El Clan De Los Mártires

By Elenadubon03

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Siglo XVII Un siglo controversial en Japón en el cual marcaba el paso de la era Shogunato una era que traía c... More

Introducción
El Coraje De Los Cerezos
La Casa Del Bambú
Primero Lo Primero
Determinación
¿Es Correcto?
No están invitados
No están Invitados| Parte 2
La Primera Señal: Los Mártires Ocultos
Los Mártires Ocultos | Parte 2
Invasión Nocturna
Motivos

Un Forzoso Encuentro Y Una Nueva Desición

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By Elenadubon03

La puerta de la habitación se abrió al ser deslizada, el niño que recién se había levantado de su reciente descanso estiró sus brazos y bostezó para después salir, hace mucho que no había dormido tan bien.
Empezó a caminar por los pasillos de paredes y suelos de madera observando las puertas y rincones con curiosidad hasta que un bullicio del interior de la casa atrajo su atención.
Llegó hacia el sitio en dónde se escuchaban aquellas voces, deslizó un poco la puerta para darse cuenta que se trataba del dojo de la casa y no estaba vacío pues los muchachos estaban allí, con sus hakamas de entrenamiento mientras entrenaban con sus katanas haciendo ataques y técnicas todos formados en línea horizontal, cada uno en su puesto mientras que el maestro caminaba así observando sus movimientos.
El niño observaba maravillado los movimientos coordinados con las katanas, el filo cortaba el aire haciendo un sonido peculiar y satisfactorio, ahora lo sabía y más que nunca deseaba ser igual que ellos algún día.

Una orden del maestro fue todo para que ellos se detuvieran y guardaran sus katanas quedándose firmes hasta que el les dió otra orden por lo que todos hicieron una reverencia con respeto y se arrodillaron en el suelo sin moverse de sus puestos, dejando sus katanas en vainas frente a ellos.
Okamoto les empezó a explicar un par de cosas respecto a las técnicas y como debían mejorarlas para después apoyarse en su bastón y tomar la misma posición que los chicos solamente que frente a ellos quedando en silencio por un momento.

-¿Porqué no cruzas el umbral, Sanji? No hay presencia que te lo impida-
Dijo sin verlo aquel hombre mayor de forma tranquila.

Sanji se quedó paralizado al saber que el maestro ya estaba enterado de su presencia pero admitió que no fue muy discreto en el proceso, el niño asintió e ingresó al dojo acercándose tímidamente al grupo y haciendo una reverencia antes de posarse de rodillas como los demás formando parte de la fila como ellos.

-¿Has presenciado alguna vez un entrenamiento parecido?-
Cuestionó él maestro de forma curiosa.

-Ni siquiera he entrado a un dojo antes, maestro-
Respondió el niño con sinceridad.

El maestro lo miró por un segundo siempre con tranquilidad en sus expresiones.

-Pues este será el primer entrenamiento del que serás testigo-
Se alejó lo suficiente hasta dónde solía estar cuando presenciaba los entrenamientos.

Llamó a las dos chicas para que iniciaron un enfrentamiento a mano vacía, luego de que Shinobu fuera derribada por su hermana se llevó a cabo la otra parte del entrenamiento y Sanji estaba más que encantado al presenciarlo.

-Sanji, ¿Te parece si a partir de mañana empiezas a practicar para volverte uno de mis estudiantes?-
Esta vez Okamoto volteó hacia el mencionado quien casi se levantaba del suelo por la impresión.

-¿De...De verdad?-
Preguntó Sanji sin creerlo.
-¿De verdad me está preguntando eso?-
No creía que en realidad aquello estuviera pasando, volteó hacia los hermanos que ahora eran los suyos y los cuatro le sonreían como si lo estuvieran alentando.
-¡Si! ¡Me encantaría!-
Exclamó finalmente.
-Muchas gracias maestro-
Se levantó rápidamente para después hacer varias reverencias por agradecimiento.

Después de haber visto la reacción de esto el maestro sonrió medianamente, admiraba el sentido de gratitud y valoración del niño, ahora era como uno mas de sus protegidos.

-Tendrás que poner mucho esfuerzo de tu parte-
Le advirtió por lo que Sanji asintió.

