La storia della arcana famigl...

By Lyndha5

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La arcana familia... nunca pense que mi camino se cruzaria con ellos, durante años hui de lo que era, pero bi... More

Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32

Capitulo 1

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By Lyndha5

Era un día como cualquier otro para mi, me encontraba haciendo lo mismo de siempre de mi rutina, bueno dentro de lo que se puede hacer en un barco dentro durante una semana.

Me llamo Sakura, tengo 17 años, hace apenas tres meses emprendí un viaje con mi abuela yuki.

Normalmente viajo sola a donde siempre puedo encontrar un trabajo para mantenernos a las dos, bueno mas bien a ella, nunca me preocupo demasiado por mi. Ahora estamos en un barco en camino a una isla que ella desde hacia tiempo quería ir a ver y como ella lo es todo para mi y últimamente se a sentido un poco mal prefiero hacer todo lo que ella me pida.

En este viaje la eh llevado a varios lugares que ella solo hubiera conocido en sueños, me alegro mucho de poderselos mostrar ahora.

Aunque no me gusta mucho la idea de ir a "vivir temporalmente" a esa isla que ella con tanta insistencia a querido ir a ver.

¿Como se llamaba ese lugar?... a si, la isla Regalo, según ella es una isla bastante hermosa, ahí ella conoció hacia mucho tiempo a mis padres...

Es una larga historia, así que prefiero contárselas otro día.

-No puedo esperar a llegar- dice mi abuela llegando a un lado de mi mientras estoy sentada en la orilla del barco- a pasado tanto tiempo.- un toque de nostalgia se percibe en su voz.

-Ya lo creo abuela.

-Que te pasa pequeña?- dice con un toque dulce posando una mano sobre mi hombro.

-Es solo que...- no le puedo decir eso, es lo que ella quiere así que.

Niego con la cabeza tranquilizándola, esto lo hago por ella, mientras no me encuentre a nadie de por allí todo estará bien.

-Bien, ahora bájate de ahí si no quieres que el capitán te vuelva a llamar la atención

-Si, si.- suelto con pereza.

De un solo movimiento me doy vuelta y salto de regreso dentro a la cubierta del barco, con una sonrisa un poco arrogante ante la mirada de varios marineros que no dejan de sorprenderse con lo que hago.

Tomo a mi abuela del brazo y la acompaño a donde se encuentra ahora el mismísimo capitán al frente del timón. Mi abuela no puede evitar entablar una conversación con el mientras que yo solo los observo a distancia recargada a la orilla de las escaleras.

Millones de pensamientos llegan a mi, pero ninguno supera a las voces que aveces llego a oír en mi cabeza.

Todas y cada una de ellas son diferentes y se a quienes pertenecen, suspiro con resignación, solo las escucho pero nunca entablo una conversación abierta con ellas, la gente podría juzgarme loca.

A lo lejos veo un pequeño montículo de tierra, volteo a ver a mi abuela que empieza a derramar unas cuantas lagrimas tapándose la boca para evitar que salga sollozo de sus labios.

Miro al capitán como la toma por los hombros a sus espaldas tranquilizándola un poco mostrandole una sonrisa sincera.

A nadie del barco se le escapa que el capitán le interesa mi abuela.

Me acerco solo un poco para llegar a ellos, en eso llega otro hombre con barba algo agitado pero con una sonrisa de oreja a oreja.

-Capitán, hemos llegado.

Esas palabras las sentí como un duro golpe en estomago, trago duro y respiro para tranquilizarme un poco.

No me puedo poner nerviosa, es solo una isla, debe haber mucha gente como para que halla tantos barcos a la orilla, de seguro ni me sentirán, solo debemos pasar desapercibidas y nadie sospechara nada.

Veo al hombre ahora parado a un lado de mi, que esta con los ojos muy abiertos al igual que su boca, con una mirada bastante impresionada, volteo a ver al resto de la tripulación y todos han dejado de hacer lo que hacían y están con el mismo rostro que el primero.

Extrañada dirijo mi mirada a lo que sea que ellos ven ahora, siento como la sangre a abandonado mi cuerpo, estoy segura que tengo el rostro igual que el resto, solo que a diferencia de ellos siento que mi alma a dejado mi cuerpo.

Mi abuela de 89 años esta besándose con el capitán, el también esta viejo, pero esto esta de miedo.

