Amar nunca es un error

By palo_89

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Jennifer Morrison y Colin O'Donoghue. El destino cruzó sus caminos, y pronto se dieron cuenta de que no podía... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11 (final)

Capítulo 6

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By palo_89

Había tomado una decisión. Los acontecimientos de ese día le habían dejado muy claro lo que tenía que hacer. Se metió en el parking del hotel de Jen y dejó ahí su coche. Como la rubia era una de las clientas VIP, y además, la chica de la recepción le reconoció enseguida, no tuvo ningún problema para que le permitieran subir a su habitación, pese a la hora. Se dirigió a los ascensores mientras aquella frase seguía resonando en su cabeza. "Ojala no te hubiera conocido nunca". Había sido como un puñal en mitad del corazón... aunque no dejaba de pensar que Jen tenía parte de razón. Se habían complicado la vida mutuamente. Pero no... no podía arrepentirse de haber visto el brillo de sus ojos de cerca, de haber escuchado su risa día tras día, de haber besado sus labios o de haber notado su cuerpo de muñeca temblar bajo sus manos. Tampoco de sus charlas, desde las triviales hasta las trascendentales, de sus horas muertas en el rodaje que pasaban escuchando música o leyendo juntos, de esas entrevistas tan rutinarias que ella convertía en momentos especiales... si pudiera volver atrás, repetiría todos y cada uno de los momentos que había vivido a su lado.

Cuando llegó ante su puerta, respiró hondo un par de veces y llamó. Era tarde, y el pasillo estaba desierto. Jen abrió unos segundos después, y Colin vio la sorpresa reflejada en sus ojos. No le esperaba. Ya estaba en pijama, con una camiseta gris de manga corta, un short de cuadros blancos y negros, el pelo recogido en una coleta alta, y ni una gota de maquillaje en su cara. Dios, era perfecta.

- ¡Colin! ¿Qué haces aquí? - preguntó, con voz dulce. Menos mal... no había ido para discutir.

- Hola. Sé que es un poco tarde, pero... estaba cenando, y dándole vueltas a lo que ha pasado, y hay algo que tengo que decirte. ¿Puedo pasar?

- Sí, claro. Por supuesto. - contestó ella, haciéndose a un lado.

Jen cerró la puerta, y siguió con la mirada a Colin mientras éste entraba en su habitación. Le vio llegar a la estancia que hacía las veces de salón, y quedarse de pie en el centro, mirándola. El corazón le iba a mil por hora.

- Puedes sentarte. No estás castigado. - dijo Jen, intentando bromear.

- Tranquila, no voy a quedarme mucho. No quiero molestar.

- No, Colin, tú nunca molestas. Mira, yo... - se acercó un poco más a él - siento muchísimo lo que dije antes. No quería hacerlo. Estaba enfadada, y dolida, y... necesito que sepas que no iba en serio.

- No tienes que disculparte...

- Sí, si tengo que hacerlo. - le interrumpió. - Estos últimos días han sido una auténtica locura. No he dormido bien, apenas he conseguido comer algo... todo esto me está afectando mucho. Pero me importas. Eres una parte fundamental de mi vida, Colin, de verdad.

- Jen... - puso una mano en su hombro. - ¿Te estás oyendo? No duermes, no comes... estás así por mi culpa. Está claro que no soy bueno para ti.

- ¿Pero qué dices? ¡No!

- Mañana voy a hablar con Adam y Eddy, y les diré que no cuenten conmigo para la próxima temporada. Quería que fueras la primera en saberlo.

- ¿Cómo? - se sintió igual que si le tirasen un cubo de agua helada sobre la cabeza.

- De hecho, me gustaría poder dejarlo antes de la 5B, pero como tenemos el contrato firmado... lo hablaré con ellos. Lo que sí me gustaría es poder darle a Hook un buen final... le he cogido cariño. - sonrió, pero era una sonrisa triste.

Jen se dejó caer en el sofá. Aquello no podía estar pasando, tenía que ser una broma de mal gusto.

- No puedes hacer eso... - apenas le salía la voz por el inmenso nudo que se había formado en su garganta.

