Me centro, dispuesta a saber más sobre mi familia, la verdad es que me da corte pedírselo a Daemon, vale que sea mi novio, pero preguntarle sobre mi familia... se me haría demasiado raro... a fin de cuentas por muy familia de sangre que sean ellos, no tengo familia sentimental... ya estoy delirando otra vez, miro que la profesora este mirando hacia otro lado y vuelvo a mirar a Jayden para susurrarle las preguntas que quiero hacerle.
– ¿Recuerdas cómo se llaman?
–No... pero en principio tienes tú la copia que saque...
–Yo... no sé dónde está...
–Intentare conseguir otra, pero no te prometo nada.
–Vale... ¿Pero recuerdas algo? Cualquier cosa.
–Bueno... tienes un tío casado, por lo cual también una tía, por parte de madre, viven en otra ciudad, tienen dos hijos, uno de doce años y el otro de ocho, clase media, no recibes de ellos la herencia, puede matarlos y no afectaría al trato. Por parte de tu padre tienes un tío que está soltero y otro que está casado, el soltero es el que se encarga del dinero de tu herencia y del dinero que le ira a Marcus cuando tú seas libre, es rico, por eso se encarga de tu herencia, y el casado es el que te adoptaría, por decirlo de algún modo, tiene unos gemelos de doce años, un chico y una chica, y una chica de quince, viven en la zona "V.I.P." de la ciudad.
–Ya veo, un par de cosas.
–Tengo facilidad para recordar este tipo de cosas... puedo decirte a que instituto van tus primos.
–Dime. –me tapo la boca enseguida, casi casi lo he gritado.
– ¿Qué dice señorita Anderson?
–Nada.
–No sé de qué estará hablando con el joven Bennett, pero si no dejan de hablar les mando a detención y llamo a vuestros padres. –vuelve a dar su aburrida explicación y miro a Jayden.
–Todos los millonarios de la ciudad llevan a sus hijos al mismo inst...
– ¡Bennett! ¡Anderson! A detención, ¡Ya!
–Pe-pero ¿Por qué?–sé que la pregunta es estúpida, pero es una cualidad de mi cerebro, creo que todo el mundo se ha dado cuenta.
–Porque no sabéis mantener la boca cerrada durante las clases.
–En realidad es culpa mía. –le miro, ¿Se llevaría toda la culpa para no meterme en líos?
–Me da igual, los dos a detención, ¡Ya!
–Vieja amargada. –me ha salido del alma, me da igual lo que me vaya a pasar por esto, tenía que decirlo, todos los de la clase se empiezan a reír y Jayden y yo salimos de clase mordiéndonos la lengua para no reír.
– ¿Sigues queriendo que te lo cuente?–entramos al aula de castigo y nos sentamos uno junto al otro.
–Sí, con suerte no entrara nadie y no nos interrumpirán.
–Bien, entonces te cuento, todos los "V.I.P." de la ciudad llevan a sus hijos al mismo instituto o colegio o lo que sea, lo tienen todo en el mismo edificio, el caso es que esta cerca de un parque que a Anne le encanta y cuando tenemos tiempo vamos, hay tres pares de gemelos, uno de chicos, otro de chicas y uno mixto, este último es el de tus primos, él está en el club de ajedrez y ella en... no lo sé, igual solo le espera, la de quince años suele estar con sus amigos en el murete del instituto, puedo llevarte para que les veas, pero no es seguro que hables con ellos.
–Joder, tú sabes demasiado, pareces un espía.
–Tal vez acabe como espía. –me rio por lo que ha dicho y veo que sonríe, satisfecho, solo quería hacerme reír con esto último, y lo ha conseguido.
–Idiota. –sonrío cuando lo digo, creo que me va a seguir el juego.
– ¿Acabas de decir que soy como un espía y ahora me llamas idiota?
–Sí, eres un espía idiota–se ríe y yo pongo cara de enfado–. No te rías de mí. –frunzo el ceño y pongo morritos para darle pena.
–Vale, no me reiré de ti, ¿Quieres que te lleve a verlos?
–Claro que quiero que me lleves.
– ¿Cuándo puedes?
–Hoy, antes de trabajar, pero tendré que cubrirme con algo para que no me reconozca nadie, si Marcus me ve me mata.
–Vale, pero será mejor si intentas hablar primero con los gemelos.
– ¿Por qué?
–La mayor esta con sus amigos y poco más, saluda a sus hermanos pero creo que solo pasa tiempo con ellos cuando sus amigos están ocupados.
– ¿Y los gemelos? ¿Ellos no tienen nada que hacer?
–Ya te he dicho que el chico va al club de ajedrez, pero de verdad no sé qué hace la chica.
–El chico es aburrido.
– ¿Por jugar al ajedrez?–asiento y se ríe un poco–Tal vez le obliguen.
–Bueno, puede ser.
