¡No tienes idea!; Quackity

By TaiyuHQ

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Inspirada en Clueless y un poco de Legally blonde. "Friday night and the lights are low Looking out for a pl... More

Sumario
Playlist
Cero: Pilot
One: Dinner
Two: The office
Three: Teamwork
Four: Boobear
Five: Interrogation
Six: Tina's comment
Seven: EARFQUAKE
Eight: I hate you more than tomorrow.
Nine: Situationships
Ten: The man
Eleven: Mysterious
Twelve: Schooldays and paranoia?
Thirteen: Boyfriend
Fourteen: ¿Donde esta Louise?
Fifteen: No soy eterno
Sixteen: No time to die
Seventeen: Hollaback Girl
Eighteen: On the same page?
Nineteen: Attention
Twenty: Love me like you
Twenty one: the Mystery of your lIfe, why are you Looking to lie tO me?
Twenty two: A sign
Twenty three: ¿Que tal si eres tu?
Twenty four: Getting Older
Twenty five: COPYCAT
Twenty six: Alexis mexican core
Twenty seven: What's wrong with you?
Twenty eight: Why should I stay here?
Epílogo: Spicegirl

Final: L.O.U

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By TaiyuHQ

🇲🇽 | Guanajuato, México
17 de Octubre del 2023 | 00:00 a.m.
ʚ Alexis pov ɞ

Había pasado la mayoría del vuelo poniéndome al corriente con Louise sobre todo, enseñándole desde arriba todo lo bonito que había en la capital y después en mi querido estado natal.

—Dios, se ve muy lindo, las luces son muy cálidas—exclamó mirando a través del vidrio con los ojitos sumamente brillantes.

—Si, pero son aún mas cálidas en la catedral, mira—señale la edificación y ella tomó una foto con su teléfono para después guardarlo con cuidado.

—Gracias—giró su cabeza hacia mi y nuestros rostros quedaron a centímetros del otro.

—¿Por qué?—cuestioné frunciendo un poco el ceño.

—Por dejarme ser parte de esto—sonrió—te esforzaste por entender mi mundo, por entenderme a mí—alcanzó mi mejilla con su mano derecha y comenzó a acariciarla—y agradezco que tú me permitas conocer tus raíces, a ti...—rozó nuestras narices mientras cerraba los ojos—por eso te amo Alex.

Entonces volví a sentir ese cosquilleo en el estómago, las palmas de mis manos transpirar y el corazón acelerarse. Louise, una chica a la que le costaba hablar de sentimientos estaba frente a mí, mostrando la vulnerabilidad que solo el amor podía desatar, diciendo aquellas dos palabras que nunca creí escuchar salir de su boca, sonriéndome como si de algo preciado se tratase, haciéndome sentir que no necesitaba nada más en este momento que su cercanía, su tacto, su calor, su alegría, solo ella.

—Creo que es lo mínimo que puedo hacer Louise, te mereces el cielo entero—la mire a los ojos—se que tal vez no soy el hombre con el que soñabas de niña, ¿pero como podría darte algo que no tengas, si ya lo tienes todo?—tome su mano sobre mi mejilla mientras la veía negar—créeme, estoy dando todo mi esfuerzo por hacerte feliz. Se que tal vez traerte a Guanajuato no es el mejor detalle—reí un poco—pero con esto te estoy dando una parte de mi corazón, una parte de mi ser y todo porque yo también te amo—noté la sonrisa en su rostro.

—No creo ser una chica que lo tenga todo Alexis, porque para mi, tenerlo todo no es solo lo material—puso su otra mano sobre mi pecho—a veces me gustaría ser tu, poder charlar con mi madre después de un día agitado, poder visitar a mis abuelos, recibir abrazos sinceros—susurró—y sinceramente creo que eso nos complementa uno al otro, hemos visto nuestra parte más humana y eso me reconforta—sonrió—el saber que a pesar de que me has conocido en todas mis facetas, quieres quedarte conmigo.

La miré a los ojos y aunque no sabía que contestarle, para mí las acciones siempre han valido más que mil palabras por lo que me vi en la necesidad de besar sus labios con intensidad.

La chica reía entre el beso y yo la abrazaba con fuerza. Quería estar con Louise.

Quería compartir cada momento con ella, escucharla hablar durante la noche, contar sus alegrías y preocupaciones, hacer videollamadas cuando estábamos separados, acompañarla a todas partes, verla sonreír por cosas simples como un peluche, hacer chistes bobos solo para escuchar su risa contagiosa, admirar cómo el amanecer la hacía brillar, ser su apoyo en las madrugadas, aplaudir cada uno de sus logros, motivarla y sobre todo, amarla con todo mi ser.

Ahí entendí lo que dijeron en aquella romcom que miré hace unos días con mi madre.

"Un día solo desperté y lo supe"

Este fue mi despertar, cuando noté la emoción de Louise por conocer mis orígenes, por aprender mi idioma, por interesarse en mi cultura. Ahí lo supe, era ella y no quería a nadie más.

El helicóptero aterrizó después de un rato volando sobre la pequeña ciudad, agradecí, me despedí del piloto mientras sacaba la maleta de Louise, ella bajó primero y después se abrazó a mi para comenzar a caminar, era un poco más de media noche por lo que el centro se veía tranquilo, en paz.

Louise se separó de mi para dar algunas vueltas mientras respiraba con profundidad.

—¡Dios, mira que lindas están las estrellas!—exclamó mirando al cielo y asentí mientras yo la veía a ella—Se ven mucho mejor que en California—regresó sus ojos hacia mi.

—Créeme, lo sé—contesté en un susurro y no me refería a las estrellas del cielo.

