en el que Ryan lo ve porque sus ojos se abren de manera desmesurada. Sus manos pasan de mis brazos a posarse en mi cuello y a acariciarme las mejillas con los pulgares. No puedo evitar la mueca de mi boca cuando su pulgar derecho roza la zona amoratada.
- ¿Qué cojones ha pasado? - vuelve a preguntar Ryan con la voz mas endurecida y con la mandíbula en tensión. Veo al resto de los chicos levantarse de los taburetes y empezar a acercarse a nosotros. - ¿Tu padre te ha pegado? - dice Ryan mirándome fijamente. Quizás es por la preocupación que veo en sus ojos o los murmullos de los chicos que me miran con asombro lo que hace que espabile.
- ¡No! ¡Dios, no! - le digo soltándome de su agarre y dando un paso hacia atrás. Ryan da uno hacia delante y yo pongo la mano en su pecho para que no siga acercándose. Necesito mi espacio para poder explicarlo. - No fue mi padre, y aunque se ve mal, pudo haber sido peor. Estoy bien. - les digo a mirándolos a todos. - Estoy bien. - repito con la mirada clavada en Ryan.
- ¿Quién te ha hecho eso? - me pregunta Eddie dándome la mano y obligándome a apartar la mirada de Ryan.
- Ayer volví tarde y la gente arrasó con los taxis, así que directamente me fui a por el bus. Estaba muy cansada y solo quería llegar a casa cuanto antes. Cuando me baje la calle estaba vacía y tenia que caminar un poco. - aparte mi cabeza no estaba centrada donde debía después del mensaje de George. - El tema es que cuando estaba ya muy cerca del campus un hombre se me acerco para tener sexo.- digo y veo como algunos se ponen tensos.- Yo me quede paralizada y eso le cabreo hasta tal punto de pegarme. No paso nada más.
- ¿Te parece poco? - me pregunta Jayden.
- Claro que no. - digo alterada. - De primeras ni si quiera tendría que tener miedo de ir por una calle vacía. ¿Pudo haber sido peor? Si, y también podía no haber ocurrido nada. Por suerte mi hermano me regalo un spray de pimienta que usé, tarde, pero lo hice. - les digo cruzándome de brazos.
Claro que no es normal que un hombre haya querido abusar de mi y tampoco lo es que me haya pegado, tristemente la sociedad en la que vivimos tiene comportamientos como este y peores, y hasta que no se empiecen a ver como deplorables y aun haya gente que los aplauda, las mujeres tendremos que seguir luchando y defendiéndonos.
Los chicos me miran con la boca abierta sin terminar de creerse lo que esta pasando. Eddie parece el único que vuelve al presente y tira de mi para envolverme en un abrazo. Tardo poco en notar con se van uniendo todos. Estar entre todos estos brazos me provoca una sensación de paz, de seguridad y de calma que me cuesta mucho pedirles que se separen.
Cuando voy viendo parte de la cocina entre tantos brazos enredados por mi cuerpo, me doy cuenta de la ausencia de unos de ellos. Tras tranquilizar de nuevo a los chicos y repetirles que estoy bien, subo las escaleras y voy a su habitación.
Llamo a la puerta, pero no espero a que me deje pasar. Se mueve inquieto por la habitación, con una mano en la cadera y otra tirándose del pelo. No se da cuenta de mi presencia.
- Ryan. - le digo metiendo medio cuerpo en la habitación. El sigue sin notarme hasta que repito por segunda vez su nombre y cierro la puerta de la habitación tras de mí. - ¿Estas bien? - le pregunto cuando se me queda mirando. Es evidente que no esta bien, pero no termino de comprender por qué.
- ¿Bien? - me dice con un tono de incredulidad. - ¿Te has visto? - miro mis pies y poco a poco voy subiendo la mirada mientras me intento cubrir con los brazos para darme un poco de apoyo. - Dios, no puedo.
- ¿Puedes, por favor, tranquilizarte un poco?
- ¡Es que no es normal! - me grita histérico.
- ¡Ya lo sé! - le devuelvo mientras me acerco a él. - No es para nada normal, pero estoy aquí, de una pieza, mejor o peor, pero sigo aquí. - le digo cogiéndole las manos y forzándole a que me mire a los ojos. - Lo que no sé, es porque tu estas así, martirizándote.
Ryan me suelta las manos y se sienta en el borde de su cama donde agacha la cabeza y une sus manos. Yo me vuelvo a acercar a el y me siento en el suelo enfrente de el.
