Piedras Preciosas. Una nueva...

By GwenLightwood

10.4K 391 81

Todo ha vuelto a la normalidad. Si es que a esto se le puede llamar normalidad. Gwen y Gideon han derrotado a... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7 (Matthew POV)
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11 (Gwen POV)
Capítulo 12
Portadas (1/2)
Portadas (2/2)
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
PEQUEÑO AVISO

Capítulo 8

344 14 0
By GwenLightwood

Se notaba mi confusión, de eso estaba absolutamente segura. Y con la facilidad con la que Gideon podía leerme, como si me conociera de toda la vida, casi como si fuera de su familia, era más que obvio que él también la notaba.

Gideon me miró expectante, pero después de otro par de segundos de intercambier miradas él soltó una risota. No parecía que aquello fuera algo que hiciera muy seguido pues no lucía como su yo de siempre.

Mi mirada de confusión se incrementó.

-¿En serio quieres escuchar toda la historia? -preguntó después de tranquilizarse- Te aseguró que no es una muy larga de contar, pero aun así es extraño que me lo pidas.

No era lo que yo esperaba que él entendiera por mis miradas, pero si me estaba dando la oportunidad de escucharla ¿por qué no?

-Bueno, pues, no hay mucho que decir -su expresión era concentrada, como tratando de recuperar todos los detalles que se le escapaban-. Casi al mismo tiempo que se embarazó Gwenny mistress Jenkins llegó anunciando que tendría un bebé, la mujer ya no era tan joven, pero estábamos felices por ella. Nació Natalie, y cuando mistress Jenkins regresó a trabajar a la Logia (sinceramente aun no entiendo cómo es que no acabó renunciando) comenzó a traerla a veces porque no siempre tenía quien cuidara a la bebé. El tiempo pasó, todos crecieron y casi desde que tenían tres años Matthew y Natalie se hicieron amigos; jugaban todo el tiempo, pero como no siempre podían estar juntos ya que teníamos que entrenar a Matt como un nuevo viajero del tiempo Natalie comenzó a apegarse más y más a la Logia.

»Como te dije, tres meses aproximadamente antes de el escape del conde se hicieron algo así como novios; Natalie siempre mostró mucho interés en él, pero obviamente no del tipo de "te amo", sino más bien un "me gustas", así que Matthew la aceptó de esa manera, a pesar de su corta edad. Aunque desde que salimos de Londres él ha sido una persona muy diferente.

Cuando terminó de hablar yo no sabía que decir. Honestamente no esperaba esa historia, pero obviamente tampoco esperaba que me la contara ¿no?

Hubo un largo silencio incómodo durante el cual yo simplemente comencé a asentir.

¿Qué se hacía en esta clase de situaciones? Me puse a maldecir todos mis intentos de alejarme de las chicas engreídas de mi salón y el hecho de juntarme con todas las personas escépticas y sarcáticas posibles (sobre todo Jonás).

No había nada más que hacer y no sé qué esperaba Gideon que hiciera, así que me refugie en mis interminables preguntas, aunque ahora tuvieran que ser dirigidas a la vida de Matthew.

-¿Por qué cambió? -fue lo primero que se me ocurrió, pero aun así mi voz salió suave y calmada en lugar de ansiosa como yo esperaba.

-No lo sé -la expresión de Gideon se tiñó de derrota; luego murmuró-. A veces es tan difícil de descifrar.

Aquella conversación terminó allí, lo que fue un alivio, porque yo no estaba dispuesta a seguir finjiendo que aquello me hacía sentir cómoda.

-Bueno ¿quieres cenar? -era como si la magia hubiera actuado y le hubiera otorgado a Gideon de un momento a otro una sonrisa resplandeciente.

-Por supuesto -automaticamente le devolví la sonrisa.

-Pero estás avisada de que aunque he pasado años tratando de hacer cenas románticas para Gwen soy un desastre en la cocina.

-Eso es perfecto, porque lo único que realmente sé hacer sin provocar un incidente son sandwiches y pasta.

-Muy bien, entonces manos a la obra.

Después de aquello conseguimos hacer lo que era una pasta con salsa de tomate medianamente presentable, aunque a mí me había encantado, con todo y que casi conseguimos hacer que la licuadora explotara.

