¡No tienes idea!; Quackity

By TaiyuHQ

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Inspirada en Clueless y un poco de Legally blonde. "Friday night and the lights are low Looking out for a pl... More

Sumario
Playlist
Cero: Pilot
One: Dinner
Two: The office
Three: Teamwork
Four: Boobear
Five: Interrogation
Six: Tina's comment
Seven: EARFQUAKE
Eight: I hate you more than tomorrow.
Nine: Situationships
Ten: The man
Eleven: Mysterious
Twelve: Schooldays and paranoia?
Thirteen: Boyfriend
Fourteen: ¿Donde esta Louise?
Fifteen: No soy eterno
Sixteen: No time to die
Seventeen: Hollaback Girl
Eighteen: On the same page?
Nineteen: Attention
Twenty: Love me like you
Twenty one: the Mystery of your lIfe, why are you Looking to lie tO me?
Twenty two: A sign
Twenty three: ¿Que tal si eres tu?
Twenty four: Getting Older
Twenty five: COPYCAT
Twenty six: Alexis mexican core
Twenty seven: What's wrong with you?
Twenty eight: Why should I stay here?
Final: L.O.U

Epílogo: Spicegirl

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By TaiyuHQ

🇲🇽 | Guanajuato, México
4 de Noviembre del 2023 | 01:00 a.m.
ʚ Alexis pov ɞ

Estos últimos días habían sido de convivencia familiar y el hecho de que Louise pudiera ser parte de esta tradición hermosa me había hecho demasiado feliz.

La chica había adorado el desfile de catrinas, escucho atentamente todo lo que teníamos que hacer en el recorrido por el panteón y participó en todo lo que pudo, desde apoyar en la cocina con los platillos típicos, hasta la colocación de cada ofrenda.

Justo en este momento ambos nos encontrábamos viendo el techo siendo víctimas del insomnio, noté como ella se acomodaba nuevamente en la cama para estar acostada en mi pecho entonces decidí hablar.

—¿Y si nos vamos?—le pregunté de la nada y ella me miró confundida.

—¿Cómo que "Y si nos vamos"?—me preguntó divertida y asentí.

—Vámonos ya, a donde quieras, pero vámonos—dije mirándola a los ojos y ella solo negó con una sonrisa.

—Estás loco, ¿Por qué quieres irte?—me preguntó confundida y yo solo talle mis ojos.

—Me siento asfixiado justo en este momento—comenté. Ella solo me miró a los ojos y supe que entendía el porqué de mis palabras.

Por la mañana había discutido con mi padre, toda mi familia lo había hecho en realidad y el que terminó recibiendo todo el impacto de su furia, fui yo. El alegaba que yo solo buscaba perjudicarlo económicamente con el divorcio que se estaba llevando a cabo, pero hasta su abogado le había comentado que sería mejor llegar a un acuerdo pacífico con nosotros, cosa que su ego no le permitió hacer. El quería mantener la mitad de los bienes adquiridos durante su matrimonio, por los cuales no pagó ni la mitad y yo solo estaba defendiendo el patrimonio de mi madre, algo que a él no le agradó.

—Entonces vámonos—dijo ella provocando que la mirara con sorpresa—pero quiero ir a la playa, extraño California—beso mis labios y se levantó de la cama dejándome pasmado.

—¿En serio?—pregunté después de unos segundos y ella asintió.

—Si es algo que necesitas para estar bien...—me miró a los ojos—¿Por qué no?—entonces me levanté y fui directamente a besar su frente.

Deje que se pusiera algo cómodo mientras yo bajaba las escaleras a la vez que ponía una hoodie sobre mi cuerpo para ir a preparar algunos refrigerios. Saqué pan, mayonesa, y algunos ingredientes más para poder hacer sándwiches, tomé dos termos, los llene de agua caliente y disolví café en ellos.

Tomé una pequeña hielera, saqué un six de cervezas y las guardé ahí junto con algunas paletas heladas que teníamos de reserva. Salí hacia mi auto, auto que no había tocado desde que llegué a Guanajuato pues solía usar la camioneta de mi abuelo para moverme dentro del pueblo.

Abrí la cajuela guardando todo eso dentro, subí hacia mi habitación en donde me encontré a Louise guardando cosas en una de mis mochilas.

—¿Lista?—ella asintió.

—Es solo que no se si llevar ropa—comentó apenada y negué.

—Allá lo resolvemos—sonreí—¿Qué llevas ahí?—señalé la mochila.

—Shorts, un par de playeras...frazadas—me miró con las cejas levantadas y una sonrisa—y cosas personales, ya sabes—asentí.

—Vamos cariño, súbelo al auto iré a ver a mamá—ella asintió y dejé un beso en su frente cuando pasó a mi lado para salir de la habitación.

Tomé una gorra de béisbol que tenía sobre mis cosas, la puse sobre mi cabeza y enganché unas gafas oscuras en el cuello de mi sudadera. Salí de mi habitación dirigiéndome hacia la habitación de mi madre, toque la puerta con delicadeza y entre. La miré leyendo un libro y fruncí el ceño.

—Hey cariño, ¿todo bien?—me preguntó y asentí.

—¿Tu todo bien?—pregunté y ella sonrió para después asentir.

—Si, estaba leyendo un libro que me recomendó la mamá de John—me miró de arriba a abajo—¿Saldrán?—me preguntó confundida.

—Si, quería avisarte que saldremos de viaje—sonreí y antes de que protestara seguí hablando—no te preocupes solo necesito un respiro y Louise quiso ir conmigo—me dio una sonrisa débil.

—Vayan con cuidado—asentí—y ya no pienses en tu padre Alex, si quiere puede quedarse con todo, mientras yo te tenga a ti hijo, soy mas que afortunada—acaricio mi mejilla provocando un vuelco en mi estomago.