Caminamos de la mano por las coloridas calles, la chica rodeó la fuente admirando cada detalle que le parecía desconocido e interesante, tocó con sus manitas cada una de las plantas del centro, tomó fotos de la catedral y sobre todo, se dedicó a darme besos a cada instante.

—Tengo una lista de lugares a los que quiero llevarte, ¿Sabes?—le pregunté y ella se detuvo para mirarme con una sonrisa.

—Es que no puedes ser más lindo, enserio—acarició mi mejilla y dejó un suave beso sobre mis labios para después sonreír.

—Ya casi llegamos a mi casa, mi mamá dijo que nos estaría esperando—levanté las cejas y ella apretó los labios a modo de nerviosismo.

—Que pena con tu mamá, ya es muy tarde—murmuró y negué.

—No pasa nada Flaca, igual nos despertamos tarde hoy, era día de descanso. Suelen desvelarse mucho en mi casa, entonces no es raro que los encuentres despiertos a esta hora—la tranquilice y ella asintió.

Mi hogar no estaba tan lejos del centro de Guanajuato, por mera comodidad para mis abuelos y sus locales. Entonces el camino no fue realmente pesado.

Una vez estuve frente a la reja de mi casa, saqué mis llaves para poder deshacerme del candado que tenía, cuando logré mi objetivo, abrí la reja dejando pasar primero a Louise, quien  me esperó mientras volvía a cerrar el candado, entrelazó nuestros brazos para comenzar a caminar a través del jardín mientras buscaba la llave de la puerta principal.

Subimos las pequeñas escaleras e inserté la llave haciendo que la puerta soltara un click en señal de que había sido abierta, nuevamente le permití a Louise pasar primero y me adentré después de ella para cerrar la puerta a mis espaldas.

—¡Louise, bienvenida!—escuché al instante y después miré a la rubia abrazada de mi madre.

—¡Señora Maldonado, ¿Cuánto tiempo?!—exclamó igual de emocionada.

¡Mamá, papá, ya llegaron!—gritó haciendo que se escuchara algo de ruido en la cocina, me acerqué a ellas y abracé por los hombros a Louise dándole un beso en la cabeza.

—¿Te sientes bien?—le pregunté—¿No tienes sueño, hambre o te sientes mareada?—la chica negó.

—Tal vez tengo un poco de hambre—dijo divertida y asentí dejando un beso en su sien.

—Ahorita te sirvo de comer, flaca—ella asintió y noté como mi madre nos daba una mirada de ternura. Un carraspeo a nuestras espaldas me hizo girar abruptamente en compañía de Louise.

Ahora yo carraspee un poco incómodo al ver a mi abuelo cruzado de brazos junto a mi abuela quien sonreía de oreja a oreja.

—Louise, ellos son mis papás—habló rápidamente mi madre en inglés, mientras caminaba hacia mis abuelos posicionándose en el centro de estos dos.

Mucho gusto—me sorprendí al escucharla hablar en español—Soy Louise Horowitz—extendió su mano hacia ellos, mi abuelo levantó las cejas cuando su esposa jalaba de ella para darle un abrazo, el por su parte solo asintió con la cabeza haciendo que la chica de forma apenada retrocediera a mi lado nuevamente.

El gusto es todo nuestro, mijita—habló por primera vez mi abuela y la sonrisa que antes se había desvanecido de su rostro volvió a aparecer.

Todos nos trasladamos al comedor para que tanto Louise como yo pudiéramos comer algo, después del viaje. Mi madre hablaba con ella mientras yo sacaba los platos para comenzar a servir la comida que previamente había calentado.

—¿Apoco tú le vas a servir a la huerca esa?—me preguntó mi abuelo quien apenas noté estaba a mi lado.

—Pues si, no me cuesta hacerlo—comenté abriendo las cazuelas.

—Pues yo creo que la que debería de estarte sirviendo a ti, es ella o tu mamá—se cruzó de brazos.

—Como cree que me va a servir Louise abuelo, ella es la invitada y mi mamá anda bien cansada, seguro se la pasó levantando la casa—ambos nos miramos unos segundos.

—Haz lo que quieras, entonces. Nada más después no te quiero ver chillando por ella. ¿Me oíste?—me señaló y yo solo asentí de forma seria.

Quería enseñarle a mi abuelo, que Louise para mí lo era todo y yo significaba lo mismo para ella.

Serví un poco de sopa de fideo junto a las papas con chorizo que había hecho mi mamá, dejé un plato frente a ella, quien me agradeció, después serví mi plato y me senté a su lado.

Había tortillas calientes envueltas en una servilleta de tela, también agua de Jamaica que hicieron en la mañana, serví un poco en los vasos que me acercó mi madre y la conversación siguió.

—¿Qué tal el vuelo? Le dije a Alexis que estaba loco de remate—dijo mi mamá nuevamente en inglés.

—Fue lindo, pude conocer muchas cosas de la ciudad y de aquí también—comentó mientras limpiaba su boca—De verdad aprecio el detalle que tuvo conmigo—me miró con una sonrisa y volvió a mi madre—Fuera de eso, me encantaría que me hablaran en español, creo que sería bueno para mí el practicar, además, me encantaría poder comunicarme con sus padres—dijo amable y alcancé su mano por debajo de la mesa. Para mi, eso era un bonito detalle.

—Oh, entonces está perfecto—dijo mi mamá riendo—¿te gusto la sopa?—le preguntó.

Si, es muy buena—contestó de forma animada mientras yo comía en silencio, pues como ya lo había dicho, a mi solo me agradaba escuchar.

¿Y a qué te dedicas o qué, chamaca?—preguntó mi abuelo y noté como ella me miraba confundida.

Chamaca es una forma de decirle a las chicas, está preguntando por tu trabajo, bonita—aclaré y ella sonrió.

Soy modelo—contestó con un poco de dificultad—y estudio Ley—me miró buscando mi aprobación y reí un poco.

