Soy una desvergonzada. Nada de esto es mi culpa; no es mi culpa que todos y cada uno de ellos tengan unos cuerpazos de admirar. Pero sé cómo contenerme y recuperar la decencia. Eso sí, soy una desvergonzada porque aunque sea de soslayo y reojo los he estado mirado a todos...
Pero al fin les dio la gana de irse de una puta vez. ¿Eso significa que podré irme a casa también?
— ¡Vaya! La chaqueta y todo lo demás, Exton. — Nate se burló — Pero no veo el flechazo.
Enarqué una de mis cejas lista para cantarle una de mis canciones favoritas y partirle la cara. Pero Exton se me adelantó simplemente fulminándolo con la mirada.
— ¿Por qué no metes la nariz entre tus pelotas? — dijo Exton haciendo reír a los demás aunque ese no fuera su plan.
— No te preocupes si te echa un mordisco. — me dice Edward — Usualmente está afilándose los colmillos pero sabe cómo utilizarlos. — Ya, podría aventarle la cabeza a éste también.
— Siempre con sus bromas, eh... — el primer rubio de ojos oscuros de ayer hizo su entrada — ¿Por qué no te callas y dejas de llamar la atención, Eddie?
— Atrévete a volver a llamarme Eddie, Jake. — dijo retando a «¡Jake! Aleluya» y algunos se rieron en silencio.
Ellos parlotean mientras van vistiéndose con la misma ropa que traían en el festival. Todos tiene la cabeza jodidamente hueca porque de sólo verlos vestirse estando todos empapados me da más frío. ¡Están locos! Sin embargo, es imposible no mirarlos cuando están semi desnudos frente a mi y algo captó mi atención...
Vi que cada uno de ellos tienen el mismo tatuaje en el cuerpo pero en distintas partes. Como cuando se lo vi a Exton en la parte baja del abdomen y a Luke en uno de los pectorales, vi que Edward lo traía en el antebrazo y Nate en su brazo izquierdo. Susan lo tenía bajo un seno y Jake bajo un pectoral. Una rubia de ojos grandes lo traía en la muñeca de la mano izquierda pero la otra rubia de ojos pequeños lo traía en la muñeca de la mano derecha. Había un rubio del cual desconocía que lo llevaba en la pierna.
Me sonaba como un vínculo entre todos ellos. Tal vez era de familia; muchas personas practicaban eso. Pero, ¿tenía que ser un símbolo que lucía como un jodido ventilador?
— A alguien no le huelen las azucenas... — Susan comentó para joder a Edward pero él se limitó a ignorarla.
Echándole miradas a Susan me pregunté cómo habrá conseguido esa horrible cicatriz en la cintura. Era larga y alguna vez tuvo que haber sido muy profunda. Yo con una cosa así demasiado visible no sabría cómo esconderla, pero parecía como si eso fuera lo menos importante para ella. Claro, es insignificante y las cicatrices son normales pero a mi se me hubiera hecho un poco difícil acostumbrarme a ella.
Pero como siempre -aunque lo único que esté haciendo sea tener una conversación con mi cabeza- quedé como estúpida frente a todos.
— ¿Qué jodienda es lo que estás viendo tanto? — Susan vociferó llamando la atención de los demás.
Bueno, bueno; que me haya pillado mirándola no le da el derecho a que me arme el espectáculo frente a todos. Aunque parece ser de su costumbre. Es lo que todos dicen cada vez que intenta empezar uno de sus papelitos. Pero hoy no será su día de suerte. No conmigo.
— Tienes barro pegado... — dije asqueada — Es asqueroso.
Susan frunció ligeramente su ceño y se rebuscó por donde le había señalado. Cuando se encontró con su propia cicatriz supo que había caído en mi broma y aunque me sentí satisfecha, el único que se atrevió a reírse fue Luke. Susan apretó su mandíbula y su respiración comenzó a ser muy fuerte.
— Susan... — Jake intentó acercarse.
— Ésta estúpida quiere meterse conmigo.
Susan se dirigió a zancadas hasta a mí y yo acorté la distancia. Los demás se alarmaron pero ninguno se atrevió a tocarnos. Por otro lado, Exton sólo se cruzó de brazos.
— ¿No crees que intercambiamos de papeles?
— ¿Y qué crees si mejor te pongo en tu lugar? — me remató.
— ¿Por qué no empiezo yo primero? — ladeé la cabeza esbozando una pequeña sonrisa burlona inconscientemente. Sip, eran las cosas que pasaban si lograbas molestarme tanto.
Exton se rascó la barbilla, escondiéndose la sonrisa.
— Ya estuvo bien, chicas... — Jake intentó intervenir pero Susan volvió a pasar de él.
— ¡No! — vociferó — Ella me provocó y ahora va a saber quién soy...