-¡Me esforzaré! Lo prometo-
El niño puso una mano en su pecho como si estuviera haciendo un juramento.
-Me esforzaré y seré valiente-

Aún viendo al chico el maestro no dejaba de sonreír para después ver a sus discípulos que de igual forma sonreían tras la nueva propuesta y la determinación del niño.

-Bienvenido-

..

-¿Si recuerdas como se usan los palillos?-
La pregunta de Suichi hizo que todos voltearon hacia él.

Sanji paró de comer al escuchar que se dirigían a él, tenía la boca llena tanto que las mejillas se le inflaban, había sopa y restos de ramen en gran parte de su rostro que habían llegado allí gracias a sus ansias por comer misma que había demostrado al ser el tercer plato de comida que había repetido todos siendo devorados usando sus manos y olvidando por completo los palillos o al menos el agua para digerirlo todo.
El niño se limpió la boca con el torzo de su mano sin embargo no se sentía avergonzado pues no había motivos para sentirse así ya que nadie lo juzgaba sino que seguían comiendo con absoluta tranquilidad de vez en cuando riendo por la expresión del chico al reaccionar repentinamente.

-Debe sentirse bien comer después de tanto tiempo-
Le dijo Soshin mientras le limpiaba la cara al niño con un pedazo de tela que servía como servilleta.

-En lo absoluto-
Afirmó Sanji sin dejar de masticar y hablar.
-Es lindo comer algo que no solo sea apio y tomates a medio madurar-

-Eso es bueno y la comida aquí es mejor que en muchos lugares-
Explicó Shinobu mientras sacaba un poco de ramen con sus palillos.

-Es cierto-
Afirmó Shiro.

-Bueno, eso se lo debemos a ellas dos, no cualquiera posee sus talentos-
Está vez fue Okamoto quien habló mirando a sus dos protegidas con profundo aprecio.

-No es para tanto-
Respondió Shinobu sonriendo por el halago.

-Considero que cocinamos de forma regular como el resto de familias-
Le siguió Soshin de forma muy modesta.

-Excepto la familia Hanazawa, Dios...-
Dijo Suichi como si hablara de una gran tragedia.

-Eres muy malo-
Le reprendió Soshin.

-Pero sincero, ¿O no recuerdas que sus hijos preferían comer en otras casas?-
Está vez sonrió mientras defendía su argumento por lo que Sanji conuvo la risa.

-Todos sabíamos cuando cocinaba la señora Hanazawa al sentir ese olor-
Shinobu relató aquello como si se tratara de una anécdota clásica por lo que todos rieron.

-Tal vez tengan razón, pero son un poco groseros-
Admitió Soshin.

-Esta vez concuerdo con ellos-
Esta vez fue Shiro quien lo admitió.

-No puede ser-
Negó ella mientras sonreía.
-Maestro, ¿Usted que dice?-
Vió a su maestro quien comía pacíficamente.

-Mi silencio es más conveniente-
Opinó el sin dejar de comer por lo que sus alumnos volvieron a reír.

-Tengo que agradecer muchas cosas además de esta comida-
Finalizó por decir Sanji.
-No ser adoptado por los Hanazawa por ejemplo-
Eso último lo dijo con una sonrisa.

Las risas fueron interrumpidas por un par de toques en la puerta, hubo un silencio cada vez que aquello pasaba pues no estaban acostumbrados a visitas o simplemente ya temían por inercia de que fueran descubiertos.
En el recibidor el siervo abrió la puerta encontrándose con la agria visita de la señora Takahashi que con su sola presencia consumió la tranquilidad de aquella casa.

-Buen día señora, ¿En qué puedo servirle?-
Saludó amablemente el anciano haciendo una reverencia que fue respondida.

-Estoy buscando al maestro, ¿Se puede?-
Preguntó ella después de hacer una corta reverencia.

-Ahora todos están almorzando pero...-

-Deja que entre Misato, de todos modos ya hemos terminado-
Okamoto apareció detrás de su siervo por lo que este se sobresaltó de manera disimulada y luego asintió, hizo una reverencia y se retiró.
-Es un gusto tenerla aquí nuevamente señora Takahashi-

-Es un gusto para mí que usted sea el que se presente con mejor salud-

-¿A qué se debe su importante visita?-
Preguntó con una agria curiosidad.