Al día siguiente, contra cualquier expectativa, Gideon basicamente me obligó a llamar de nuevo a Frida para invitarla a venir a la Logia. La manera en la que me trataba muchas veces me hacía pensar en que trataba de compensar algo el problema era ¿qué?

El resto de la semana transcurrió de una manera bastante parecida pues lo único que hacía era tratar de aprobar los examenes, elapsar, tratar de descubrir mas cosas en el despacho de Gideon e inventar teorías con Frida, y a veces también incluso con Jonás.

Aquellos sueños en los que escuchaba voces y veía unas sombras se fueron incrementando con el paso de los días y había notado que con cada vez que me atacaban esos sueños las voces se volvían más claras y las sombras más y más definidas; el jueves por la noche aquel sueño se había vuelto casi opresor.

Aunque claro, los sueños, que a veces también me preseguían mientras estaba despierta (cosa que atribuía al cansancio y shock que me habían causado los viajes en el tiempo), no eran la única cosa que ocupaba mi mente. Diario iba a mi casa justo después de haber terminado el examen del día y era rodeada por la ola de nostalgia que había comenzado a sentir mi mamá incluso antes de que yo abandonara la ciudad; las noches y parte de las tardes las pasaba en la Logia, a veces acompañada por Frida, en donde me consumía en millones de preguntas que seguían rondando por mi cabeza y en pensamientos sobre Matthew, a pesar de que esos últimos tratara de evitarlos todo el tiempo que me fuera posible.

Pero, a pesar de todo, había avanzado increíblemente en mis indagaciones sobre el conde. Con ayuda de la creatividad de Frida, los datos y teorías que me proporcionaba Gideon y mi tendencia a ver muchas películas y leer libros, ahora teníamos un panorama un poco más general sobre lo que podía querer el conde.

-Paul nunca me reveló nada -había comenzado a decir Gideon la noche del miércoles durante una de las interminables sesiones de conspiración, como las llamabamos Frida y yo, que estaba teniendo lugar en la sala de estar (que ahora tenía cada centímetro de la habitación cubierto de papeles y libros) mientras Frida, Jonás (que por fin se nos había unido) y yo disertábamos sobre la piedra filosofal-. Pero he tenido varios años para tratar de descubrir algo por mi mismo, con las muestras de sangre y tratando de descifrar todas esas complicadas profecías...

-Esas profecías de las que hablas... están en la Logia, ¿cierto? -a pesar de la inicial reticencia de Jonás, ahora parecía llevarse muy bien con Gideon y estar muy interesado en el tema de los viajes en el tiempo- ¿En Londres?

La curiosidad de Jonás tampoco se debía solamente a el nuevo interés que había generado por el tema, sino también al plan que habíamos comenzado a trazar cuando él se nos unió y que llevaríamos acabo cuando estuviéramos en Londres; claro que decía «llevaríamos» solo porque no podía imaginarme todo el panorama sin mis amigos en él, porque en realidad la que tendría que arriesgarse era yo.

-Ajá. Pero son demasiado imprecisas, a menos que conozcas el contexto, excepto por las que había escondido el conde, sobre todo las últimas que hemos encontrado, son prácticamente imposibles de entender. Son demasiado subjetivas y utilizan más que ninguna otra términos alquímicos. Lo peor de eso es que podría explicar mejor que todas las profecías juntas al cronógrafo, el gen y el misterio de la piedra filosofal.

-Pero... ¿ya has encontrado algo sobre la piedra? -traté de ser cautelosa con las palabras que escogía, para no revelar nada que no debiera decir.

-Sí, un par de cosas. Aunque claro todas son conjeturas, y haga lo que haga Paul sigue insistiendo en que aun no es tiempo para que me revele todo lo demás, aunque eso nos condujera hacia el conde y sus planes -las últimas palabras las dijo con la mandíbula tensa y por un momento dudé en seguir preguntando.

-¿Por qué todo tiene que ser tan complicado con los Vigilantes? -susurré, con la esperanza de que Gideon no me oyera, antes de hacer la verdadera pregunta que tenía en la punta de la lengua- ¿No hay una posibilidad de que tus conjeturas sean correctas? Tal vez esa sería una razón para que Paul no te contara nada. Claro, no lo conozco, pero por lo que me han contado hasta ahora tú y Gwen suena como alguien que querría que ustedes mismos lo descubrieran... o tal vez sabe algo que nosotros no.

