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37.
DAMEN.
Necesito descansar. Han ocurrido demasiadas cosas en un día y para procesarlo necesito estar tranquilo y pensar muy bien en cual será mi próximo movimiento. Luca está furioso, pero aun así no permitirá que se le note y seguirá pensando en frío para no equivocarse. Mi mente debe estar en lo que llevo preparando once largos años, no puedo distraerme con una mujer.
Christian se recuperará, estoy completamente seguro y después de hacerlo encontrará a Federico para mí. Él merece pertenecer a mi lista. Ayudó a Luca, por su culpa nos encontraron y ahora yo lo encontraré a él, haré que desee estar muerto cuando sepa todo lo que voy a hacerle.
Camino por los pasillos y encuentro a Damon en la puerta de mi habitación. Cuando le veo se me hace muy difícil pensar que no es mi hijo, pero aún más difícil es creer que Luca lo pondría en bandeja de sí serlo ¿Por qué? ¿Por qué si se esmeró tanto en ocultarlo y hacerlo pasar por su hijo, me lo va a poner tan fácil?
— Quiero dormir chico, lárgate. —le digo, lo aparto para abrir la puerta y él no se mueve.
— Tenemos que hablar.
— Ve a hablar con tu padre o hermano.
niega con la cabeza y ríe. — Me interesa más hablar contigo.
Permito que pase a mi habitación. Él se sienta en la cama y observa todo con detenimiento. Pese a que no ha sido criado por Luca o por mí, tiene absolutamente todo lo que Novak me enseñó a mí.
— Habla.
— Se dicen muchas cosas de ti, Delko. —dice mirándome fijamente. — ¿Qué es cierto de todo eso?
— No presto atención a lo que se dice de mí.
— ¿Es cierto qué te acuestas con la mujer de mi padre? —pregunta. Realmente me parece ridículo que esté aquí preguntando esto.
— ¿Para esto estás en este lugar? ¿Te dedicas a cotillearlo todo?
— Digamos que me gusta conocer a las personas. Si eres capaz de estar acostándote con la mujer de alguien que puede rebanarte el pene si te descubre, también eres muy valiente o imbécil. —ríe— ¿Qué eres?
— Guardaespaldas.
— Quiero serlo yo también, veo que es muy divertido.
— Ve al grano de una vez, no quiero seguir escuchando tonterías de un adolescente. —le digo con seriedad y la sonrisa le desaparece. — No te importa si me estoy follando a Lilit o no ¡Ve al maldito grano!
— Tienes razón. Claro que no me importa lo que hagas con ella, te entendería si lo estuvieras haciendo. No me mires así, es preciosa y mi padre no debe satisfacerla. —me acerco a él y se pone en pie precavido. — Quiero saber todo lo que sabes, Delko.
— Tú eres el hijo de Novak, no yo.
—Sí, pero resulta que también se dice de ti que siempre estas en el lugar idóneo cuando ocurren las cosas. —sus ojos me miran fijamente. — No me puedes engañar, te he visto, he observado todo, sé que ocultas algo.
— Vete, Damon. No colmes mi pacencia.
Él ríe. Se marcha pero lo hace con una amplía sonrisa. Solo tiene catorce años, pero por como se expresa, por como calcula cada uno de sus movimientos y se permite avanzar hasta que cumple su propósito, es evidente que no es un adolescente cualquiera y es increíble. Se crio lejos de Luca, no ha pertenecido a este mundo hasta ahora y parece conocer mucho más sobre ello de lo que debería. No es un joven adinerado que lo único que quiere es dinero, fiestas e ignora de donde sale todo lo que goza. Es como yo cuando tenía su edad, pero sin la avaricia y la impulsividad. Es mucho más peligroso. Sabe donde y como pisar, de que manera actuar y estoy seguro que mataría sin un solo remordimiento. Novak no lo sabe, pero ha metido en su casa a un nuevo enemigo.
Me tumbo en el suelo boca arriba después de cerrar la puerta con llave e intento cerrar los ojos y descansar. Todo el tiempo los flashback me atormentan. He cometido un error que no debo perdonarme. No he regresado para dejarme llevar por el deseo hacia una mujer y me he dejado envolver por su belleza hasta el punto de olvidar para que vine aquí. Ella es muy peligrosa, más de lo que llegué a pensar y no me esperaba perder la cabeza. Me prohibí a mí mismo esto, me dije que nunca más volvería a tener una sola debilidad con la que Novak podría herirme. He tenido sexo con ella y no debería haberlo hecho porque ahora no podré permitir que nadie más vuelva a tocarla.