-No será la única hora del día en que reciba mi importante visita-
Le explicó la señora abriendo su abanico.
-Le quiero avisar que en el atardecer volveré y con una notable presencia, nada más que con el pretendiente que encontrado para la jovencita-
Al ver el cambio rotundo en la mirada del maestro la señora carraspeó un poco intimidada para proseguir.
-Es una reunión arreglada en dónde usted podrá conocerlo, ella también y el resto de la familia. Él no sabe mucho de estos muchachos por eso será mejor-

El maestro se quedó en silencio, pensativo y muy serio.

-¿Pretende decirme esto ahora?-

-Mis más sinceras disculpas, el encuentro estaba planificado mañana sin embargo, el señor es un personaje distinguido en los negocios por lo que mañana mismo tendrá que salir de la ciudad por un asunto de su mercancía-
Explicó ella de forma convincente.
-Así que debe conocer a quien será su prometida esta misma noche-

Por una fracción de segundo Okamoto endureció su expresión exhalando silenciosamente.

-De acuerdo.... Traigalo-
Dijo sin más.
-Pero le advierto que si demora unos minutos más de lo acordado no será recibido-

-No debe ponerse tan áspero maestro-
Le dijo Takahashi con cierto temor.

-Esta casa tiene reglas y si él pretende ser parte de esta casa tendrá que apegarse a las mismas reglas-
Le dijo como si estuviera reprendiendo a uno mas de sus alumnos.

-De acuerdo-
Asintió ella con resignación.
-Estaremos aquí al atardecer, ni un minuto más ni uno menos-
Afirmó decidida.

-Buenas tardes-
Dijo él de forma cortante.

-Buenas tardes-
Respondió ella al momento que hacía una reverencia y se alejaba junto con su sierva.

El maestro vio como se marcahaban, apretando fuertemente su bastón decidió voltearse y volver hacia el interior de la casa en silencio encontrándose con los cinco muchachos de frente quienes lo miraban seriamente, era claro que estaban al tanto de la situación, los dos mayores parecían estar más serios mientras que Sanji estaba confundido.

...

El atardecer llegó y tal como lo había prometido la esposa del noble allí estaba ella, bajando de su carruaje llamativamente rojo y con adornos y detalles asiáticos con ayuda de sus dos siervos siempre siendo seguida por su fiel sierva que la acompañaba a todas partes y justamente detrás de su carruaje había otro con la misma pinta del cual bajaban dos siervos más y un hombre algo joven que parecía vestir con los mejores kimonos que podían existir, su cabello corto hasta la nuca estaba bien atado, era muy pulcro aunque su rostro y acciones demostraban un poco de arrogancia.
Tras pasar a la propiedad el joven hombre observaba todo con profundo interés era claro lo que quería.
Cuando ambos fueron recibidos en la puerta por el siervo ingresaron a hacia el salón principal siendo recibidos esta vez por el maestro junto con todos sus protegidos detrás de él, todos como acostumbraban a vestir cuando no entrenaban, usaban kimonos casuales, bien cuidados y de colores suaves.

-Tal y como prometí maestro, justo cuando el sol marca el atardecer-
Explicó la mujer con una sonrisa orgullosa teniendo al misteriosos joven a su lado.

-Bienvenidos-
Tras que el maestro dijera aquello todos hicieron una reverencia al mismo tiempo.

Los invitados respondieron haciendo lo mismo está vez siendo la señora quien sonrió.

-Les presento al señor Kasuga-
Takahashi habló alegremente mientras que el joven hacía otra reverencia.

-Mucho gusto, mi nombre es Isao Kasuga de la familia Kasuga elaboradora de aceites, sexto hijo de mi padre, creo que han escuchado de esta gran corporación más de una vez-
Se presentó él con orgullo y con cortesía siendo visto por toda la familia.

-Tal vez lo hayamos escuchado mencionar vagamente en el pasado-
Supuso Okamoto.

-Le presentaría a esta jovencita pero estoy segura que su maestro quiere hacerlo antes que yo lo haga-
Sonrió Takahashi.

-Ella es mi protegida Soshin Takeuchi, segunda hija del señor Takeuchi y por lo tanto una de sus primeras herederas, es mi estudiante también-
La presentó él maestro y ella se inclinó como saludo.

-Un gusto conocerlo señor Kasuga-
Saludó ella con suma educación.

-El gusto es mío señorita Takeuchi-
Sonrió Kasuga a lo que ella asintió.
-Es bueno saber finalmente quien es en persona mi futura esposa-
Aquella frase había causado un escalofrío en la chica quien solo volvió asentir.

