Capítulo 6
NUEVO MAÑANA
250 – Grace
Beta: Raza conejo {Proyecto Experimentación Humana}
Posesión: Anillo
Causa: violada, perseguida
—¿Qué haces?
Kan, quien era el responsable de sujetar las escaleras, le preguntó a Twitch porque se acababa de enterar que la habitación del cuarto piso era un cuarto de almacenamiento. Y había montones de cosas por todos lados. Pero estaban cuidadosamente ordenadas y numeradas en cada una de esas cajas.
—Una colección de los clientes —respondió Twitch, colocando el anillo en la bolsa de plástico y dentro de la caja con una sonrisa triste—. En caso de que algún día estas cosas puedan exhibirse en algún museo en algún lugar.
La mayoría de los clientes solían pensar que Twitch vendería los activos valiosos para ganar dinero, pero en realidad, Twitch nunca vendió ni uno solo de esos artículos. Los conservó muy bien y escribió su historia en una breve nota adjunta, para que sirviera de recordatorio a las generaciones futuras que vinieran a ver estas cosas y hacerles saber cuántas personas estuvieron desesperadas por vivir en este régimen.
Sabía que sería una tarea agotadora, pero no podía soportar ver morir a sus clientes así como así, si no hacía nada, estas personas habrían muerto de forma gratuita, como sus padres, sin pruebas, solo un vago recuerdo y dolor.
...
Kan asintió levemente, sin hacer un solo comentario.
—Grace hace la número 250. Lo que significa que ya he matado a doscientas cincuenta personas, Kan. —Twitch soltó una risa ahogada, a pesar de que sentía el pecho tan apretado que apenas podía respirar.
Si continúaba abriendo la tienda, acabaría matando a miles de personas. Pero antes de alcanzar ese número, los Alfas probablemente vendrían a encargarse de él, ya que, por su causa, desaparecerían del sistema unos cuantos trabajadores.. Lo que significaría menos personas pagando impuestos.
—O en realidad, ¿debería dejar esta tienda?
Twitch se frotó la cara. Le dolía ser él quien hubiera dado muerte a esas personas. Aunque se lo agradecieron y lo elogiaron, eso no lo hizo sentir mejor.
Él mataba personas.
Mataba a personas que merecían vivir. Pero si no lo hacía, tendrían que soportar el dolor de ser pisoteados por los alfas todos los días.
¿Qué hicieron mal? ¿Estuvo mal nacer en ese país? ¿O estuvo mal nacer siendo un beta? Los alfa no tenían derecho a disfrutar del sufrimiento de los beta y de la muerte de los omega.
No culpaba a sus clientes. También él, podía apenas soportar ese terrible país. Si tuviera la oportunidad de escapar, él también querría hacerlo. No quería aguantar. Pero no podía escapar. Él no era un alfa en realidad. Y salir del país requería muchas comprobaciones.
Y para entonces probablemente ya lo habrían atrapado. Y definitivamente matado a tiros allí mismo.
...
Kan siguió sin decir nada cuando Twitch bajó las escaleras y le dio el agua que le había llevado, inexpresivo.
—Gracias —sonrió Twitch. Le dio unos sorbos de agua y se la devolvió a Kan—. Por eso me quejo. Mientras no me maten a tiros, nada más me preocupa. Continuaré dirigiendo esta tienda.
Twitch sacudió los hombros y bajó al primer piso para preparar la cena para Kan y para él. Desafortunadamente, el plan tuvo que ser abandonado porque había alguien en las escaleras que le bloqueó el paso.
—Han empezado.
Poss sonrió levemente a Twitch sosteniendo un panfleto que decía «NUEVO MAÑANA» con alas blancas dibujadas, que simbolizaban claramente la libertad.
—¿El mismo grupo?
Twitch entró y cogió el panfleto para leerlo. Y descubrió que en la esquina inferior había escritas una fecha, hora y lugar, justo como cuando habían acordado quemar la estatua del león de los Alfas.
—Sí, el mismo grupo, pero no sé cuántos son. Lo único que sé es que este maldito panfleto se ha repartido por toda la ciudad.
Pos reía contandolo. Por supuesto, esas cosas estaban prohibidas en el país. Cualquiera que fabricara o almacenara esos artículos era culpable de cualquier delito. Pero, ¿tendría tiempo la policía de controlarlos a todos?
