Capitulo 4
Asesinos secretos.
Todos en el que ahora era mi hogar se encontraban prácticamente fuera del país. Carlo tendría que asistir a varias fiestas por Europa junto con Olimpia y después de eso él se uniría a los Vitandum o eso me había dicho eran sus planes días antes, ya no lo vería tanto por lo que si me iba no haría mucha diferencia; todos los demás están en constantes viajes por diferentes razones y Andrei estaría en su despacho o intentando encontrar a Olivia así que el único lugar que tenía justo ahora era el bosque.
No sería para siempre, solo en lo que se encontraba la verdadera razón del asesinato de los vampiros. Yo no tenía nada que ver con eso pero era una bruja ahora y nos condenaban a todas por el pecado de unas cuantas, me parecía algo injusto aunque si una caía todas lo hacían así que tenía que estar con ellas a pesar de tener que dejar a Andrei y mi nueva familia un tiempo.
—Amelia—Escuche a alguien llamarme desde lejos. Me giré y Andrei venía hacía mi con preocupación en su rostro, me había seguido hasta acá ya lo sabía desde que empecé a correr pero no quería detenerme hasta estar más cerca del bosque.
— ¿Qué pasa?—
—Es debería preguntar yo—Respondió— ¿A dónde vas? No te vayas así, no todavía—
—Al bosque, necesito estar ahí. ¿Tu que haces aquí? No te gusta estar cerca de ellas—Dije refiriéndome a las brujas.
—Eso quedo atrás, no puedo odiar lo que tú eres. Vamos dentro que aquí no es seguro—
—Es seguro para mi, es el lugar más seguro que tengo—
— ¿Más seguro que la mansión?—Preguntó.
Guarde silencio. — La mansión ya no es segura para mí—Dije.
— Amelia, ¿Algún día me dejaras por ir al bosque con tus hermanas?—
—Todo el mundo se irá algún día—Respondí.
—Pues yo no, yo me quedaré aquí tras estos muros durante todo lo que dure la existencia a menos que alguien acabe conmigo antes o tú quieras eso—Me congele al escucharlo. No quería que nadie acabara con él, mucho menos alejarme pero no quería verlo y quería estar en el bosque.
—No digas eso—Le dije— Tan solo será un tiempo, mientras todo esto se arregla. Mientras tú sigas buscándola, te prometo que no te dejaré solo ni en eso aunque sea de lejos te ayudaré y estaré contigo—
— ¿Por qué dices eso?—Preguntó—Si es por todo lo que has tenido que pasar por mi culpa lo lamento Amelia, eso a sido de las peores cosas que he hecho, lo de Carla y separarte de tu hermano, por todo eso me arrepiento tanto—.
—Andrei, es porque puedes perder todo si me quedo, tú los escuchaste y sabes que nadie querrá ayudarte si te quedas con una traidora para ellos, sabes perfectamente también que los cazadores podrían tomar ventaja de eso y acabar con demasiados en una noche por los rumores...—Terminé de golpe, no podía decirle la verdad de que sabía yo de los rumores.
Me miró pensando un buen rato.
—Entonces haremos esto...Tu ve con tus hermanas y trata de encontrar la verdad a todo esto porque no creo que ellas hayan hecho algo así, son muy listas para dejar evidencias si ellas lo hubieran hecho así que es obvio que no lo fueron o tal vez haya una buena explicación— Me tomó de la mano y caminamos más cerca al bosque.
— ¿Y luego de eso que hago? —
—Yo iré a buscarte en cuanto pueda, no te dejaré sola nunca más. No importa si tardo o si ustedes se van de aquí, voy a buscarte y te mantendré a salvo mientras arreglo todo por aquí—
—Explícale a mi hermano lo que paso y dile que no se preocupe— No quería dejarlo aunque era lo mejor y ahora que sabía que Andrei iría por mi después de un tiempo al menos me calmaba un poco.
—Cuídate mucho mi Amelia, ¿si? — Se agacho para quedar a mi altura y me miro a los ojos, estaba realmente preocupado y no quería dejarme ir. Sentí como mi corazón de alguna manera se apretaba al verlo mirándome así y tampoco quería soltar su mano ni dejar de mirar todo su rostro, de repente me sonrió y lo disfrute tanto porque no vería sus ojos pequeños cuando sonreía en bastante tiempo.