Leyes—corregí y ella asintió sonrojada mientras repetía la misma palabra para corregirse.

Y mi nieto trabaja con tu papá—ella lo pensó un rato, supongo acomodando las palabras en su cabeza. Yo solo rezaba porque él no dijera nada imprudente y si lo decía, que Louise no lo entendiera.

Amm, claro. El trabajo antes que yo ahí—carraspeó y me miró—Siempre acompañó a papá in the office—me miró un poco apenada—ammm, es bueno trabajar juntos—mi abuelo asintió mientras nos miraba a ambos.

¿Tu mamá que opina sobre tu trabajo y qué andes en México?—volvió a preguntar y la mesa se quedó en total silencio, mire a Louise quien lamentablemente pareció haber entendido lo que él decía y mi mamá quiso amenizar el ambiente.

Yo creo que es hora de que nosotros nos vayamos a dormir, ¿No papá?—le preguntó y el negó.

Hay que hacerles compañía, quiero conocer a la novia de Alexis, ¿Qué opina tu mamá de tu relación con mi Nieto?—preguntó un poco pasivo-agresivo y carraspee.

Abuelo, no...—entonces escuché la voz entrecortada de la rubia.

Mi mamá murió—carraspeo y me miró con una sonrisa ladeada—pero yo era pequeña, no recuerdo mucho—bebió un poco de agua—pero papá quiere mucho a Alex, es buen chico. Lo aprueba—apretó mi mano y yo solo suspiré.

Lamento tanto escuchar eso mijita—habló mi abuela después de un rato—Pero es bueno saber que tu padre no te dejo desamparada nunca—alcanzó su mano libre sobre la mensa y ella le sonrió.

Gracias, son muy amables—culminó la plática y siguió comiendo mientras mi madre les repetía que era buen momento para ir a la cama.

Así después de un rato nos quedamos solos ella y yo comiendo tranquilamente. Ninguno hablo, nadie dijo nada, solo disfrutamos de la compañía del otro. 

Una vez terminamos nuestros alimentos lavamos los platos y la abracé por la cintura.

—¿Quieres dormir conmigo? Puedo dejarte mi habitación si quieres dormir sola—bese su mejilla y ella suspiró.

—Te he extrañado un mes entero Alex—giró sobre su propio eje y pasó sus brazos alrededor de mi cuello—quiero ver películas contigo y dormir bien por fin—ambos sonreímos y le di un beso en la frente.

—Perdón por lo que dijo mi abuelo, suele ser un poco...—suspiré—inoportuno—ella negó sin borrar la sonrisa de su rostro.

—No pasa nada, te he dicho que me gusta hablar de ella—acaricio mi mejilla—aunque creo que no le caigo tan bien—soltó una risita y yo tiré mi cabeza hacia atrás algo frustrado.

—No es que no le caigas bien, es que ya sabes—la miré con un puchero—no quiere que la gente piense que porque somos novios yo tenga una preferencia en la firma de tu padre—ella frunció el ceño sin entender—me refiero a que teme que piense que soy una clase de "acomodado"—dije entre comillas y ella sonrió.

—Si tú trabajaste muchísimo más antes que yo con mi papá—comentó divertida—el confiaba más en ti que en mí, es tu mentor y desde el día uno se dio cuenta de tu capacidad como abogado. ¡Todo eso conmigo odiándote completamente!—ambos reímos un poco—¿Por eso preguntabas cosas raras?—cuestioné y terminé asintiendo con pena—¡ay cariñito!—ahora ella hizo un puchero y tomó mis mejillas—Mi padre te querría en la firma aunque fueras mi enemigo a muerte—dio un corto beso en mis labios.

—¿Enserio?—cuestioné y ella asintió—pues hazle saber eso a mi abuelo—reí—le agradas, Louise...—suspiré—solo dale tiempo, no es tan amargado como lo hizo ver.

—¿Qué crees que debo hacer para ganármelo?—me preguntó.

—Simplemente ser tú y ya—nos balance de un lado al otro y después de apagar las luces de la casa y cerrar todo con llave, subimos a la habitación.

Eran un poco más de las tres de la madrugada, habíamos visto "Goodfellas" pero el sueño no llego a nosotros durante la película y mucho menos cuando terminó.

—¿Cómo se llamaba?—le pregunté mirando al techo y sentí como sus ojos buscaban los míos así que gire mi cabeza hacia ella.

—¿De quién hablas?—preguntó frunciendo el ceño y con mi dedo índice toque aquel lugar haciendo que su semblante se relajara.

—Tu mamá—contesté y sus ojitos se iluminaron completamente.

—Marie Elizabeth—susurró con una sonrisa.

—Oh, tienes su segundo nombre—ella asintió y entendí porque era su favorito—Sabes, aquí en México Marie es parecido al nombre, "María"—le comenté y ella levanto las cejas.

—María...—susurró—suena bonito.

—¿Recuerdas algo de ella?—le pregunté y negó con suavidad.

—No...—hizo una pausa y escuché un suspiro salir de sus labios—pero Jeremiah me habla mucho de ella, dice que solía arroparlo por las noches y cantarle aquella canción de "London bridge"—rio silenciosamente—también dijo que amaba los libros de poesía, de hecho llegué a leer varios donde tenia anotaciones y tenía una letra hermosa—comenzó a jugar con mi cadenita de cruz mientras yo acariciaba su espalda lentamente—papá siempre dice que me parezco a mi madre—hizo una pausa—pero yo creo que ella era mucho más hermosa, noble y lista que yo. De verdad, no tienes idea de lo que me hubiera encantado conocerla—pase mi dedo índice por su mejilla—me encantaría saber que es lo que piensa de mí, si está orgullosa, ¿me entiendes?—asentí lentamente—me hizo mucha falta y de verdad que...—soltó el aire que estaba conteniendo—todos los días me imagino la vida si ella hubiera estado conmigo.