- Lo he pensado mucho, y la decisión está tomada. Es mejor que estemos separados, tú lo sabes. Además, hay una productora que me hizo una oferta para un par de proyectos hace meses, y los rechacé por la serie. Puedo llamarles, seguro que tienen algo para mí.

- ¿Qué lo has pensado mucho? ¡Pero si hace menos de dos horas que hemos salido del set! - Jen notaba que las lágrimas luchaban por salir, pero consiguió retenerlas. - ¿Esto es por Helen? ¿Has decidido volver con ella? - aunque una respuesta afirmativa acabaría de hundirla, tenía que saberlo.

- ¿Qué? ¡No! - Colin se sentó junto a Jen. - Mira... yo decidí separarme de Helen sin saber si tú y yo llegaríamos a tener algo. Eso no va a cambiar. De hecho, mañana he pedido cita con mi abogado para empezar con los trámites. - Jen le miró, pero no dijo nada. Él vio sus inmensos ojos verdes brillantes, a punto de romper a llorar, y notó que sus fuerzas flaqueaban, pero apartó la vista de ella y continuó hablando. - Créeme, sé lo que hago. No puedo consentir que, con todo lo que hemos pasado, acabemos tirándonos los trastos a la cabeza. Y ésta es la mejor solución. - como Jen estaba mirando a ninguna parte, y no parecía tener intención de hablar, Colin sintió que lo mejor era irse. - Es tarde, debería marcharme. Nos vemos mañana, ¿vale?

Se levantó y fue hacia la puerta. Sabía que estaba haciendo lo mejor para los dos, pero entonces, ¿por qué se sentía tan mal? Prefirió no pensarlo. Ya tenía la mano en el picaporte, cuando la escuchó.

- Eres un imbécil.

Se dio la vuelta, y se encontró con Jen, justo detrás de él, mirándole. No parecía enfadada... simplemente destrozada. Tenia la cara mojada por las lágrimas, que habían acabado siendo más fuertes que ella.

- ¿Quién es el que huye ahora? Estás haciendo lo mismo que me reprochaste a mí, pero de forma mucho más drástica. Tenemos una pelea, una maldita y estúpida pelea, y ya decides mandarlo todo a la mierda. A mí, a la serie...

- Pero Jen...

- ¡Déjame hablar! - le interrumpió. Se secó las mejillas con el dorso de la mano antes de seguir. - Después de que te fueras de la caravana, me convencí a mí misma de que era mejor dejarlo correr, de que nosotros no teníamos que estar juntos. Pero ahora... apareces aquí y me dices que vas a dejar una serie y un personaje que adoras, y yo... me siento culpable, pero sobre todo, me duele. Colin, te dije que deseaba no haberte conocido, y es la mayor mentira que ha salido nunca por mi boca. Si te vas... si desapareces de mi vida... no sé que voy a hacer, porque... yo también te quiero.

Ahora era Colin el que se había quedado mudo. El corazón amenazaba con salírsele del pecho, y miraba a Jen como si hubiera visto un fantasma. ¿De verdad lo había dicho?

- ¿No vas a hablar? - preguntó Jen, abatida. - Mira, yo ya no sé que más decirte... pero necesito que reflexiones, que pienses lo que...

Los labios de Colin sobre los suyos le impidieron acabar la frase. Jen lanzó una mezcla de suspiro-gemido de alivio contra su boca. Las dos manos de él estaban a ambos lados de su cara, y Jen le rodeó el cuello con sus brazos. No pensaba volver a soltarle nunca... acababa de pasar el peor rato de su vida. Aunque... no le había dicho si había cambiado de opinión. Notó una punzada de miedo y se separó.

- Espera, espera... - dijo, respirando agitadamente. - ¿Significa esto que te quedas en OUAT?

- ¿Tú que crees? - contestó Colin con otra pregunta, con las mismas dificultades para hablar que ella. De repente, la sonrió, con esa sonrisa que le hacía perder el sentido a Jen. - Puede que éste sea el mayor error de nuestras vidas, y que nos demos una ostia increíble de la que salgamos hechos polvo, pero... si me quieres, si de verdad me quieres, estoy dispuesto a correr el riesgo.

- Te quiero, te quiero, te quiero. - Jen, que seguía colgada de su cuello, fue la que se lanzó a besarle esta vez, sonriendo también.

