—¿Es normal que la trate así? —Pregunta Ed mientras cierra su casillero— Parece un tanto obsesionada con ella.
—¿A que te refieres? —Me toma un poco de sorpresa su pregunta.
—Míralo por ti mismo —Cierro mi casillero y la veo.
Demonios, ¿Por qué no la puede dejar en paz tan si quiera unos momentos?
Dafne la esta molestando... De nuevo. Pero estoy seguro de que ahora no lo hace por costumbre sino lo hace para vengarse de mi.
—Imbecil, ¿Por qué no me dices antes? —Empujo a Ed un tanto enojado.
—¿Y yo como iba a saber que eres su protector? —Él rueda sus ojos.
Me acerco lo más rápido posible para llegar en medio de ambas.
—Sin duda tus lentes no te favorecen —Dice con tono arrogante Dafne, Leire solo la ve con su ceño fruncido—. ¿Qué pasa si hago esto?
Y antes de que lo pueda evitar Dafne toma sus lentes y los tira al suelo, acto seguido los pisa con mucha intensidad, una y otra vez. Hasta que estos quedan destrozados por completo.
—¿Cual es tu jodido problema Dafne? —Le cuestionó realmente enojado—. No tienes el derecho de hacerle eso, ni nada de lo que sueles hacer.
—¿Por qué la defiendes? ¡Es la patosa! —Lo grita como si fuera algo estupido de hacer. De defenderla.
—Porque quiero. Ya te dije no esta bien, te lo grite ayer. ¿Qué Carajos te pasa? ¿Qué acaso no tienes malditos sentimientos? —De hecho... No creo que los tenga, si soy sincero.
—Claro, por ti —Responde muy cínicamente.
Leire sigue observando toda esta situación muy seria.
—Es una obsesión, acéptalo y supéralo —Realmente estoy harto de que esté aferrada a todo esto, a mi—. Dafne para de una buena vez, no llegarás a ningún lado si sigues así. Discúlpate con ella.
—¿Qué? Claro que no.
—¡Oh claro que si!, ahora mismo —Mi tono de pocos amigos la asusta un poco. Lo puedo ver en sus ojos.
En serio, más vale que lo haga, pero estoy pensando que estoy sonando muy infantil por pedirle algo como eso, ya que la conozco y sé que realmente no haría algo de lo que le pida.
Al igual que ayer, habíamos generado una multitud pequeña que nos observaba con mucha atención como si todo esto fuera un espectáculo de ciervo, o tal vez ni tan pequeña era esta multitud, cada vez eran más personas.
—AHORA —Repetí enojado.
—No —Pone una mirada desafiante—, jamás.
Leire esta completamente seria, no había dicho nada y esto se estaba tornando un poco raro. No dice nada y empieza a dar unos pasos. Pero entonces me doy cuenta que algo va mal, algo va mal con ella ante la situación.
No camina como si fuera a huir. Camina demasiado lento como para hacer lo mismo que ayer.
Vuelve a dar otros pasos, quedando muy cerca de Dafne, lo único que las separa, son los lentes rotos que se encuentran en el piso.
Dafne le sonríe de una forma muy maliciosa, entonces Dafne la empuja un poco, veo como Leire se tambalea.
—¿Estas bien? —Le susurro, ella asiente—. Dafne, detente de una buena vez.
Ella me ve feo, pero creo que mi mirada la intimida mas.
Pero hay algo que no contábamos...
Ni Dafne.
Ni yo...
De hecho no creí llegar a ver que esto pudiera suceder.
Todo pasa en cámara lenta, pero no podré detenerlo, porque estoy paralizado por la impresión de lo que está sucediendo.
Y sin más la mano de Leire impacta por completo en la mejilla de Dafne.
Sin más, es la primera vez que veo que alguien llegue animarse a poner una mano encima a Dafne, y ahora lo acabo de presenciar todo. Y no he sido el único. No hay ruido, la multitud está callada y desconcertada al igual que yo lo estoy.
Creía haber visto casi todo, pero me doy cuenta de que apenas estoy empezando.
Empezando a creer que realmente no se que esperar de nadie, o de como puedan suceder las cosas realmente. Antes creía que había un patrón en el que te decían el comportamiento de las personas, el patrón se ha rato ante mis ojos. Y ahora se, que apenas estoy empezando a conocer.
