El arroyo de los cardenales r...

By LadyBerrybell

377K 43.8K 4.5K

El pequeño y dicharachero Leo tiene un gran problema. Ese gran problema mide aproximadamente 1.81, tiene el p... More

Una pequeña queja.
Capítulo 1 (Editado)
Capítulo 2 (Editado)
Capítulo 3 (Editado)
Capítulo 4 (Editado)
Capítulo 5 (Editado)
Capítulo 6 (Editado)
Capítulo 7 (Editado)
Capítulo 8 (Editado)
Capítulo 9 (Editado)
Capítulo 10 (Editado)
Capítulo 11 (Editado)
Capítulo 12 (Editado)
Capítulo 13 (Editado)
Capítulo 14 (Editado)
Capítulo 15 (Editado)
Capítulo 16 (Editado)
Capítulo 17 (Editado)
Capítulo 18 - Alain (Editado)
Capítulo 19 (Editado)
Capítulo 20 (Editado)
Capítulo 21 (Editado)
Capítulo 22 (Editado)
Capítulo 23 (Editado)
Capítulo 24 (Editado)
Capítulo 25 (Editado)
Capítulo 26 (Editado)
Capítulo 27 (Editado)
Capítulo 28 (Editado)
Capítulo 29 (Editado)
Capítulo 30 (Editado)
Capítulo 31 (Editado)
Capítulo 32 (Editado)
Capítulo 33 (Editado)
Capítulo 34 (Editado)
Segunda Parte: Capítulo 1, Alain (Editado)
Capítulo 2, Leo (Editado)
Capítulo 3, Alain (Editado)
Capítulo 4, Alain (Editado)
Capítulo 5, Alain (Editado)
Capítulo 6, Leo (Editado)
Capítulo 7, Alain (Editado)
Capítulo 8, Alain (Editado)
Capítulo 9, Leo (Editado)
Capítulo 10, Alain (Editado)
Capítulo 11, Alain (Editado)
Capítulo 12, Alain (Editado)
Capítulo 13, Leo (Editado)
Capítulo 14, Alain (Editado)
Capítulo 15, Alain (Editado)
Capítulo 16, Alain (Editado)
Capítulo 17, Alain (Editado)
Capítulo 18, Alain (Editado)
Capítulo 19, Leo (Editado)
Capítulo 20, Alain (Editado)
Capítulo 22, Leo (Editado)
Capítulo 23, Leo (Editado)
Capítulo 24, Leo (Editado)
Capítulo 25, Leo (Editado)
Capítulo 26, Leo (Editado)
Capítulo 27, Leo (Editado)
Capítulo 28, Leo (Editado)
Capítulo 29, Leo (Editado)
Sebastian (Editado)
Áurea (Editado)
Capítulo final, Leo El sonido del mar. (Editado)
Cumpleaños Sebastian. (Editado)
Extra. La boda de Áurea.

Capítulo 21, Leo (Editado)

4.2K 504 61
By LadyBerrybell

Separo mis labios jadeando en busca de aire.

—Leo. —Parece que está a punto de llorar, tiene los ojos húmedos. Pone una mano sobre mi cabeza para posarla sobre su pecho. Escucho como su corazón late a toda velocidad—. Lo siento. Lo siento tanto.

—¿Por no hablar? ¿O por lo de Sebastian? —Me duele, siento como los celos se estrellan como las gotas de lluvia contra mi cara. El calor febril no me deja pensar con claridad—. Pensé que yo te gustaba y que querrías algo serio conmigo.

Alain suspira sobre mi cabeza sin llegar a decir nada. Así es Alain, la sencillez no está en su liga. Me aprieta contra su cuerpo durante tanto tiempo que creo que se me van a congelar las piernas, sobre todo después de haber estado toda la noche fuera.