De repente, la ropa parecía estorbarles. Sin dejar de besarse, casi desesperados, como si el mundo terminara esa misma noche, llegaron hasta la cama. Y sin poder resistirse, Jen le abrazó con fuerza, haciéndole caer sobre el colchón por el impulso. Colin se echó a reír.

- ¿Te recuerda a algo? - preguntó Jen, pícara. Pillándola desprevenida, Colin la sujetó con sus brazos e hizo que ambos rodaran, hasta quedar él sobre ella.

- Eres preciosa. - le susurró Colin al oído, y empezó a besarle el cuello con devoción.

Jen no podía pensar con claridad, era un cúmulo de sensaciones. Separó un poco a Colin de ella para poder quitarle la camisa. Madre mía... ese pecho cubierto de vello, tan masculino, conectaba con un lugar muy concreto de su cuerpo. Él, con la delicadeza del músico que sabe que está tocando una pieza única, y a la vez con la pasión que le recorría las venas, hizo lo propio con la parte superior del pijama de Jen. Sin dejar de llenar cada centímetro de piel desnuda con sus besos, le bajó los tirantes del sujetador, y ella le ayudó a quitárselo. La boca de Colin descendió entonces hasta los pechos de Jen, haciendo que la rubia se retorciera de placer debajo de él. En un momento dado, Colin la miró desde su posición, con sus ojos azules ardiendo como nunca antes, y aquello terminó de encender a Jen. Se incorporó en la cama, haciendo que Colin también se levantara, y llevó sus manos hasta el botón y la cremallera de los vaqueros de él. Cuando los tuvo desabrochados, Colin se puso de pie sólo los segundos necesarios para quitarse los zapatos, los calcetines y permitir a sus pantalones caer al suelo. En cuanto lo hizo, no tardó en volver a la cama junto a ella. Ahora que por fin estaba ocurriendo, no quería desaprovechar ni un instante a su lado. Jen se había quitado también sus shorts, por lo que ella sólo mantenía sus braguitas, y él sus boxers... pero ninguna de las dos cosas permaneció puestas mucho tiempo. Por fin, completamente desnudos, sólo eran capaces de besarse, de acariciarse, de rozarse uno contra el otro. Después de unos minutos de recorrerse mutuamente el cuerpo con las manos y los labios, Colin clavó sus ojos en Jen; seguía sosteniéndose sobre ella, con sus codos apoyados en el colchón, y la rubia supo interpretar su gesto: quería saber si estaba segura antes de seguir. "Dios mío", pensó. Era un caballero hasta en una situación como aquella, en la que no pensaba precisamente con la cabeza. Pero Jen pudo ver su necesidad de hacer las cosas bien... y quiso tranquilizarle.

- ¿Sabes cuánto tiempo llevo soñando con este momento? - consiguió susurrar, entre profundas bocanadas de aire. - Por favor, Colin, ¡hazlo!

No tuvo que decir nada más. Colin sonrió, y con decisión, se hundió en ella. Jen gimió cuando se fundieron en uno solo. Sin dejar de besarla, Colin entraba y salía del cuerpo de la rubia con decisión, mientras ella se agarraba con fuerza a su espalda. Las caderas de Jen le buscaban, y él respondía con más fuerza y pasión. Cuando no pudo más, Jen se dejó ir en el orgasmo más intenso de su vida, , y la forma en la que jadeó el nombre de Colin, mientras cada músculo de su cuerpo temblaba, hizo que él, tras una última embestida, alcanzara también el clímax. Colin, agotado, cayó sobre ella, y Jen, empapada en sudor, deseó parar el tiempo en aquel preciso instante.



Tras una ducha juntos, que en principio les iba a servir para refrescarse, pero que acabó convirtiendo a los azulejos del cuarto de baño en testigos de excepción de su amor, Jen fue la primera en volver al dormitorio. Envuelta en un esponjoso albornoz blanco, se dirigió al armario, a la vez que iba recogiendo las prendas que se habían quitado antes del suelo. Se giró hacia Colin, que salía en ese momento del baño, sólo con una toalla alrededor de su cintura. No pudo evitar suspirar mirándole. Cuando sus miradas se encontraron, ambos sonrieron, embobados.