—Yo soy afortunado de que seas mi madre—le sonreí—Pero todo eso es tuyo y lo voy a defender así tenga que pelearme con el de por vida.

—Ya ve cariño, avísame cualquier cosa. No hablemos de eso ahora—asentí y le di un beso en la frente para después salir de su habitación.

Me encontré a Louise en la planta baja texteando con velocidad y al mirarme dejó su teléfono a un lado.

—Vamos flaca, te voy a llevar a la mejor playa que hayas visto en tu vida—comenté divertido y ella asintió. 

Ambos salimos de la casa de mis abuelos, ella entró al auto y yo abrí el portón, saqué mi automóvil, me encargue de cerrarlo nuevamente y después regresé con ella. Puse mi cinturón de seguridad comenzando a conducir a través de las calles empedradas de Guanajuato, Louise conectaba su teléfono al estéreo con ayuda del auxiliar, "I think" de Tyler, the creator comenzó a sonar a través de las bocinas y ella habló.

—Cada vez que escuchaba "Igor" ya sabes, después de la primera vez que dormí en tu casa y ambos coincidimos en gustos musicales—rio un poco y desvié mi vista de la calle para mirarla de reojo, estaba acostada en el asiento mientras mantenía sus ojos fijos en mi—pensaba en ti cada que sonaba esa canción.

—¿Y porque?—reí—que yo recuerde bailamos "EARFQUAKE" por un momento creí que esa era algo así como nuestra canción—bromee.

—Bueno, también creí que los beetles no eran tu tipo y mírate—dijo divertida mientras alcanzaba mi mano, la cual se encontraba descansando en mi muslo.

—Soy hombre, te mentí—la miré de reojo y noté su sonrisa—los beetles siempre han sido mi tipo—le robé un beso rápido antes de salir a la autopista y suspiró.

—Entonces es un empate, claro que me gustan los BMW. ¿A quién no?—la escuché decir.

—¿Y porque pensabas en mí con "I think"?—Le pregunté.

—La letra dice "I think I'm falling in love, this time i think it's for real, how can I tell you?"—bajó un poco el vidrio del auto, el cual era un regalo de mi abuelo. Un viejo Tsuru que fui arreglando con ayuda de John en la adolescencia, lo usábamos para llegar a la prepa e ir a las fiestas que se organizaban nuestros amigos, entonces estaba lleno de buenos recuerdos—y me sentía así—sacudí la cabeza para prestarle atención a Louise—sabía que estaba enamorada pero no encontraba la forma de decírtelo.

—Y no eras la única—acaricié su mano.

—Dios, me agrada este auto, es cómodo—me dijo mientras jugueteaba con mis pulseras—¿De quién es?—me preguntó.

—Es mío, de la prepa, pero casi no lo uso. Me acostumbre a movilizarme en la camioneta por el trabajo—comenté.

—Pensé que el BMW era el primero que habías comprado—confesó y negué.

—Este me lo regaló mi abuelo, lo arreglé y cuando me fui a California lo dejé para cuando viniera de visita—reí—una vez John y yo nos escapamos de la prepa, o sea, no llegamos a clases y nos subimos a unos amigos—asintió escuchándome—se nos hizo fácil irnos a un balneario que está por acá—señale una desviación hacia un campito—ya nos habíamos puesto de acuerdo, todos llevaban sus cosas, la pasamos a toda madre, nos vendieron unas cervezas y comimos mariscos—ella soltó una risa nasal—entonces cuando íbamos de regreso todo normal, cabello seco, el uniforme y todo. Pero no nos dimos cuenta que nos quemamos un chingo y pues los papás de todos se dieron cuenta. Mi mamá se enojó y me dejó sin coche como dos semanas—reí—pero fue una linda experiencia.

—Entonces siempre has sido así—fruncí el ceño.

—¿Así como?—pregunte.

—Así de feliz, o sea te encanta hacer sentir bien a la gente. Hacerlos sentir incluidos, hacer que vivan experiencias únicas y espontaneas—asentí ante lo que dijo.

—Siempre he pensando que la vida es una y tenemos que vivirla al máximo sin miedo alguno—suspiré—lo aprendí a la mala después de tanto—carraspee—nunca te lo dije pero entendía tus problemas alimenticios porque también los tuve en su momento, me hacían mucha burla en la escuela y en internet porque era gordito, me dediqué a practicar box todos los días, ir al gym, medir que comían, contar las calorías...ya sabes—suspire provocando que ella recostara su cabeza sobre mi hombro con dificultad y yo le di un beso en la cabellera sin perder la vista del camino—un día me desmayé en la escuela y estuve internado dos semanas, ahí empecé a valorar mi vida y a que me importe poco los malos comentarios de la gente, tanto en internet como de mi alrededor.

—Lamento tanto que hayas pasado por eso, es horrible—susurro y asentí.

—Si, pero me dio una lección y aprendí de ella—le sonreí—estoy perfecto, pasé por cosas malas para llegar a donde estoy y no cambiaría nada de eso porque fueron experiencias que de alguna forma me ayudaron a ser quien soy en este momento.

Louise y yo continuamos hablando sobre cosas de nuestra adolescencia, en ningún momento fue incómodo, me gustaba la idea de conocerla más a fondo a pesar de haber vivido de todo con ella, sentía que nunca dejaría de encontrar cosas interesantes en su persona, me sorprendía lo dedicada que era, las anécdotas que tenía junto a Tina, la madurez con la que hablaba y en general, todo de ella.

Aún no amanecía y había acortado camino en más de una ocasión por lo que reduje seis horas y media de viaje a cinco, Louise estaba dormida cuando entré a nuestro destino, continué manejando hacia el lugar donde la quería llevar, observé algunas veces a personas que se dirigían a su trabajo y les pedí instrucciones para llegar a donde quería.