-Que bueno que finalmente se hayan conocido, es un gusto, ahora es tiempo de conocerse más entre futuras familias-
Intervino Takahashi siendo vista por ambos.

....

Era curioso como el ambiente podía cambiar en cuestión de segundos, en la salón de convivencia en dónde no había más que tranquilidad y un silencio habitual ahora estaba invadido por personas ajenas al hogar las cuales estaban reunidos con toda la familia, reposando sobre sus rodillas con té, algunos aperitivos y agua que ya habían sido servidos sobre la mesa.

La señora Takahashi era una de las que más participaba en aquella charla pues era la causante de que todo ocurriera pero quién superaba su nivel de alardeo hacia su misma persona era el ahora conocido señor Kasuga que conforme más hablaba demostraba soberbia en sus palabras y de lo redundantes que eran sus siervos e inferiores al menospreciarlos aunque también se podía notar todo aquello en sus gestos.
Quien se había dado cuenta de eso desde el principio había sido Okamoto quien casi se mantenía callado hablando solamente cuando lo requería, quería ser cortés y no irrespetar el deseo de su protegida que ocultaba su incomodidad resultándole un poco difícil por lo que ella miraba su propio regazo para ocultarlo más.

Quién no ocultaba la profunda seriedad e inquietud que le causaba aquella visita era Shiro quien se mantenía un poco aparte del grupo siendo más bien como un vigilante que analizaba al visitante, leyendo sus movimientos, el hombre a veces notaba su mirada pesada pero hacía como si nada aunque le causara cierta inquietud.
Mientras que Shinobu parecía escuchar pero en su interior se fastidiaba completamente, deseaba pensar en otra cosa en lugar de saber que ese desconocido formaría parte de su familia.
Suichi parecía prestar atención a la charla que Kasuga sostenía de si mismo pero en realidad estaba pensando en maneras de como colgarlo de cabeza en uno de sus árboles y así tenerlo el resto del día, quería comprobar si de esa manera dejaba de hablar de sí mismo o tal vez sería necesaria una técnica de Jiujitsu, sonrió una fracción de segundo al pensarlo.
Sanji observaba todo sin saber realmente que pensar o que hacer, era un niño pero no le interesaba la aburrida plática de Kasuga que de vez en cuando era alagado por Takahashi, aquella señora ya le había dado una mala impresión y esta ni siquiera parecía haber notado su presencia cuando este ya era un miembro de la familia.

-Y como lo he mencionado anteriormente, la guerra de Heian Kyo a sido una verdadera influencia para las acciones de las otras ciudades-
Kasuga era el centro de atención tras sus palabras.
-Las dos grandes dinastías parecen pelear por un poder absoluto mientras que los demás pequeños clanes se dedican a apoyar a cualquiera de los dos. El señor Yokohama parece apoyar al clan de mayor dominio, siempre envía a sus tropas para ayudar y ellos a cambio protegen la zona Honsu de muchos rebeldes y miembros de los clanes que le hace la contra, las personas que los apoyan son muy mal agradecidos en mi opinión, no respetan las órdenes de su actual gobernante que de por sí es del clan dominante-

"¿Qué no son los del clan dominante los que se encargan de masacrar y esclavisar familias enteras? Tuve que suponer que este señor apoyaría ese movimiento, tiene una opinión muy rígida y cruel respecto a las cosas"

Pensó Soshin mirándolo de reojo.

-La corporación de aceite que manejo se ha visto un tanto perjudicada por incidentes menores a la hora de mover la mercancía fuera de la ciudad gracias a los insoportables rebeldes, el clan Sakurai protege mis bienes por lo que es justo de mi parte apoyarlos sin vacilar-
Habló mientras daba un bocado del onigiri que se le había preparado.
-Está de acuerdo, ¿No maestro?-

-Estoy de acuerdo únicamente con las leyes que favorecen la paz y la vida-
Habló sin más.

-Hay que estar consientes que el clan dominante busca promover lo que usted dice, pero nada se promueve solo con paz sino que la guerra es necesaria, son miles de hombres cuyas vidas caen con honor en el campo de batalla-
Explicaba teniendo algo de orgullo ante lo que se refería.