En primer lugar casi no aparentan la edad que se supone que tienen y en segundo, es aterrador ver dos ancianos besándose a como lo están haciendo.

-A-abuela! Qu-que haces?!- no puedo evitar gritar estoy alarmada.

Si no fuera por que me encuentro así, tal vez su beso me hubiese parecido tierno... tal vez.

-Que?- me voltea a ver extrañada.

Pero después de ver como se encuentra con el rostro del capitán en ambas manos y los aplausos y silbidos del resto de la tripulación, se aparta rápidamente del hombre que ahora se encuentra sonrojado al igual que ella.

No puedo evitarlo y me agarro a reír, ella me lanza varias miradas asesinas, pero como no puedo evitarlo salgo huyendo de ella al igual que la tripulación que es asesinada por este par de ancianos.

*********************

-Como puedes burlarte de tu abuela?- dice por décima vez.

Desde su beso con el capitán, no pudo evitar seguir conversando y llevándose de las mil maravillas con el.

Ya todo el mundo esta bajando del barco con barias cajas que eran souvenirs para la isla entre otras cosas, le tuve que pagar al cap. para que nos trajera, ahora ya se porque no me había cobrado lo que cualquiera.

-No me burlo, es solo que fue algo divertido ver como se ponían nerviosos uno al lado del otro- digo. Empiezo a bajar con una pequeña maleta en forma de bolso donde llevo toda mi ropa y dinero.

-Al menos, conseguí a un hombre para un par de días- me sonríe tratando de bajar con una maleta igual que la mía, pero hasta ahora me doy cuenta que la suya es mas grande.

Suelto mi bolso en el suelo y voy en su ayuda, cojo su bolso y tomando su mano la ayudo a bajar. Tomo el otro bolso, ahora si siento como pesan ambos.

-Ahora, solo tenemos que buscar a alguien para que nos lleve a una posada...

-Casi se me olvida!- grita agitándome del brazo.

Como tiene tanta fuerza para zarandearme así?

-Deje mi baúl en el barco tengo que...

-Olvídalo abuela, mira- saco algo de dinero de mi bolsillo y se lo entrego -Tu quédate aquí con los bolsos, ve si puedes conseguir a alguien para llevarnos a un buen lugar, yo voy por el baúl.

Ella me regala una sonrisa, mientras yo me alejo corriendo al barco, no puedo evitar sentir que alguien me observa, miro alrededor disimuladamente, pero solo veo pescadores y gente bajando y subiendo cosas de los demás barcos.

Tan pronto como un marinero me da el gigantesco baúl de la abuela, hago uso de toda mi fuerza para llevarlo a rastras.

No me parecía tan pesado cuando lo subí la ultima vez.

Tal vez si utilizara mi... niego repetidas veces, lo que menos quiero es que alguien se de cuenta de mi presencia aquí, sera difícil mantenerme así durante un tiempo, pero podre hacerlo.

Vuelvo a arrastrar la gigantesca caja, hasta que siento que tropiezo con alguien a quien si no me hubiese detenido, ahora estaría tirada en el suelo con el.

-Hey, necesitas ayuda?- se oye muy animado.

Volteo a ver quien es y me llevo una sorpresa al ver que es un chico, bastante atractivo, rubio con el cabello desordenado y unos ojos verdes amarillentos, lleva un traje algo desalineado pero se le ve bastante bien, me mira con extrañeza, pero yo solo me agacho para pedir perdón.

-Perdóname, no te vi.- digo apenada.

-Descuida- me sonríe -No paso nada. Eso es tuyo?- señala el gigantesco baúl.

-Si, solo lo llevare hasta la calle, me están esperando.

-Te ayudare.

No me deja discutirle que no es necesario, pero es tarde, el lo toma de un extremo junto con otro compañero suyo, me acompañan hasta que logro ver a mi abuela, con un pequeño carruaje.

Le saludo con la mano para que me vea, ella hace el mismo gesto que yo, entonces escucho la risa de alguien.

Suena como una risa sincera llena de vida.

Volteo y veo al chico de antes, el es el que se ríe.

-Que pasa?

-Nada, nada. Es solo que nunca había visto una anciana tan curiosa.- no puedo evitarlo y también me río por lo bajo.

-Ni te imaginas.

Al fin llegamos al carruaje, ellos colocan el baúl en la parte de atrás con el resto de nuestras cosas.

-Vaya que atento muchacho.

-No es nada señora- sonríe.

-Como te llamas?- pregunta con curiosidad mi abuela.

