Nocturnos.

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Prologo.

Bucarest.
14 de septiembre de 1868.

La puerta se abrió. Entró con paso lento y prepotente como  acostumbraba a hacerlo, aligeró el paso al verla sentada sobre una elegante mesa, abotonó su saco y se dirigió a ella.

Tocó su delicado hombro y se giro sorprendida. Olivia tenía los ojos más bellos que él alguna vez había visto en sus más de 100 años, estaba seguro de eso y pensaba que nunca vería ojos más verdes y risueños que los de ella. Pero estaba equivocado en una cosa, en ella. En todo lo que era ella.

Bajo esa sonrisa dulce y esos ojos divinos que él había puesto en las estrellas, había una mujer.  Bajo ese vestido fino y elegante, había una daga. Pero ella no quería utilizarla. Se había enamorado de él a pesar de todo, o eso pensó. Y él la amaba como a ninguna otra.

La llevó a lugares inimaginables, le sonrió como nunca lo había hecho, la abrazo como si fuera a morir mañana, la amo como si fuera la más exquisita canción de amor.
Él no sabía que ella no sentía lo mismo.

Olivia caminó hasta la puerta, la cerró pero muy consiente de lo que se aproximaba a pasar puso el seguro por precaución. Se giró, se acercó a él y lo beso, cada beso era mucho más fuerte que el anterior, caminaron a la habitación y lo tiro sobre la enorme cama.

Mientras sus caricias lo consumían, Andrei no podía sacar de su cabeza la posibilidad de que algún empleado del hotel lo pudiera delatar. Era el cuarto hotel en el que se citaban. Cinco años escondiéndose. Nadie podría creer que la joven y bella esposa de uno de los hombres más ricos de Bucarest pudiera engañarlo con uno de sus más cercanos negociantes. Pero no era culpa de ella, con solo 17 años la habían orillado a casarse con el viejo, que si bien no la trataba mal tampoco era como si fuera un hombre maravilloso.

Ambos sabías que estaban a orillas del infierno pero no les importaba, la pasión los mantenía suspendidos. Además se justificaban diciéndose a ellos mismos que tenían una relación mucho antes de que ella tuviera que casarse. Eso a él le hacía retorcer las entrañas, tuvo que asistir a la boda a pesar de que deseaba tenerla solo para él.

Olivia se preguntaba una y otra vez cuando sería el día en el que podría salir de su propio infierno. Mientras se quitaba el vestido temía que la daga fuera descubierta. Cada segundo era una oportunidad que ella no quería tomar pero tenía que hacerlo.

Se subió a él  y levanto su barbilla para verlo a los ojos, con su mano muy cuidadosamente saco la daga de la cintura de su vestido y lo beso para distraerlo aun más. Tiró su brazo hacía atrás preparada para atravesarle la cicatriz.

La detuvo y se congelo, Andrei la miraba devastado. Él de verdad la amaba y ella fue capaz de traicionarlo. Apretaba su muñeca tan fuerte que las lágrimas cayeron de sus ojos, pero no gritaba porque no podía permitir que alguien los oyera.

Y entonces todo cayó para Andrei, le habían advertido que los Solem querían asesinarlo y nunca pensó que fuera precisamente ella quien lo tuviera que hacer. Negándose a él mismo de que ella lo traicionaría por voluntad propia, trato de convencerse de que la habían obligado.

— ¿Qué te dijeron?—Exigió tomándola de ambas muñecas y tirándola fuera de la cama a la pared. La daga cayó.

—Asesinaste a mi padre—Dijo mirándolo a los ojos.

—Mentira—Gritó con los ojos llenos de rabia. Su padre era uno de los principales espías para acabar con los Solem, Nocturnos los llaman los que sabían de su existencia. Andrei podría apostar que Tom lo había asesinado.

 Se aparto de ella. La mujer que había sido su amante por cinco años lo había traicionado, la que sonreía y reía frente a sus ojos ya no estaba. Olivia había intentado asesinarlo. De todas las personas que encantados lo harían, ella fue la que acepto.

Tomó su vestido, sus zapatos y salió de la habitación sin decir nada.

La había puesto en las estrellas, para él era perfecta, para él lo era todo. Y ella se había ido sin decir nada.

Los Cazadores habían ganado esta vez. Habían acabado con la felicidad del heredero. Joven y torpe por el desamor, pensaron que cada vez que la recordaran era inevitable para el no sentir su alma caer de nuevo al infierno.

***

Este fue el prologo, se que parece que no tiene nada que ver, pero créanme que si y mucho. Con el tiempo entenderán de lo que trata y el propósito de que fuera el prologo. No podía poner todo de golpe y explicarlo todo en un simple prologo, ¿Verdad? 

Parvum Morsu.Where stories live. Discover now