Invierno de colores

By Mari_p08

186K 14.8K 6.2K

LIBRO 3. SAGA «COX» Ethan es el prototipo de chico tímido que por lo general no tiene muchos amigos. Mack es... More

SINOPSIS.
UNO
DOS
TRES
CUATRO
CINCO
SEIS
SIETE
OCHO
NUEVE
DIEZ
ONCE
DOCE
TRECE
CATORCE
QUINCE
DIECISEIS
DIECISIETE
DIECIOCHO
DIECINUEVE
VEINTE
VEINTIUNO
VEINTIDOS
VEINTITRES
VEINTICUATRO
VEINTICINCO
VEINTISÉIS
VEINTISIETE
VEINTIOCHO
TREINTA
TREINTA Y UNO
TREINTA Y DOS
TREINTA Y TRES
TREINTA Y CUATRO
TREINTA Y CINCO
EPÍLOGO

VEINTINUEVE

3.3K 299 220
By Mari_p08

Querida Rapunzel

Luego de recibir año nuevo, podría decir que, a pesar de todo lo que había sucedido en mi vida, estaba pasando unos buenos días. Digo, conocí a la familia de mi novio que resultaron ser bastante amables, generosos, afectuosos y demás. Charlé con mis suegros, al parecer les agradé.

Y claro con Elliot y Alisson. Personas que me hicieron volver a creer en el amor, por cierto. El gemelo de Ethan luce en extremo enamorado, y sí, fue muy claro al decir que él también se ve así por mí.

Eso me saca una sonrisa cada que lo recuerdo.

Pasando las vacaciones, Ethan decidió quedarse unos días más aquí. Dice que no quiere volver tan pronto, sino que quiere estar conmigo lo más posible. Y como aún no empieza clases en la universidad, aprovechará para que estemos juntos. Por otro lado, su hermano y su cuñada sí se fueron más temprano que los demás, según porque tienen una boda a la cual asistir.

Sus padres se fueron días después. Y así fue como, después de la agradable visita, volvimos a nuestros días con normalidad.

Días que ya están por terminarse.

Aún siento algo en el pecho cada vez que pienso en que Ethan se irá y yo me quedaré. No he dejado de pensar en ello. Y eso me lleva a noches de insomnio en las que me es muy difícil conciliar el sueño.

No dejaba de reñirme. No sé bien por haber tomado esa decisión tan precipitada sin haberle contado a nadie más que a mi novio y mi mejor amiga, o quizás por no haber tenido la valentía de decirles a mis padres.

En mi defensa, tan pronto papá actuó como pensé que actuaría en todos los malos escenarios que logré imaginar, no pensé que mamá correría en mi defensa, y menos que amenazaría a papá con divorciarse.

No quiero ser la causante de que mi familia se separe.

Por eso, accedí a desistir de mis sueños.

Después de todo, no creo que sea tan malo.

O a lo mejor sí.

Saliendo de mis pensamientos, me puse de pie y me encaminé hacia la ventana de mi habitación. Moví un poco la cortina con tal de ver hacia la casa frente a la mía. Las luces se encontraban apagadas y parecía que llevaban así ya demasiadas horas. Por ello, tomé mi teléfono del escritorio y revisé la hora

12:47 am

Mierda, sí que era algo tarde para andar despierta.

Tomé asiento en la silla acolchada, usando el aparato para marcar el único número que tenía a la mano siempre.

Del otro lado, me respondieron al cabo de unos tonos

¿Hola? —su voz salió adormilada

—Lamento despertarte —me apresuré a decir—. Sólo pensé en ti, aunque entiendo que quieras colgarme, interrumpí tu sueño.

Tardó unos cuantos segundos

—¿Mack? Tú... ¿qué haces despierta a esta hora?

—No podía dormir.

Está bien —oí un bostezo—. ¿En qué pensabas?

—No lo sé con exactitud.