—Yo sé que ella está muy orgullosa de ti Louise—susurré—eres la hija que toda madre querría tener, nunca dudes eso, tu madre estaría muy contenta por todos tus logros y si tu padre dice que le recuerdas a ella, créele—nos miramos a los ojos—el mejor que nadie conocía al amor de su vida.

Entonces me abrazó con fuerza y no tuvimos que decir ni hacer nada más para entrar a un profundo sueño.

Nunca había despertado tan tarde como hoy, era el primer día que había decidido descansar de todo el trabajo que llevaba haciendo estas últimas semanas.

Abrí los ojos y Louise no se encontraba a mi lado, fruncí el ceño buscándola por toda mi habitación sin éxito, despeiné mi cabello, subí la gorra de mi hoodie y abrí la puerta para ir a la planta baja de la casa.

¡No!—escuché su animada voz—de verdad, nunca había hecho esto antes—la risa de mis abuelos era audible y eso me hizo fruncí el ceño, ellos no debían estar en casa.

Una vez en la planta baja tomé camino hacia donde provenían las risas, la sala principal.

Wow, ¿enserio hicimos esto?—escuché exclamar a Louise, quien se encontraba de espaldas mientras mi abuela ponía alfileres sobre la tela color azul grisáceo que rodeaba su cuerpo. Yo por otro lado me quedé retrancado sobre el arco de la entrada esperando a que notasen mi presencia y con una gran sonrisa en mi rostro.

¡Este es tu color!—escuché decir a mi abuela.

Debes darnos la receta de tus hotcakes, estaban deliciosos Louise—mi madre quien arreglaba el dobladillo del vestido y entonces carraspee.

Claro, ¿desde cuando almuerzan sin mi?—hable divertido mientras las tres chicas y mi abuelo me miraban.

—¡Despertaste!—dijo ella divertida—Tu abuelita y yo hicimos este—señaló en vestido.

¿Ah si?—pregunté acercándome a ella y asintió—Se te ve muy lindo—le sonreí.

—Gracias—dijo sonrojándose—ahora desayuno contigo, ¿si?—asentí dejando un beso en su frente y dirigiéndome a los demás para saludarlos.

Por cierto, esa niña hace muy buen café, hijo—dijo mi abuelo bajando sus gafas y el periódico que se encontraba leyendo—luego hablamos Alexis.

Asentí con seriedad mientras el volvía a lo suyo. No entendía nada.

🇲🇽 | Palacio de gobierno, Guanajuato
17 de Octubre del 2023 | 11:50 a.m.
ʚ Alexis pov ɞ

—Te lo juro, mi mamá me dejó ahí tirado—señalé una banqueta en específico—pero esas cajitas traían un montón de paletas y un juguete, la necesitaba.

—Oh, Dios no has cambiado nada, sigues siendo igual de caprichoso—dijo riendo mientras tomaba una cucharada de su helado de queso con zarzamora y yo rodé los ojos.

—Basta, no sabes lo que significaba para mí tener una de esas cajitas sonrics, ¡Además era de Cars!—revolví su cabello para después tomar un poco de mi propio helado.

—¿Y qué solías hacer cuando vivías aquí?—preguntó tomando asiento en una de las jardineras mientras arreglaba su cabello y le hice compañía.

—Mmm...—lo pensé—John y yo solíamos ir a un "Arcade"—hice comillas con mi mano pues era un lugar de puras maquinitas—luego íbamos a las callejoneadas o nos íbamos a perder el tiempo en el mercado. Pero casi siempre estábamos trabajando con mi abuelo o en el tianguis—tomé más de mi helado—su mamá vende comida y yo llevo a mis abuelos a que vendan sus sombreros y los vestidos. Está chido. Te voy a llevar, ¿Va?—ella asintió emocionada.

—¿Qué es eso rojo que tiene tu helado?—me preguntó y yo miré a qué se refería.

Chamoy y Miguelito—contesté y ella fingió el ceño.

¿Miguelito?—me preguntó y yo reí.

—Es un tipo de chile en polvo, pruébalo, no pica—le ofrecí mi vaso y ella intercambió conmigo. Mire como le daba una cucharada y la llevaba hasta su boca. Esperando que no le gustara, escuché un sonido de satisfacción.

—Sabe muy bueno, me gusta—sonrió mientras me regresaba el vasito—¡Oh, mira eso!—señaló el palacio de gobierno—¿puedo tomarme una foto ahí?—me preguntó y yo asentí entre risas.

Louise era una verdadera turista, me agradaba que preguntase por todas las estatuas que había en nuestro camino y quisiera saber qué significaba hasta el más mínimo detalle de lo que la gente o yo mismo hablábamos. Me encantaba la historia, sabía mucho sobre Guanajuato, sobre nuestra historia y lo importante que era para el país, me agradó explicarle el significado de varias palabras en español y ayudarla a extender un poco más su vocabulario.

Caminamos muchísimo, no porque yo no quisiera llevarla en el carro, si no porque ella misma dijo que quería apreciar cada detalle e ir conociendo a nuestro ritmo.

Salimos del palacio de gobierno al principio caminando sin rumbo, hasta que a lo lejos observé la basílica. Ambos de la mano nos encaminamos hacia su interior, no sabía si Louise era religiosa. Era algo que nunca había preguntado, pero al mirar su rostro noté como se encontraba conmovida por mirar el interior del lugar.

—¿Quieres estar aquí? Porque podemos...—ella me miró y negó.

—Solo hace mucho no pisaba una iglesia—murmuró—¿podemos estar aquí un rato?—pregunto, yo la miré a los ojos un rato y asentí.