— ¡Cuéntame! — mi tono era mucho más irónico de lo que planeaba — ¿Cómo deberíamos empezar a conocernos?
— Rompiéndote la maldita cara, por su puesto.
— Tú quieres otra cicatriz más visible, ¿no es cierto?
Hasta que la saqué de las casillas.
— ¡Tú...
Los chicos se apresuraron en agarrarla y yo simplemente me quedé en mi lugar observándola con la mirada envenenada.
— ¡Ya basta, Susan! — Jake gritó — ¡Cálmense las dos!
Era Susan la que seguía forcejando entre Nate y el rubio sin nombre. Yo estaba tranquila, ¿quién dijo que no estaba tranquila? Sólo tenía planeado darle su bien merecido por haberme dejado con la palabra en la bocota ayer.
Sin embargo, no podía seguir llenándome de problemas cuando sólo tenía intenciones de llegar a casa. ¡Habían pasado demasiadas cosas en un solo día! ¡Mi vida jamás había sido tan interesante! Y todo por culpa de Exton...o de Jade o de quién sabe quién. Pero estaba agotada. No, ya no podía. No podía con nada más. Me sentía abrumada; tanto que comencé a pensar en todo lo que acababa de decirle a Susan.
— Yo...
— ¡Quieta, Susan! — Jake seguía tratando de calmarla.
Al diablo. Necesito quitármelos de encima.
Voy colina a abajo pasando de las rocas a los arbustos y dejándolos bien atrás. No me giro en ningún momento. Sólo pienso en llegar a casa.
♢
No sé de cuánto llevo la caminata pero sí que los he dejado bien atrás. Caminé a mano derecha de la colina y seguí caminando. Estoy esperando a encontrarme con la maldita estación de autobuses que Exton dijo que había pero el colmo es que me haya jugado otra de sus jodidas bromas. El único sonido que he estado escuchando es el de mis pasos contra el asfalto. ¿Estoy sola? Sí. ¿Tengo miedo? Sí. ¿Puedo morir? Sí. ¿Pueden secuestrarme? Extra extra sí. Pueden pasar un sinnúmero de cosas en este preciso momento. No tengo celular, no tengo comida, no tengo agua y ni si quiera tengo dinero suficiente para que me roben. Estoy frita. Voy arrastrando mis pies por dos razones: estoy congelándome y ya no encuentro fuerzas.
Siento mi garganta seca y cada vez que intento tragar lo único que hago es quemarme la garganta. Ni si quiera voy a reflexionar sobre lo qué pasó hace rato, no me importa nada. Estoy tan cerca pero tan lejos de casa a la vez, estoy caminando sola por el medio de la nada, está oscuro y puedo morir en cualquier instante. Jade, te declaro la muerte.
El hálito sale de mis labios cada vez que respiro y me los seca. Bueno, admito que no sé cómo pase de estar con Exton casi medio festival a estar caminando en una calle sin rumbo a altas horas de la madrugada. Estoy nerviosa, tengo pánico; estoy desesperada. ¿Cómo hubieran sido las cosas si Jade nunca se hubiera ido? ¿Estuviera yo en mi cama ahora mismo? Si un aro se digna en pasar a estas horas por aquí, me metería en el medio para que me arrollara.
Pero en cuanto un resplandor vino de mis espaldas me giré de golpe y comencé a agitar mis brazos. Hay un noventa por ciento de que quién sea que vaya en ese auto quiera raptarme o no. No obstante, es mi única salida...¿o no? Con suerte el auto va reduciendo su velocidad para aparcarse al costado de la calle en que me encuentro. Así que, me acerco hasta él. Y como mi suerte me la regala el infierno, el tipo que aparcó su auto tiene pinta de campesino diabólico.
Es un viejo huesudo, bañado en barro, bigotudo y sudoroso. Se me va el corazón a los pies y se me revuelve el estómago. Es el tipo de viejo que guarda una escopeta en la cajuela. Lo que indica que mi muerte sería sangrienta. El viejo tiene la sonrisa torcida entre dientes amarillentos, ojos hundidos en arrugas y el símbolo de infinito tatuado en la frente. Si me mata, guiará mi alma hasta el infierno.
— ¿Te llevo a algún sitio, preciosa? — dijo asomándose por el ventanal para echarme una mirada de arriba a bajo. Retrocedo unos pasos.
De repente me siento impotente. El coraje y la osadía con la que pasaba la mayoría de mi tiempo se esfuman haciéndose polvo en el aire. Tal vez es porque de verdad me siento en peligro y porque tenía muchas ansias de llegar a mi casa.
— No... No se preocupe.
Pero su cara cambió drásticamente. — No me paré para que rechazaras mi oferta. Ahora subes al auto.
Se baja del auto más rápido de lo que me toma reaccionar, así que tomó mi brazo y tiró de mi hasta estamparme contra su cuerpo. Comienzo a patalear.