Escuché una pequeña risa de su parte

Linda, si vas a cortar mi sueño a la mitad, al menos podrías decirme qué era lo que no te dejaba dormir, ¿no lo crees?

Esbocé una pequeña sonrisa

—Es que... bueno, pensaba en las probabilidades de que entraras por la ventana de mi habitación a escondidas.

Ah... ¿hablas enserio?

—¿Tal vez? —titubeé, cerrando un momento mis ojos—. Vale, como tal no era eso lo que no me dejaba dormir, pero quizás si estás junto a mí podré... quizás sentirme más segura.

A ver si entendí —carraspeó—. ¿Le pides al chico que nunca ha hecho una travesura por nadie, que se arriesgue y se cuele a tu casa donde lo más seguro es que si tu padre se entera me mate?

—Puede que no suene bien si lo dices así, aunque deberías considerar que eres mi novio y es normal que hagamos estas cosas. Travesuras como las llamas.

Hubo un pequeño silencio

—Entiendo si te parece descabellado —continué—. Es que quiero estar contigo, sólo eso.

De nuevo, otro silencio

¿Lo está considerando? Diablos, creí que sería un no rotundo.

Moví mi pierna de arriba abajo.

Le di una mirada a mi puerta, en vano, considerando que todos dormían. Me levanté con el teléfono en mi oído y me apresuré a abrirla, al mirar por el oscuro pasillo y confirmar que no había nada fuera de lo común, volví adentro.

—¿Ethan? —pregunté en voz más baja—. ¿Estás ahí?

Escuché un sonido que no identifiqué

—¿Cuáles son las probabilidades de que no sepa trepar un árbol?

—¿Ya saliste de tu casa? —elevé ambas cejas

Estoy en eso. O... bueno, sí ya salí. De hecho, creo que deberías asomarte a tu ventana, querida Rapunzel.

Salí corriendo, abriéndola para poder sacar la mitad de mi cuerpo. Me sostuve fácilmente, mirando hacia abajo donde pude identificarlo. Allí, mirándome

Sonreí

—Estás loco —susurré

Eso me parece —murmuró, para entonces colgar. Lo vi guardar el aparato en su bolsillo y tantear la altura muchas veces

—¿Qué tanto estás pensando? —dejé el móvil sobre la mesa, sin importancia—. Ethan, ya estás aquí, ya no puedes arrepentirte.

—Sí, eso creo —sacudió sus manos—. Bien, aquí voy.

—No quiero ver que te caigas —volví a entrar

—¿Qué? —susurró

—Te espero, apúrate —le di la espalda

Creo que sí, estamos locos.

Mi sonrisa volvió con más ganas

Ethan, el que jamás se arriesga por nada, aquí estaba. Arriesgándose porque le había dicho que quería dormir junto a él.

Si eso no es amor, entonces no sé qué es.

Al cabo de unos segundos más, lo escuché terminando de entrar. Me apresuré a dar la vuelta, dándome cuenta de que me sonreía con la respiración acelerada, completamente dentro de mi cuarto

—Nunca pensé que el ejercicio fuese a ser necesario para mi vida diaria. —pasó saliva—. Ahora veo que sí. Por eso debí haber practicado algún deporte en mi niñez, ¿no te parece?

—Me parece que sí —me reí

—Qué bien —asintió—. Porque estoy dejando atrás mis principios sólo por ti, Mackenzie.

—Y por eso estamos enamorados —tomé sus manos, poniéndolo de pie. Por la diferencia de altura, tuve que echar mi cabeza hacia atrás—. No puedo creer que lo hayas hecho de verdad. Creí que lo tomarías como una broma.

—Todo lo que tú me dices lo tomo muy enserio. —colocó sus manos en mi cintura, acercándome a su pecho. Sentí un beso en mi frente—. De todas formas, harás que valga la pena si nos atrapan.

—Sí, lo valdrá.