"No me imaginé que funcionaba así, no buscaba amor

Y un día te encontré, estaba vivo pero con vos comencé a vivirFuiste una bendición, me queda agradecer"

Louise y yo caminamos hacia una de las bancas centrales y tomamos asiento. Solía venir cada domingo a misa con mi abuela y mi madre, en Los Ángeles no la frecuentaba pero de igual forma iba a agradecer todo lo bueno que me estaba pasando, pero hoy se sentía diferente.

Podría sonar ridículo, pero mamá siempre me dijo que algún día estaría aquí con la persona correcta y no le creí hasta hoy.

Mire de reojo a mi acompañante quien se encontraba con los ojos completamente cerrados y ese acto aceleró mi corazón. El amor nunca había sido una prioridad en mi vida, mucho menos algo que sintiera como una necesidad y todo cambió desde que la conocí. Me sentía mas vivo, alegre y brillante, era ese sentimiento de poder hacer todo lo que fuera sólo porque Louise estaba a mi lado.

Y le agradecía bastante a él, al universo o a quien fuera el autor de ese encuentro, por el simple hecho de haberla puesto en mi camino.

"Sos ese cuento del que no quiero saber final
Ese cometa que tuve suerte de presenciar
El mundo es feo y su pasado provocó ansiedad
Me iré al infierno pero en tierra"

Sabía que el viaje era complicado pero nunca me imaginé pasar por todo lo que ella y yo enfrentamos a la mala.

Louise era una chica herida, desconfiada, evitativa y demasiado difícil de leer, había pasado por cosas que la hicieron cambiar su perspectiva del mundo y su perspectiva del "Amor" se había deformado bastante. Pero aún así, después de todo, después de conocerla en diferentes modos y etapas de su vida, no quería que esto que teníamos se terminara.

No quería volver a tener una vida sin ella en el medio, no porque no supiera vivir sin su presencia, si no porque la sentía un complemento para mí, porque la quería y porque se volvió una persona muy importante.

"Si algún día de estos se hace gris tu cielo
Lo pintarás mirando un río
Las lágrimas y el frío te hicieron de hielo
Y daré la piel, pa' servir de abrigo"

Me encantaba verla sonreír, con los ojos brillando de emoción, sus expresiones de asombro, sus preguntas entusiastas y sus ganas de saber sobre todo. Louise era una de las pocas chicas que apenas sonreían te contagiaban de alegría entera.

Recuerdo que las primeras semanas de la universidad le daban gracia mis camisas hawaianas, la miraba riendo apenas entraba al aula debido a los diseños que mis camisas tenían, así que empecé a llevarlas las seguido solo para ver aquel gesto en su rostro.

En la oficina me esmeraba por hacer la cosa más mínima para que ella sonriera o al menos me mirara un poco, era como el día que terminó arrancándose las pestañas con el enchinador, me burle de ella pensando que sería algo irrelevante para su persona y al notar que no era así, bueno, tal vez corte mal, mi cabello solo para que ella pudiera burlarse de mí.

Creo que nunca notó esos pequeños detalles y no me interesaba realmente porque nunca lo hice con aquel afán de hacerme notar, solo quería verla contenta y es lo que haré hasta que ella me permita estar en su vida.

"Y aunque el orgullo a veces ocultó mis miedo'
Temo a caer y que no estés conmigo
Te ofrezco amor real de un corazón sincero
Y quemar la llave que abrió el laberinto"

Hace algunos meses diría que Louise podía hacer de su vida lo que quisiera y me daría totalmente igual, podía irse a París medio año y no la extrañaría en absoluto. Pero ahora era diferente.

Fui un imbécil en su momento y creo que tomé una gran decisión al deconstruir mi forma de pensar por ella, había crecido con una figura paterna bastante reprimida y en un ambiente donde el machismo prevalecía, entonces el hecho de que Louise me echase en cara todos mis defectos morales me hacía enloquecer.

Pero tenía razón y yo agradecía que ella se hubiera esforzado en hacerme ver que estaba viviendo en un error, porque de no ser así no estaríamos juntos ahora y yo realmente no me podía imaginar con alguien que no fuera ella a mi lado.

Salimos de la basílica y comencé a caminar hacia un lugar al que quise llevarla apenas llegamos aquí, Louise estaba abrazada a mi costado y yo bese su cabeza con cariño.

Le estaba entregando el amor más real que nunca creí poder ofrecer y ella era consiente de aquello

"Tu alma era viajera y sola
Sé que es un descaro
Y la mía se desmorona
Pero combinamos"

—Dios, es tan extraño—dijo de la nada mientras balanceaba nuestras manos.

—¿El que?—pregunté elevando nuestras manos y ando un beso en la suya.

—El sentir ya sabes—soltó una risita y se acercó a mi—sentir que te volviste en una persona indispensable para mi—me dio un pequeño beso en los labios—siempre fui bastante independiente y agradezco que te esfuerces en ayudarme siempre y ver por mi, me haces sentir que no estoy sola...—la abracé—y me gusta eso.

—A mi igual me gusta que estés aquí Louise—susurré en su oído—me haces sentir que puedo ser querido de verdad, sin importar lo que tengo o no. Tu me has enseñado que me quieres por lo que realmente soy y te agradezco eso—me alejé dándole un beso en la frente.

Caminamos de la mano entre balanceos, risas y pláticas sencillas. La chica tomaba bastantes fotos de todo lo que nos rodeaba, tomó algunas mías y otras de ambos juntos, estaba muy enamorado y no me daba miedo caer. No cuando estaba tan enamorado de ella.

—Y aquí estamos—solté su mano y extendí mis brazos—Bienvenida al callejón del beso—noté su pequeña sonrisa.