Una vez me ubiqué por completo y la señal fue buena como para que el GPS de mi teléfono me pidiera guiar estacioné el automóvil, retiré mi cinturón de seguridad y miré a Louise quien continuaba sumida en un profundo sueño.

Acaricié su mejilla y retiré un mechón de cabello que caía por la mitad de su rostro, entonces me ilumine.

Bajé del automóvil, me aseguré de que Louise estuviera lo suficientemente segura en el y comencé a caminar un poco por la orilla, divise algunos cangrejos escondiéndose en la arena, quité mis tenis y pise algunas conchas de mar que me lastimaron pero no era la gran cosa.

Suspiré pesadamente quitando mi gorra, enganchándola con la agujeta de mi short para poder estirar mis brazos. Necesitaba sacar el estrés que tenía y decidí comenzar a correr a la orilla del mar, era lo único que podía calmar el sentimiento de ansiedad que se apoderaba de mi pecho en este momento.

🇲🇽 | Maruata, Michoacán
04 de Noviembre del 2023 | 06:21 a.m.
ʚ Louise pov ɞ

Talle mis ojos con dificultad, no supe en qué momento mis ojos se habían quedado cerrados y el sueño se había apoderado de mí, pero me sentía menos cansada. Solté un bostezo y me confundí bastante al no ver a Alex conmigo.

Quite el cinturón de seguridad de mi cuerpo y noté que las llaves estaban adentro mientras los seguros del auto estaban abajo, despegue las llaves del contacto y lo desbloquee, salí del automóvil y procuré dejarlo bien cerrado, guardé mis manos en la bolsa de la sudadera y comencé a caminar sin alejarme tanto.

Camine por la orilla quitando mis zapatos pues la arena se había metido en ellos y era incómodo tenerlos puestos, achiné los ojos al ver a una persona sentada en el suelo y corrí hacia el cuando se tiró de espaldas hacia el suelo.

—¡Alex!—grité y el chico giró su cabeza hacia mi—¿Alex estás bien?—pregunté un poco espantada cuando estuve a su lado y el simplemente alcanzo mi mano tirando de ella hacia el suelo. Caí sobre su pecho y el solo soltó una risotada.

¡Te amo!—exclamó buscando mi rostro y dejando un montón de besos en el apenas lo encontró.

—Hey, basta, ¡me asustaste!—dije golpeando su pecho con ligereza.

—Dios, necesitaba correr por la jodida playa—dijo suspirando y me permití sonreírle—¿Hace cuanto despertaste?—me preguntó.

—Hace poco, tal vez, ¿cinco minutos?—sonreí acomodando mi cabello y escuché como suspiraba.

—Ya casi amanece—susurró mientras desviaba su mirada al cielo.

—Creo que nuestro destino es ver los amaneceres juntos de por vida—comenté divertida y el asintió con una sonrisa.

—Para mí tus deseos son órdenes Lou—alcanzo mi mejilla y dejo un suave beso en mis labios—vamos al auto, tengo café y algo para que desayunes porque debes tener hambre—asentí sintiendo que mis ojos brillaban.

Ambos nos levantamos y caminamos de la mano hacia nuestro medio de transporte, Alex sacó algunas cosas y yo solo me balanceaba para destensar mi cuerpo tras estar cinco horas sentada en el auto.

—Lou, ¿puedes revisar si hay en la cajuela alguna cosa para poner en el suelo? Debí dejar algo ahí cuando fui a acampar con John—me gritó desde la distancia y acate la orden, abrí la cajuela sin dificultad alguna para comenzar a hurgar entre las cosas olvidadas de mi chico.

Muy hasta el fondo encontré una frazada color chocolate y jale de ella dejando al descubierto una guitarra bastante bonita que por obvias razones lleve conmigo, cerré la cajuela y camine rápidamente hacia Alex cubriendo aquel artefacto de madera con la frazada. El me miró con una sonrisa.

—Sabía que algo había dejado ahí—extendió sus manos y libere el instrumento de su prisión afelpada.

—Tienes que tocar algo para mí—dije con una sonrisa y el negó—oh si, tienes que hacerlo Alexis Maldonado.

—Amor, donde lo encontraste—preguntó tomando las cosas entre sus manos.

—¡En tu cajuela! ¿Dónde más la encontraría?—pregunté divertida y el negó con una sonrisa en su rostro.

—Ya acomode todo, vamos—asentí caminando a su lado, Alex extendió la manta y jaló la hielera junto los termos con café, nos sentamos juntos esperando a que el sol comenzara a salir.

Yo jugaba con la arena mientras bebía de a poco el café y el sonido de la guitarra siendo afinada me desconcentró, miré a Alexis quien tenía el cabello revuelto y se concentraba a en que las cuerdas sonasen bien, una vez lo consiguió me miró de reojo y carraspeó.

—Recuerdas que hablamos de tu madre y te dije que en México, su nombre sería algo parecido a "María"—asentí ante lo que dijo—hay una canción que me gusta mucho—acomodó la guitarra en sus piernas—y te la quiero dedicar—me entregó su celular con la letra de la canción traducida al inglés y sentí mis ojos cristalizarse un poco.

"Acuérdate de Acapulco, de aquellas noches
María bonita, María del alma
Acuérdate que, en la playa con tus manitas
Las estrellitas, las enjuagabas"

Sonreí ampliamente al ver como los dedos de Alex comenzaban a posicionarse sobre las cuerdas de su guitarra.

La melodía que comenzó a tocar era bastante tranquila movía sus dedos sobre las cuerdas con maestría y logró hacerme olvidar el mundo exterior cuando su voz comenzó a sonar.