No debió permitirme cruzar ese límite, porque la obsesión de Luca no se acerca ni un poco a lo peligroso que es ser la mía.
Recibo una llamada, giro la cabeza, agarro el móvil y es un número que no tengo guardado.
LLAMADA TELEFONICA.
— ¿Sí?
— Hola. —es ella.
— Lilit, quiero descansar. —le digo en un tono muy frío.
— Algo está pasando en la habitación de al lado, no quiero seguir escuchándolo. —susurra.
— Entonces duerme.
— No puedo dormir. —suspiro. — No creo que Luca venga esta noche.
— Aprovéchalo.
— ¿Me abres la puerta?
Su pregunta provoca que me levante deprisa. Sí, veo la sombra de sus pies en la puerta. Ella esta ahí, parada esperando que le abra y no estoy seguro de que sea una buena idea.
— ¿Qué clase de juego estás jugando, Lilit? —pregunto aún en la llamada. — No me gustan los juegos.
— No lo sé, solo quiero dormir contigo. —susurra.
Está loca, demasiado loca y lo peor es que me está enloqueciendo también a mí. No descifro cuales son sus verdaderos pensamientos, dice una cosa y termina haciendo otra ¿Cómo se supone qué voy a saber cuales son sus próximos movimientos? Es completamente impredecible. Puede pedirme que no vuelva a tocarla y horas más tardes presentarse aquí, pedirme que le abra la puerta y dormir conmigo.
Cuelgo la llamada.
Abro la puerta furioso por sus impulsivas decisiones. La agarro del brazo y trato de llevarla hasta su habitación pero ella se resiste, lo hace con todas sus fuerzas e incluso consigue que la suelte y me enfrenta. Consigo llevarla hasta su cuarto, ella me mira furiosa y a mí me parece increíble.
— No vuelvas a venir a mi habitación. —advierto.
— No quiero estar aquí. No te estaba pidiendo que nos acostáramos, solo no quiero quedarme sola. —explica. — Hay demasiados hombres y están justo en la habitación de al lado.
Sí. Se escucha algo de jaleo en la otra habitación, pero dudo mucho que tenga miedo por ello. Realmente no quiero tenerla cerca, no ahora. Saco mi arma, se la dejo en las manos y me dispongo a irme, pero ella me lo vuelve a impedir y consigue enfurecerme mucho más. Después de todo todavía no he procesado la mayoría de las cosas que han sucedido y que no estaban en mis planes, eso me saca de quicio porque necesito controlarlo todo.
— ¿Qué es lo que no entiendes? —pregunto, la aparto y sus ojos me atraviesan. — No puede suceder más, por lo tanto únicamente soy tu guardaespaldas.
— Tampoco quiero que vuelva a suceder y no estoy buscándote para que se repita. Quiero que mi guardaespaldas me proteja de los hombres que están en la otra habitación.
No debería quedarme. Luca dejó de permitir que los demás se acerquen a ella desde hace semanas y nada ocurre sin su consentimiento. Solo quiere que me quede para seguir desviándome de mi camino.
Con la mano le pido que regrese a la cama, ella lo hace y se cubre con las sábanas. Decido sentarme en el suelo y solo esperar a que duerma para irme, porque estando despierta no me lo va a permitir. Echo la cabeza en la pared y el cansancio me obliga a cerrar los ojos.
Despierto horas más tarde porque los ruidos me impiden seguir durmiendo. Es cierto que hay gente en la otra habitación y que esta pasando algo porque se escuchan gritos, golpes y risas. Salto al otro balcón, me escondo para que no puedan verme y descubro lo que esta ocurriendo. Tomás se esta divirtiendo con uno de los guardias de la puerta de salida; lo golpea, corta y le obliga a beberse su propia orina. Con él se encuentra Damon que solo observa desde una silla.
— ¿Qué tanto te han hecho para que te desahogues así? —le pregunta a Tomás, que antes de responder bebe de su cerveza.