—¿Por que se llama así?—me preguntó

—La historia es similar a la de Romeo y Julieta—comencé a explicarle—Carmen, una chica de buena familia y padre celoso se enamoró de un minero. Para no extender la historia, ellos hablaban ahí todas las noches—me paré a su lado y señalé los balcones—se murmuraban cosas, se besaban y compartían lindos momentos juntos ahí porque Carmen no podía salir más que a misa por órdenes de su padre, una noche ellos estaban hablando y en un arranque de enojo el papá de Carmen al descubrirlos, le enterró una daga a su hija—ella me miró confundida—no me preguntes nada Louise, yo solo te cuento lo que me enseñaron en la primaria—ambos reinos—y después de ver mataban a su amada, el minero se lanzó al vacío de la mina—me encogí de hombros y caminamos por el lugar.

—Es igual de trágica, ambos se mueren—dijo riendo—aunque wow, es algo grotesco, ¿sabes? La asesino su padre frente a su novio—comentó y yo asentí.

—Mucha gente se toma fotos en los balcones mientras se besan, pero la leyenda dice que la parejas deben besarte en el tercer escalón—señale el lugar y ella camino a mi lado.

—¿y si no lo hacemos?—me preguntó y yo subí los tres escalones de a poco.

—No creo que quieras siete años de mala suerte, flaca—la tomé por la cintura y ella entrelazó sus brazos alrededor de mi cuello.

—Bueno, ya que insistes—soltó una pequeña risa y bese sus labios.

A pesar de hacer esto repetidas veces nunca me cansaría de sentir este contacto con ella y por eso quería hacer las cosas bien. Estaba cansado de tanta espera innecesaria.

Ambos nos separamos y acaricie su mejilla con cariño.

—Te amo Louise—susurré y ella sonrió.

—Yo igual te amo Alex—hizo una pausa—pero dime Lou, Louise suena muy profesional—fue inevitable no volver a besarla. Estaba perdido por ella.

"Me hiciste ser mejor, me queda agradecer
Lou, Lou, Lou, Lou"

🇲🇽 | Guanajuato, México
27 de Octubre del 2023 | 07:00 a.m.
ʚ Alexis pov ɞ

Los días habían pasado más rápido de lo que pensábamos y el fin de semana en casa acostumbraba ser trabajar el doble comparado a otros días. Para mi sorpresa, después del primer tianguis al que habíamos ido, a la rubia parecía no costarle nada despertar temprano y ayudarme a subir las cosas a la camioneta.

—Deberías ponerlos así—quitó los vestidos de mis manos para colgarlos en las asas del techo—así no se arrugan, por algo los plancho tu abuela.

Sonreí mientras levantaba las cejas.

¿Apoco si, güerita mamona?—pregunté divertido y ella me dio un golpecito en el brazo.

—Tu mamá ya dijo que no me llames así—me señaló y rodé los ojos jalando su nuca para que nuestros labios tuvieran contacto.

Neta, cállate mi amor—le contesté y ella solo pudo soltar una risa mientras negaba.

Cuando Louise no se podía expresar al cien por ciento en español solía responder las cosas en inglés a pesar de entender lo que le contestaba en mi idioma y eso me divertía muchísimo.

Entré a la casa para sacar los maniquíes, mesas y manteles, hoy mamá y Louise habían decidido que aportarían su granito de arena y venderían postres. Si, Lou y mi mamá habían estado toda la tarde de ayer y parte de la madrugada decorando galletas, haciendo tartas de limón, pastel helado y cake pops con dibujos infantiles para vender en el tianguis, algo que me pareció lindo.

Todos nos trasladamos a el lugar donde se llevan acabo las ventas, armamos todo y para ser las siete de la mañana ya había bastante gente recorriendo el lugar. Deje todo acomodado para que mis abuelos no batallaran tanto en exhibir sus productos, después de eso fui a dormirme un rato al carro, últimamente me había sentido un poco cansado, llevaba aproximadamente dos días en los que sentía que no podía dividirme en pedazos para ayudar en casa, darle atención a Louise y pasar tiempo de calidad con mi familia, me recosté en uno de los asientos traseros del carro boca abajo, suspiré pesadamente y cerré mis ojos.

ʚ Louise pov ɞ

Estos días en México habían sido increíbles, amaba por completo pasar tiempo con Alexis y estaba enamorada del lugar que vio crecer a ese ser tan increíble que tenía a mi lado.

Había aprendido bastantes cosas y me enteré del complot que hubo entre el, mi manager y papá para que pudiera estar una temporada fuera de casa y replantearme que era lo que realmente quería para mi vida por lo que me di cuenta que nunca había estado mas lúcida como ahora. Sabía que quería y que no quería de nuevo en mi vida, estaba decidida a hacer algo que me daba pavor, pero ahora solo quería disfrutar, ya no le temía al futuro.

Camine hacia la camioneta después de preguntar por el paradero del azabache y lo vi durmiendo en el auto, sabía que no la estaba pasando bien, sabía que había discutido con su padre una noche antes pero no le diría a nadie, sabía que estaba presionado y realmente entendía el porqué de su agotamiento emocional.

Abrí con cuidado la puerta del automóvil y el chico abrió los ojos perezosamente, quiso levantarse pero lo calmé poniendo mis palmas sobre sus piernas.

—Tranquilo, todo está bien—hablé en inglés y el asintió volviendo a recostarse—Solo quería saber si querías comer algo o si prefieres descansar otro rato—susurré y el puso su gorra sobre su rostro.

Ahorita voy a comer, si quieres tú ya almuerza algo, debes tener hambre—murmuró y apreté los labios—dame un beso, ándale—levantó su gorra volviendo a ponerla sobre su cabeza y me incliné un poco en el asiento para cumplir con su capricho, el chico jalo de mi cuerpo tumbándome sobre el—quédate así un rato—suspiró y yo me abracé a él.