Entendía algunas palabras por mi cuenta y me parecía sumamente hermoso.

"Tu cuerpo, del mar juguete, Nave al garete
Venían las olas, lo columpiaban y mientras yo te miraba
Lo digo con sentimiento mi pensamiento me traicionaba"

Alexis me miró por unos segundos con una sonrisa tan bonita que me parecía imposible el hecho de haberlo odiado en su momento.

Pero ahora ya no me imaginaba sin sus bromas, pasar la noche sin escuchar sus ronquidos, verlo por las mañanas con su cabello despeinado o disfrutar de su emoción por escuchar a sus cantantes favoritos.

No podía pensar en Alexis con otra persona porque el sentimiento me mataba, tampoco me veía con alguien que no fuera él porque amaba lo que teníamos hasta con los defectos que para algunos podrían ser irrelevantes pero a nosotros nos hacían especiales.

Me acostumbre a su lenguaje del amor, a recibir detalles no materiales, a que los amaneceres se convirtieran en algo íntimo para nosotros, aprecié los detalles anónimos que tuvieron su nombre en mayúsculas siempre, sus expresiones en español que tanto adoraba y a su simple existencia.

"Te dije muchas palabras, de esas bonitas
Con que se arrullan los corazones pidiendo que me quisieras
Que transformaras en realidades, mis ilusiones"

ʚ Alexis pov ɞ

Era la primera vez que sentía cada palabra de una canción y ya ni siquiera tenia algún tipo de miedo o remordimiento por estar amando tan intensamente.

María bonita siempre me hacía pensar en un buen amor, mi abuela solía ponerla todos los días cuando era niño y mencionaba que era una canción especial pues hablaba del amor más puro que una persona puede sentir, el amor inocente.

Tenía el corazón entre las manos y dejaría que ella hiciera lo que quisiera con el, no me asustaba si lo rompía en mil pedazos, porque sabía que Louise no sería capaz de dañarme así.

En ese momento supe que estaba donde quería estar, con la persona que quería tener a mi lado, sin necesitar nada más. Podría perder la fama, el dinero, incluso lo material, y no importaría mientras la tuviera a ella a mi lado.

"La luna, que nos veía ya hacía un ratito
Se hizo un poquito desentendida y cuando la vi escondida
Me arrodillé pa' besarte y así entregarte toda mi vida"

A mi mente vino la noche en el mirador, no le importó dar sus pendientes simplemente para entrar y pasar un buen rato conmigo. Dejamos que la luna fue testigo de nuestro primer beso y las palabras de cariño que compartimos para volvernos cómplices durante el amanecer.

No podía decir que Louise era mi vida, pero podía decir que era mi amanecer, mi luna, mi sol, mi estrella. Para mi, era cualquier tipo de luz preciosa existente, no por que haya llegado a darle sentido a mi vida, si no porque me hacía más humano.

"Amores, habrás tenido muchos amores
María bonita, María del alma
Pero ninguno tan bueno, ni tan honrado
Como el que hiciste que en mí brotara"

Louise tuvo un primer amor, yo tuve un gran amor. Ambos habíamos conocido diferentes perspectivas de lo que significaba aquella palabra.

Pero nunca había conocido a alguien como ella, una persona con la que no me costaba salir, alguien con quien todo se sentía espontáneo, una chica que se reía de mis malos chistes, que se divertía con mi forma de vestir, entendía mis aspiraciones y sobre todo que me quisiera tal y como era.

Con ella me sentía yo al cien por ciento, no tenía que ocultar mi forma de ser o dejar de escuchar la música que amaba, tampoco tenía que ocultar mi amor por el fútbol o el sentimiento de extrañar a mi mamá cuando no dormía en casa.

Sabía que la amaba.

"Lo traigo lleno de flores como una ofrenda

Para dejarlo bajo tus plantas, recíbelo emocionadaY júrame que no mientes porque te sientes idolatrada"

Sabía que quería estar con ella porque era capaz de llenar su casa con sus flores favoritas, me aventé a rentar un helicóptero solo para con ella en su show y hasta enfrente a mi familia para poder tener algo serio a su lado sin cuestionamientos.

Sabía que Louise no me fallaría, sabía que podía confiarle mi mayor secreto y ella me seguiría amando, que me querría a su lado aún así tuviera millones de defectos y yo haría lo mismo.

Dejé de tocar la guitarra apenas la canción terminó y ella mantenía una sonrisa resplandeciente en su rostro.

—Es una canción hermosa, Alexis—murmuró y alcanzó mi mano sobre la arena.

—Louise...—ella giró su cabecita un poco para mirarme, su cabello se veía dorado, sus pecas sobresalían y sus bonitos ojos mantenían un brillo increíble.

—¿Qué sucede?—me preguntó con una sonrisa.

—Te ves hermosa—le sonreí y ella me lanzó un beso.

—Alexis—pronunció mi nombre después de un rato y me pidió ambas manos para entrelazarlas.

—¿Todo bien?—le pregunté y ella asintió.

—Se que dijimos que daríamos el siguiente paso cuando ambos estuviéramos listos...—susurró y fruncí el ceño—yo me siento lista Alex...—miró profundamente mis ojos—y es raro hacer esto pero—soltó una risita—¿Quieres ser mi novio?

Una sonrisa se dibujo en mi rostro al escuchar aquellas palabras salir de la boca de Louise. Realmente, ¿Me estaba pidiendo ser su novio?

—¿Es enserio?—le pregunté y ella asintió con una sonrisa en sus labios.

—Nunca había hablado más enserio en mi vida—se sinceró—¿Quieres ser mi novio?—repitió y tomé sus mejillas entre mis manos para posar un dulce beso sobre sus labios.