Recoge su paraguas y me coge de la mano para ir a mi casa. Suelto su mano con brusquedad. No quiero volver a pisar ese lugar, y menos ahora que ya estoy seguro de quién es bueno o malo.

Wackerly es el tío de Lira y amigo de ambas familias. El miedo a averiguar los entresijos del pasado es demasiado grande.

—Leo, mi casa es peligrosa —insta Alain—. Hablemos en la tuya.

—He dicho que ahí no pongo un jodido pie.

—Leo.

—He dicho no. —Me escapo corriendo calle abajo. En medio segundo tengo a Alain abrazándome por la espalda, jadeando en mi oído.

—Por favor, no te vayas sin mí —susurra estrujándome. Lo escucho llorar por primera vez en diez años. Siempre impertérrito, Alain parecía incapaz de derramar una sola lágrima y aquí está, llorando por mí, por nosotros, por la complicada situación que nos rodea. Se calma poco a poco, relajando su agarre hasta rozar la suavidad.

—Estoy enamorado de ti, Alain —digo sin pensar en lo que estoy soltando por la boca. Bajo la torrencial lluvia pongo en palabras lo que mis sentimientos han estado gritando—. Estoy enamorado de ti y cansado de no saber si quieres estar conmigo o no. Estoy confundido por lo que ha pasado entre Sebastian y tú. Por no hablar de todo lo que está en contra nuestra en estos momentos. —Termino la frase con un suspiro desvaído. Me obliga a darme la vuelta para besarme de nuevo. Entreabre lentamente mis labios con su lengua y busca profundizar el beso.

Se aparta lo suficiente para poder mirarme a los ojos. Joder, me voy a derretir aquí mismo y volverme una masa sin forma.

Para mi sorpresa Alain se ríe.

—No vas a derretirte —habla. Mierda, otra vez con lo mismo. Apoya su frente en la mía con dulzura y frota mis mejillas con los dedos pulgares—. Yo también estoy enamorado de ti, Leo. He necesitado demasiado tiempo para darme cuenta.

Empuja suavemente mi cuerpo contra el portal de un edificio cualquiera, de ese tono gris sucio que tienen todos los condenados edificios de este pueblo. Besa mi cuello, haciéndome cosquillas con el pelo húmedo y negro.

—Cuando te olvidaste de mí fue como si recibiese una puñalada en el corazón. Todos los días sentía ese dolor insoportable.

Se quita la pesada cazadora que lleva y la pone sobre mis hombros. Toma aire, intuyo que para ser capaz de seguir hablando.

—Necesitaba que dejase de doler. —Las lágrimas vuelven a recorrer sus mejillas y trato de limpiarlas con la manga de mi sudadera—. Y es por eso que me acosté con Sebastian. ¿Me odias? Yo creo que me odiaría.

Niego con la cabeza.

—¿Él te gusta? —lo digo con miedo de saber la respuesta.

—No —responde y después mira hacia el cielo para evitar que las lágrimas sigan cayendo—. No estaba pensando en nada más que sentir alivio físico. Sebastian no es una mala persona, me advirtió que lo que estaba haciendo era una mierda.

Creo que puedo entenderlo aunque yo no sería capaz de hacerlo. Pero no todos somos iguales. Siempre he sabido que Alain funciona de una manera diferente.

—No te odio —musito—. Claro que me jode, pero tampoco es que fuéramos pareja.

Alain toma una de mis manos.

—Sobre eso...

Alguien sale del edificio y nos sobresalta. La persona deja la puerta abierta y con el aliento disperso sigo a Alain que se cuela dentro para entrar en calor.

Llamamos al ascensor intentando parecer dos personas que vienen de visita y no dos chavales con serios problemas mentales. El último piso llega y subimos con el mayor sigilo hasta las escaleras que llevan a la azotea. El último rellano antes de la puerta es pequeño, con baldosas blancas algo grisáceas por el paso del tiempo. La puerta está firmemente cerrada y por el estado en el que se encuentra hace mucho que la gente no sube ahí. Sin embargo, como todo el mundo debe tener la calefacción puesta, no hace frío por lo que poco a poco comienzo a entrar en calor.