Dafne se voltea con Leire con una mirada de profundo odio.
—Esto no se quedara así —Dafne la apunta.
—Si, si claro ya escuche esas palabras con anterioridad Dafne —Leire está muy seria, sin duda yo no esperaba nada de esto—. Pero lo que no se quedará así, es que hayas roto mis lentes enfrente de todos. ¿Piensas que nadie puede hacer algo al respecto sobre tus acciones? Estás equivocada.
Dafne le dedica una última mirada de muerte, después a mi y se va con la cabeza en alto, como si todavía le quedará algo de dignidad...
—Chicos, hora de regresar a sus asuntos, mucho drama por hoy —Les grito a todos los presentes.
Ellos empiezan a murmurar mientras empiezan a caminar a otra dirección.
Ella ve sus lentes rotos que se encuentran en el piso.
—¿Por qué me odia tanto? —Se cuestiona más para ella misma que para mi, después medio sonríe—. Nunca lo sabré.
—Ni yo lo se, Cariño —Ultimamente me he estado cuestionando lo mismo.
—Me sacó de quicio... No imagine llegar a darle una cachetada si te soy sincera —Ni yo, pienso—. Pero realmente estaba cansada de ella, y que hiciera su drama enfrente de todos, no lo soporté.
—No te preocupes, supongo que hiciste lo que creíste mejor para ti. Y estuvo genial.
—Supongo.
Suspira y me voltea a ver.
—Dame dos, tengo que hacer algo —Me dice mientras observa sus lentes rotos.
—¿No te vas a escapar verdad? Recuerda que vamos a ir a comer —Le recuerdo.
—No, solo que necesito hacer algo —Yo asiento.
Abre su casillero, y saca algo de este.
Y se va al baño de chicas.
Ed se acerca. Al parecer era el único que no se había ido.
—¿No crees que Dafne está muy obsesionada con ella al igual que contigo? —Pregunta.
—Si... Eso es muy extraño —Afirmo.
La puerta del baño de chicas se abre y de este sale Leire.
—Listo... Fui a ponerme mis lentes de contacto, realmente no puedo ver sin ellos —Explica Leire en cuanto se pone a mi lado—. Hola Eduardo.
—Hola, Leire, yo creo que me voy... —Asentimos los dos—. Lamento lo de tus lentes.
Ella murmura un "Si"
—¿Nos vamos? — Le pregunto y ella asiente, mientras caminamos todo el mundo se nos queda viendo, o tal vez a Leire—. Te ves mejor sin los lentes. Y has sido realmente valiente por lo de la cachetada.
—Me gustaban mis lentes, pero ahora no los tengo así que tendré que usar lentes de contacto por culpa de TU Chica Loca.
—¡Hey! No es mi chica tenlo por seguro.
—Bueno de la chica que tiene una ligera obsesión contigo.
—¿Ligera? —Le cuestionó algo alterado—. Ella está loca y no la soporto, me esta volviendo loco, y luego tengo una pequeña amenaza de ella.
Ella ríe un poco.
—¿Cual?
—Que ella consigue siempre lo que quiere —Trato de imitar su tono de voz chillona—, y que yo iba a ser suyo, por las buenas o por las malas.
—¿Y tú crees que lo logre? —Pregunta divertida como si nada hubiera pasado.
Hago una mueca, y sin más llegamos al estacionamiento.
—Tendrás que averiguarlo.
—Supongo —Sube al auto y yo hago lo mismo—. ¿A dónde vamos a ir?
—A comer —Ella rueda sus ojos, y yo río por eso.
—Ya lo se, pero —Medio sonríe—. ¿A donde?
—Mmm... A donde nos lleve la vida —La verdad es que no tenía ni la menor idea de a dónde ir a comer.
—No sabes a donde, ¿Verdad? —Soy muy fácil de leer.
—Noup.
—Tenias que ser tan... Valerio —Dice mientras vuelve nuevamente a rodar sus ojos—. Bueno... Ve pensando en algo porque en serio muero de hambre.
—A sus ordenes mi capitana, ¿Algo más? —Sarcasmo.
—Ya que lo dices...
—Dejémoslo así —La detengo a tiempo.
La observo, ella se muerde su labio.
Se que le ha parecido graciosa está situación.