Junté nuestros labios. Tuve que ponerme en puntitas para alcanzar, debido a que estaba descalza. Puse mis manos en su nuca y lo atraje a mí, sintiendo el roce de lenguas que dejó mi piel de gallina

Tenía al chico más atractivo del mundo como mi novio.

Tenía al chico más atractivo del mundo enamorado de mí.

Tenía al chico más atractivo del mundo en mi habitación.

Tenía a Ethan Cox

No puedo parar de pensar en lo afortunada que soy cada vez que estamos juntos. Y en que, pase lo que pase, no puedo permitir que nada nos separe. Después de todo, estoy segura de que nacimos para estar juntos.

Le quité la chaqueta y la dejé a un lado. Una vez se quitó también los zapatos y estuvo un poco más cómodo, nos subimos a mi cama y me acurruqué en su pecho como quien busca consuelo.

Quien busca unos brazos que la rodeen con seguridad.

Eso me proporcionaba él.

Mi respiración se ralentizó

Ethan dejó un beso en la cima de mi cabeza

—Extrañaré esto más que nada cuando me vaya.

Eso me envió cierta punzada en el pecho

—No hablemos de que te irás. —rodeé su torso con firmeza—. Me costará mucho dejarte ir.

—No tienes que dejarme ir —se rio—. Será por un tiempo. Seguiremos juntos no importa dónde.

—Es cierto —cerré mis ojos, acarició mi mejilla suavemente—. Ahora deberíamos dormir para levantarnos temprano antes de que alguien se dé cuenta de que te quedaste aquí.

—Tienes razón —susurró

—Dulces sueños, galán.

—Dulces sueños, linda.

Con esa pequeña sonrisa en mis labios, me quedé plácidamente dormida.

❄️

Algo estaba tocando mi puerta muchas veces.

Me removí, soltando un gruñido de molestia

Quien quiera que sea, seguro que no importa.

Podrá esperar.

—¿Mack? —reconocí la voz de mamá—. ¿Por qué le pusiste seguro a la puerta?

Mis ojos se abrieron abruptamente. Me levanté de un salto, mirando de lado a lado, estudiando el entorno para poder darme cuenta de dónde estaba. En mi habitación. Miré el pomo, moviéndose muchas y muchas veces intentando ser abierto, mi madre llamándome, la ventana abierta...

Y la persona debajo de mí, profundamente dormida.

Mierda.

Por un momento, lo había olvidado por completo

—Ethan —susurré, moviendo su mejilla—. Ethan, tienes que ocultarte. Mi madre está detrás de la puerta.

—Abuela... —me manoteó—. Déjame...

—No soy tu abuela —tapé su nariz con dos de mis dedos, en cuestión de segundos, abrió los ojos y empezó a buscar aire. Lo solté, mientras se acostumbraba al lugar donde estaba—. ¿Lo ves? Ahora entra al baño.

Pareció por fin caer en cuenta

—Maldición —se levantó corriendo

—¿Mackenzie? —me llamó mi madre

—¡Ya voy! —me puse mis pantuflas. Al ver que Ethan se había escondido donde le indiqué con la puerta cerrada, me apresuré a abrir la principal—. ¡Hey! Hola, buenos días.

Esta me frunció el ceño

—¿Por qué tardaste tanto?

—Ahm... porque intentaba... —pensé a toda velocidad—. Despertar, sí, ya sabes, estaba muy dormida. De hecho, aún tengo algo de sueño.

Pareció considerarlo por un segundo

—Vale —terminó por asentir—. ¿Me dejas pasar? Buscaré tu ropa sucia para lavar.

—Ahm... no es necesario —me mantuve en la misma posición, cortando su paso—. Yo... creo que lavaré mi propia ropa ahora. Es que he estado considerando que te esfuerzas en muchas cosas y es tiempo de que tome responsabilidad por algo tan... simple como lavar la ropa.

Entrecerró sus ojos

—Estás actuando extraño.

—Ehm... ¿me llegó la regla? —tanteé, arrugando las cejas

Ella pareció considerarlo, para entonces entender

—Ya veo —suspiró—. Bueno, tu desayuno está abajo. No tardes.