— ¿Qué hace una jovencita tan linda por las calles a éstas horas? — me dijo cerca del oído y me repugné. Solté un gemido queriéndome arrancar el nudo de mi garganta.
— ¡Suéltame! — grité — ¡Aléjate de mí!
— ¡Cállate! — me forcejeó mis patadas — Nadie va a escucharte gritar, pequeña...
Intenté zafarme cuando el viejo me inmovilizaba con una mano cuando alargó la otra para abrir la puerta de pasajero. Pretendió empujarme dentro pero no se la estaba dejando fácil aunque quisiera echarme a llorar. Le mordí una mano -que terminé escupiendo- y traté de empujarlo para quitármelo de encima. Pero cuando pensé que no me quedaban más fuerzas, el viejo salió disparado hacia atrás desapareciendo del mapa. Me quedé helada, esperando a que apareciera otra vez con un martillo o algo por el estilo para reventarme la cabeza. Pero escuchó murmullos. Me espabilé limpiándome los ojos y salté fuera del auto.
Hay tres rubios acribillando al viejo a golpes, entre ellos veo a Exton y en cuanto Luke repara en mi, corrió en mi dirección. Las chicas están amontonadas en una esquina mientras algunos chicos se encargan de literalmente matarlo. Mi garganta no soporta más el nudo, mi pecho quiere desinflarse pero está paralizado y mis manos tiemblan involuntariamente.
He sido rescatada otra vez, quedando en deuda.
— ¿Estás bien? — Luke preguntó — ¿Te hizo algo?
Pero no soy capaz de contestar. Mi mente a penas procesa cómo Exton está moliéndolo a golpes. Es todo un espectáculo cómo sus fuertes brazos van de atrás hacia el frente ensangrentándose mientras le machuca el mismo lugar. No piensa en nada más. Quiere destrozarle el rostro.
— Fue suficiente. — Jake anunció y todos los rubios responden ante su comando.
Excepto Exton.
— ¡Exton!
Nate, Edward y el rubio sobrante separan a Exton a forcejeos. No quería parar de golpearlo. No saca la mirada de encima del viejo, está totalmente enfocado en seguir golpeándolo. La sangre salpicó sobre su ropa pero sobre su piel se notaba más. El viejo a penas es reconocible bañado en sangre.
— ¿Te encuentras bien, Dylan? — Jake preguntó llamando la atención de todos. Incluso Exton levanta la mirada de golpe.
Pero la lengua se me trabó. Así que sólo pude asentir.
— ¿Tienes cómo llegar a casa? — vuelve a preguntar.
— Yo la llevaré. — Exton espetó y ahora soy yo quien lo mira de golpe. Él me mira con recelo mientras su pecho se infla y desinfla con lentitud.
— Perfecto. — Jake declaró — Asegúrate de dejarla bien en su casa, Exton.
— ¿Pero qué hacemos con él? — Nate preguntó inclinando su mirada hasta el viejo quién no se ha inmutado.
— Nada. — Exton respondió — Tiren el cuerpo por cualquier lugar. De seguro ya estaba muerto en vida y acabamos de hacerle un favor.
— Descompongan el auto. — Jake ordenó y los rubios lo obedecen dócilmente.
Les resulta divertido hurgar por la camioneta. Arrancan algunas piezas y explotan los neumáticos. Rompen algunas pertenencias y con lo mismo que han encontrado, revientan los cristales. Hacen del auto un desastre.
— ¿Segura que estás bien? — Luke vuelve a inspeccionarme — ¿Te sentirás cómoda yéndote con Exton? Podría llevarte yo...
— Deja de sofocarla. — Exton se quejó — Tampoco alguien te pidió que lo hicieras.
— A ti tampoco. — Luke contestó.
— Porque me ofrecí, imbécil.
— Pues yo también me ofrezco.
Exton suelta un sonoro suspiro y pone los ojos en blanco. Camina hasta su auto -porque lo reconozco de ayer- y abre la puerta del copiloto de mala gana. Entonces me mira.
— Puedo asegurarla mejor que tú a tu propia mierda, idiota. — dijo Luke entre dientes pero Exton lo ignora olímpicamente sin despegar la mirada de mí.
— Se te agota el tiempo. — me dice con sorna.
Me separé de Luke y me dirigí cabizbaja hasta el auto de Exton. No tenía cara para mirarlos después de todo lo que había pasado y que termináramos dónde estábamos.
Exton se hizo a un lado para dejarme entrar a su auto y cerró la puerta de golpe. El caliente me golpea las mejillas frías y me siento aliviada. De repente me entran ganas de echarme a llorar. ¿Cuántas veces había estado cerca del peligro hoy? Realmente hoy había acumulado las peores experiencias de mi vida entera. Entonces Exton entra sin mediar palabra. Tira la puerta de golpe otra vez y arranca el auto pegándome la espalda al asiento.