—¿Qué harán esta vez?
—Destruir un lugar importante para los alfa. Debes saber que los métodos normales no sirve contra los alfa.
La muerte de omegas fue una importante lección para los revolucionarios. Fueron rodeados y disparados a sangre fría, a pesar de que se habían reunido pacíficamente, sin armas, solo había oradores y una fuerte ideología que era lo suficientemente peligrosa como para desestabilizar el sistema de clases que los alfa tanto apreciaban.
Por supuesto, nadie pudo reclamar justicia por la muerte de esos omega. Su muerte salió gratis, no pudieron responsabilizar a nadie. De nuevo, gente beta. Incluso el alfa que los mató fue elogiado como un héroe.
Este país estaba lleno de chistes malos. Hubo una masacre en medio de la ciudad a plena luz del día. con una sola persona empuñando un arma. Pero el culpable fueron los omega, que no tenían armas, y fueron acusados de ser tanto unos «insurgentes», como «el diablo».
Y quien asumiría nuevamente ese papel de villano sería el grupo «NUEVO MAÑANA».
Un grupo de personas que creían que la mañana de mañana sería mejor que la de hoy, lo cual sería posible si todos se unieran y tuvieran la misma ideología que ellos.
—La oportunidad ha llegado, Twitch. —Poss se frotó la cuencas vacía de ojo con una leve sonrisa—. Me uniré a este grupo. No me importa si muero. En verdad, ya he soportado más que suficiente.
El único ojo que le quedaba a Poss brilló con determinación.
—Definitivamente no dejaré que Guy muera por nada. Con ese tipo de imágenes amenazantes ¿Crees que la gente tendría miedo?
Por supuesto, la publicación por parte del gobierno de imágenes tan claras a todo color tenía claramente la intención de sacrificar gallinas para que los monos lo vieran. Una advertencia para todos aquellos que estuvieran pensando en rebelarse. Profundizar en sus sentimientos para hacerles conscientes de a lo que se enfrentarían si se atrevían a hacer lo mismo que Guy.
Desafortunadamente, las autoridades subestimaron la ira de la gente. Aunque no había mucha gente con claros pensamientos rebeldes en ese momento, eso no los asustó en absoluto. Porque ya vivían una vida en la que estaban sufriendo más que suficiente.
Tenían que soportar servicios públicos deficientes. Escuelas ineficaces Políticas económicas que no creaban oportunidades para la gente sino que sólo favorecían a los propios capitalistas. O aquello que merecían recibir pero no lo consiguían debido a una fuerte corrupción desde arriba que nadie podía investigar.
Habían acumulado suficiente ira. Y esa energía se estaba convirtiendo en una bomba de relojería a punto de explotar. Ahora sería una buena oportunidad para que expresaran su enfado, lo que también conllevaba el riesgo de ser asesinado en cualquier momento.
Lo que era aún más diabólicamente gracioso era que, aunque sabían lo que les iba a pasar, eligieron la muerte.
—¿Vendrás conmigo, Twitch? Iré a su cita mañana.
—Creo que es un riesgo —respondió Twitch con sinceridad, comprobando el horario que se indicaba con claridad en el folleto.
—Y otra cosa. Creo son demasiado directos en sus comunicaciones. Se ve raro. Creo que sería mejor que no fueras todavía. Espera a que se comuniquen de una manera que sólo nosotros sepamos. Ir allí va a implicar muerte gratuita con total seguridad.
Por supuesto, si las autoridades se enteraban de eso, definitivamente no lo dejarían pasar. Al día siguiente habría cientos de policías preparados. Definitivamente la gente estaría esperando para darles la bienvenida.
—Eso es cierto.
Poss asintió. Porque cuando corrió hacia allí no pensaba en otra cosa que en invitar a Twitch a unirse también a ese grupo. Porque un grupo de cuatro o cinco personas, no era suficiente para cambiar nada en lo más mínimo. Además, cada persona estaba perdiendo la esperanza en su propia vida. Sólo queda esperar el día en que no les quedara nada de esperanza y vinieran a pedir ser clientes de Twitch.
—Entonces, ¿por qué no intentas comprar noticias por aquí por el barrio? Creo que debe haber alguien que sepa sobre esto.