— Han querido matarme desde que entré y esto no estaría sucediendo si él no hubiera intentado tenderme una trampa. —le cuenta mientras ríe. — Se quien está detrás y muy pronto me encargaré de él.
— Stefan es uno de los hombres de confianza de mi padre, no será nada fácil.
— Se quien es Stefan, él iba a visitar al hombre que se suponía que era mi padre cuando yo era pequeño. —le confiesa. — Le daba dinero, mucho dinero y ahora creo que lo hacía para que siguiera torturándome.
— Se supone que eres hijo de mi padre, es posible que el dinero fuera para alimentarte.
Tomás ríe. Regresa al chico que estaba torturando, saca la navaja y le corta media oreja. Todo lo que hace lo disfruta, le encanta tener sangre en sus manos y eso también me recuerda demasiado a mí.
— ¿Y qué tiene que ver ella en todo esto? —le pregunta Damon.
— Cree que no lo se, pero fue la causante del disparo que recibió mi hermano. —confiesa e inmediatamente me doy cuenta de que esta hablando de Lilit. — Ha estado tranquila pensando que nunca me enteraría.
— Su muerte no fue causada por ella, fue Stefan.
— Ella le disparó. Mi hermano seguiría con vida de no ser por esa herida que lo dejó malherido. —insiste Tomás. — No me importa que sea la mujer de Luca, eso no me da ningún miedo.
Damon mira hacia mí. Desde el principio sabía que estaba aquí, pero no pretende avisar a Tomás, solo ha querido que escuche lo que él dice. Ahora quiere hacerle daño a Lilit, no ha dicho cuando, pero va a intentar matarla en cualquier momento y no puedo permitirlo. Quizás es Theo, y no puedo permitir que se enfrente a ella o que trate de poner su vida en peligro. No ahora.
Regreso a su habitación. Ella duerme profundamente, pareciera que se siente muy segura pensando que estoy aquí y no entiendo porqué. Para mí es tan fácil matarla, no me costaría ni me sentiría mal después de hacerlo. Se confía demasiado porque le dije que conseguía hacerme vulnerable, pero debió separar eso de la realidad. Un estúpido sentimiento no me hace incapaz de cortarle la garganta e irme.
Me dispongo a irme, pero me detengo cuando veo fotografías sobresaliendo de unos cajones. Los abro, las observo y me sorprende que después de todo lo que me ha contado aún tenga fotografías con sus padres. Definitivamente es idéntica a Dulce, solo que su pelo es más oscuro que el de ella y tiene lunares en el cuello que ella no tenía.
— Iba a quemarlas. —dice y me toma por sorpresa.
— ¿Por qué?
— Mi padre me dio a Luca a cambio de dinero y mi madre lo permitió. —dice, se recoge el pelo y se acomoda para sentarse en la cama. — ¿Cómo puedo seguir teniendo fotos de ambos?
— No lo sé.
— ¿Tú las tendrías?
— No tengo padres. —pongo la mano en el pomo. — Vuelve a dormir.
— Eres un cobarde ¿Lo sabías? —ríe. — Aunque no sé muy bien si eres más cobarde o egocéntrico ¿Por qué piensas que quiero repetirlo contigo?
— No me interesa si quieres o no.
Giro el pomo y me doy cuenta de que ha cerrado con llave en algún momento. No lo puedo creer. No puedo creer que pueda engañarme con tanta facilidad y que ni siquiera me haya dado cuenta de lo que estaba intentando hacer conmigo. Doy media vuelta, la miro con el ceño fruncido y ella empieza a reír. Lleno de furia me acerco, la agarro de los brazos y aún así ella sigue riendo como si nada de esto le importara ni un poco.
— Te dije que no quería que se repitiera y no se repetirá, pero odio que estés huyendo de mí. —me empuja—. Deja de pensar que quiero más, que no podré resistirme ¡No eres para tanto! Solo quiero que te quedes aquí y me protejas.
— Son Tomás y Damon, no van a hacerte nada, por lo menos por el momento.
— Tomás me odia.
— Sí, pero todavía no va a hacerte daño y si trata de hacerlo yo me encargo. —cruza los brazos.
— ¿Cómo? ¿En otra habitación? —pregunta. —Ni siquiera te importa lo que pase conmigo.
— No, no me importa.