—Normalmente es al revés—dije una vez me separé de ella—pero acepto—le di un empujoncito—ay se siente bien raro, soy un princeso—hice un ademán y ella soltó una carcajada—ay flaca. Te amo—me incliné hacia adelante y la abracé haciendo que saliéramos de la frazada y un poco de arena cayera sobre nosotros.

Esto era importante, Louise me había pedido ser su novio porque ella lo quería así, porque lo sentía y porque me quería. No necesitaba nada más.

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December Bonus!

🇺🇸 | Los Ángeles, California
4 de Julio del 2024 | 08:00 a.m.
ʚ Louise pov ɞ

"Despertar junto a ti es ya no tener miedo
A tanto desconsuelo que una vez tuve en mí
Soñar junto a ti es volver a creer
Lo que sueños prometen ahora que estás aquí"

Me removí en la cama un par de veces y terminé por dar una vuelta de forma brusca provocando que mi cabeza chocará con algo.

Fuck, Lou...—escuché un quejido a mi lado y con pereza sobe el lugar donde me había golpeado. De pronto mi mano fue reemplazada por la de alguien más y mis ojos comenzaron a abrirse.

—Lo siento, aún no me acostumbro a dormir con alguien más—reí débilmente y sentí como Alexis posicionaba un beso en mis labios.

—De todos modos necesitábamos despertar ya—bostezo y dejo de sobarme para poderme abrazar.

—Buenos días—busque su rostro para sonreírle, Alexis solo junto nuestras narices provocando que diéramos un beso de esquimal.

Buenos días—contestó en español y pude notar sus ojos resplandecer—Podría despertar todos los días a tu lado y siempre me sorprendería ver lo preciosa que te ves recién levantada.

—Oh, basta—lo señalé divertida—Odio dormir contigo—confesé entre risas y me escapé de sus brazos para salir de la cama

—¡¿Por que?!—exclamó incrédulo y también se levantó yendo en mi busca.

—¡Me descobijas toda la noche!—exclame obvia—yo siempre tengo frío y tú siempre tienes calor—me miró incrédulo y ambos salimos de la habitación.

—Realmente no necesitamos cinco cobijas, Louise—comentó y yo lo miré con fastidio.

—No necesitamos cinco mil cuchillos en la casa, Alexis—contraataque y el chico lo pensó un momento.

—Bueno, tal vez si son necesarias esas cobijas—lo escuché decir y solté una carcajada mientras entraba a la cocina.

Alexis y yo nos habíamos graduado en enero y tomamos la decisión de mudarnos juntos a inicios de Mayo, al principio solo era una idea por separado. Ambos queríamos independizarnos y así fue durante algunos meses, vivíamos solos, cada uno en su departamento.

A veces el me visitaba o yo iba a verlo, hasta que de pronto mi departamento comenzó a ser invadido por cosas de Alex y el suyo por pertenencias mías al grado de tener la mitad de mi clóset en su casa y que el tuviera la mitad del suyo en la mía.

Entonces en ese lapso de tiempo, tomamos una decisión. Lo hablé con mi papá, Alex lo comentó con su madre y creímos que sería un buen paso para nuestra relación.

Habíamos decidido que era más prudente que yo me mudara con Alex, pues al tener un departamento no habría mucha cabida para los dos; todo lo contrario con él, ya que había adquirido una casa muy hermosa cerca de Santa Mónica.

Había estado noche y día ayudándome a empacar hasta lo mas mínimo de mi departamento, opté por dejar algunas cosas ahí por si en algún punto tenía que regresar pero aún así el desempacar todo era un trabajo que todavía no terminábamos.

"No puedo ocultar
Cómo me haces brillar
Floto y puedo volar"

Comencé a sacar frutas, utensilios, café y más cosas para preparar el desayuno mientras Alex salió directamente hacia la televisión haciendo que música comenzara a reproducirse.

Mientras cortaba las manzanas en rodajas sentí como llego a mi lado dejando un beso en mi sien.

—¿También quieres jugo de naranja?—me preguntó y asentí dejando a un lado la fruta cortada para comenzar con las uvas.

—¿Querrás pancakes?—cuestione y Alexis soltó un sonido a forma de aceptación. Una vez termine de cortar toda la fruta que tenía en fila y mientras Alexis y yo cantábamos las canciones que se reproducían en el televisor comencé a hacer la mezcla para los panqueques.

Alexis dejó la jarra llena de jugo sobre la barra y en algún momento cuando alguna canción en español sonaba, ambos empezamos a bailar mientras el desayuno se cocinaba. Voltee uno de los pancakes y Alexis aprovechó el momento para darme una vuelta sobre mi propio eje, solté una risotada manteniendo la espátula en mi mano derecha. Alex me apegó a su cuerpo y comenzó a balancearnos hasta tuve que parar para que no se quemase lo que dejamos en la estufa.

Te amo, cabrona—dijo tomando mi cabeza con fuerza y dejando un beso sobre ella.

Te amo más—reí dejando un beso en su brazo, que era lo que mas cerca tenía.

"Ahora puedo entender
Que en tu esencia encontré
El sentido en mi caminar"

Alexis y yo desayunamos mientras veíamos una película mexicana bastante buena, íbamos justamente en la escena donde los protagonistas bailaban estando en la mesa con sus amigos cuando tuvimos que atender una llamada de trabajo.

Para ser cuatro de julio el trabajo no paraba. Habíamos comenzados a trabajar oficialmente en el bufete de mi padre entonces teníamos mucho peso sobre los hombros, pues ninguno de los dos quería que la gente comenzara a distorsionar nuestro objetivo en la compañía.

Dedicamos algunos minutos a resolver y asesorar a nuestros respectivos clientes. Posteriormente cada uno optó por tomar una ducha y arreglarnos para seguir desempacando todas mis cosas.