—¿Y cómo puedes estar seguro de que nos van a a vender noticias reales?
Poss frunció el ceño. Ya tenía experiencia en comprar noticias que resultaron falsas. No hubo nada que fuera verdad, excepto el dinero que perdió por nada.
—Habrá que arriesgarse. —Twitch se rió con ganas antes de preguntar con una expresión apagada—. Entonces, ¿ya has quemado el cuerpo?
—Ayer. —Poss sonrió con tristeza. —¿Qué sé yo? No hay escapatoria.
—Entonces... ¿ya has comido?
Al final, Twitch decidió cambiar de tema. Porque comenzó a sentir que volvería a llorar de nuevo.
—Aún no.
—Luego más tarde, después de comer, saldremos a buscar noticias. Tengo a alguien en quien puedo confiar. —Twitch tocó suavemente el hombro de Poss de manera reconfortante antes de girarse para mirar a Kan, que todavía estaba de pie en las escaleras. y lo miraba fijamente sin pestañear—. En cuanto a ti... simplemente relájate. Cuando haya terminado, te aviso.
—¿Grace?
Kan preguntó en voz baja. Lo que hizo que Twitch se diera cuenta de que aún no se había ocupado del cuerpo de Grace. Pero no era problema porque había almacenado su cuerpo en un congelador especial para preservar cuerpos.
—Probablemente mañana.
—Lo haré yo.
—¿Harás?
Twitch repetía las palabras confundido.
—Yo me encargaré de ello —dijo Kan usando más palabras esta vez—. Usted cocine.
—¿Está seguro? —Twitch frunció el ceño pero le entregó las llaves del auto—. Ten cuidado. Hay pocos conejos en el mundo que sean tan rosados.
...
Kan asintió en reconocimiento y se alejó inmediatamente sin decir nada más.
—Parece que tienes suerte de tener un buen niño con quien vivir.
Poss se rió entre dientes. No podía evitar burlarse de Twitch. En realidad, cuando vio a Kan por primera vez, no sintió que fuera alguien de confianza. Pero cuando vio su actitud de hoy, se dio cuenta de que Kan era bastante obediente con Twitch.
—Ya.
Twitch sonrió un poco y se frotó los dedos con tristeza.
Vale la pena preocuparse por la vida de un niño. Si él no hubiera ayudado a Kan ese día, nadie lo hubiera hecho. Aunque Kan pudiera estar dispuesto a morir en el campo, Twitch no podía dejar que lo hiciera frente a él .
—Entonces sigamos con lo nuestro.
Twitch arqueó las cejas cuando vio a Poss hablar con expresión seria, con lo que, sin querer, contuvo la respiración y también se puso serio.
—Quiero comer «dumplings».
...
En medio de la prosperidad siempre hay un lugar donde se esconde la miseria. Ese lugar era aquel lugar. Una «zona libre de luz», un territorio donde no llegaba ninguna ley ni moral, un lugar que reunía a todo tipo de personas. Todo aquel que accedía a esa zona sabía que debía vestir una túnica completamente negra y usar una máscara para cubrir su rostro. Ese no era un lugar muy civilizado, el uso de las armas y las drogas era casi normal.
Por supuesto que los alfa estaban al tanto de la existencia de ese lugar pero habían decidido hacer la vista gorda, por lo que recibían una gran suma de dinero cada año a cambio de no preocuparse por los asuntos dentro de esa área donde el comercio era casi constante.
—¿Vienes aquí a menudo?
Poss le susurró a Twitch, quien llevaba una máscara de pantera y una capa y abría camino con habilidad. No tenía ningún miedo a la oscuridad ni a las multitudes. Además, los ojos dorados escondidos detrás de la máscara parecían brillar aun con más intensidad.
—Cada mes.
Twich respondió con brevedad y empujó a Kan fuera del camino para que las personas que transportaban cosas al área pudieran entrar. Las tenues luces hacían casi imposible ver lo que había en el carro. Pero Twitch claramente sintió que aquello no era para nada algo normal.
...
Poss estaba un poco sorprendido porque no tenía ni idea de eso. Para ser honestos, apenas sabía nada sobre Twitch a pesar de que se conocían desde hacía casi un año. Pero Twitch aún se mantenía alejado de todos, a pesar de que cuando salían era muy amable con ellos.