—En un minuto.

—¿Me acompañarás a hacer las compras esta tarde?

—¿En la tarde? —cerré un poco más la puerta—. Sí, quizás, sí.

—¿O quieres quedarte en la cafetería? Pensaba no abrirla, pero si quieres hacerlo tú, podría.

Asentí muchas veces

—Mejor me quedo.

—Bien, entonces me iré con Jonas —hizo el amague de dar media vuelta, aunque no se movió mucho—. Segura que no sucede nada, ¿verdad?

—En absoluto —respondí, dándole una sonrisa tranquilizadora

—Uhum... —entonces por fin, partió

Cerré, tomándome un momento para volver a respirar

Eso había estado cerca

—Puedes salir, ya se...—me corté de repente, al oír mi puerta volviendo a sonar. Giré, abriendo con algo de confusión

Mi madre me sonrió, para entonces ver detrás de mí

—¿Ethan, ya desayunaste? —preguntó

Contuve una maldición

Mi novio terminó asomando su cabeza de su escondite

—Aún no, señora.

—Qué bueno —me miró—. No seas grosera, Mack, que baje a comer antes de que salga por la ventana tal como entró.

Dicho eso, se fue tarareando una canción

Resoplé, quedándome en mi lugar

¿Qué demonios nos delató?

Sea como sea, ya no podremos arrepentirnos.

Una vez ambos estuvimos más o menos despiertos, bajamos los escalones. Oía a mamá tarareando una canción en la cocina cuando mi novio y yo tomamos asiento en el comedor. Jugué con mis dedos, Ethan miró de lado a lado con los labios presionados en una fina línea.

Jonas, parecía jugar con su muñeco sobre la mesa.

No había señales de Mike, y menos de mi padre.

En parte eso me alivió.

Mi madre volvió al cabo de unos segundos, dejó dos platos frente a nosotros, trajo el suyo junto con el de mi hermanito, y se sentó tranquilamente.

Soltó un suspiro, empezando a comer

Algo confundida, decidí hacer lo mismo, por lo que el chico a mi lado terminó imitándome y nos sumergimos en un silencio que sólo era interrumpido por el niño cuando hacía uno que otro sonido, moviendo su muñeco en una especie de pelea con un contrincante invisible

Tragué

—Ethan se tiene que ir —me adelanté, este asintió muchas veces antes de que el asunto fuese más incómodo—. Sus abuelos deben estar esperándolo.

—Cuando termine —animó, tranquilamente—. Vamos, Ethan, come algo.

—Es que temo que Mack tiene razón —murmuró, sin estar muy seguro—. Se lo agradezco, pero no quiero incomodar. Es suficiente con lo que hicimos... anoche —empezó a enrojecer—. No es que hayamos hecho nada grave, o sea sí fue malo, estuvo mal... no fue... ehm... grave, creo.

Mi madre sonrió, soltando una pequeña risa

—No actúen de esa forma —nos miró al uno y al otro—. No voy a regañarlos si es lo que piensan. Está bien. De hecho, ni siquiera estoy enojada.

—¿No? —pregunté con sorpresa, al verla negar, solté un largo suspiro de alivio—. Qué bueno, porque pensé que si...

—Sólo quiero hacerte una pregunta, Ethan.

—Claro —animó

Se puso seria de repente

—¿Tienes sexo con mi hija?

De inmediato se atragantó, comenzando a toser. Me quedé completamente quieta, con el rostro demasiado rojo, como si estuviera a punto de explotar. Mi novio tuvo que beber un poco de su café con tal de calmarse, aunque en un momento no pareció ser suficiente.

—Mamá...—intenté decir

—Porque si es así al menos quiero saber si se están cuidando —prosiguió, como si nada—. ¿Lo hacen, Ethan?

—Deja de avergonzarlo —pedí, revolviendo mi cabello

Quisiera cavar un enorme agujero y desaparecer

Eso es lo más humillante que haya vivido.