-Liberta- dice mas feliz.

Es entonces cuando escucho otra de las voces.

"Il Mato" el loco.

Siento como un escalofrió recorre todo mi cuerpo, es ahí cuando pienso que es mejor que nos vallamos de allí.

-Un gusto liberta, ahora nos tenemos que ir, adiós.

Digo tan rápido, subiendo a mi abuela seguida de mi, y el señor que manipula a los caballos hace que avancen rápido, sin dejarle tiempo al pobre chico de preguntar quienes somos.

Mi abuela solo me mira curiosa al principio, pero no dice nada, se limita a decirme que solo por hoy nos quedaremos en la posada a la que nos llevara el señor y mañana iremos a su antigua casa, para instalarnos mejor.

Una vez llegamos al lugar, el dueño nos atiende, nos da un buen cuarto y nos ayuda con las maletas.

Mi abuela toma su medicamento y decide tomar una siesta el resto del día.

Apenas es de tarde y tengo suficiente tiempo para salir a explorar un poco la ciudad de regalo, quiero ver que es lo que la hace tan maravillosa como todos dicen.

Pero no me arriesgare a que aquel chico con la carta del tarot me reconozca.

Me doy un baño rápido, me pongo ropa que normalmente uso cuando estoy en mis trabajos, es lo único que tengo.

Tal vez a la gente de por aquí no le parezca mucho, pero bueno, se tendrán que acostumbrar.

Me pongo una camiseta negra algo ceñida al cuerpo, un chaleco gris con capucha que me alcanza a cubrir bastante bien la mayor parte de mi rostro pero igual me permite ver bien a mi, un short marrón oscuro y mis botas negras que me alcanzan hasta llegar antes de la rodilla.

Me coloco mis muñequeras por si acaso, mi cinturón en donde coloco algo de dinero en la bolsita de cuero integrada al cinto, dejo mi cabellera suelta, es algo extraño mi color de pelo pero a mi me gusta.

Una vez en la calle, decido que es mejor no tener mi capucha puesta, así que la bajo y veo como pasa la gente.

Algunos se me quedan viendo curiosos y otros solo me saludan amistosamente.

No esta mal el lugar, hasta donde e visto y me a comentado la esposa del dueño de la posada, ahí un casino, un restaurante buenísimo, tiendas con un montón de ropa y cosas por el estilo, un mercado encantador y fuentes con vista alrededor de las calles con gran vista hacia el bosque que esta por la colina detrás del pueblo.

Ya esta oscureciendo apenas, pero ya me canse de deambular por todo el lugar, así que solo compro un helado y camino en dirección a la fuente, una vez sentada veo a la gente pasar.

Niños, adultos, ancianos, parejas, familias, todo se ve tan pacifico por aquí que hasta dudo que me vean.

Sigo con mi helado hasta que mi vista es obstaculizada por dos personas. Los veo directamente con indiferencia, son dos hombres jóvenes que me ven divertidos.

-Se les perdió algo?- suelto tajante.

-Danos tu dinero- dice uno - o sino...

-Si no, que?- le respondo seca retándolos

-O si no, nos divertiremos contigo.- dice el otro con una sonrisa llena de malicia que no me hace sentir nada de miedo que esta tratando de infundir en mi.

No puedo evitarlo y me largo a reír, ellos me miran con extrañeza y enfado, molestos me arrebatan mi helado tirándolo al suelo.

Los miro molesta, mientras poco a poco se van acercando a mi tomándome de los brazos, son fuertes, pero no son nada contra mi.

Observo como la gente nos mira alarmados, una señora a gritado comenzando a pedir ayuda, mientras estos dos tratan de someterme.

Sin pensármelo dos veces, me libero del agarre de uno, le doy una patada en el estomago, a el otro no le da tiempo de reaccionar, así que lo termino de tomar por el brazo, metiendole mi pie entre los suyo, utilizando su propio peso contra el, lo levanto para estrellarlo contra el suelo, el otro intenta golpearme pero no lo dejo, dos golpes fallidos, el otro se le une, así que no me preocupo, me deslizo rápidamente por la espalda de ellos, a uno le doy una patada y cae rendido en el suelo, el otro vuelve a golpearme pero logro esquivarlo, saca una navaja bastante filosa, intenta apuñalarme y cortarme con ella pero solo me muevo evitando que logre alcanzarme, ya harta y aburrida de esta situación decido que es mejor acabar con esto rápido, le doy una patada voladora tirandole la navaja lejos, le doy otra en el estomago y en la cara y cae rendido al lado de su compañero.