–Mientras el chico está en clase de ajedrez la chica le espera fuera, puedes hablar solo con ella o esperar a que salga y hablar con los dos.
–Hablare solo con ella, pero, ¿Qué le puedo decir? Si me acerco y le empiezo a hablar como si nada creerá que estoy loca.
–Ya... pero tampoco te quedes acechando.
–Pero no sé qué podría decirle.
–Yo tampoco, pero tu cara se le hará conocida.
– ¿Por qué?
–Porque esta...–saca el móvil y entra en internet, mira en imágenes y veo una foto de cuatro personas– es tu familia, estos son tus tíos, los padres de tus primos, y estos tus padres, y si te fijas, tu madre es exactamente igual a ti, pero tú eres más joven, por obviedad, tendrán fotos en casa, le sonaras.
–Vale, ¿Pero qué le digo? ¿Cómo hago para acercarme y que se fije en mí?
–Puedes... preguntarle una dirección y cuando te responda le dices que te suena su cara.
–Vale, gracias–le sonrío y el me devuelve la sonrisa, me quedo embobada mirando sus ojos, pero cuando me doy cuenta de lo que pasa me pongo a hablar para no cometer estupideces–. Estoy un poco nerviosa...
–Es lógico, pero les caerás bien, mientras no les digas como vives.
–Sí, será lo mejor, no quiero asustarles...
–Tienen doce años, no lo entenderían, y cuando se enteren reaccionaran de una manera diferente a la que esperas, pero te aseguro que todo irá bien.
–Eso espero...
– ¿Qué crees que saldrá mal? Eres genial.
– ¿Cómo que soy genial?–levanto una ceja y le miro, divertida por su expresión de confusión, creo que en estos momentos está debatiendo consigo mismo lo que ha querido decir con eso.
–A... pues... yo... da igual, les caerás bien–me rio, ya no puedo más, su confusión aumenta cada vez más, sobre todo cuando empiezo a reírme–. ¿De qué te ríes? ¿Te ríes de mí?
–Nooo...–me entra la risa enseguida, no puedo aguantarla, cuando consigo calmarme Jayden habla.
– ¿Por qué?
–Por nada. –sonrío, inocente.
–Boba. –me da un golpe suave en el hombro y yo me rio.
Le miro a los ojos sin poder evitarlo y él también me mira, me pierdo en sus ojos, pero cuando consigo despegar la vista de ellos solo soy capaz de mirar sus labios, vuelvo a sus ojos, mi pulso no hace más que acelerar, miro mis manos y vuelvo a juguetear con la pulsera que me dio Jayden en mi cumpleaños, pero sigo notando su mirada, así que vuelvo a mirarle, cierro los ojos para tranquilizarme, y entonces algo me sorprende, los labios de Jayden impactando contra los míos, le sigo el beso, sus labios son mi única adicción, no noto con nadie más lo que noto al besarle a él, pronto noto que se separa, dejándome con ganas de más.
–L-lo siento, y-yo... no debí... no se lo digas a Daemon por favor...–sus ojos ahora reflejan miedo, Daemon le asusta, y mucho.
–Tranquilo... somos humanos, cometemos errores, y esto, ha sido un error...–algo dentro de mí se rompe cuando digo esto, pero ya he engañado a Daemon, y de verdad que no quiero hacerlo, es mi novio, y no soy una puta.
–Si... un error...–su voz es un susurro cargado de disgusto, creo que también le duele decir esto, ¿Qué digo? Es obvio que le duele decir esto.
Pasamos un rato en silencio, no nos miramos, miramos a todas partes menos el uno al otro, cuando me decido a mirarle le veo alicaído, me decido a hablar para intentar que este rato pase más rápido.
–Oye... ¿me recoges a una manzana de mi casa a las dos y media?
–Si... vale...
Suena el timbre y vamos a la siguiente clase, pasan normal, algo incómodo entre Jayden y yo, pero por lo demás un día normal, hago los deberes en la última clase, ya que falta el profesor de matemáticas.
Cuando salgo me dirijo hacia casa, no me pasa nada inusual de camino a casa, pero cuando entro a casa noto algo raro, y la voz de Daemon al hablar me lo reconfirma.
–Hola Ali...
– ¿Qué pasa?
–... mi padre quiere llevarte con el... hasta que empiece el próximo curso escolar...–me quedo en shock, ¿Qué va a hacer qué? No, ¿Qué les diré a mis amigos? ¿Qué le dirá Marcus a los profesores para que me dejen pasar de curso? No quiero irme tanto tiempo con él, estamos en enero... ¿O ya es febrero? No lo sé, pero el caso es que son finales de enero principios de febrero, y el curso empieza en septiembre, eso equivale a... ocho meses, ¿A dónde me va a llevar? Tal vez con Nathalie, eso estaría medianamente bien, aunque seguiría siendo algo horrible, me dirijo a la cocina ara mirar a Daemon cuando hablo.
– ¿Por qué?