—Dice mi mamá que nos ve en casa de tu padre—me comentó Alexis mientras ponía una gorra sobre su cabeza y asentí.

—¿Necesita que vayamos por ella? ¿Irá tu madrina?—pregunté a la vez y Alex negó.

—Justamente va a llegar con mi madrina allá, ¿tus abuelos confirmaron que llegarían?—me preguntó y asentí haciendo en mi cabello un rodete.

—Tiene mucho que no los veo, entonces aceptaron al instante—comenté, después me gire para verlo, noté que la gorra de su chamarra estaba mal colocada y camine hacia el—Jeremiah llevará a su pareja hoy—acomodé aquella parte de la prenda y Alex levantó las cejas acomodando su Apple Watch en la muñeca—No se que esperar, ni siquiera se quien es.

—Pues sea quien sea, lo hemos visto feliz Lou—sobo mis brazos—Creo que eso es lo que más importa—me dio un toque en la mejilla y asentí.

—Se siente muy raro, papá se quedó solo y no me agrada eso—carraspee—con Jere viviendo en su departamento y mi mudanza—suspiré—Siempre he estado al pendiente de él, de su comida, sus medicamentos, horas de sueño...

—Para el auto, mi amor—me hizo mirarlo—en algún momento tenía que pasar y no estás siendo egoísta—se adelantó a mi protesta—a pesar de vivir sola o conmigo, tú sigues estando al pendiente de él a cada minuto en la oficina. Literalmente no lo dejas almorzar ni comer solo—acaricio mi mejilla con delicadeza—tranquila, no lo estás abandonando, estamos yendo a visitar a nuestros padres cada fin de semana—le sonreí—está todo bien.

—Me calmé un poco, pero enserio no quiero desempacar en este momento—hice un puchero que Alexis beso con rapidez y soltó una risa.

—Entonces vayamos por la tarta y directo a casa de tu padre, podemos venir antes para terminar de desempacar. Necesitamos sacar todas las cajas ya, mi cielo—asentí cerrando los ojos, Alex besó la punta de mi nariz para después tomar mi mano y caminar hacia el garaje.

Ambos entramos al BMW de mi novio, era raro ver nuestros dos autos aparcados uno a lado del otro pero a la vez me mantenía con una sonrisa en los labios. Era como la película de "Herbie" en donde los dos autos se enamoran y eso me daba muchísima gracia.

Alex condujo por la ciudad hasta el club, una vez llegamos bajé rápidamente para ir hacia el área de repostería donde había enviado a hacer la tarta especial para mi padre. Una vez la recibí, pagué y agradecí por su entrega volví al auto.

Ambos íbamos escuchando las noticias en la radio, con una mano mantenía aquel postre estabilizado sobre mis piernas y Alex tomó mi mano libre para sostenerla sobre la palanca de velocidades.

—Estás preciosa hoy—comentó Alex mirándome de reojo mientras sonreía.

—Me veo como todos los días Alex—lo miré y pude notar como rodaba los ojos.

—Shhh, todos los días te ves más hermosa, déjame halagarte ya se que todos en el mundo coinciden conmigo si de tu belleza se trata—paro cuando el semáforo se puso en rojo y me miró por completo—me agrada el nuevo labial que usaste, es tu color—me guiño un ojo y después continuó su camino hacia casa de mi padre.

Sonreí por lo que dijo, Alex era ese tipo de chico que notaba hasta el más mínimo detalle, en efecto, hoy estaba usando un labial nuevo que me habían enviado hace algunos días para publicidades y lo amé.

"Sentarme junto a ti es todo una proeza
Mis versos manifiestan, deleitas tanto en mí
Dormir junto a ti es aceptar que si muero
Seré feliz sabiendo que sí te conocí"

Una vez Alexis aparco el auto frente la casa de mi padre este nos recibió con un fuerte abrazo a cada uno.

—¿Qué tal todo? Espero no les haya molestado la llamada de trabajo pero salió de imprevisto—comentó mi padre mientras besaba mi frente.

—Todo perfecto papi, no nos molestó, justo estábamos terminando de desayunar—me alejé de él y Alexis estrechó su mano nuevamente mientras nos adentrábamos a la casa.

—¿Llevan casos separados?—preguntó y ambos asentimos.

—La última vez terminamos discutiendo entonces preferimos no meternos en los asuntos del otro—comentó Alexis y mi padre soltó una carcajada.

—Ay hijo, te dije que terminarías en la familia—palmeó el hombro de Alex y ambos rieron. Deje el pastel sobre la mesa para buscar una de los soportes y poder exhibirlo en el.

—Basta, voy a terminar creyendo que hicieron un complot para que fuéramos novios—bromee y mi padre levantó las cejas.

—Oh cariño, eso hicimos. Lo traía a cenas y hacía que pasaran tiempo juntos, eventualmente se enamorarían—bromeó y yo rodé los ojos de forma divertida mientras acomodaba el pastel. Alexis besó mi cabeza y comenzó a sacar copas, platos y vasos. Aunque mi nana insistía en que no debíamos de hacer aquello le pedimos que descansara y tomase un poco de la soda que Alexis había comprado de camino a casa.

El timbre sonó y mi padre se adelantó para abrir la puerta.

—Seguramente son tus abuelos—exclamó caminando hacia la entrada principal.

—Amor, puedes sacar el vino, está en la alacena, último cajón a la derecha—señale aquel mueble y Alex asintió.

Las risas se escuchaban alrededor de casa, nunca había escuchado tanto ruido en este lugar. Ni siquiera cuando era niña y reía a carcajadas con mi hermano y Tina escuchaba tanto ruido como hoy.