-He estado allí señor Kasuga, la sangre cae como lluvia y de igual forma el honor se olvida aunque muchos prefieran no notarlo para seguir con ese ideal de que muchos de los nuestros sacrifiquen sus vidas y que el honor es vigente aunque no queden ni sus huesos-
Las palabras del Okamoto eran tan serias como su mirada al momento de mencionar el campo de batalla, tenía un sin fin de recuerdos relacionado con la guerra, de hecho muchas de esas batallas las había combatido al lado de Miyazaki cuando aún Okamoto era parte del clan pero era claro que se arrepentía de haber formado parte de aquella élite.
-Yo también pensaba como usted hace tiempo-

Todos se quedaron en silencio, la incomodidad se notaba en Kasuga y en Takahashi quienes solo miraron al maestro de la misma forma y con algo de temor.

-De acuerdo-
Kasuga tenía las intenciones de cambiar de tema por lo que vio la oportunidad al darle otro mordisco al Onigiri.
-Que exquisito sabor, ¿Usted lo hizo?-
Esta vez su atención se desvío en Soshin quien dejó de servir té al notar que se dirigían a ella.

-Así es-
Afirmó.

-Es un gusto saberlo-
Sonrió Kasuga Pero fue borrando esa expresión al notar un par de marcas rojizas en los nudillos de la chica.
-Espero que eso no sea grave, ¿Son quemaduras?-
Preguntó con curiosidad y una aparente preocupación.

Ella se quedó en silencio por un momento.

-Mas bien.... Golpes-
Respondió con algo de nervios y estos no se disiparon al ver la expresión de desagrado de Takahashi.

Kasuga demostró su impresión al instante aunque con escepticismo y un poco de desdén.

-No tendrá que preocuparse por eso una vez que sea mi esposa, las artes marciales no serán su prioridad después de todo, no es muy apropiado que las doncellas o cualquier mujer en general se dedique a eso-
Dijo de forma tranquila aunque parecía estar ordenandolo.

-No se trata de cualquier mujer-
Intervino Suichi quien se había mantenido callado durante toda la reunión.

-Es complicado cuando es parte de su linaje-
Esta vez fue el maestro quien habló.

-Entiendo que las artes de combate son la base del componente de la guerra para defender lo nuestro, es el flujo de la vida de los honorables clanes y dinastías pero... ¿Seguir con un linaje que ya está prácticamente obsoleto?-
Kasuga demostró aún más menosprecio al decirlo de esa manera.

-¿Obsoleto?-
Cuestionó Shinobu sin creerlo al momento que detenía discretamente la mano de su mellizo quien se molestó tanto por aquellas palabras que estuvo a punto de quebrar una taza al apretarla con tanta fuerza que esta empezó a agrietarse.

-El señor Kasuga no quiso decir eso-
Takahashi intentó justificar las palabras de Kasuga e intentó ignorar la taza de porcelana que yacía agrietada.

-Ahora quisiera saber si tendrá respeto por los deseos y sentido de vida de mi protegida, ese es el verdadero asunto de real importancia por el que nos reunimos el día de hoy-
Habló finalmente Okamoto poniendo toda su atención en ambos invitados sobretodo en Kasuga.

-Es comprensible maestro, que antes que se lleve la propuesta a cabo crezca esa duda-
Dijo Kasuga con formalidad y dejando los palillos a un lado.
-Puede despreocuparse aunque eso implique no estar del todo de acuerdo con lo que usted llama ley de la paz y todas esas cosas respecto al respeto a la vida y eso....-
Mencionó aquello haciendo notar su carencia de importancia hacia lo que todos ellos creían.

-¿Insinúa que el respeto a la vida carece de importancia?-
Preguntó Okamoto un poco insistente y mirando a los ojos a Kasuga.

-No lo diría de forma tan áspera pero si todo lo que el clan dominante hace es para mantener un bien común es mejor que ocurran todos esos sucesos para continuar con el orden que los de arriba nos merecemos-
Cada vez demostraba más la carencia de empatía que poseía.

-¿Cómo viviría solo con orden pero sin paz, señor Kasuga?
Todos voltearon hacia Soshin quien habló finalmente levantando su rostro estando ella muy seria.
-Se lleva a cabo un balance, la paz y el orden, la vida con la muerte, el bien y el mal pero al parecer está de acuerdo con dejar que el balance se desequilibre a beneficio de los dominantes sin importar que otros sufran-
Explicó dejando al hombre impresionado por su forma de pensar y Takahashi no se quedaba atrás aunque parecía más bien algo molesta por como se había expresado.
A Soshin no le importaba, la falta de empatía de Kasuga había sido demasiado para quedarse callada.