—Ahm... —el chico carraspeó—. Sí, lo hacemos.

—Qué bueno —asintió—. No es que no quiera ser abuela, sí quiero, pero en un futuro, ¿vale? Un futuro muy lejano.

—No tiene de qué preocuparse, nosotros... —me dio una mirada, como pidiendo ayuda—. Somos muy responsables... en ese aspecto, sí.

—¿Podemos dejar de hablar de ello? —imploré—. Ethan se tiene que ir, así que te agradecería si lo dejas salir antes de que le dé una especie de infarto, por favor.

—Vale, puedes irte —concedió, calmadamente

—Genial, lo acompañaré a la puerta —me puse de pie

—¿Puerta? —mi madre arrugó el ceño—. No, no vas a salir por la puerta. Saldrás por dónde entraste. Hablaba enserio.

—Mamá —le di una mala mirada

—¿Qué? —lo miró a él—. Espero que esto te sirva de experiencia para que entiendas, que la próxima vez que quieras pasar la noche con mi hija, uses la puerta, ¿vale?

Ethan tardó un poco, antes de asentir

—Iré... por la ventana, señora.

—Buena elección.

—Ehm... que tenga lindo día.

—Igualmente —sonrió, concentrándose en comer

Iba a decirle algo, pero me arrepentí.

Rodé los ojos, empezando a caminar bastante rápido. Él me siguió escaleras arriba, en completo silencio.

Genial.

Mil veces genial.

Y yo que pensé que mi madre era una mujer razonable.

Y termina avergonzándonos.

De la peor forma posible.

Gracias, madre, también te quiero y no sabes cuánto.

Tan pronto volvimos a mi habitación, cerré la puerta y me giré hacia él con una ceja enarcada. Pensó un momento, para acabar frunciendo el ceño

—¿Qué? —preguntó

—¿Somos muy responsables? —repetí—. ¿Es enserio?

—Lo siento, estaba nervioso.

—A la próxima mejor haz de cuenta que no oíste nada, ¿vale?

—Sí, perdón.

—Ya, olvídalo —me encaminé hacia la ventana—. Te veo en la tarde, ¿okey?

—¿Estarás en la cafetería?

—Sí, iré un rato. Quizás con Wendy y Mike, puedes pasar por allí.

—Vale —sentí como dejó un beso suave sobre mi frente—. Deséame suerte para saltar.

Me reí

—No la necesitas... oh, bueno, a lo mejor sí, mucha suerte.

No me dio una mirada muy feliz.

De acuerdo, algo se había podido rescatar de todo esto. Y es que sí, sí valió la pena a pesar de haber sido atrapados.

❄️

El lugar no estaba tan lleno como de costumbre.

En realidad, parecía que todo el mundo había preferido mejor quedarse en su casa debido al clima un tanto frío. Me despedí de mi madre y de Jonas cuando estos fueron en auto a hacer las compras. Le dije que me haría cargo de todo, por lo tanto, hoy estaba haciendo de jefa.

O algo parecido. Aunque mis empleados no prestaban mucha atención.

—Wendy, te dije que la mesa tres necesita servicio —indiqué

—Eso hago —respondió—. Estoy seleccionando los mejores muffins que tenemos. Pidieron tres, ¿okey? Voy en dos.

—¿Desde cuándo haces las cosas tan lento?

Me dio una mala mirada, no le presté atención, me fui con la mesa que quedó vacía, pasando un trapo sobre esta y recogiendo las cosas para botarlas. Eché la propina a mi bolsillo, sin contarla.

Al menos eran conscientes. Por fin alguien.

Es sorprendente la cantidad de personas que deja dinero extra por los servicios.

Exacto. Nadie lo hace.

Volví al mostrador, Wendy estaba sujetando el último muffin de la vitrina para sacarlo con unas pinzas, con sumo cuidado. Tenía una forma de un dinosaurio hecho de crema y si lo sacaba mal, lo estropearía.