—Cuídate también de todos, de Carla en especial—Le dije en mitad broma mitad verdad.
—Nadie me va a separar de ti, ni los cazadores, ni Carla y menos Olivia. Esperaré muy buenas noticias tuyas dentro de poco—Me beso mientras comenzaban a escucharse unas bajas risas entre los arboles. Yo sin esperar a que él lo hiciera lo abracé lo más fuerte que pude y por un segundo quise que fuera un sueño, abrir los ojos y estar en mi recamara; pero no era así y las cosas cambiaban de golpe como si algo hiciera que fuera tan jodidamente difícil tener un mes de paz en el submundo.
Me separe de Andrei y soltó mi mano, me giré y pude ver tres delgados cuerpos entre las sombras de los arboles que se mantenían inmóviles esperando por mi, caminé hasta ellos y me abrazaron.
—Cuidaremos de ella—Dijeron. Mire por última vez a la mansión y al hombre que estaba cerca de ella, sonreí mientras él asentía y comencé a correr sin mirar atrás.
No era tan rápida como las brujas, ellas tampoco eran tan rápidas como los vampiros que podían superar marcas increíbles si fueran corredores profesionales pero era mejor que el promedio de humanos así que podía escapar de muchas cosas, incluyendo algunos cazadores. Las seguí por todo el bosque hasta parar en un punto donde yo no tenía ni idea ya donde estábamos.
Había pasado poco menos de 30 minutos desde que me fui de la mansión y las brujas estaban descansando para después seguir corriendo hasta llegar a mi nuevo hogar. Pensaba en preguntarles como era o donde y que tan grande era, tal vez era una pequeña casa donde vivían las tres o era toda una comunidad donde vivían todas las brujas de los alrededores.
Desde que me convertí había conocido solo a 5 brujas más y todas ellas eran increíbles, me encantaba su ropa desordenada que a pesar de su aspecto siempre estaban limpias y con un aroma delicioso; aroma que ya no incomodaba a ninguno de los vampiros que conocía, menos a Andrei que según él ahora le encantaba.
Alma se recostó en la tierra llena de algunas piñas por los pinos y ramitas de los mismos, hice lo mismo y mire al cielo. El verano ya estaba más cerca, desde que comencé las investigaciones con Matt habían pasado uno o dos meses más y no podía creer que en tan poco tiempo yo estuviera aquí con tres brujas que eran como mis hermanas y que yo fuera una de ellas, eso quería decir que yo en verdad pertenecía a un lugar y era con ellas; aunque estuve mucho tiempo en la mansión en realidad yo era completamente diferente a ellos por lo que no pertenecía allí del todo pero ahora había un lugar al que si, con mis hermanas.
Las estrellas me hacían sentir segura y entre los arboles sentía que nadie podía encontrarme y era invencible prácticamente. De repente una gran alegría me inundo el pecho, quería saltar y reír, subir a los arboles y gritar como loca porque Andrei regresaría por mi, estaba en el lugar que era para mi y la noche era demasiado tranquila como para dejar que fuera así por mucho más tiempo.
Me levante de golpe y busque un buen árbol, comencé a subir un pequeño por el que podría pasar a otros más grandes. Mire hacía abajo una vez que llegue a la cima del más pequeño para ver a Alma subir a un árbol cercano al mío, Helene y Nora se quedaron mirando desde abajo aun recostadas sobre la tierra.
—Es hora de que sepas lo que es la diversión de una bruja Amelia— Presumió Nora mientras se paraba para subir un árbol también.
—Sube lo más alto que puedas de cualquier árbol que gustes, te seguiremos de cerca por cualquier cosa, no te preocupes— Me explico Alma.
El pelirrojo cabello de Helene se notaba demasiado aun estando varios metros arriba y mientras cantaba lo que parecía una melodía de cuna un poco más alegre tejía su cabello en dos trenzas mirándonos riendo y jugando entre las ramas.
Me sentía segura para saltar ahora, lo iba a hacer mientras me miraban riendo contentas así que solté mi cabello para que el viento lo despeinara, suspire y me deje caer del árbol; en cuanto mis pies dejaron de tocar la rama más alta mi estomago se contrajo y pensé que moriría de la caída pero todo eso lo superaba la adrenalina, sin saber cómo sentí que era momento de estirar mis brazos después de unos segundos y abrí los ojos para sostenerme de una gruesa rama que estaba metros más debajo de la primera. Me sorprendí al notar lo ligera que me sentía y levante la cabeza para ver a Nora que estaba en silencio mirándome desde otro árbol, sonreí mientras me subía a la rama y comencé a reír como loca, todas reíamos hasta el punto de que el estomago nos empezó a doler bastante.