—Sabes que puedes decirme lo que sea, ¿cierto?—le pregunté y lo escuché confirmar con un sonido proveniente de su garganta.

—Solo es lo mismo de siempre, estuvimos con exámenes y proyectos. Sentí que no le ayude nada a mis abuelos, además...—bufó—mi papá tiene unos problemas allá en California, cosas con mi hermano, pero pues—sentí como jugaba con el listón de mi vestido—anoche le dije que no quería que me siguieran involucrando en sus problemas, ya no quiero tener toda esa mierda sobre mis hombros, siempre han sido malos conmigo y ya no quiero sentirme así—me abracé más a él.

—¿Y cómo te sentiste después de decirle eso?—pregunté.

—Sinceramente me quité un peso de encima pero...—talló su ojo derecho—es mi papá, ¿lo entiendes?—asentí—nunca voy a poder dejar de quererlo y solo me gustaría que fuera diferente pero ya acepté que eso nunca va a pasar.

—Y eso es bueno, al menos para ti, no quiere decir que lo odies pero te estás poniendo como prioridad después de que te lastimaron de una forma muy horrible—comenté—creo que no deberías sentirte mal o culpable, tú nunca les hiciste nada malo Ale...—me acomodé en su pecho mirándolo de frente y poniendo mis antebrazos cruzados sobre su pecho—puedes comenzar a vivir tranquilo, sin el miedo de que alguno de ellos esté cuestionando todo lo que haces, simplemente estás decidiendo ser feliz.

Me sonrió y alcanzo a besar mi frente.

Vente güera, vamos a comer algo. Ya no quiero hablar del tema, ¿va?—apreté los labios otra vez pero asentí, eran sus cosas personales.

Salimos del auto y posteriormente caminamos de la mano hacia el puesto donde el mejor amigo de Alexis se encontraba ayudando a su madre.

¡Mijo!—exclamó la mujer animada al mirar a Alex y después a mi—¡Mija!—sus ojos se iluminaron provocando que le sonriera y saludase con mi mano.—¿Qué van a querer?—nos preguntó—¡John, tómales la orden!

El amigo de Alexis limpió sus manos en el mandil y después sacó unas notitas junto a una pluma que por lo que veía, pertenecía a algún partido Político.

Órale pinche cabrón, ¿Qué vas a querer?—le preguntó a Alexis y antes de que pudiera contestar siguió hablando—nada más acuérdate que me rechazaste unas cervezas bien frías porque la morra te hiciera skincare, mamón—nos señaló con su pluma—espera una sorpresita en tus quesadillas—solté una carcajada mientras el chico rodaba sus ojos y ordenaba por ambos.

Nos sentamos en la mesa, la mamá del chico nos ofreció un poco de pozole el cual aceptamos gustosos y comimos con la mejor ambientación posible, los reproches de John hacia Alexis.

Oye mija, está re bueno el pay ese que nos vendiste, habías de traer más seguido—me comentó contenta y Alex me tradujo exactamente lo que dijo pues no entendí algunas palabras. Aún me confundía un poco pero era mínimo después de convivir con ellos a diario.

Oh, es la receta de mi...abuelita—dije emocionada y Alex asintió dándome a entender que lo había dicho bien—la mamá de Alex me ayudó mucho.

Después de nuestro buen almuerzo Alexis decidió acompañarme para terminar de vender los postres que habíamos preparado su madre y yo con la excusa de pasar tiempo juntos, pero la verdad era que el amaba pasear por el tianguis.

Cada vez que ofrecíamos algo, el chico se quedaba mirando ciertas cosas como juguetes, ropa o libros viejos por mi parte prefería mirar las reliquias que llegaban a tener, anillos antiguos y figuras de cerámica, de hecho compré algunas para llevarle a mi abuela y pudiera decorar la casa de Maywood.

Después de un rato habíamos terminado con las ventas por lo que decidimos recorrer un poco más el lugar pues no tardaban en recoger los objetos a la venta, pasamos por varios stands sin que nada nos llamara la atención y no fue hasta que encontramos una pila de libros, vinilos, cámaras fotográficas y aparatos de décadas pasadas que quedamos totalmente embobados.

Tomé entre mis manos algunas cámaras digitales, después admiré lo bonitos que eran los libros, reproductores y hasta relicarios que tenían en venta.

—Louise mira esto—llamo mi atención Alexis quien estaba a mis espaldas y cuando di la media vuelta cubrí mi boca en señal de sorpresa.

—¡No puede ser!—exclamé tomando aquel cassette entre mis manos—¡es "Spice" de las spice girls!—lo miré emocionada.

Ahí está tu rola—giro la cajita y asentí.

—Wannabe es de este álbum—comenté divertida—Dios es increíble—volví a ver la cajita.

Oye pa—escuché a Alex hablar y lo miré—¿Cuánto por este?—señaló el cassette.

Diez varos cuate—escuché que le contestaba y Alex sacó una moneda de su pantalón dándosela al vendedor—órale, disfrútalo—le hizo un saludo raro y después de eso nos marchamos.

El día había sido bastante productivo, la abuela de Alexis había comenzado a montar un altar en su casa pues estábamos en vísperas de "Día de muertos" como lo llamaban aquí, así que me ofrecí a ir en compañía de Alex para comprar fruta así su madre y abuela no se cansaban de más y podía comprar eso con mi parte de las ganancias de hoy.

Una vez estuvimos de vuelta en casa cenamos, tomamos una ducha y caímos rendidos ante el cansancio del día.

🇲🇽 | Guanajuato, México
28 de Octubre del 2023 | 11:40 a.m.
ʚ Louise  pov ɞ

Alexis se había pasado toda la mañana explicándome el significado de este día en su cultura, lo había ayudado a terminar de adornar su casa y su abuela me dio indicaciones sobre cómo poner ciertas cosas en el altar.