Me quedé mirándola un momento, y en eso, la puerta se abrió tan bruscamente que le causó un respingo. Como consecuencia, el dinosaurio quedó sin cabeza.

Con la crema en el suelo.

Mi amiga lo miró fijamente, un tic nervioso amenazó su ojo

Por suerte, era Mike quien había terminado de ingresar. Se sentó frente a ella, con una radiante sonrisa que la chica no le correspondió

—Y... —canturreó mi hermano—. Hola. También me alegra verte.

Esta soltó un bufido, conteniendo el enojo

—Te amo, pero a veces me dan ganas de golpearte con lo primero que veo —tomó otro muffin de mala gana y lo echó en la bolsa. Entonces, se fue a la mesa que lo había pedido

El rubio me dio una confusa mirada

—¿Está en ese episodio que tienen las mujeres?

—¿Acabas de confundir la menstruación con bipolaridad?

Este quedó todavía más extrañado

—¿No es lo mismo?

Suspiré, negando con mi cabeza.

Que se encargue ella que es la única que puede soportarlo.

Me adentré a la cocina y revisé que todo estuviera en orden. No sé cómo mamá hace todo al mismo tiempo. Tiene un talento innato que espero que nadie le quite o estaríamos perdidos.

Yo sólo hago lo básico. Y siento que es demasiado.

Por suerte, los clientes se fueron satisfechos al cabo de unos minutos más, de manera que el lugar se fue vaciando poco a poco. Finalmente, sólo quedamos Mike, Wendy y yo.

Salí del área de empleados con un plato que puse frente a ellos. Era la mitad de un pastel de fresa. Ambos tomaron una rebanada y yo me senté sobre el mostrador, comiendo la mía

Limpié las comisuras de mis labios con una servilleta

El aire helado movió un poco las ventanas

—Uhm... —murmuré—. Parece que caerá una tormenta.

—Parece más que eso —respondió Wendy—. Deberíamos cerrar y salir antes de quedarnos aquí atrapados como el otro día en mi auto.

—Es una buena opción —me encogí de hombros

Oooooo —sonrió el chico—. Podríamos probar el nuevo sabor de donas completamente gratis.

Mi amiga asintió de inmediato

—Está para morirse. ¿Ya lo había dicho?

—Hagámoslo —animé

—Voy por ellas —saltó la barra fácilmente—. Mack, pon el letrero de cerrado.

—Okey —me bajé, haciéndole caso. Sin embargo, antes de que consiguiera llegar a la puerta, esta se abrió y alguien se adentró. Alguien que portaba un abrigo negro y su altura sobrepasaba mucho la mía

Me quedé quieta. Precisamente cuando se volteó

Sentí que el alma me volvía al cuerpo

—Hace frío afuera —sus dientes castañearon

—Ethan, ¿qué haces? —pregunté, acercándome. Había rastros de nieve en sus hombros—. ¿No leíste mi mensaje?

—¿Cuál mensaje? —frunció el ceño

Sonreí, negando

—Nada —tomé su mano para dejarlo en la mitad de la estancia. Entonces, cerré las puertas y puse el letrero de «cerrado». A pesar de que estaba segura de que no había nadie por ahí que quisiera entrar

Ethan se quitó el abrigo gracias a mi ayuda y lo colgué donde estaba el mío. El chico se frotó las manos, por lo que me apresuré a servirle un té bastante calentito que pudiera servirle.

Lo dejé sentado junto a Wendy. Mike salió segundos después con las supuestas donas. Le pasé la bebida a mi novio que me obsequió una sonrisa

—No era necesario —murmuró

—Oye, atravesaste el mal clima por venir a verme —dejé un beso en su mejilla—. Esto no es nada.

—Lo haría de nuevo —contestó, seguro

Dejé mi brazo en su hombro, pues, debido a que estaba sentado, teníamos la misma altura. Me mantuve a su lado, esperando mientras Mike terminaba de repartir las donas que quedaban. Aunque, sólo había tres.