Poso mi pie sobre ellos riéndome les restriego que soy mejor que ellos, enseguida no escucho nada, silencio. Se me hace extraño por un momento, pero es ahí cuando me doy cuenta de que e montado un espectáculo.

Veo a toda la gente aterrorizada de su reacción, pero de un momento a otro comienzan a aplaudirme y soltar gritos de alegría, a lo que solo me hace sonrojarme un poco y a sonreirles nerviosamente.

Paseo mi mirada por todos los de alli, y varias personas empiezan a rodearme, solo les agradesco por los alagos de mi forma de pelear. Miro sobre el hombro de unos cuantos y veo un pequeño grupo de personas viendome a lo lejos, unos dos me llaman la atencion, uno lleva una espada en la cintura, logro reconocerla es una katana, tengo una.

Es alto con el pelo azulado oscuro, lleva traje como los demas, me mira con intriga y curiosidad, entonces paseo mi vista hasta al que se encuentra a su lado y es nada mas ni nada menos que el chico de esta tarde.

El parece reconocerme al instante, ya que despues de verme abre los ojos y le dice algo al otro y empizan a acercarse, la gente comienza a apartarse poco a poco, asi que antes de que llegen a mi, desido escabullirme.

Paso de la gente, una vez fuera, comienzo a caminar sigilosamente, pero no funciona.

-Hey tu!- me gritan, volteo rapido y son ellos, de nada sirvio mi distraccion.

Empiezan a trotar hacia mi, el otro parece que su rostro se a relajado un poco, ambos son altos pero "el loco" sigue siendolo mas, me despabilo de mis pensamientos y noto que ya casi me alcanzan asi que solo se me ocurre una cosa.

Run bitch, ruuuun!

Les sonrio y salgo corriendo, escucho como comienzan a correr detras de mi.

Miro hacia atras y son como siete personas, podria con ellos, pero como deseguro tienen poderes arcana, es mejor no enfrentarlos, todabia estoy a tiempo de que se olviden de mi.

Corro y corro, hasta que llego a una calle llena de gente, pero estoy segura de que ya me perdi.

-Olle espera, solo queremos hablar!- vuelve a gritar.

No me lo pienso ni dos veces, me coloco mi capucha y me escabullo entre la gente, veo que les empieza a costar seguirme el paso, pero la gente comienza a abrirse.

Tanto los reconocen para hacer eso?!

Corro mas rapido, logro ver un pequeño hueco entre un puesto y otro, entro y me oculto.

Veo como pasan de mi, se detienen en frente de las tiendas, mirando al rededor, empiezan a discutir los dos, veo a sus acompañantes que apenas llegan a su lado.

Se miran molestos por un momento, pero despues se relajan. Comienzan a hablar sobre algo, asi que paro oido para saber de que hablan.

-Se fue, sera mejor que nos vallamos liberta.

-Olvidalo nova, ¡¿Que no viste como peleo y como empezo a correr?!

Wow, lo notaron todo.

-Si, yo estube alli, pero no la encontraremos por ahora. Sera mejor regresar, el patrullaje ya termino.

-Deacuerdo, pero si la volvemos a ver la tendremos que atrapar esta vez, tengo curiosidad.

-Si, si.

Una ves se alejan de mi campo de vicion, decido salir poco a poco, veo de nuevo al peliazulado y otra de mis voces empieza a hablar.

"La morte" la muerte.

Valla, asi que el tambien pose ese poder, nunca crei conocer a otra persona con ella, bueno, en realidad no esperaba conocerlos, no tengo deceos de hacerlo.

Una vez ya no los veo, puedo respirar tranquila, camino por el sentido contrario a ellos y sin podermelo creer, estoy devuevo en la posada.

Me recibe la esposa del dueño con una gran sonrisa al igual que su esposo, los saludo y camino a ellos, les pido algo de cenar y pregunto por mi abuela.

Al parecer se desperto hace rato, ceno algo y volvio a su habitacion a dormir.

La parte baja que es como un restaurante esta vacia, asi que estamos los tres solos.

-Y dime, que te parecio el pueblo querida?- dice la dueña

-Bien, es un buen lugar, a ecepcion de unos rufianes que me quisieron intimidar...