Gideon parecía estar sopesando todas las opciones de lo que habíamos estado mencionando durante todo el rato.

-Creo... que podrías no estar tan lejos de la verdad.

Sonreí con suficiencia para mis adentros. Había sido la mejor decisión del mundo haberle contado todo a Jonás, pues él fue el que había sugerido aquello.

-Pero ¿Y qué han descubierto sobre la piedra hasta ahora? -preguntó Frida con una voz misteriosa pero a la vez ávida de información.

Gideon suspiró.

-Bueno, la mayoría son cosas básicas. Las funciones de la piedra filosofal no son otras que otorgar el Elixir de la Vida o inmortalidad a quien la posee y transformar el plomo en oro, según la tradición de los antiguos alquimistas, es decir, básicamente hacer que la persona que tenga la piedra sea extremadamente poderosa, y sobre todo en el mundo actual, donde si tienes dinero puedes gobernar el mundo, e imagínense un millonario que jamás muere: podríamos tener un total dictador en potencia frente a nosotros. Ahora, si lo vemos desde otra perspectiva, en realidad la habilidad de la piedra solo es una: la transmutación, porque cambia la vida de quien bebe el Elixir y transforma las propiedades del plomo al transformarlo en un metal.

»Claro que en ese sentido, tendrías que dividir la piedra y usar una mitad para volverte inmortal y la otra para transformar el plomo. Pero ¿Qué pasaría si ingiriéramos esas dos partes de la piedra? ¿O si al Elixir se le agregara el gen de los viajes en el tiempo?

-Estás diciendo...-mi asombro era casi palpable- ¿Eso es lo qué me pasó? ¿Así obtuve el gen? ¿Estás seguro?

En otra ocasión ya había insinuado eso, pero lo habíamos tratado muy por encima. Ahora, aunque dijera que eran conjeturas, sonaba absolutamente seguro.

Gideon enarcó las cejas.

-Captas rápido.

Le dediqué una tímida sonrisa.

-Bueno al menos eso es lo que he empezado a creer después de nuestra última conversación... y después de analizar tu sangre.

Todos lo miramos expectantes, pero parecía que Gideon no revelaría más. Justo cuando los tres nos abrimos la boca para comenzar a bombardearlo de preguntas Gideon volvió a hablar.

-Lo que conseguí concluir de todo esto es que el poder de la piedra filosofal, como ya había dicho, es transmutar. Pero no es el simple cambio que todos pensamos que genera la piedra, la piedra filosofal transmuta dependiendo del material por así decirlo; cuando lo ingieres es como una pequeña reacción en cadena dentro de tu organismo que ayuda a regenerar lo que pueda provocar que mueras, únicamente las heridas o enfermedades mortales; cuando es utilizando en piedras o plomo o lo que sea es una transmutación de todas sus propiedades hasta generar el oro; y en la sangre...

-Cambiaría las células -después de aquella explicación, me era completamente más fácil entender- y en ellas el material genético. De esa manera cambiaron mis genes, pero no todos ¿cierto?

La mirada de Gideon era de total orgullo, lo que no sabía era si era orgullo por lo que había descubierto o que lo entendiéramos tan rápido.

-Creo que fue suficiente alquimia y biología por hoy. Voy a preparar la cena -y dicho eso se levantó del sillón donde estaba sentado y se fue con una sonrisa triunfal.

Genial. Por lo visto ya no pensaba decirnos más.

-Wow, y yo que creí que jamás usaría la biología en mi vida -exclamó entonces Frida.

Yo no pude hacer más que sonreírle burlonamente.

-Lo sé. Y tú lo dices sobre todo porque llevas toda la vida diciéndonos que lo único que planeas estudiar es arquitectura y para eso no te sirven las plantas.

-Exactamente -respondió mi amiga con rotundidad.

-Bueno, pero dejando a un lado tus asombrosos planes para el futuro, ¿Cómo es que solo cambió ese gen dentro de la sangre? -cada segundo era más notorio el interés de Jonás.

-Ya oíste a Gideon -respondí de inmediato-: La piedra estaba mezclada con las muestras de sangre que fueron robadas. Fue una modificación genética que ya tenía los genes a usar previamente codificados en la mezcla que me inyectaron

Mis amigos me miraron entre anonadados e impresionados.

-¿Qué? -espeté a la defensiva- ¿Por qué me ven así?

-No sabíamos que realmente prestabas atención en la clase de biología.