Nos tendió la última en la caja

—Oye —me quejé

—¿Qué? —mordió la suya—. Wendy y yo no podemos compartir. Tengo que comerme una completa, ¿okey? Lo siento.

Bufé, tomándola para darle un mordisco

—Tú termina tu té —animé al chico

Este negó hacia mí

—Te guardaré, no te preocupes.

No dijo nada. Lo tomé como un sí.

Permanecimos en un pequeño silencio mientras tanto. No, tampoco me apetecía salir mucho, la lluvia ya había comenzado y con ella, algunos relámpagos que iluminaron el cielo y eso que recién había empezado el atardecer.

Quizás debimos hacerle caso a Wendy, el frío comenzó a ser una ligera molestia al cabo de unos minutos. Los chicos y yo acordamos esperar un poco para poder salir. De manera que, no teníamos nada que hacer.

Wendy y Mike desaparecieron en el área de servicio, por lo que llevé a Ethan a una de las mesas más alejadas de allí. Por la sencilla razón, de que quería privacidad. Al igual que mi hermano y mi amiga.

Él se sentó, así que me quedé en su regazo. Nos arropamos con mi abrigo que era el que más estaba seco. Y yo, continuaba con mi parte de la dona, mientras que Ethan había terminado la suya hace tiempo

—No sé cómo lo haces —murmuré

—¿El qué? —retiró un mechón de mi cabello para que no me estorbara

—Comer tan rápido.

—¿Cómo no iba a hacerlo? Literalmente me dejaste sólo cinco centímetros.

—No exageres —le puse mala cara. Dejó un suave beso en mi nariz—. Bueno, creo que me arrepentí. Es demasiado dulce.

Dejé el último trozo sobre una servilleta encima de la mesa

—A mí no me dejaste probar el dulce.

—¿No? —arrugué el ceño—. Claro que sí.

—No lo hiciste, Mack.

—Uhm... —pasé mi dedo sobre la crema, y entonces, la apliqué en mis labios como algún tipo de brillo labial—. Ahora sí puedes probarlo.

Su sonrisa volvió, la mía también.

Aprovechando que nadie nos veía, sujetó mi mejilla y me acercó a él. Tomó mi labio inferior entre los suyos, chupando. Saboreó, y entonces me dio un asentimiento para pasar a mi labio superior, haciendo lo mismo. En esta ocasión usó su lengua para saborear mejor.

Antes de que se alejara, lo mantuve ahí, poniendo mi mano en su nuca. Esta vez nos besamos con suma lentitud. Mis ojos se cerraron, dejándome llevar por el montón de mariposas que revoloteaban en mi estómago por esta acción. Fue largo, aproveché cada segundo para no permitirle apartarse, hasta que tuviéramos suficiente del otro.

Bueno, eso estaba un poco complicado.

Me acomodé mejor en sus piernas, sus brazos rodearon mi cintura y mis manos jugaron con las hebras de su cabello, tirando suavemente. Hasta que el aire se nos terminó.

Me separé con delicadeza, oyendo un pequeño chasquido cuando nuestros labios terminaron de alejarse

Le sonreí, al igual que él a mí

—¿Qué te pareció? —pregunté, curiosa

Me dio un ligero asentimiento

—Es... lo mejor que he probado en mi vida.

—¿De verdad? —elevé una ceja

—Aunque necesitaré de más muestras para poder descifrar todos los ingredientes.

—Eso podríamos solucionarlo —jalé levemente el cuello de su suéter. Me abracé a él, dejando mi cabeza en su hombro—. Eres muy fácil de amar, Ethan Cox.

Sentí su corazón empezar a latir más rápido.

El mío lo acompañó.

—Es curioso que me lo digas. —susurró

—¿Por qué? —volví a conectar nuestras miradas

Su nariz rozó la mía en una suave caricia

—Porque yo te amo.