- Me dije a mi mismo que no volvería a permitir que sucediese algo así. - me dice dejándome sorprendida. - Y ahora he roto esa promesa. - dice apenado.
- ¿A qué te refieres? - Ryan suspira y se le nota frustrado, no conmigo, si no con el mismo.
- En el instituto una chica de mi vecindario recibía malos tratos de su novio, un compañero de mi equipo de atletismo. - pongo mis manos sobre las suyas para darle apoyo. - No lo vi al principio, solo lo sospechaba. Había momentos en los que estaba seguro de que era así, pero no me daba tiempo a procesar esa idea que me parecía totalmente imposible. Le veía moratones, pero también veía que se daba golpes tontos con las mesas, o se escurría y acababa por el suelo. Fue un día que vi las cosas claras cuando sucedió lo peor. A través de mi ventana vi como discutía con el en la puerta de su casa. El la sacudía por los brazos y la termino empujando al suelo. No paraba de llorar y cuando el se fue se metió en casa. Esa noche sus padres no estaban en casa. Cuando vi lo que paso pensé en acercarme, pero pensé que quizás no querría mi compañía, total, no éramos amigos, solo vecinos y compañeros de instituto. Al día siguiente quería acércame y hablar con ella, ayudarla o hablar con mis padres, pero cuando llegué a su casa me la encontré en el salón con la ropa desgarrada y con sangre por todo su cuerpo. - le miro con los ojos y la boca abierta. ¿En el instituto? ¿Cuántos años tenía ella? ¿Y él? - Su novio había vuelto por la noche y la había violado mientras le hacia cortes en el cuerpo con un abrecartas. Sabia que pasaba algo, una parte de mi lo sabia y no hice nada hasta que fue muy tarde.
Miro a Ryan sin poder creerme todo lo que esta diciendo. Si, soy consciente de que esto ocurre con mas frecuencia de la que debería cuando la verdad es que no debería haber frecuencia alguna, pero pensar que ha ocurrido a alguien que en este caso el conoce, lo hace mas cercano que verlo por la televisión.
- Teníamos 15 años. Después de eso su familia y ella se mudaron y no dejaron ningún rastro. Todavía no me perdono no haber actuado. - me dice y yo niego con la cabeza.
- Ryan, tenias 15 años, eras un crio. No creo que sea fácil actuar ante una situación como esta y mucho menos si no estás seguro 100%. - le digo y le levanto la cara para que me mire. - Ella tenía a sus padres, a los profesores del instituto y a más vecinos. No eras el único que estaba ahí. Si tu no lo viste es posible que otros tampoco lo hicieran. - el me mira mordiéndose el labio. Sus ojos reflejan el dolor de un niño de 15 años que se enfrentó a una situación muy difícil cuando es posible que todavía no la comprendiese totalmente. - No fue tu culpa y lo que me paso a mi ayer tampoco.
- Tenia que haberte preguntado si te iba a buscar. Todos sabíamos que volverías tarde. - me dice
- Ryan, escúchame bien. - no hablo hasta que veo como me presta atención y su respiración se calma. - No eres responsable de mí. Soy adulta y tomo mis propias decisiones. Yo también podía haberos escrito para que me vinieseis a buscar. También podía haber esperado a que llegasen mas taxis o pedir un Uber. Decidí coger el autobús y me arriesgue, pero Ryan, no se puede vivir con miedo y no voy a dejar de hacer cosas y tomar determinadas decisiones por ello. No hay que tener miedo, pero si respeto. Tu vecina no debía haber pasado por eso, no debía haberse encontrado tan indefensa, pero lo hizo. Yo use un spray de pimienta y me enfrente a ese hombre y seguiré luchando contra todos los que se me pongan delante e intenten atacarme porque tristemente tengo que luchar y seré feliz de teneros como apoyo, de tenerte de apoyo, pero no dependo de vosotros. ¿Te ha quedado claro? - le digo pasándole los dedos por el borde de la mandíbula.
- ¿No das opción a replica? - me pregunta con una sonrisa pequeña.
- Para nada. - le respondo sonriéndole. – Te doy diez minutos para que te recompongas. Luego baja a desayunar y a darme un masaje en la espalda. - él se ríe y niega con la cabeza. - Lo harás, y después me acompañaras a poner una denuncia. - le digo con confianza. El me mantiene la mirada y se pone serio. Le cuesta un poco volver a reaccionar, pero termina asintiendo con la cabeza.
Le doy un abrazo que se termina alargando. Apoyo la cabeza en su hombro y el mete la suya en mi cuello, sus manos me rodean la cintura y las mías su cuello. Hoy se harán las cosas bien.