Toda la familia llegó mientras Alex y yo terminamos de acomodar las cosas en el patio trasero abracé con fuerza a mi suegra con quien entablé una buena conversación en su idioma natal. Alexis reía con mis abuelos y mi padre haciendo que los mirara con una sonrisa genuina de cariño.

Comenzamos a comer lo que mi nana había preparado, ella en la mesa con nosotros comenzó a entablar una conversación con las mujeres de la mesa que hablábamos sobre los últimos chismes de la farándula hollywoodense mientras los hombres jugaban poker y reían bebiendo un poco de whisky.

Una voz bastante conocida para mí levante el rostro e inmediatamente solté la mano de mi pareja para ir hacia aquellos chicos que acababan de llegar a mi hogar.

—¡Jeremiah!—lo abracé con fuerza y después tomé su rostro entre mis manos—¡Por Dios, te pintaste el cabello!—exclamé tocando sus cabello castaño con algunos mechones rubios.

—Sabía que te gustaría, me da una onda mas californiana—hizo un ademán relajado y reí para mirar a su acompañante.

—Claro que te ves más californiano, un collar de conchas y te juro que pareces surfer de Santa Mónica—lo señalé—¿Y a quién tenemos aquí?—pregunté emocionada pues suponía quién era aquel chico misterioso.

Escuché carraspear a mi hermano quien rodeó por los hombros al chico, me señaló la mesa provocando que levantara las cejas y solo dijo:

—Creo que deberías sentarte, Boobear—asentí regresando a mi lugar junto a Alexis, tomé su mano sobre la mesa y el saludo animadamente a los dos. Yo mantenía la vista en mi hermano, sabía lo que estaba haciendo y sabía que mi padre también.

—Es bueno verte hijo—le sonrió y Jeremiah no pudo evitar corresponder—¿Vas a presentarnos a tu acompañante?—preguntó y noté como ambos se ponían nerviosos.

—El es Marco—pasó un brazo sobre los hombros del chico—Marco Harrison, mi pareja—una gran sonrisa se instaló en mi rostro y extendí mi mano hacia el.

Esto era realmente emocionante.

—Mucho gusto Marco, soy Louise la hermana menor de Jeremiah—el chico estrecho mi mano con una sonrisa increíblemente radiante—El es mi novio Alexis Maldonado—señale a mi pareja quien también estrechó su mano—mis abuelos—los señale—Dorothea y Matías Horowitz—ambos les sonrieron mientras se saludaban—Mi padre ya lo conoces, el gran señor Howoritz—hice un saludo militar y no me sorprendió que mi padre, además de darle un apretón de manos, lo atrajera a él mismo para darle un abrazo, cuando se separaron seguí presentando a las personas que nos rodeaban—por último esta nuestra Nana, los padrinos de Alex y mi suegra, la señora Maldonado—saludó a estas últimas personas para después tomar asiento—Es un gusto conocerte, enserio—volví a tomar la mano de Alexis y el la beso sacándome una sonrisa.

—El gusto es todo mío, gracias por abrirme las puertas de su casa—retranque mi cabeza en el hombro de Alex.

—Ya eres parte de la familia—le guiñe un ojo y este se sonrojó.

—¿Juegan?—preguntó mi novio a los recién llegados y cuando recibió una respuesta afirmativa repartió las cartas.

Jeremiah y yo habíamos comenzado a hablar entre nosotros en algún punto de la tarde, manteníamos los pies dentro de la piscina, como cuando éramos niños. Solamente que esta vez manteníamos una copa de vino rosa entre nuestros dedos.

—Te he extrañado, hermano—confesé dejando salir el aire de mi pecho.

—Y yo a ti, ha sido difícil no estar juntos—suspiró y le di la razón—¿Fuiste este año?—me preguntó mientras me miraba de reojo, yo solo solté el aire contenido y asentí.

—Si, claro. Pensaba no ir, no quería que para Alexis fuera incómodo, ya sabes. Es mi novio ahora—suspiré.

—¿Y porque decidiste ir?—me preguntó mientras bebía un poco de su copa.

—Porque el propuso hacerlo, lo hablamos y dijo que si quería ir el no tenía problema, al contrario, estaría ahí conmigo—sonreí un poco y bebí de mi copa.

—¿Cómo te sentiste con eso?—pase mi lengua por mis labios y miré hacia el cielo con los ojos achinados.

No me sentí destrozada, tampoco me sentí sin rumbo y mucho menos se volvió a abrir aquella herida. No cuando Alexis estuvo sosteniendo mi mano, no cuando le agradeció a Milo por haberme cuidado tanto y no cuando él mismo había sido el que insistió en que fuéramos.

—Bastante bien, creo que por primera vez no me sentí deshecha—volví a mirarlo—creo que esa herida ya sanó por completo Jeremiah y me siento muy bien con eso—desvié mi vista hacia mi chico quien reía a carcajadas con su madre y la abrazaba con fuerza.

—Entonces viste a los chicos...—asentí con una sonrisa.

—De hecho Alexis los invito a casa, apenas había llegado la mudanza pero los invitamos a comer, la señora Anders también fue—solté una risita—fue raro si quieres saber mi opinión, pero me alegra que se hayan llevado bien. Su madre en algún punto de la noche me dijo que le alegraba que pudiera seguir mi vida, estaba contenta y Alex congenió bien con ellos—mi hermano acarició mi hombro—¿Cuánto llevan juntos?—le pregunté y el soltó una risa nasal.

—Tres meses, un poco más, pero como novios exactamente tres meses—le sonreí.

—Me alegra verte feliz—recosté mi cabeza en su hombro—se nota que es un buen chico—el asintió.

—Lo es, es stylist de una cantante latina, se ira de gira estos meses—levante las cejas en señal de sorpresa.