Acaricié su rostro con mis nudillos, soltando un largo suspiro.

Eso era lo que quería oír

—¿Y qué me dices tú? —animó, pasando saliva—. ¿Me amas, Mack?

Le brindé una sonrisa exactamente igual. Sabía que lo hacía a propósito. Le gustaba que se lo dijera muchas veces. Asentí en respuesta.

—Te amo —aseguré, en un murmullo

Felizmente, sujetó mis mejillas para volver a besarme

Ahora sí podía clasificar este día como el segundo mejor día de toda mi vida. El primero, tal como este, había sido también por su causa.

El momento se cortó tan pronto oí pasos acercándose. Me alejé, poniéndome de pie para sacudir mis manos sobre el delantal que sorpresivamente no me había quitado. Lo hice, dejándolo sobre la mesa. Ethan terminó con mi abrigo rosa en sus hombros

Wendy se asomó de la cocina

—Chicos, tienen que ver esto. Están saliendo noticias sobre la tormenta. ¿Y si se pone peor?

—Creo que has visto demasiadas películas sobre catástrofes naturales.

—No, enserio —juró—. Vengan a ver.

Con un suspiro, me encaminé hacia allí con mi novio siguiéndome. Tomé su mano, llevándolo detrás del mostrador hacia el área de empleados. Mike estaba intentando conectar mejor la vieja antena del pequeño y antiguo televisor que teníamos allí

—No creo que funcione —miré por la ventana—. Vean, ya está parando de llover. Deberíamos mejor salir.

—Sh —ella me cortó

Puse mala cara

Al cabo de unos segundos, por fin Mike pudo arreglarla, aunque la imagen salía algo borrosa, lográbamos ver lo suficiente

Siguen los accidentes en las autopistas que no lograron cerrarse antes de que la tormenta iniciara. Hasta ahora se reporta un motociclista herido por el choque contra un vehículo, afortunadamente no hubo muertos. Por otro lado, se confirma que en la vía más transitada un auto perdió el control y rodó varios metros, debido a las fuertes lluvias. Las autoridades buscan heridos, les daremos información más adelante. Aquí imágenes de lo sucedido.

Mi ceño se arrugó a medida que observaba. Por alguna razón tenía una ligera punzada en el pecho y cierto grado de preocupación que no comprendí.

En ese momento pude recordar que mi madre había ido de compras con Jonas justamente cuando el clima empeoró.

Esto no puede ser.

Sí que era claramente lo que pensaba. Porque ahí en la pantalla, pude identificar a la perfección el auto volcado que había salido de casa hace tan sólo unas horas. 





*

Sé que quizás pensaban que habría otra interacción entre Mack y la familia Cox, pero recuerden que esta historia es de baby Ethan, por lo que quizás lo veremos mejor más adelante. 

Y para quienes esperaban algo sobre Eloise, y Jonas, recuerden que la pequeña de la familia tendrá su historia, que por cierto, conoceremos mejor cuando esta se termine:((:

Estamos en la recta final, quedan sólo seis caps. 

¡Gracias por leer!

Instagram: mar_.watt

<3

Continue Reading

You'll Also Like

7.7K 535 9
Las platicas Vs Nosotras (Latinas) Las amarillas Vs Nosotras (Las morenas - Latinas) Las rectas Vs Las que tienen curvas -(Nosotras) Latinas Vs Grin...
5.4K 244 15
𝙉𝙤 𝙨𝙤𝙮 𝙙𝙚 𝙙𝙖𝙧 𝙨𝙥𝙤𝙮𝙡𝙚𝙧𝙨...
6.6M 319K 104
El prominente abogado Bastian Davis conocido como "El Lobo de Minnesota" ha decidido casarse con unas de las hijas de Rob Walton y todo para unir fue...
43.3K 3.1K 34
Dicen que solo hay un paso del odio al amor. Y bueno Amelia y Adrián son la prueba de eso, pero cuidado no todo es tan fácil. Aunque los dos tengan c...