Delicado
Sensual
Artístico
Eran tres principios que siempre estaban presentes en su mente para dar el mejor espectáculo de la noche.
Yuichiro Ichinose, un joven de dieciséis años estuvo acostumbrado desde pequeño a trabajar. Su contextura era delgada, piel morena y cabello largo azabache pero lo que más predominaba eran aquellos ojos color esmeralda que poseía, logrando embelesar aún más al público.
Era el trapecista y equilibrista del circo Owari no Serafu conocido entre los espectadores como "La Muñeca" esto debido a su increíble flexibilidad cuando se trataba de demostrar su acto, el cual con el tiempo se volvió uno de los principales.
El circo fue creado por su padre bajo la idea de darle una oportunidad a aquellos niños o adolescentes que fueron abandonados a su suerte, incentivando diferentes puestos en los que ellos puedan adaptarse.
Ahora mismo se encontraba preparándose, dando el último calentamiento para luego acomodar su traje.
— Estoy más que cansado, Saotome-ah — El cuello le mataba, había sido un entrenamiento bastante duro inclusive para él.
— Dormiste casi toda la mañana, era obvio que te castigarían por no entrenar — En el camerino había aparecido otra persona, Yoichi Saotome era un chico huérfano que fue abandonado cuando era solo un niño, él al igual que los demás tenían diferentes funciones.
— Eso es porque tuve un espectáculo pesado el día anterior, de verdad a veces dudo que seamos amig—...
Antes de siquiera terminar la oración ya había entrado otra persona gritando ganándose los suspiros de los presentes. — ¿Pueden dejar de hablar de una vez? Es tu turno, Yuu
— Voy, voy.. eres realmente un dolor de cabeza cuando te lo propones, deja de renegar
— ¿Cómo no hacerlo? En nuestra primera presentación en Japón con mucho público, más te vale no arruinarlo
— Si lo presionas no vas a ayudarlo, Kimizuki-kun
— Yoichi tu deberías apoyarme a mi
— Bien tortolos, yo no quiero estar en medio de su burbuja de amor. — Yuichiro abandono la sala dejando a ambos chicos apenados luego de aquel comentario, era divertido molestar a ese par en especial cuando se podía notar una clara química pero los dos eran tan idiotas para confesarse al otro.
— Bien Yuichiro, tu puedes. — intento darse ánimos antes de ingresar al escenario. — No voy a cometer ningún error, yo puedo.
Finalmente, la música de entrada se hizo presente siendo una señal para presentarse en el escenario. El público clamo al verlo y luego de una leve reverencia dio inicio al espectáculo que estuvo bajo la mirada de cierto rubio en particular.
— Es hermosa
— Lo se, es la favorita de este lugar
— ¿Tú crees que podríamos conocerla?
— Si es lo que deseas, tienes suerte de tener a un hermano que tenga muchas influencias, Mikaela
— ¿Eso crees?
Fue lo último que menciono Mikaela Bathory antes de no despejar su vista en aquella señorita.