-Oh por dios- suelta asuatada

-Te encuentras bien?- dice el esposo preocupado mientras se sirve un trago.

-Si, no lograron hacerme nada- sonrio y ellos me ven atentos - casi siempre pasa cuando estoy de viaje, me se defender perfectamente- empieso a reir bajo -devieron aver visto como quedaron ellos.

-Eso merece un trago.- dice el dueño sonriendo de oreja a oreja.

Acto seguido me entrega un pequeño tarro de cerveza y su esposa lo ve con reprimenda mientras juntos tomamos un trago.

-Es una niña, no deverias darle eso...

-Es cierto?- me mira con curiosidad

-No, soy una adulta joven, puedo tomar descuiden- miento descaradamente mientras les guiño un ojo en confianza.

El señor solo se agarra a reir, choca los vasos y nos terminamos los tragos, mientras me termino mi deliciosa cena.

-Es curioso, normalmente para esa cituacion se te hubiera acercado algien de la arcana famiglia.- dice la esposa

-Quienes?- digo llamando su atencion.

-Son los proctetores de la isla Regalo- dice el esposo

-Ellos se encargan de todo en la isla, la securidad, la salud y la economia, gracias a ellos todos nosotros estamos a salvo.- continua su esposa

-No te ayudaron?- dice extrañado el dueño.

Valla, asi que ellos son todo eso, ahora meti la pata bien metida, si ellos se encargan de todo eso, y se imprecionaron por como actue obiamente me buscaran por unos dias.

-Si, bueno, es que como yo habia acabado con los que me atacaron... me felicitaron y se los llevaron.

Que bueno que se actuar bajo precion. Ellos parecen creerme, despues de darme otro trago de cortecia, decido pagarles de una vez el hospedaje del dia de hoy y mañana por ai acaso y la cena de hoy con el desayuno de mañana.

Seguimos platicando un rato mas, hasta que se hace momento de cerrar el lugar, los ayudo en acto de buena fe a acomodar las sillas sobre las mesas, me cuentan un poco mas sobre regalo y de la arcana familia, donde viven y eso.

Al parecer gracias a ellos, esta isla se mantiene estupendamente a flote y los turistas extranjeros que bienen a vacacionar se sienten de las mil maravillas, y el trabajo nunca falta.

Les pregunto a su vez, donde podria conseguir unos caballos y una carroza para mañana o si no, un auto algo economico.

Ellos me ofrecen prestarme un caballo y carroza vieja, les digo que me permitan pagarlo pero se niegan rotundamente, no pueden evitar preguntarme, como le hice para pagar el gran viaje que estoy haciendo con mi abuela, ya que ella les platico cada detalle del lugar a que hemos ido, dicen que es un poco raro que alguien tan joven como llo pueda con unos gastos asi. Solo me limito a decirles que trabajaba desee joven ayudando a gente diferente de difernetes lugares y pagaban bien.

Por un breve momento parecen dudar, asi que les miento diciendo que empece con viejos amigos de mis padres y con mis habilidades de lucha, lograron hacerme de algo de dinero que e ahorrado con unos viejos fondos que me dejaron ellos.

Ellos parecen enternecidos con mi historia, me ofrecen que si durante el tiempo que llegue a estar aqui necesito ayuda o un trabajo puedo acudir a ellos, se los agradesco de corazon, me despido de ellos y me marcho a dormir.

Entro con sumo cuidado a la habitacion, mi abuela sigue dormida, aprovecho para cambiarme de ropa y ponerme el pijama, observo la luna y la calle desde la ventana, en verdad la isla de regalo en hermosa y sus habitantes agradables.

Vuelvo a dirijirme a mi cama y veo como mi abuela, duerme con algo de trabajo le cuesta un poco respirar, pero despues se relaja y vuelve a la normalidad, no puedo evitar sentirme algo trite.

Aunque quisiera ayudarla, ya no puedo, ultimamente es mas y mas dificil curarla y mantener la muerte a raya lejos de ella... si no logro hacer algo por ella, buscare ayuda, no me importa cuanto me cueste encontrarla, no me rendire hasta saber que ella estara bien.

La muerte y el loco, dos cartas que ya conosco bastante bien, nunca llegue a pensar que apesar de ser tan distintas en personas podian llegar a ser amigos, normalmente seria lo contrario.

Digo para mis adentros, me meto a la cama y me dispongo a dormir, entre mas nos alejemos del pueblo mejor.

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