El señor Kasuga se quedó un largo rato en silencio al momento que daba un sorbo de té que se le había servido.

-No sabía que tenía ese tipo de ideales, aunque no es de extrañarse-
Dejó la taza con té sobre la mesa tras decir aquello.
-Tampoco sabía que una mujer podría expresarse y pensar de esa manera, de verdad estoy impresionado aunque tengo deseos de que ese tipo de comportamiento se vayan consumiendo conforme avance el matrimonio-
Eso último lo dijo mirándola con cierta molestia.
-Hay que pensar en lo que nos conviene a ambos ¿De acuerdo? Su propiedad y mi negocio-
Explicó fríamente.
-Esa no es manera de como una doncella deba comportarse, el silencio es la mejor opción-
Le dió una advertencia áspera junto con una mirada de desdén, había sido claro, se trataba de una orden que le estaba dando como si ya fuese su esposa.

-Señor Kasuga-
Takahashi quiso suavizar la tensión riendo nerviosamente.

Pero Kasuga seguía con esa mirada de advertencia, queriendo implantarle miedo a la chica quien no podía creer lo que él había dicho.

-Sería mejor que se retractara de esas palabras ¿No cree?-
Todos voltearon hacia Shiro quien se había mantenido callado hasta ese momento, se dirigía a Kasuga de una forma tan seria y aunque no estaba alterado demostró su enojo.
-Si recuerda dónde está ahora ¿No?-
Le cuestionó sin preámbulos.

-Señor Takeuchi-
La señora Takahashi intentó tranquilizar la situación.

-En su propiedad-
Le respondió Kasuga al joven ignorando por completo a Takahashi.

-Así es, ¿Y a quien se a dirigido de esa manera?-
Volvió a cuestionar al invitado.

-A mi prometida-
Respondió Kasuga sin remordimiento.

-Mi hermana-
Aclaró el muchacho poniéndose aún más serio por lo que Kasuga alzó sus cejas con asombro.
-Es preferible tratarla con respeto sea cual sea la situación y mucho más si es en nuestra propia casa-
Aquellas palabras eran firmes y claras, tratándose de una advertencia más fuerte que la que Kasuga le había dado a Soshin.
-Y ni siquiera es su esposa todavía-

-Hermano....-
Intervino ella mirándolo con sopresa, no quería que se metiera en problemas.

-No fue mi intención ofender, veo que las situaciones llegan a ser complicadas cuando se habla mucho de un tema-
Kasuga demostró haber estado intimidado una fracción de segundo volviendo de inmediato a su tranquilidad habitual.

-No se preocupe por eso, a veces las situaciones llegan a ponerse así, es algo frecuente-
Takahashi ya no sabía cómo intervenir para que el ambiente no se tornara más pesado.

-Si es muy frecuente comprendo de dónde a adquirido la señorita este comportamiento, ninguna otra mujer se comportaría así y comprendo ahora el porque soy la última esperanza para que pueda desposarse-
Esta vez el hombre demostró aún más su desprecio, de una forma muy clara.

-No se sienta tan especial señor Kasuga, puede sentirse como la última esperanza para que mi hermana contraiga matrimonio y lo hará algún día, pero no con usted-
Respondió Shiro estando decidido.

-¿Qué?-
Cuestionaron sus hermanos al unísono y muy desconcertados.

-¿Qué dices?-
Kasuga estaba igual.

-¿¡Cómo!?-
La señora Takahashi parecía ser la más afectada.

-Maestro, se que usted tiene la autoridad sobre esta familia-
El primogénito se dirigió a Okamoto quien lo miraba de igual forma desconcertado.
-Sin embargo, reconozco que tengo algo de participación respecto a eso-
Finalizó por decir ante la mirada atónita de Takahashi y Kasuga.

-Se que tú eres el primogénito y tienes cierta autoridad como demanda la ley-
Reconoció el maestro analizando sus palabras.

-Maestro, ¿Está escuchando lo que dice este muchacho? ¡Gran disparate!-
La señora estaba alterada e incluso se levantó de la impresión.

-¿Que haces?-
Cuestionó en voz baja Soshin a su hermano tomándolo del brazo pues estaba a su lado.