Sólo quiero llegar a casa.
♢
Hacía un rato que había dormido un poco pero aún no habíamos llegado. Conseguí tranquilizarme y ahora sólo quería llegar de una puta vez a mi casa. Le agradecí mentalmente a Exton por no haber intentado acribillarme de preguntas. Pero los méritos me los ahorré después.
— Tienes dos opciones. — soltó sin mirarme — Explicarme por qué saliste corriendo como una estúpida o explicarme por qué eres tan estúpida.
Puse los ojos en blanco. Lo que me faltaba. — No tengo por...
— Contéstame. — me cortó intensificando su todo de voz. Quisiera pensar que no va a sacarme motivos para molestarme con él.
Suspiré — Todo fue culpa de Susan.
— Claro. Ahora culpas a las personas por tus excelentes niveles de inteligencia. — ironizó y comenzaba a palpitarme la cabeza — Estabas llevando la fiesta por un buen camino hasta que la cagaste con tus estupideces. ¿Qué ibas a hacer si no llegábamos?
Bufé — Pensé que querías que me violaran.
— Seguro que con eso hubiera bastado.
Me crucé de brazos y apreté mi mandíbula. Claro, seguramente se hubiera partido de la risa si eso hubiera sucedido. Sin embargo, al mirar sus nudillos rotos bordados de sangre seca me tensé un poco.
Tragué saliva — No estaba muerto.
— Lo estará en cuanto se pudra en el bosque.
Guardé silencio unos segundos mirándolo de reojo — ¿Crees que de verdad lo mataste?
— ¿Y qué querías? — remató — ¿Que hiciéramos un pacto amistoso y estrecháramos nuestras manos con saliva?
Despegué mi mirada de él una vez seguía con su maldito sarcasmo. De todas formas no podía quitar mi mirada de encima de sus manos. Después de todo, se había jodido...¿por mí?
Comencé a mirarlo de soslayo otra vez nerviosamente. Carraspeé mi garganta. — Gracias.
Tomé a Exton con la guarda baja. Vi cómo su expresión se relajó y sus puños ya no apretaban tanto la rueda del guía. Pero no respondió.
♢
No me lo creo cuando llegamos a la calzada de mi casa. Siento que podría llorar en cualquier momento si no me bajó corriendo del auto. Estoy desesperadamente emocionada por entrar a ese lugar.
— ¡Perfecto! Lo que me faltaba... — Exton se quejó — Lárgate como si fuera un jodido taxi, Dylan.
— ¿Cuánto me cobrarás? — me burlé viendo cómo su mandíbula se tensaba otra vez. — Ya te agradecí.
— ¿Pero no vas a despedirte? — estableció como si estuviera diciendo un hecho.
Fruncí mi ceño. — No pienso besarte.
— Tampoco beso a estúpidas. — dijo con naturalidad.
Podría entrarme un ataque de rabia en cualquier momento. Entonces veo que estira su mano en mi dirección en plan de darnos un apretó . Vuelvo a mirar sus nudillos y siento que tengo que hacer algo más para convencerle de mi agradecimiento.
— Puedo encargarme de eso.
Exton se mira su mano. — No, tengo que irme. — dijo, así que no lo joderé más.
Su tacto es cálido y me regala una débil chispa de electricidad que se desvanece cuando nos soltamos. Su mano estaba caliente como el diablo y por un momento quise usarla de almohada. Me resultó extraño pero me contuve.
— Adiós.
Salgo del auto y cierro la puerta para encaminarme hasta el porche de mi casa. Cuando estoy a punto de entrarme, oigo su voz de nuevo.
— Bonita chaqueta. — dijo y arrancó dejándome con la palabra en la boca.
¿Ésta es una excusa para volver a vernos?
Editado
N/A
¡Aquiii el próximo capítulo!
Bueno, bueno. Tengo muchas ideas con esta fanfic. Aunque desde un principio la tenía planeada, yo siempre voy cambiando todo porque se me ocurren mejores cosas xD. Hasta pensaba que iría a tener una secuela pero pensándolo bien, ahora no estoy segura. Me gusta lo que estoy haciendo hasta ahora y espero que a ustedes les esté gustando más.
:) Quería también recomendarles mi libro de imaginas que pueden encontrarlo en mi perfil. He estado a punto de borrar el libro pero luego pienso en todas las lectoras que decepcionaría así que no lo hago. Además me gusta escribir imagina de los chicos, me gusta poder escribir cualquier cosa (:
En fin, gracias a todas aquellas que desde que publiqué esta fanfic siguen estando ahí <3 Ya sé que a penas es el capítulo siete pero para mí significa mucho :) Gracias de corazón.
Así que nos vemos mañana <3
Chao.