—Dios, es tu tipo, totalmente—reí—recuerdo que siempre decías que querías una novia a la que pudieras vestir para sus conciertos—soltamos una carcajada.

—Bueno, mi novio viste a una celebridad, algo podré hacer, ya sabes, tal vez me vuelva su diseñador de confianza—negué con una sonrisa—¿Qué tal todo con Tina y Chad?

—Oh, esos dos—reí—irán a desayunar a casa el viernes, ya somos ese tipo de amigos—suspiré—Tina y yo tenemos campañas juntas, Alex la invito a su servidor de MC y con Chad todo está bien, lo asesoré hace poco sobre la herencia de su abuelo.

—Me alegra que todo vuelva a estar en orden Louise—beso mi cabeza—Te mereces esta paz.

Me separé de él y levanté la copa haciendo un brindis.

—Brindemos...por la vida—lo mire con una sonrisa—Porque después de todo, no hay mal que dure cien años—reí al exclamar aquello en el idioma de mi novio y mi hermano chocó nuestras copas para después terminar de beber su contenido.

"Qué rico es encontrarte
Son tus besos diamantes
Que cuelgan de mi cuello, radiante me veo
Con tanto amor que tú me regalaste"

Pasamos aquella celebración entre risas, malos chistes de Alexis que eran compensados con un beso, anécdotas familiares vergonzosas y tragos de los diferentes licores que nos rodeaban.

En algún momento Josh y Alexis estaban hablando animadamente mientras yo me ponía al día con Jeremiah, había música ambientándonos pero era lo suficientemente tenue como para ser ignorada.

En algún punto, cuando la familia de mi chico tuvo que irse y nosotros nos miramos con un cansancio fatal, pero lo habíamos prometido. Hoy terminaríamos de desempacar.

—¿Ya se van?—preguntó mi papá al vernos levantarnos de la silla y asentí.

—Si papi, tenemos que terminar de desempacar unas cajas—bese su mejilla—pero mañana venimos a comer contigo—le sonreí—tenemos que hablar del caso "Chang" así que nos tendrás aquí todos los días—sonrió.

—Ya saben que no es molestia—me sonrió—entonces nos vemos mañana cariño—asentí abrazándolo con fuerza y posteriormente despidiéndome de todos, al igual que Alex.

Ambos salimos tomados de la mano hacia el auto, los fuegos artificiales no empezarían hasta más tarde así que esperaba tener la oportunidad de verlos con mi pareja en nuestro nuevo hogar y no es que no quisiera ver el show con mi padre, si no que hoy cumplíamos ocho meses juntos y el cuatro de Julio siempre fue especial para los dos.

Sacaba algunas de las esculturas que había comprado como decoración, quite las hojas de periódico que los envolvían para ponerlos sobre el estante cerca de la televisión. Llevábamos un buen rato desempacando en silencio y no fue hasta que una melodía conocida para mí comenzó a sonar de la nada que deje de hacer mi tarea.

—¿Alex?—pregunté por el—Alex, ¿fuiste tú?—mire a mi alrededor y el chico entró a la sala con un walkman en la mano.

—Yo, I'll tell you what I want, what I really, really want— entró a la sala bailando de una forma demasiado graciosa—So tell me what you want, what you really, really want. I'll tell you what I want, what I really, really want, So tell me what you want, what you really, really want—me señaló mientras la canción seguía para que cantara pero solamente negué con la cabeza.

—¿Qué haces?—le pregunté de forma divertida y el se acercó a mi para seguir bailando o al menos eso intentaba.

—¡Encontré tu cassette!—exclamó emocionado—el que compramos en México, Dios, que buena canción—levantó las manos y comenzó a mover las caderas de forma divertida.

—¿Ahora tú eres una spice girl?—le pregunté contenta y el se encogió de hombros.

—La sipice girl siempre has sido tú—sonrió.

—Dijiste que no era una spice girl—me crucé de brazos.

—Solo era envidia, yo quería ser la rubia—brome y beso levemente mis labios—Pero no podemos no bailar esta canción Louise, eso sería muy poco girly de tu parte—dejó el walkman en la mesita de centro y lo miré unos segundos.

Entonces los dos terminamos saltando por la casa mientras coreábamos la canción a todo pulmón, tomé el control de la TV como micrófono y Alexis imitó mi acto haciendo uso de su teléfono.

—So, here's a story from A to Z—cante y señale a Alexis quien siguió la letra.

—You wanna get with me, you gotta listen carefully—me agito de Los hombros y solté una carcajada.

—We got Em in the place who likes it in your face—golpee con mi dedo la punta de su nariz.

—You got G like MC who likes it on a—cantó mientras me daba un suave golpe con sus caderas

—Easy V doesn't come for free, she's a real lady and as for me, ha you'll see—di una vuelta sobre mi propio eje y quedé de frente a mi novio.

—Slam your body down and wind it all around, Slam your body down and wind it all around—nos cantamos cara a cara mientras agitábamos las cabezas y brincábamos sobre nuestro lugar.

Los fuegos artificiales se hicieron presentes tras nosotros, las ventanas del salón principal estaban abiertas y el gran estruendo nos hizo dar un salto debido al susto, Alexis me abrazó mientras aquella canción seguía matando el silencio de nuestro hogar. El chico besó mi mano derecha y yo dejé un suave beso en su cuello.

No necesitaba estar en otro lugar que no fuera este, había valido la pena cada lagrima, cada sacrifico y cada piedra en el camino, había valido la pena porque el día de hoy estaba con una persona que me amaba, me sentía en paz y estaba viviendo mi sueño

—¿Me amas Louise?—escuché a Alexis preguntar.

—No tienes idea, Alexis—contesté y el chico buscó mi rostro para besar mis labios con delicadeza.

Y si, después de la lluvia torrencial, viene la calma absoluta.

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