—Sigue caminando, aquí no puedes quedarte quieto por mucho tiempo.
Twitch tiró del dobladillo de la camisa de Kan para que siguiera tras él, tratando de evitar al grupo de personas que claramente portaban armas. Sus ojos dorados miraron hacia el callejón cercano, y lo hizo con incertidumbre porque la última vez que vino a comprar noticias fue hace tanto tiempo que apenas se acordaba de ello.
La noticia fue sobre los Omega que fueron asesinados. Pagó un precio muy alto por esa noticia. Pero no hubo mucha información nueva. Aparte de la portada del periódico, había una imagen en blanco y negro de cientos de cadáveres de omegas amontonados en el campus.
Por supuesto, no esperaba mucho. Habían pasado entre diez y veinte años. Sólo tenía una pequeña esperanza de que podría haber una foto de sus padres, independientemente de su estado. Pensó que así podría aceptarlo.
—Eso.
Los ojos de Twitch se entrecerraron casi instantáneamente al ver una gran rata gris recostada en una silla, masticando pan. Parecía tan vago que quiso volver a su forma original y y jugar con él al ratón y al gato.
—Tú.
Twish arrastró a Poss hasta detenerse junto a la valla y miró hacia arriba para hablar con el joven grande, que ahora se estaba comiendo una barra entera de pan hinchándosele tanto las mejillas que habían cogido la forma de pan.
—¿Qué? —El joven miró a su probable cliente con expresión cansada—. Hoy no hay ninguna novedad. Si quieres noticias, ve y espera el periódico oficial.
—¿No me recuerdas?
Twitch deliberadamente volvió las muñecas a su forma original, y golpeó la cola del joven, haciendo que este gritara, se tragara el pan de un bocado y se transformara en forma humana casi al instante.
—Hombre, hombre, no me digas que este tigre loco me va a comer.
El joven hablaba tan rápido que apenas se le entendía. El corazón le temblaba instintivamente de miedo. Solía poder manejar a los clientes, daba igual el tipo que fuera. Es sólo que este cliente en realidad podría llegar a «comérselo», aunque no en el sentido de «comer», sino en el de destrozarlo y convertirlo en una deliciosa cena para ese día.
—Sí, lo haré, si no dejas de ser un vago.
Un sonido escalofriante se oyó justo antes de que Twitch levantara la máscara que cubría solo la mitad de su rostro y mostrara sus colmillos afilados listos para destrozar a ese joven.
De un rostro que ya era pálido, la cara de la rata beta estaba ahora cien veces más blanca que antes.
—¡Lo haré, lo haré! ¡ No me comas, ni siquiera mi colaes sabrosa! Sé que la carne beta está de moda estos días. ¿Pero puedes ir a comerte a alguien que sea más delicioso que yo?
La Rata Beta de mediana edad gimió de disgusto.
—Entonces, ¿ha habido alguna noticia últimamente?
Twitch volvió a su forma humana y preguntó con voz más profunda. La muñeca, que todavía tenía la apariencia de una pantera, revelaba sus garras y las expuso deliberadamente a la luz, creando un brillo espeluznante a ojos del joven.
—Sí, sí, hay novedades todos los días. ¿Qué noticias quieres saber?
Murmuró Rata Beta. Sin embargo, como se veía obligado a venderlas, tenía que hacerlo al mejor precio, a pesar de que estaba muerto de miedo ante ese tigre loco.
—Estos.
Twitch le entregó al joven un cartel del grupo revolucionario. Este no se sorprendió en absoluto. Se levantó, le devolvió el cartel a Twitch y se cruzó los brazos sobre el pecho en un gesto de negocios.
—Se llaman a sí mismos «Nuevo mañana».
—¿Nuevo mañana?
Repitió Twitch, a lo que el joven inmediatamente sonrió y le tendió la mano, significando que el dinero iba y venía. Twitch frunció el ceño, pero sacó algo de dinero y lo puso en su mano regordeta. Cuando el joven terminó de contar el dinero, continuó hablando con fluidez y de una manera mucho más amigable.