Cojo las llaves, ella me sujeta y yo pongo una de ellas en su cuello, tan cerca que le hago un corte del que empieza a salir sangre. Ella me mira furiosa, empieza a golpear mi pecho tan fuerte que tengo que sujetarla como puedo con la otra mano. Reviso su herida, solo es un pequeño corte, levanto la mirada y ella me da un fuerte cabezazo que me obliga a soltarla. Cae en la cama, me empuja con sus piernas y yo se las agarro para inmovilizarla con mi cuerpo.
— Cobarde. —me escupe. — ¿Vas a matarme? ¡Hazlo de una maldita vez!
— ¡Debería matarte! —le grito, doy un fuerte golpe en el colchón y ella intenta golpearme. — Solo eres una distracción innecesaria ¡Una cara bonita!
— Pues adelante, no escucharás ni una sola suplica. —empieza a reír.
No debería, pero me enloquece demasiado que de repente se convierta en una mujer tan oscura, sin miedos y capaz de matarme si le dejo la oportunidad. Me excita demasiado como piensa, la manera en la que me enfrenta y se siente poderosa. Lo veo en sus ojos, en cada poro del cuerpo que he besado, en sus labios. . . veo lo poderosa que se siente teniéndome cerca.
— Suplícame.
ríe de nuevo. — Nunca.
Acerco mis labios a los suyos, le pongo las manos encima de su cabeza y las aprieto contra el colchón. Su respiración empieza a agitarse, pero no para de mirarme como si me odiara, tratando de disimular que en el fondo me desea tanto como yo la deseo a ella, porque haberla hecho mía no ha disminuido las ganas de tenerla y hacerlo una, otra, otra y otra vez.
— Deja de hacerlo. —exijo.
— ¿Qué?
— ¡Deja de hacerme esto! —exclamo. — No quiero tenerte cerca, no quiero que me hables y no quiero que me mires nunca más a los ojos.
De nuevo pongo la llave afilada en su cuello mientras sujeto sus manos con una sola mano, solo tengo que apretar un poco más y le cortaré el cuello. Mi mente grita; ¡Mátala! Ella me hace vulnerable y sin ella todo seguiría su ritmo sin más interrupciones, de esta manera no podrían utilizar nada para distraerme y me sería mucho más fácil.
Me besa. Lo hace mientras debato si debo matarla o no, de nuevo me toma por sorpresa. Sus labios se enredan con los míos hasta que suelto sus manos y rodeo su cintura al mismo tiempo que ella rodea mi cuerpo con sus piernas. Esto se nos sale de control. No puedo evitarlo. Quiero matarla pero sé que me arrepentiría solo por no poder tenerla entre mis brazos de nuevo. Me estoy volviendo loco. Trato de separarme de ella pero no puedo, nada podría separarme ahora. Toda la oscuridad y el odio que nos rodea se complementa e impide que me resista. Desde que la conocí debí tener distancia, porque lo sentí y no me detuve, seguí sin creer que el fuego podía quemarme.
Me separo de ella, pongo la mano en su cuello y empiezo a reír.
— ¿Qué? —pregunta jadeando.
— Eres mía. —respondo en un susurro. — Mía.
— Demuéstralo. —sonrío y mis manos bajan por su abdomen obedeciendo su petición.
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N/A: ¡Hola! ¿Cómo están? Espero que hayan tenido un buen fin de semana. Os traigo un nuevo capítulo que espero que disfruten. Los próximos traerán demasiada acción, por lo tanto disfruten de estos momentos de locura de nuestros protagonistas y claro, el próximo capítulo será uno de los más esperados ¿O no?🫣🫣 Como siempre déjenme sus comentarios y les estaré leyendo. 🥰🥰🥰🥰
P R E G U N T A S:
¿Tomás se esta convirtiendo en un psicopata? ¿Qué tiene pensado hacerle a Lilit?
¿Os hacéis una idea de quien puede ser Theo? 🫣
Damon se da cuenta de todo... ¿Cómo sabe tanto si fue criado lejos de Novak?
¿Damen se permitirá finalmente estar cerca de Lilit o cambiará nuevamente con ella?
¡OS LEO! 🌸
¡NOS LEEMOS EL PRÓXIMO LUNES O MARTES! 😚😚😚😚
Les quiere, RV. ❤️🩹