-Previniendo que te condenes a una vida infeliz-
Le contestó de la misma forma, mirándola.

-Ya hablamos de esto-
Le pidió ella.

-Cambié de opinión-
Le dijo para después voltearse a su maestro nuevamente.
-En fin, Soy lo suficientemente consciente para saber lo que le conviene a esta familia y este matrimonio definitivamente no es lo mejor-

-No puede hacer eso Takeuchi-
Demandó Takahashi muy molesta con la piel de la cara enrojecida por el enojo.

-Según la ley si lo puede hacer-
Eso lo dijo Suichi con intenciones de apoyar a sus hermanos, y lo que decía era cierto.
-El primogénito tiene tanto poder como el encargado de una familia sobretodo si el patriarca de la familia a fallecido-
Explicó con calma.

-¿Eso es cierto, maestro?-
Preguntó la señora ya desesperada.

-Lo dice la ley-
Finalizó por decir Okamoto dándole la razón a sus protegidos.
-Y estoy de acuerdo con lo que él dice-
Miró al muchacho mayor quien inclinó su cabeza con agradecimiento.

-¡Esto es inaudito! ¡No pueden resistirse a un arreglo como este! ¡Ya está predestinado!-
Takahashi no estaba dispuesta a que nadie contradijera sus planes y se podía decir lo mismo de Kasuga quien no ocultó su enojo e indignación.

-Lo único predestinado aquí son nuestras decisiones-
Le respondió Shiro sin más.

-Nunca me he sentido tan humillado, aunque claro es preferible no tener que formar parte de una familia cuyo patriarca llevó a una provincia entera a la muerte y sus hijos son irrespetuosos-
Kasuga se levantó, diciendo aquello con profundo enojo sintiendo como si le habían golpeado el orgullo.
-De todos modos hay propiedades más privilegiadas que estas-

-No piensa retractarse señor Kasuga ¿O si?-
La señora trataba de que no renunciara al compromiso.

-Existen mejores pretendientes-
Respondió el hombre muy enojado con intenciones de ofenderlos.

-Lo mismo digo-
Esta vez fue Soshin quien se levantó de dónde estaba para enfrentarlo, ella estaba muy molesta por la ofensa que se le había dado a sus hermanos y padre fallecido.
-Me sentiré muy aliviada cuando deje esta propiedad-

Kasuga se sintió aún más humillado Pero no dejó que eso se notara lo suficiente.

-Pues así será-
Respondió él sin más.

-Entonces no pierda tiempo-
Terminó por decir el hermano mayor levantándose junto a sus otros hermanos con intenciones de despedir al señor Kasuga de su casa.

....

-Es increíble lo que acaban de hacer todos ustedes, sobretodo tu, sabes que las consecuencias son nada piadosas-
La señora Takahashi estaba alterada teniendo al conjunto de hermanos frente a ella, todos de pie en el salón de convivencia mientras los reprendía de la misma forma pero sobretodo al primogénito que no parecía impresionarse ante su alteración, el maestro observaba todo estando unos metros detrás de la señora.

-Pues asumiré la responsabilidad-
Le dijo él sin perder la calma.

-¿Y como piensas que harás eso?-
Lo cuestionó señalandolo con su abanico de forma recriminatoria.
-Él era el único pretendiente dispuesto a casarse con tu hermana, para el beneficio de esta familia-

-Tiene razón, pero tampoco soy tan inconsciente para dejar que pase el resto de su vida encadenada a un hombre que no la valoraría ni un poco-
Se cruzó de brazos sin intenciones de cambiar de opinión.

-Pues este es el mundo real, y ahora no hay forma que ustedes recuperen aunque sea un poco de su economía-
Volvió a alterarse la señora caminando de un lado a otro con desesperación.

-Pasaré el resto de mis días en el campo de ser posible, no importa-

-No es así de sencillo, ni aunque pierdas tus manos trabajando tan duro-
Dijo aquello moviendo sus manos con exageración.
-El matrimonio por conveniencia es la única salvación-
Lo miró a él y luego a Soshin quien espectaba la situación estando nerviosa.

Él por otra parte se mantuvo en silencio para después suspirar.

-¿Y tiene que ser ella necesariamente?-
Preguntó mirando a su hermana por un momento.

-¿Qué insinúas?-
Preguntó Takahashi sin saber a lo que se refería.