Me encogí de hombros.

-Creo que es lo único que estoy segura que ni de chiste reprobé.

Y así continuaron las siguientes tardes, averiguando y suponiendo, riendo o mirando a los demás con el ceño fruncido, todos rodeados de diagramas, libros, ordenadores y comida.

Además, cuando estábamos solos, Gideon no me hablaba en otro idioma que no fuera inglés, ya que quería asegurarse que por lo menos podrían entender las conversaciones dentro de la Logia.

-Sé que me dijiste que en la escuela ya te enseñaban inglés, pero no quiero que te terminen relegando, como suelen hacer los Vigilantes, y que además tengan una razón más para hacerlo -me había dicho una vez mientras yo protestaba porque no me quería dar una cacerola de comida italiana que acabábamos de preparar solo porque había olvidado cómo se decía cacerola en inglés.

-Está bien -le había contestado en aquella ocasión-. Pero tranquilo, no estoy dispuesta a dejar que lo hagan.

El único problema que tenía con eso era que, a pesar de que en realidad era bastante buena en inglés, cuando alguien trataba de mantener una conversación conmigo sin que yo me lo esperara, como las de Gideon, me sentía como si estuviera actuando en una película sin guion; y para ser francos yo era pésima improvisando.

Los días continuaron, y el tiempo, como cuando no quieres que algo pase, transcurrió más rápido de lo esperado. Cuando menos lo había notado ya era viernes y yo estaba empacando más cosas en mi maleta, preocupándome por cómo sería todo en Londres, en lugar de estar preocupada por el resultado de mis exámenes (que sería dado durante el transcurso de la siguiente semana) como el resto de las personas que conocía.

Por lo menos tenía como consuelo que aquel mismo día regresaban a la ciudad un par de compañeros míos que se habían ido durante todo un año a España y Gideon había hecho lo imposible para que fuera a recibirlos al aeropuerto con otro grupo de amigos tal y como había estado planeado.

Gideon y yo elapsamos al límite nuestra ventana temporal, con el tiempo perfectamente medido, de manera que cuando regresáramos al presente saliéramos hacia el aeropuerto directamente.

Cuando llegamos me encontré con Frida, esperándonos en la sala donde se suponía que saldrían los chicos. Corrió hacia donde yo me encontraba y me dio un inmenso abrazo que casi provocaba que perdiéramos el equilibrio y cayéramos al suelo.

-Aun no te has ido y ya te extraño -dijo todavía abrazándome-. Los chicos ya están por llegar, pero eso no quita que yo no quiero que me dejes.

Cuando por fin me soltó la miré divertida.

-Calma, Frida. No seas tan dramática, te veré en una semana.

-Seré todo lo dramática que quiera si mi mejor amiga me abandona durante todo el verano.

-Fri -traté de hablarle seriamente, pero claramente yo era un desastre en ello-. Vas a estar en la misma ciudad que yo, tal vez durante la misma cantidad de tiempo, aunque aun no sé si planean mantenerme secuestrada en Londres durante el resto de mi vida.

Por lo menos había conseguido que soltara una risita.

-Y en caso de que yo me quede más tiempo (y aunque no lo haga, si cabe aclarar) -continué con mi discurso- conseguiré que esos amargados de los Vigilantes te dejen quedarte conmigo en dónde sea que vaya a dormir.

-Está bien, Val. Pero te advierto, si te hacen dormir en un basurero, en sentido literal, van a pasar dos cosas: o te abandono en tu basurero o los obligo a que te den la suite presidencial en el hotel más caro de toda la ciudad.

Me fue imposible no reír.

-Hey -dijo entonces Gideon a mis espaldas-, estaré esperando en la sala en la que se supone que llegan Gwen y Matt. Ya no debe faltar mucho para que aterricen. Cuando lleguen te aviso ¿está bien? Cuídate.

-Sí, claro. Nos vemos.

Entonces regresé mi atención a mi amiga que me miraba ceñuda.

-¿Qué? ¿Ahora qué? -aquella expresión también conseguía que yo me riera, pasara lo que pasara.

-Son muy complicados ¿no te parece?

-¿Por qué lo dices?

-Para que tienen que regresar de nuevo Gwendolyn y Gide...Matthew cuando lo único que van a hacer ustedes es abordar un avión. Además, ¿no habían dicho que tenían una avión privado?