Cuando ya estábamos un poco más calmadas y comenzábamos a caminar dos sombras a lo lejos aparecieron deslizándose estratégicamente entre los arboles, desaparecieron después de unos minutos demostrando que no tienen nada que ver con nosotras y que no estaban tampoco interesados.
— ¿Qué son?—Pregunte al saber que no era brujas.
—Sombras del bosque, viven con nosotros algunos, son pacíficos no te preocupes. Además te amaran porque conociste a Taylor y te heredo gran parte de sus cosas eso te hace amiga cerca de ellos también—Me dijo Helene mientras seguíamos avanzando.
El camino ya empezaba a ser un poco largo y de vez en cuando caminábamos en lugar de correr para no cansarnos tanto. Largo pero hermoso y hasta ahora había visto decenas de conejos, un venado y bastantes animales más; poco a poco salían menos animales nocturnos porque el amanecer estaba cerca y nosotras apenas y había descansado unas tres horas pero no estaba cansada en absoluto.
Cada que nos acercábamos más a nuestro destino veía más sombras y brujas por lo que mi teoría de que era una comunidad era más fuerte ahora.
— Cuándo lleguemos quisiera saber porque acusan a algunas por la muerte de los vampiros y quienes son— Dije mirando a Nora que era quien iba más adelante.
—Claro que lo sabrás, sabíamos que querrías hacerlo y es lo mejor si estarás con nosotras ahora—Me respondió.
—Por ahora te decimos que nosotras no fuimos—Dijo Alma segura de sus palabras.
—Les creo—Conteste. Ellas no eran culpables, ninguna lo era y me molestaba que por culpa de alguien ahora todas estuvieran en peligro. Si estaban en peligro eso quería decir que yo también lo estaba porque los cazadores vendrían por nosotras en algún momento cuando se enteraran de que nadie nos protegía.
A lo lejos varias casitas estilo cabañas se veían entre ramas y arboles. Supe que era mi hogar. Las brujas venían de muchos lados y otras tantas salían al bosque corriendo, todas en ropa del estilo de Alma, Nora y Helene pero había algo mucho más extraño que eso y era que había bastantes hombres también.
— ¿Son hombre hijos de Kaia?—Pregunte dudando demasiado de que lo fueran.
—Unos cuantos si, pero otros son sombras—Me miro Helene guiñándome sin entender porque hasta que llegamos a la que parecía una aldea o algo así y los vi de cerca, algunos eran bastante guapos y otros no tanto pero tenían algo que los hacía interesantes para ver.
Todos los presentes miraron en nuestra dirección en cuanto llegamos y rápidamente me dieron una extraña bienvenida en latín mientras caminaba junto a Alma.
—Domum—Me dijeron dos brujas. Todos me decían eso hasta que llegamos a una casita de color café y entramos a ella.
— ¿Qué significa domum?—Pregunté.
—Hogar—Respondió Nora.
—Toma asiento Amelia—Me llamo una mujer mayor que preparaba lo que parecía ser té. —Yo se porque estas aquí, no te preocupes en explicarme nada cariño. También se lo que quieres saber y porque lo quieres saber, eso te lo explicaré yo misma—Me sonrió dándome una taza y sentándose a un lado mío en un viejo sillón.
Mis hermanas salieron y me quede sola con la extraña anciana que no conocía.
—Me gusta ir al asunto cuando se que es lo que se quiere así que por eso empezaré—Tomó un poco de su té—Ninguna de las brujas de todo este bosque asesino a algún vampiro, si los encontramos nosotras y yo misma soy una de las acusadas de tal atrocidad pero no lo hicimos. No te puedo decir quién lo hizo pero estoy segura que alguien si lo sabe y sospecho que ha de ser el hijo traidor de Taylor...—
—Jeff—Interrumpí.
—Jeff, claro—Dijo la anciana. —El los ha de mantener en secreto y eso los convierte en asesinos secretos. Nuestra prioridad ahora es encontrarlos y probar nuestra inocencia—
¿Por qué Jeff haría eso? Si él quería matar a Matt solamente y todo por un mal entendido, eso no me parecía muy de un Holt después de haber desaparecido cuando estaba apunto de matarlo.