Apretó sus labios mirando fijamente a la señora como si se estuviera preparando para lo que iba a decir.

-Voy a tomar su lugar-

-¿Qué?-
Cuestionó él maestro al instante.

-¿¡Qué Dices!?-
Reaccionaron los mellizos al mismo tiempo

-¿Qué estás haciendo?-
Soshin lo cuestionó de igual forma sacudiendo su brazo tal vez así entraba en razón.

-Las consecuencias de un matrimonio por conveniencia son menos devastadoras para un hombre, por lo menos no nos tenemos que arriesgar a qué cualquiera de las dos pasen por un sufrimiento parecido-
Explicó el muchacho mirando a sus dos hermanas al referirse a ellas.
-Soy consciente de que no voy a desprestigiar a una mujer como muchos de sus esposos lo hacen hoy en día-

-No hagas esto-
Le suplicó Soshin sin soltar su brazo.

-Estaré bien, estaremos bien-
Le sonrió una fracción de segundo para tranquilizarla.

-¿Estás seguro de esta decisión?-
Le preguntó finalmente el maestro a quien todos miraron.

-Más que nunca-
Respondió con determinación.

Takahashi parecía pensarlo.

-No puedo contradecir nada respecto a tu decisión, no es como si estuvieras en contra de las leyes que se rigen-
Su molestia se fue disipando a medida que razonaba sobre la nueva decisión.
-Está bien, podemos llegar a un acuerdo respecto a ello-
Aceptó ella.
-En unos días les haré saber si he encontrado alguna pretendiente, aunque es lo más seguro, hay muchas doncellas desesperadas por salvar sus bienes-

-Entonces es un trato-
Finalizó por decir Shiro.

-Así es-
Afirmó ella estando muy conforme.
-Maestro, muchachos, me retiro-
Dijo finalmente para hacer una reverencia de despedida con intenciones de retirarse.

Y así fue esa noche muy temprano, cuando la señora se fue de la propiedad y una nueva decisión había sido acordada.

.....

-En serio, de verdad que eres impredecible y no solo para pelear-
Los papeles habían cambiado, ahora era Soshin quien reprendía a su hermano mientras ella caminaba de un lado a otro y él estaba recargado sobre la pared de brazos cruzados.

-Puedes sentirte libre de decir lo que quieras pero no cambiaré de opinión-
Le dijo estando totalmente inexpresivo.

-Me reprendiste a mi por tomar una decisión de esa forma pero tú haces lo mismo-
Lo encaró ella por lo que él ni se inmutó.

-Por eso no impido que me reprendas pero eso no implica que cambiaré de opinión-

-Es increíble-
Se alejó de él negando con su cabeza.

-Parece que todos están tomando decisiones importantes últimamente-
Dijo Suichi de forma irónica al entrar al salón en el que se encontraban.

-Una vez más Takahashi hizo de las suyas, ¿Cómo lo hace? ¿Cómo los logra sobornar tan rápido?-
Comentó Shinobu quién se encontraba allí desde hace unos minutos junto con Sanji quien solo era un espectador confundido.

-Muchachos, respeten su desición, tal y como hicieron con su hermana, él sabe lo que hace-
Les dijo el maestro que de igual forma entraba a la habitación siendo ayudado por el mellizo.

-No creo que sea tan necesario sacrificarse así, hay otra salida estoy segura-
Shinobu trataba de buscar una salida en la que ninguno de sus hermanos fuera obligado a hacer algo que no quisieran.

-Si, lo que hiciste con Kasuga estuvo bien pero.... ¿Esto?-
Suichi no encontraba nada de sentido ante la decisión de su hermano.

-No discutiré con ustedes, ya está hecho-
Finalizó por decir siendo visto de mala manera por los mellizos.
Luego de hacer una reverencia a su maestro se retiró del lugar.

-No puedo creerlo-
Negó Soshin con los brazos cruzados.

-Es obstinado, al igual que tu-
Dijo Okamoto con sinceridad siendo visto por la chica.
-Igual que tú padre-
Afirmó viéndola está vez a ella.
-No pueden retener algo que se lleva en la sangre-

Tras escuchar aquello la joven simplemente se quedó pensando en lo que su maestro le dijo, dió lugar al razonamiento una vez más y tuvo que aceptar que lo que él decía era cierto.

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