Hace un rato nos habíamos quedado solos en casa, habíamos terminado nuestra tarea pero seguíamos en el comedor. No fue hasta que comencé a escuchar explosiones afuera que Alexis se levantó de su lugar sin explicación.

—¡Louise ven!—escuché que gritaba desde la sala y me levanté de prisa para ir a su encuentro.

El chico se mantuvo frente al altar bloqueando mi vista de el, sostenía algo tras su espalda y sin soltar aquel objeto desconocido para mi, me tendió un encendedor que tome desubicada.

—¿Para qué es esto?—le pregunté y el suspiro.

—Hoy, conmemoramos a las personas que murieron de forma abrupta, Lou—me miró a los ojos y sacó de su espalda un porta retratos que se encontraba de espaldas—se que esto fue difícil para ti y créeme que no quiero faltarte al respeto pero lo hablé mucho con mi madre—suspiró dando un paso hacia la derecha dejando a la vista un portarretratos con la foto de mi madre en uno de los escalones del altar.

Cubrí mi boca con la mano regresando mi vista hacia el y después de asimilar la situación hable con un hilo de voz.

—Pero como...¿Cómo la conseguiste?—suspire acercándome hacia donde estaba su foto—se ve hermosa, nunca había visto esta—comente pasando mi dedo índice por el rostro de mi madre.

—Tu padre me ayudo, le conté la idea que tenia y no dudo en hacerme llegar una copia—carraspeo—quería que fueras parte de la celebración, que pudieras sentirte más cerca de ellos de aluna forma—fruncí el ceño al escucharlo hablar en plural.

—¿Cómo que más cerca de ellos?—pregunté desubicada.

—Si me permites, me gustaría que Milo formará parte de esta ofrenda—saco aquel objeto que mantenía tras su espalda y mis ojos se cristalizaron aun más al ver la foto de Milo con su jersey de americano, volví mi vista a Alex—pero si crees que fui muy intrusivo podemos...—comenzó a justificarse y negué.

—Es un lindo detalle, Alex—murmuré viendo aquella foto nuevamente—un muy lindo detalle pero, ¿sabes?—suspiré y limpié mis ojos con pena—creo que necesito cerrar este ciclo de una vez por todas.

"Me puedes ver
En mis pupilas no se puede esconder
La soledad que han ido recogiendo
A tu mirada no le puedo mentir"

Entonces mis ojos chocaron con los de él.

Estaba siendo sincera con Alexis y me estaba mostrando vulnerable con el desde el primer momento en el que me permití ser frágil.

Este detalle no me parecía intrusivo, mucho menos inapropiado o algo que tuviera como fin una clase de molestia de mi parte, si no todo lo contrario, él me estaba demostrando que me aceptaba aún después de conocer la historia de mi vida, él fue quien estuvo dispuesto a arriesgarse conmigo y ahora este detalle me parecía...un acto de amor incondicional.

"Fui una mujer
Que caminaba entre la vida y la muerte
En el amor yo nunca tuve suerte
Antes de ti, agoté todas mis lágrimas"

Puse la foto en el altar junto a la de mi madre, después de haberle dado a Alex un abrazo lleno de todas aquellas palabras que no salían de mi boca. Ambos encendimos las velas y después me dediqué a esparcir la flor en forma de camino, el chico me ayudó a poner algunas cosas que a Milo y mamá amaban comer, como palomitas, gaseosas y un par de extras que según Alex "les gustaría probar"

Ver la sonrisa que tenía en su rostro al mirarme hacia que mi estómago se revolviera sin piedad. Para mí nunca existió la opción de "reintentarlo" me cerré a la idea de que mi vida había terminado el día que mi primer amor fue enterrado, no conocía nada más allá de la tristeza y la desilusión, el estar a la defensiva y cerrarme a lo desconocido.

Me debía mucho a mi misma, le debía mucho a mi familia pero le debía aún más a Alex, porque el me hizo ver la vida con otros ojos, los ojos del optimismo y el "seguir adelante"

"Me puedes ver
Con claridad ahora soy transparente
Valió la pena todo, todo el conocerte
A olvidar, contigo lo aprendí"

Me había permitido ser real con el, mostrarle mi parte más humana, mi lado más frágil. Me permití ser transparente con el y a pesar de que me moría del miedo, demostró que aunque tuviera un millón de defectos sus sentimientos por mi nunca cambiarían y seguiría eligiéndome mil veces más si eso fuera necesario.

Lo sabía porque yo también lo elegiría a él.

Crecer y madurar después de un golpe tan fuerte a tan temprana edad había hecho que saltara etapas importantes de mi vida, cada vez que me daba cuenta que el sentimiento que tenía por el crecía me repetía mil veces que debía odiarlo por ninguna razón en específico por lo que me justificaba con su actitud y mente cerrada, hasta que eso desapareció y no tuve nada más con lo que escudarme.

Yo ya estaba perdidamente enamorada de él y no me arrepentía en absoluto.

"Y fui dejando atrás
Toda la tempestad"

Estaba enamorada y comencé a soltar las cadenas que me pesaban al caminar, solté mis miedos, le conté mis incertidumbres, regresé a terapia, me concentré en ser feliz y...él siempre estuvo ahí.

Solté todo lo malo, todos aquellos tormentos que no me dejaban vivir, los que se habían convertido en mi zona de confort con el paso de los años y me lancé al vacío.

Porque perder a mi primer amor no fue el fin del camino; al contrario, fue el inicio de un nuevo camino hacia encontrar al verdadero amor de mi vida y nunca imaginé que ese amor se presentaría en la forma del odioso chico de camisas hawaianas.

"No había nada... Antes de ti, mi amor"

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