—Sí, e intentarán actuar como los omega —suspiró la rata beta—. Entiendo su atrevimiento. Pero la imagen del cadáver de mi familiar sigue fresca en mi mente. No te puedes imaginar la diversión que tuvieron los alfa matando gente en aquel entonces. Ni siquiera les importa quién es beta u omega. Unirse a la marcha con ellos los matará a todos. Apuesto a que esos tipos probablemente tampoco sobrevivirán.
—¿Y es cierta esa historia sobre la reunión?
El joven volvió a extender la mano. Twitch puso más dinero, ya un poco molesto. Porque aún no había recibido tantas noticias. Pero este joven sigue jugando.
—Es verdadero y es falso —Twitch soltó un gruñido. El joven se sobresaltó y sonrió secamente.
—Cálmate, la quedada es real. Pero lo que es falso es sea un encuentro para nosotros. Es para los alfa. ¿cómo atraerlos, sino? El dónde aparecerán es otra cuestión.
—¿Qué pasa si hay un beta que quiera unirse?
—Tal vez muera —dijo el joven con indiferencia—. Después de todo, cada revolución tiene su ración de víctimas. Viste las noticias esta mañana, ¿verdad? Dañaron mucho al ciervo beta. ¿Crees que liberarán a cualquiera que se atreva a oponerse a ellos?
...
Los ojos dorados de Twitch se atenuaron al instante. No era diferente a la rata beta que se sentía deprimida al pensar en los muchos familiares que habían muerto en esa masacre. Porque aun no había pasado ni siquiera una generación. Pero fue borrado casi por completo de las páginas de la historia. La nueva generación que nació no sabía casi nada de estas cosas. Si no se lo contaban en secreto los unos a los otros.
—Si fuera yo, yo no saldría. Esos crueles bastardos alfa morirán, al menos si estoy dispuesto a actuar aquí como una rata asquerosa aún podría vivir muchos años más.
—Pero si sigues cediendo ante ellos, un día esas balas caerán sobre ti. No importa cuán ajeno estés a este asunto.
Twitch lo miró con frialdad. Aunque entendía las razones del joven para someterse a esa injusticia, seguía muy insatisfecho por la forma en que esas personas se expresaban. Era un sacrificio. Si él y todas las personas querían un futuro mejor que el actual deberían salir y ayudar.
Podía parecer un inútil a los ojos del alfa. Pero si fuera él, elegiría salir de todos modos. Sin embargo, él ya estaba muerto. No tenía familia. No había nada en absoluto, aparte del dolor que martilleaba profundamente su corazón cada vez que se despertaba.
No podía entender por qué los beta eran tan tolerantes. El miedo podía ser una respuesta. Pero ¿qué pasa con las otras respuestas? ¿Por qué tenían fe en los alfa, o era porque simplemente esperaban nacer con más suerte en la siguiente vida?
—Pero hoy no hay balas.
El joven rió suavemente, aceptando con amabilidad el sarcasmo de Twitch. Porque sabía que solo era un cobarde que esperaba una vida mejor en el futuro sin tener que hacer nada. Aparte de esperar a que otros se lo arrebataran a costa de sus propias vidas.
—Nuestras vidas podrían ser mejores que esto si no fuera por esos alfaas ladrones.
—Pero tú también eres un alfa.
El joven miró la garra de Twitch.
—¿Y crees que un alfa normal estaría en un lugar como este?—
—El Teatro Phayakkhaphoksakul —la rata beta se quedó un momento para soltar la noticia más cara sin cobrar ningún precio extra.
—¿Qué?
—Van a perturbar el acto del día de la fundación del país. Mañana es el día de ensayos. No estoy seguro de a qué hora, pero probablemente a mitad del evento. Quizá habría que empezar a hacer algo ya.
Twitch parpadeó sorprendido porque nunca esperó bondad en ese lugar donde todo era caro y peligroso.
—¿Cómo lo sabes?
—No importa cómo lo sé. Bueno, esta es la última noticia que puedo daros. Y después de esto, se considera que tú y yo no nos conocemos de antes.
El joven suspiró ante Twitch antes de volver a su forma original, la misma una rata vaga e inútil. Sacó una manta gastada y se cubrió para aislarse del mundo exterior.
—Gracias... —Twitch miró a la otra persona con suavidad.
...
—Un día podrás vivir en un lugar que sea mejor que esto.