— ¿Tienen alguna otra pista o sospechoso?—
— Tal vez algún otro vampiro traidor o que se haya enterado de que ellos son traidores— Dijo levantándose. —Eso es todo lo que se por ahora pero también se que tu prometido Andrei te mando hasta aquí para mantenerte a salvo y para investigar sobre esto. Te mantendré a salvo e informada de todo, no te preocupes—
—Gracias—Dije y salí de la casa.
***
Caminaba por la aldea en medio de una gran fiesta nocturna ahora con nueva ropa; los jeans estaban fuera de mi guarda ropa a partir de ahora y las faldas largas y llamativas blusas frescas y hippies eran lo que tenía.
Todo era pacifico, había constantes fiestas por la noche en la que bailaba y reía con mi familia como la de esta noche.
A tres semanas de estar en Domum mi nueva casa había conocido a bastantes brujos y sombras que parecían muy simpáticos. Podía estar segura aquí por ahora y eso me ponía tranquila y feliz a pesar de extrañar a todos los de la mansión porque sabía que ellos también estarían más seguros sin mí por un tiempo fuera de la vista del consejo de ancianos.
Helene y Nora bailaban con dos chicos sombra bastante guapos y Alma conversaba con otras brujas mientras reían. Yo me dirigí hasta las mesas por algo de comer me senté en una donde había pocas personas y un chico de cabello oscuro se acerco hasta mi mesa.
—Amelia, ¿verdad?—Preguntó.
—Si, hola—Dije sonriendo sin mirarlo muy bien.
—Eres la bruja que esta prometida con el príncipe Andrei—
—Aun no soy prometida de Andrei—Conteste mientras me disponía a comer.
— ¿La futura reina de la raza de vampiros me aceptaría a bailar unas cuantas canciones?— Preguntó y acepte porque bailar era una de las mejores cosas que me gusta hacer desde que llegue.
Me levante de la mesa y tome su mano para observar que era una sombra por la marca que había en su muñeca como la de todos los demás; había aprendido a diferenciar quien era un brujo o bruja y quien era una sombra por la característica marca de nacimiento en su muñeca.
Todos estaban concentrados en el centro de la aldea donde bailaban alegremente algunas brujas. No me sentía preocupada por bailar con algún desconocido porque aquí nadie me haría daño además conocía a prácticamente todos y él me parecía familiar así que aunque nunca antes había bailado con él si lo había visto de lejos o eso me parecía
Estaba en una de las mesas más alejadas de la fiesta por lo que me adelante para llegar antes de que acabara una de mis canciones favoritas cuando sentí que apretó mi mano, me giré para verlo.
—Allá hay muy poco espacio, bailemos aquí—Sugirió mientras apuntaba más cerca de los arboles.
—No me parece buena idea porque no hay suficiente luz para mi gusto—Conteste. Era verdad, la luz era poca comparada con el centro pero se podía ver perfectamente.
—Yo se lo que te digo Amelia—Dijo caminando a los arboles donde había más luz por la ventana del comedor de Domum. Dude un poco pero acepte cuando vi que unos cuantos se acercaban a las mesas para comer también así que no estaríamos solos.
Tomo mi mano de nuevo y me giro mientras avanzábamos a la luz, mientras nos acercábamos un oscuro cabello comenzó a verse castaño rojizo y sus ojos se iluminaron en un color miel muy claro; abrí los ojos cuando lo vi mientras seguía girando.
Era Jeff Holt.
Me jalo hasta él quedando de espadas a su pecho, me había arrastrado tanto con las vueltas fingiendo un baile que ya estábamos escondidos fuera de la vista de todos.
—Eres el hijo de Taylor...—Empecé a decir recordando todo lo que Matt y yo habíamos planeado para encontrarlo y ahora estaba aquí a pesar de que la anciana lo culpaba de todo.
—Shhh—Me hizo callar antes de que terminará.
¿Cómo había podido infiltrarse sin que Alma, Helene, Nora o alguien más lo descubriera?
Trate de zafarme pero era mucho más fuerte que yo.
— ¿Qué quieres?—Pregunte sin miedo.
—Shhh—Volvió a callarme.
Sentí un golpe y todo se hizo oscuro.