-Sí, lo sé. Gideon es muy testarudo y dice que entre más molestias le pueda causar a su tío Falk, mejor, y eso implica que nos subamos en un avión normal. Y por otro lado...no estoy muy segura sobre lo de Gwen y Matthew, pero hace un rato escuché que Gideon insinuaba por teléfono que era posible que el conde estuviera de nuevo en Inglaterra; y por supuesto no planea poner a su familia en riesgo.

-¿En Inglaterra? ¿Para qué habrá regresado?

-Qué sé yo -me encogí de hombros-. Pero si es cierto que soy algo así como su experimento de laboratorio o su arma secreta de seguro ya sabe que voy a Londres, y querrá tenerme vigilada.

Solo con pronunciar esas palabras se me erizó la piel. Por un segundo creí ver cómo a Frida le pasaba lo mismo.

Entonces sin aviso previo mi amiga gritó, mientras yo sentía cómo me rompía los tímpanos.

-¡Iago! ¡Theo!

Eso era algo que yo realmente amaba. En mi bendita escuela solo había nombres raros, extranjeros o de personajes famosos. Solo habíamos un puñado de personas que nos sentíamos demasiado normales ante tanta creatividad por parte de los padres.

Me di la vuelta y sí, ahí estaban; un chico alto, de cabello castaño alborotado, piel un poco bronceada y unos extremadamente cálidos ojos marrones y otro muchacho con el cabello casi dorado, ligeramente más bajo y ojos que cambiaban entre verde y café dependiendo de los caprichos de la luz, mirándonos desde las puertas por las que salían los demás pasajeros.

Ambas salimos disparadas hacia donde ellos estaban, igual que nuestros otros amigos, a los que muy descaradamente yo aun no había saludado. Frida llegó antes que todos, porque ella no se había quedado anonadada, prácticamente clavada en el suelo como los demás.

Cuando todos llegamos a donde Theo y Iago nos esperaban los envolvimos en un abrazo, que estaba casi segura que no los dejaba respirar. Después de nosotros llegaron los respectivos padres de cada uno que, aunque estaba igual o más emocionados de ver a sus hijos que nosotros,  n habían abandonado la compostura y habían corrido como los demás.

Nos apartamos para dejarlos pasar y saludar a sus hijos los cuales no habían visto en cerca de un año.

Todo a nuestro alrededor eran gritos eufóricos, abrazos, saludos y conversaciones ininteligibles. Cuando la marea de personas que éramos (aunque en realidad solo nos habíamos presentado ocho personas) me arrastró hacia Theo, por fin pude saludar a mi amigo.

-¡Theo! -exclamé mientras arrojaba mis brazos hacia su cuello y lo abrazaba todo lo efusivamente que podía.

-¡Mi querida y pequeña Val! -él correspondió mi abrazo.

-¡Hey! -le di un pequeño puñetazo en juego en el brazo mientras por fin nos soltábamos -Ya no soy tan pequeña. He crecido.

-Ya lo noté -me contestó con una pícara sonrisa.

No me había dado cuenta de lo mucho que lo había extrañado hasta ese momento.

-Te extrañé -ahora me mostraba más seria, aunque no duraría mucho -. En serio te extrañé. Extrañé tus chistes y también extrañé esa sonrisa que tienes en este mismo momento en tu rostro.

Estaba a punto de contestar cuando Iago nos interrumpió.

-Oye ¿y a mí no me extrañaste?

A él también le di un abrazo como el de Theo antes de contestar.

-Por supuesto. ¿Quién más sino iba a servirme de cama durante los recreos?

Iago sonrió mientras me revolvía el cabello. Esas eran las desventajas de ser más baja que esos dos.

-¿Y quién me iba a pasar la tarea en último momento y me iba dejar revolverle el pelo? -respondió.

-Bueno, aunque la que necesita un corte no soy yo -me acerqué más y tras pararme de puntas también le revolví el pelo castaño ya bastante alborotado-. Hace cuánto no vas a una peluquería.

-¿Siete meses?

Ruedo los ojos.

-Bueno, ¿vamos a comer? -exclama entonces Theo, tras saludar a todos - Morimos de hambre.

Nos dirigimos a uno de los restaurantes que hay dentro del aeropuerto, justo enfrente de donde está parado Gideon y comenzamos a pedir comida como si no hubiera mañana.

