Seokjin
—Oh , oh, sí—, Emily gimió en voz alta mientras rebotaba en mi polla. —Justo ahí. Eso es.
¿Se llamaba Emily? ¿O era Emma? ¿Evelyn? Estaba seguro de que comenzaba con una E.
Joder. Lo que Jungkook había dicho antes sobre mí follando y huyendo realmente me había tocado la fibra sensible. Por qué, no lo sabía. No era como si no supiera eso sobre mí. Yo fui quien invitó a estas mujeres a regresar al hotel, sabiendo muy bien que nunca las llamaría.
Mi mente vagó, preguntándome qué estaría haciendo Jungkook en ese momento. ¿Había salido a pasar la noche fuera? ¿Quizás a un bar gay con Arlo? Sabía que a él le gustaba hacer eso a veces.
—Hey. —Una pequeña mano golpeó mi estómago. —¿Qué pasa contigo?
Hice una mueca. ¿Qué pasaba conmigo? Tenía una chica sexy montándome y, en lugar de concentrarme en ella, estaba pensando en mi mejor amigo.
—Nada —dije, envolviendo mis manos alrededor de sus caderas y empujando hacia arriba. Mi polla obviamente dio en el lugar correcto porque su cabeza cayó hacia atrás con un gemido agudo.
Continué follándola, tratando de concentrarme en sus firmes tetas rebotando en mi cara.
¿Jungkook hablaba en serio acerca de encontrar un novio? Él había tenido alguna que otra aventura, pero nunca duraron mucho. Odiaba esos tiempos. Claro, quería que Jungkook fuera feliz... pero nunca había sido bueno compartiendo. Especialmente en lo que a Jungkook se refería.
Si él tuviera una relación comprometida, ¿qué pasaría con nosotros? No podía imaginarme a un novio siendo feliz con que Jungkook y yo pasáramos todo nuestro tiempo libre juntos. O sintiéndose bien con la forma en que interactuamos en el escenario.
Sabía que no me gustaría si Jungkook fuera mi novio. Lo querría todo para mí. Emma... Emily... Evelyn, como carajo se llamara, resopló y se levantó de mí. Joder, había dejado de prestar atención otra vez.
—¿Adónde vas?
Estaba tirando de su vestido con movimientos bruscos.
—Tú no estás enfocado en esto. Estoy fuera. Siempre quise follarme a una celebridad, pero no me imaginé que sería esta mierda. Es como si ni siquiera estuvieras aquí.
El comentario de la celebridad me dolió, lo cual fue ridículo. Literalmente la había elegido entre la multitud para una aventura de una noche.
—Si estoy disfrutando esto.
—¿En serio? —Abrió la puerta dramáticamente—. Intenta decirle eso a tu pene.
Hice una mueca cuando la puerta se cerró con fuerza detrás de ella antes de mirar mi polla. Yacía flácida entre mis piernas, ni una pizca de diversión en ella.
—A la mierda mi vida. —Me quité el condón y lo arrojé a la basura. Nunca antes me había ablandado mientras una chica sexy me montaba.
Conociendo mi suerte, estaría en todas las redes sociales antes de que despertara.
Con un suspiro, apagué la lámpara y rodé sobre mi costado. El estúpido Jungkook se estaba metiendo en mi cabeza y arruinando mi diversión. Estuve tentado de llamar a su puerta y obligarlo a pasar el rato conmigo.
No, me dije a mí mismo con severidad. Puede que no esté solo.
Fruncí el ceño en la oscuridad al pensar que mi mejor amigo podría estar teniendo sexo cuando sin darse cuenta me había bloqueado la polla.
Justo cuando estaba flotando en la delgada línea entre la vigilia y el sueño, se deslizó una pregunta errante. ¿Qué posición tomaba Jungkook en el dormitorio? Tener tres compañeros de banda queer significaba que sabía más sobre sexo gay que el hombre heterosexual promedio.
Tenía que ser un top, pensé adormilado, mientras mis párpados se cerraban.
Me quedé dormido con la imagen de mi mejor amigo taladrando a alguien, con mi polla rígida como el acero entre mis piernas.
🎸🎸🎸🎸
Me senté muy erguido en la cama, con las sábanas empapadas de sudor. Las mantas estaban enredadas alrededor de mis piernas. Una figura familiar se cernía sobre mí. Cerré los ojos con fuerza.
Es un terror nocturno. Me dije a mí mismo. No es real. No es real. No es real. No me detuve a pensar. Tomando una bocanada de aire, agarré mi teléfono.
No podía ver la pantalla a causa del miedo, pero mis dedos sabían qué hacer.
Jungkook contestó después de un solo timbre.
—¿Seokjin?
Gemí, olvidando cómo formar palabras. ¿Por qué no estaba aquí ya?
—Mierda, ya voy. —Oí un crujido de fondo, seguido poco después por el portazo—. No es real, Seokjin. Lo prometo.
—No puedo salir —gemí, todavía atrapado en mi pesadilla.
—Te sacaré —dijo. Ahora podía oírlo correr, sus pies golpeando las escaleras—. Ya voy. Lo prometo. Espera, ya casi llego.
Me concentré en su respiración y cerré los ojos una vez más. Se escuchó un pitido cuando la puerta se abrió y dejé escapar un suspiro tembloroso cuando las primeras lágrimas comenzaron a caer.