Nos quedamos en silencio durante un buen rato. Entrelaza sus dedos con los míos y juguetea con ellos.

—Te quiero, Leo.

Mi corazón se acelera hasta que golpea con fuerza mi pecho. A pesar de todo, estoy contento de haber recordado.

Rozo sus labios de nuevo. No creo que llegue a cansarme nunca. Escucho su gemido cuando pego mi cuerpo al suyo. Meto una mano por debajo de su camiseta para sentir la piel de su espalda y él se arquea ante mi contacto.

—Estás helado —murmura entre beso y beso. Me recuesta, poniendo un brazo debajo de mi cabeza para impedir que me haga daño.

Tiemblo ligeramente. Quizás tenga algo de fiebre. Alain se recuesta sobre mí trasmitiendo su calor, acaricia con la palma de su mano mi entrepierna a través de la tela de mi pantalón. Deja una ristra de besos por mi cuello y clavícula.

Estoy tan empalmado que no sé muy bien qué es lo que se me pasa por la cabeza.

—Por mucho que me arrepienta de todo lo mal que hice, no va a solucionarse —susurra recorriendo con sus labios mi mentón—. Pero no cometeré los mismos errores.

Su mano desabrocha mi pantalón y roza ligeramente mi erección.

—Te quiero. —Roza la punta de mi miembro con un solo dedo para luego deslizarse hasta abajo. Intento ahogar un gemido a la par que analizo lo que me acaba de decir. Comienza a mover su mano de arriba abajo. Su boca se entretiene en mi oreja—. Tenía miedo de que pudieses terminar como Lira si te quedabas a mi lado y es lo que estuvo a punto de suceder. Estaba tan asustado que no era capaz de dejarte entrar del todo en mi vida. Pero ya no. Y si después de conocer todos mis defectos aún sigues queriéndome, entonces no necesito a nadie más.

Lucho internamente para no llorar mientras me pregunto por qué cojones se me está declarando de esta manera tan guarra. ¿No podía hablar y luego hacerme una jodida paja? ¿Tiene que ser todo a la vez?

Casi grito de placer cuando él aumenta el ritmo apretando la punta cada vez que llega arriba. Alain cubre mi boca para impedir que el ruido alerte a le gente que vive en el edificio.

Jadeo, encubriendo mi voz cuando termino sobre la piel de mi vientre. Ahora estoy sucio y sudado. ¿No le da asco? Su mano también está manchada, pero no parece importarle. Me acurruca sobre su pecho y me tapa con el abrigo. Ojalá poder quedarme aquí para siempre.

—¿No podías declararte de otra manera? Es decir, ¿haciendo una paja? ¿Dónde se ha visto semejante cosa? —Le molesto, acariciando los lunares que hay en la base de su cuello.

—Tienes razón, pero no solo vas a ser tú el que haga cosas raras —contesta con voz divertida.

Recuerdo la cantidad de estupideces que he hecho desde que llegué a este pueblo. Demasiadas.

—No dejaré que te vuelvan a hacer daño. —Su voz es tenue sobre mi ensortijado cabello.

Continue Reading

You'll Also Like

71.1K 3.7K 17
Para lenna el solo era el mejor amigo de su hermano aún si ella quería que fueran más. Para alessandro ella era más que que la hermana de su mejor a...
956K 49.7K 36
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...
19.6K 3.6K 68
Un profesor saliendo con su alumno. ¿Por qué me pareció una buena idea? Pues no, no pensé que estar con Benny sería tan difícil, sobre todo por todo...
121K 6.4K 24
Dereck, es un chico adolescente de 16 años homosexual, con una vida relajada. En la escuela preparatoria lo han dejado de tomar en cuenta gracias a s...