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Cuando llegamos a casa intento borrar de mi cabeza las preguntas que me ha hecho la policía cuando he ido a poner la denuncia. ¿Qué ropa llevabas? ¿Llevabas joyas que pudiesen llamar la atención? ¿Estabas usando el móvil? ¿Escribiendo mensajes al novio? Cuando me ha tocado describir al hombre solo me preguntaban rasgos de la cara y no he podido contenerme a decirles como iba vestido, si llevaba alguna joya llamativa o si él estaba usando el teléfono. Me han mirado como si estuviese loca, pero ¿No es algo necesario para la denuncia? Total, si me lo han preguntado a mi será porque es trascendente.
Machistas. Maldita sociedad patriarcal
Ryan y yo nos hemos quedado comiendo por el centro y ahora estoy agotada. Toda la montaña emocional que ha resultado este mañana ha acabado drenándome la energía. La policía ha hecho fotos de los moratones y me han dicho que me avisaran si ven a alguien que cumpla con esas características para que vaya a reconocerlo.
Puede que durante el día haya parecido fuerte y me haya mantenido entera, pero eso no es totalmente cierto. Ayer pase miedo. Miedo porque pudiese haber pasado algo más, miedo al sentirme paralizada y miedo por tener miedo. Mis ganas de meterme en la cama y taparme con la sabana van aumentando según me acerco a la puerta de casa.
Los chicos han intentado que se lo cuente a mis padres y a mi hermano, pero ¿para qué? Mi madre posiblemente omitiría el mensaje, y mi padre y mi hermano se preocuparían en exceso. Estoy bien.
En cuanto atravieso la puerta de la casa suena una bocina. Veo el suelo lleno de globos y a los chicos con distintos accesorios de disfraces.
Abro la boca sorprendida y empiezo a sonreír según voy viendo el interior de la casa. El salón esta lleno de guirnaldas y mas globos, las mesas tienen boles con distintas patatas y chuches y al fondo se puede atisbar un juego llamado "Twistter" en el suelo.
No me dan tiempo a decir nada y me mandan a ponerme cómoda a mi habitación para bajar y comenzar la tarde de juegos.
En mi habitación me hago una coleta y me cambio los vaqueros y el body por una camiseta de mi hermano y unos leggins negros. Dejo el bolso en el escritorio y empiezo a vaciar el contenido.
Cuando saco el móvil me acuerdo del mensaje que me escribió ayer George y se me viene a la mente la frase que me dijo Ryan. "Es un poco capullo con las chicas. Se acuesta con ellas y luego las olvida" George y yo no nos hemos acostado, pero estuvimos cerca de hacerlo. Por lo que decía el mensaje, esta claro que no era para mí. No éramos pareja y no habíamos hablado de lo que queríamos, pero creo que el ha tomado sus decisiones y, evidentemente, yo tomaré las mías.
Rose: Estoy segura de que ese mensaje no iba a ser para mí. Creo que tenemos que hablar.
En cuanto le envío a George el mensaje dejo el móvil en la cama y bajo al salón a disfrutar de lo que los chicos me han preparado.
La tarde transcurre entre diferentes juegos en los que nos hacemos reír hasta que nos duele la tripa. Mañana no nos reiremos tanto cuando nos quejemos de las agujetas por haber hecho posturas imposibles en el Twister.
Cuando ya nos están rugiendo las tripas y temo que nos empecemos a comer entre nosotros pedimos unas pizzas que, estoy segura, no me ayudaran a mantener la línea.
Empezamos a preparar la mesa cuando suena el timbre.
- Pues si que hay llegado rápido. - dice Eddie yendo hacia la puerta.
- Voy yo, tranquilo. - le digo mientras lo adelanto. Los conoceré de hace poco pero no me fio de que no coman algo en el camino de vuelta a la cocina.
Yo por la pizza m-a-t-o.
En cuanto abro la puerta se me borra la sonrisa de la cara y abro los ojos. Ni de lejos hubiese esperado encontrármelo delante de mí.
- ¿Tom? - pregunto sorprendida. Él borra la sonrisa de su cara en cuanto ve el moratón de mi mejilla.
- ¿Qué te ha pasado? - pregunta con el ceño fruncido
Dios, otra vez no.
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Holaaaa, bueno pues como cada domingo, capitulo nuevo. espero que os guste. creo que me ha quedado un poco flojo, pero es que el proximo capitulo va a ser mas fuerte, ya vereis.
Que tengais buena semana.
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