______ se paró y me tocó el brazo, y yo me puse delante de ella tratando de disimular la tristeza en mi cara. “Lo siento tanto,” susurró ella, mirándome directamente ahora. Y entonces estaba abrazándome fuertemente mientras repetía su sentimiento de pesar.
La abracé más fuerte y descansé mi barbilla encima de su cabeza.
Respirando hondo, le confesé, “A veces, simplemente la echo mucho de menos.”
Ella se soltó un poco para mirarme directamente. “¿Cómo era?”
“Vamos al parque y te contaré todo,” le dije. Volvimos a meternos las manos en los bolsillos y caminamos la distancia corta al parque vacío.
Nos sentamos en un banco bajo una farola. Después de unos minutos, ______ volvió a sorprenderme. Me tomó de la mano, entrelazó nuestros dedos y se abrazó a mi brazo, descansando su cabeza sobre mi hombro. Ella estaba tratando de darme fuerzas. Me asombró. Aquí estaba una chica que tenía miedo de los demás y me daba fuerzas a mí.
Empecé a contarle más de mi madre. Describí sus chistes y como era una madre estricta, pero tan divertida y tan llena de vida. Le conté como nos cuidaba y como nos hacía ser respetuosos con todos. Siempre se aseguraba de que éramos felices. Si teníamos cualquier pregunta o si necesitábamos hablar con alguien, ella siempre estaba allí.
“Me parece que era una persona maravillosa,” ______ dijo con una voz clara.
“Sí, lo era,” le contesté. Nos sentamos en silencio por unos diez minutos más mientras yo me componía. “No debes correr por la noche, ¿sabes?”
Ella se río una risa callada y dijo, “Lo sé, pero no me para.”
Descansé mi cabeza contra la suya, “¿De veras no te importa que vayamos con ustedes al partido?”
“Sí. Quiero decir, mi padre va, así que si ya voy a estar un poco incómoda, por qué no traer a ustedes dos también. Además, quiero mucho que venga Greg. Está tan entusiasmado.”
“Oh, ya veo. Sólo quieres que vaya mi hermano. Tsk, tsk.” Ella se rió. “Quiero que vayas tú también.”
Le miré con una ceja levantada. “Oh, ¿de veras?”
Ella volvió a reírse y dijo, “Absolutamente….sólo no tanto como quiero que Greg se vaya.”
Le di una expresión falsa de horror, haciéndole reírse aún más, y dije, “Bueno, pues, tal vez debo quedarme en casa.”
Ella apoyó su cabeza sobre mi hombro y dijo, “Ya es demasiado tarde, ya pedí los boletos. Ahora estás en el mismo barco que yo. Tú te vas te guste o no.
Yo me reí. Decidí saltarme a la nada. No sabía cómo ______ reaccionaría, pero quería saber qué le había pasado. “Ahora sabes lo de mi madre,” empecé en un tono bajo. “¿Me contarás sobre la tuya?” ______ se tensó. Tal vez no debería habérselo preguntado. “No importa, tal vez debemos irnos para casa.”
“No. Yo…yo te contaré un poco.” Me quedé allí esperando que me lo explicara. ______ suspiró y habló con su voz frágil. “Mi madre me abusó verbalmente. ¿Estás alegre ahora?”
“No,” le dije envolviéndola con un brazo. Parecía que fue todo lo que iba a decir. Esperé cinco minutos.
“Mi madre era mi mejor amiga. Todavía lo es. Ella me echó la culpa de que mi padre se fuera. Ella bebía alcohol y era adicta a las drogas. Después de una rotura que me afectó mucho, empecé a creer lo que me decía. Todavía lo hago. Eso es todo.”
Mi corazón se rompió con sus palabras. Me levanté y la traje conmigo. Todavía tenía su mano en la mía y estaba muy cerca de mí. No me miraba cuando me preguntó, “¿Por qué a ti te importa?”
“¿Quieres la verdad?” Todo lo que hizo fue asentir con la cabeza. “Hay muchas razones, pero hay una principal. Además del hecho de que quiero que veas tu propio valor,” pausé, levantándole la cara para que me mirara. “Me gustas. Me gustas mucho.”