Estamos sentados en una mesa circular, de nuevo, todos juntos: Frida, Jonás (el cual aun no entendía que hacía ahí, además de ir a despedirme), Theo, Iago, Gabriel, Clara, Sebastián, Miquel, Carolina y yo. La mayoría nos conocemos desde siempre y a pesar de todo es imposible tenernos separados.

Justo cuando terminan de tomar nuestra orden Iago comienza a hablar:

-Y...Valentina -él solo me llama así cuando me está tomando el pelo o cuando pasa algo importante, así que me pongo en guardia-. Me contaron que te vas a Londres. Hoy. Con un chico nuevo y su familia. ¿Por qué nos abandonas así?

Lo había olvidado. Iago es la persona más directa de la historia.

-¿Y tú cómo sabes todo eso?

-Tengo contactos -me lanza una mirada como de complicidad.

-¿Es en serio? Cálmate James Bond. ¿Y cómo es que las historias viajan tan rápido a través del Atlántico?

Se encoge de hombros.

-No lo sé, pero dime ¿es cierto?

Suspiro antes de contestar.

-Sí, es cierto.

-Wow, nuestra pequeña rebelde -aporta entonces Theo mientras me da un empujoncito en el hombro-. ¿O mejor dicho tutora?

-Dime que no es cierto -meto mi cabeza entre mis manos y después sonrió-. Cállate Theo.

-Está bien, está bien -sube las manos en un gesto de rendición.

Seguimos hablando de esto y aquello, incluso después de que nos traen nuestra comida. Ya estamos por terminar cuando mis amigos regresan con su interrogatorio.

-¿Y cómo son los De Villiers? -pregunta Gabriel, con su cabeza un poco pelirroja ladeada, con curiosidad sincera.

-¿Ese es su apellido? -exclama entonces Iago-. Dios no pensé que lo que me dijeron fuera cierto.

-¿Ahora de qué hablas?

Me mira como si guardara un gran secreto antes de que yo continúe hablando.

-Explícate. Y rápido, antes de que te clave este tenedor en la mano -cualquiera se hubiera asustado con esa frase, pero Iago no, y menos Theo. Además no ayudaba a la amenaza si sonreías mientras la proclamabas.

-Me contaron que era un engreído ese chico. Y su apellido si que suena pretensioso.

-¿Cómo es que analizas a una persona por su apellido? Estás realmente loco.

-Ya me lo habían dicho.

-Sí, y si mal no recuerdo fui yo -soltamos todos al unísono.

Todos comenzamos a reírnos.

Justo en el mismo momento en que todos nos detenemos y nos disponemos a retomar la conversación, giro mi cabeza hacia la entrada del local y ahí está él, caminando como si el mundo le perteneciera y los demás no fuéramos dignos de él. Ese es, Matthew de Villiers cruzando la sala de espera hacia su padre.

Hola mis viajeras, eso fue todo por el capítulo de hoy, espero que lo hayan disfrutado. Y como ven ¡lo conseguí! Hice un capítulo largo en menos de 24 horas, así que no se olviden de votar y comentar para que se querida escritora se siga esforzando para subir diario todos los capítulos de este maratón.

Una cosa más, en serio perdón por hablar tanto, pero se me había ocurrido que ya va siendo hora de que cambie la portada de la historia, así que estuve un poco ocupada haciendo distintos diseños y quiero saber cuál es el que más les gusta para ser la nueva portada. Subiré las que me quedaron mejor (porque en serio, hice cientos y algunas quedaron como mierda, no es broma) y espero que ustedes voten o comenten por la que más les gusta. La que tenga más votos o comentarios se queda. Nada más les aviso para que no crean que lo que publique después de esto es otro capítulo.

Bueno, ya, eso es todo. Buenas noches pequeños saltamontes, sueñen con Gideon y que la suerte este siempre, siempre de su lado .lll.





Continue Reading

You'll Also Like

66.7K 6.1K 35
Alexia es una chica con miedo al amor y con muchas inseguridades con su cuerpo. Conocerá a pedri gracias a su nuevo trabajo, atracción, risas, buenos...
82.2K 4.9K 19
Chiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en...
97.7K 4.3K 41
Un día, dos chicas se encuentran en el metro. Violeta, que acaba de ser abandonada, se está recuperando de un corazón roto, y Chiara está lidiando co...
629K 68.2K 127
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...