- Te dejaría algo de ropa... - dijo Jen, a la vez que sacaba un pijama limpio del armario para ella - pero creo que te iba a quedar un poco justa. - Colin se echó a reír.

- No te preocupes, me conformaré con mis calzoncillos... si me los devuelves, claro. - y señaló con la cabeza el montón de ropa que Jen tenía entre las manos, donde asomaban unos boxers negros.

- ¡Tuyos son! - y se los lanzó con picardía.

Colin los dejó sobre la cama, y aún envuelto en la toalla, se sentó a comprobar su móvil.

- Dos llamadas perdidas de Josh... es peor que mi padre. Lo tengo en silencio y ni me he enterado.

- ¿Por qué te habrá llamado?

- Bueno, les dije a Ginny y a él que cenaría por ahí y que volvería pronto a casa. Supongo que están preocupados... voy a ponerles un mensaje. - y tecleó algo rápidamente.

- Espera... - Jen se acercó a él. Ya vestida con un camiseta larga roja que usaba de pijama, fue hasta Colin y se sentó sobre sus rodillas. - ¿Estás viviendo con ellos?

- Sí, ¿no te lo he dicho?

- No... creo que esta tarde estábamos demasiado ocupados gritándonos. ¿Desde cuándo?

- Desde el viernes. Helen me dijo que no quería que volviera a poner un pie en casa, así que... lo peor es no ver al peque, ¿sabes? No veo el momento de hablar mañana con mi abogado y buscar alguna solución.

Jen vio la tristeza en su cara... no soportaba saber que se sentía mal. Sentada en su regazo como estaba, le abrazó, apretándole fuerte contra ella.

- Lo siento.

- Tú no tienes la culpa de nada. - dijo Colin, separándose lo justo de ella para poder besarla con dulzura en los labios. - Necesitaba esto... estar así contigo... llevaba demasiado tiempo viviendo una vida que ya no me llenaba.

Puso su mano izquierda sobre la rodilla de Jen y empezó a acariciársela, y fue cuando ella se dio cuenta de algo: ya no llevaba el anillo. Le parecía increíble que, después de todas las caricias que le había regalado con esa mano, no hubiera reparado en ello hasta ahora. Guiada por un impulso, entrelazó sus dedos con los suyos. Como si le leyera la mente, Colin se explicó.

- Supongo que no tenía sentido seguir llevándolo, ¿no? - preguntó, mirándola.

- Supongo... - pero de repente, se sintió inquieta. - Colin... ¿te arrepientes de lo que ha pasado?

- ¿Qué dices? ¡Por supuesto que no! ¿Tú te arrepientes?

- No, pero yo no me acabo de separar... no quiero que te despiertes mañana y pienses que esto ha sido un error.

- Eh... - Colin sujetó la cara de Jen con su mano y la giró lo justo para que tuviera que mirarle. - Eso no va a pasar. Necesito que confíes en mí.

- Ya lo hago.

- Es todo lo que me hace falta ahora mismo. - el móvil de Colin vibró, y ahora sí que lo escucharon. Era un mensaje. Lo cogió, y tras leerlo, se echó a reír. - Es Josh. Dice que buenas noches a los dos. Creo que tenemos su bendición. - Dejó de nuevo el teléfono en la mesilla. - Es tarde... ¿puedo quedarme a dormir?

- ¿Me acabas de preguntar eso de verdad? - le dio un beso rápido y se puso de pie. - Anda, métete en la cama.

Colin dejó la toalla sobre una silla, se puso los calzoncillos y se echó en la cama, moviéndose hacia un lado para dejarle hueco a Jen. Ella se tumbó junto a él, apoyando la cabeza en su pecho, y les tapó a ambos con la sábana. Oh, sí... podría acostumbrarse a eso. Apagó la luz y cerró los ojos. Notó que Colin aspiraba el aroma de su pelo, a la vez que posaba tiernamente los labios sobre su cabeza para besarla, haciéndola sonreír.

- Buenas noches, Jen. Que descanses.

- Buenas noches, Colin. - y antes de caer por completo en los brazos de Morfeo, Jen añadió para sus adentros: "Quédate para siempre".

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