–Quiere tenerte controlada...
– ¿Por qué?
–Sabe que me gustas y viceversa, así que supone que te trato bien... y sabes de sobra que a mi padre no le gusta eso... voy a intentar pararle...
–No puedes Daemon.
–No voy a dejar que vuelvan a encerrarte.
–Da igual Daemon.
–Ali, necesito verte, y no en presencia de mi padre.
–Pero no vas a poder pararle, además, ¿Qué más te da no verme hasta finales de verano? No es para tanto...
–Es demasiado...–me muerdo el labio inferior para aguantar mis sentimientos y le miro.
– ¿Cuándo quiere llevarme?
–En tres o cuatro días...
–Vale... ¿Qué hora es?
–Las dos, ¿Por qué?
–Por nada, vamos a comer. –me siento en la mesa y Daemon me sirve la comida.
Estamos en silencio, tampoco es que estemos de ánimos para hablar, después de lo que me ha dicho se me han quitado las ganas de todo, hasta de conocer a mis primos, pero ya he quedado con Jayden, y a estas horas ya estará viniendo hacia aquí, así que no me gustaría llamarle y decirle que no venga, además, quiero decirle que me voy, sé que si se lo digo en el último momento no seré capaz.
–Me tengo que ir...
– ¿A dónde?
– ¿Por qué quieres saberlo?
–Por si te ve mi padre, quiero tener una excusa preparada.
–Tranquilo, iré tapada.
–Vale... pero ten cuidado...
–Lo tendré.–le beso antes de subir a mi cuarto para coger un abrigo con gorro, lo que iba a ser un simple beso se transforma en un beso profundo y apasionado, noto la pared contra mi espalda y me separo, le sonrío y me subo a mi cuarto, cojo mi abrigo y vuelvo a bajar.
–Oye Ali, ¿Vas a ir a trabajar?
–Sí, luego.
–Vale, si llegas tarde y te preguntan di que estabas haciendo un recado, ¿Vale?
–Vale.
– ¿Y con quien vas?
–Con nadie importante.
–Venga, dime.
–No, da igual.
– ¿Por qué? ¿Quién es?
–Nadie... me tengo que ir...
–Vale, adiós...
–Adiós. –le doy un beso en la mejilla y me pongo la capucha, salgo de casa y voy hacia donde Jayden me espera, ya voy tarde.
Me giro y veo a Daemon mirando por la ventana, ha visto a Jayden, seguro, pero eso ahora no me importa, quiero darle la noticia a Jayden, y me da igual que no haya nadie o que este escuchando todo el mundo, llego a donde está esperando y le miro, está sonriendo, supongo que esperando mi llegada.
–Hola.
–Hola Ali, ¿Qué tal?
–Bien...–sonrío, pero es de sobra que nadie en el mundo se va a tragar esa sonrisa, es falsa como ella sola, pero por intentarlo no pierdo nada.
– ¿Qué te pasa?
–Pues... yo... me... me voy...
– ¿Qué? ¿A dónde?
–Marcus...
– ¿Qué va a hacer?
–Me va a llevar con el...
– ¿Por qué?
–No lo sé...
– ¿Hasta cuándo?
–Hasta finales de verano...
– ¿Y no iras a clase? ¿O a trabajar?
–No...
– ¿No poder verte?–su voz acaba siendo un susurro, le miro a los ojos, veo como se cristalizan por el llanto retenido, y yo parpadeo para aguantar mis lágrimas.
–No...
–Es... es mucho sin verte...
–No te va a pasar nada malo...
–Te echare de menos... y eso ya es mucho...
– ¿Por qué?
–Porque me gustas, y lo sabes... aunque tú lo pasaras peor...
–... ¿Dónde está el instituto al que van mis primos?
–Ven, no está muy lejos–me coge de la mano y vuelvo a notar lo mismo que esta mañana, cuando me ha acomodado el mechón de pelo tras la oreja, desgraciadamente el trayecto es corto, llegamos enseguida–. Es ella.–señala a una chica castaña vestida con ropa demasiado pija para una niña, tiene doce años y lleva ropa demasiado cara, el conjunto que lleva costara más que toda mi ropa junta, seguro.
–Ahora vuelvo. –le sonrío y reprimo mis ganas de besarle la mejilla, no quiero que eso cause malentendidos.
Me dirijo hacia donde está la niña y algo me revuelve el estómago, mil dudas atacan mi cabeza, no sé ni que sitio preguntarle, me giro y veo a Jayden, me sonríe, y no sé porque algo así me tranquiliza, pero lo hace, vuelvo a mirar al frente y llego a donde la niña.
–Perdona. –me mira y los nervios vuelven a estar presentes en mí, espero que por muy rica que sea no sea una malcriada que no me quiera ayudar, porque si es así tendré que esperar a mi próximo cumpleaños para hablar con ellos, y para estar en una familia de ricos malcriados...