Jungkook siempre tenía la llave de mi habitación por esta misma razón.
Jungkook estaba allí antes de que mis lágrimas tocaran la almohada. Como había hecho cientos de veces antes, levantó mis mantas y se deslizó a mi lado. Dejé que me tomara en sus brazos y me presionara contra su pecho. Dejé que su gran mano acariciara mi nuca como si fuera un niño destrozado que necesitaba consuelo.
Porque eso era lo que yo era. No importa la edad que tuviese, ese niño roto permanecía dentro de mí. El niño que había sido traicionado. El niño que había tenido que crecer demasiado rápido.
Pero tal como lo había hecho desde el día en que se dio cuenta de lo que estaba pasando, Jungkook me abrazó fuerte. Me prometió que las cosas mejorarían.
Lo harían. Tenían qué.
En aquellas pequeñas y oscuras horas era difícil recordar qué había cambiado. Que ya no era ese niño aterrorizado. Que era sólo una pesadilla, un reflejo torturado de lo que solía ser mi realidad.
Jungkook continuó murmurando en mi oído, su agarre inflexible. Enfocándome en su voz, dejé que me centrara. Que me recordase que esta era mi realidad actual.
Al final, como siempre ocurría, las lágrimas se redujeron a nada. La oscuridad volvió a retroceder mientras el sueño se hizo cargo.
🎸🎸🎸🎸
La siguiente vez que me desperté, ya no tenía todos los efectos secundarios. La oscuridad había huido, llevándose consigo el miedo aparentemente insuperable de la noche anterior.
Años de terapia me habían ayudado a llegar al lugar en el que me encontraba hoy. La terapia y Jungkook.
Había cumplido su promesa. Primero cuando éramos adolescentes y luego todos los días desde entonces.
Sinceramente, no sabía dónde estaría sin él. No me gustaba pensar en eso. Era un camino demasiado oscuro para recorrerlo. La oscuridad todavía aparecía de vez en cuando, pero la luz de Jungkook fue suficiente para desterrarla a las sombras.
Mi cabeza descansaba sobre el hombro de Jungkook, su brazo sobre mi cadera. Algunos hombres heterosexuales podrían asustarse al despertarse acurrucados con otro hombre. Pero este era Jungkook . Todo con él se sentía... bien.
No me moví, aprovechando la oportunidad para estudiarlo. Normalmente, era cauteloso, siempre reteniendo una parte de sí mismo. No importa lo que intentase, nunca pude desentrañar esa última parte de él.
Pero mientras dormía, sus secretos desaparecieron. Su rostro estaba relajado. Las siempre presentes líneas de expresión se desvanecían en la nada. No se podía negar que era un hombre hermoso. Honestamente, no entendía cómo no tenía una cola de fans esperando para acostarse con él después de cada show.
Si lo hiciera, no te estaría abrazando así ahora, ¿verdad?
Fruncí el ceño, moviéndome ligeramente. Eso no era cierto. Estaba seguro de que Jungkook no dejaría que nadie se interpusiera entre nosotros.
¿Ni siquiera el hombre que sostenga su corazón?
Mi cambio despertó a Jungkook. Bostezó ampliamente antes de que apareciera un pequeño ceño en su rostro. Me miró adormilado. Pude decir el segundo exacto en que se dio cuenta de que me estaba abrazando. Todo su cuerpo se puso rígido como una tabla.
—Buenos días —dije, tratando de aliviar algo de la tensión que irradiaba— .Gracias por la noche anterior.
—Eh, de nada. —Su voz era tan ronca por la mañana, como grava seca al ser rastrillada—. ¿Estás bien ahora?
Asentí, mi sombra de las cinco en punto arañando la piel de Jungkook.
—Sí. Lamento haberte despertado.
—Está bien —dijo Jungkook rápidamente, su mirada solemne sobre mí—. No me importa. Ya lo sabes.
Antes de que pudiera decir algo más, Jungkook sacó su brazo y saltó de la cama. Se movió tan rápido que mi cara golpeó el colchón, haciéndome soltar un pequeño uf.
Jungkook ni siquiera miró hacia atrás, apresurándose hacia el baño y cerrando la puerta detrás de él.
Cuando salió unos minutos más tarde, yo estaba sentado y apoyado contra la cabecera.
—Sabes, cualquiera pensaría que eres el heterosexual si pudiera ver cómo huyes después de despertarte conmigo.
Jungkook puso los ojos en blanco y se acercó a mi máquina de café.
—Dices eso como si quisieras seguir acurrucándote.
—No me importaría —resoplé antes de contenerme. ¿Qué me pasaba? ¿Por qué estaba actuando tan dolido?
No pude evitarlo. Me sentí... rechazado.
Jungkook se volvió hacia mí, recostándose contra la mesa de la consola con sus grandes manos alrededor de su taza.
—¿Necesito recordarte que eres heterosexual? Querer acurrucarse con otros hombres no es exactamente hetero.
Algo en su tono me molestó. Era como si él estuviera... desafiándome de alguna manera.
—Guau. Hablando de suscribirse a la masculinidad tóxica.
Jungkook no respondió más que levantando una ceja mientras tomaba un sorbo de su café.
—Tengo confianza en mi sexualidad —dije, incapaz de evitar morder el anzuelo—. Querer el afecto de un amigo no cambia eso. Si vamos por la ruta tóxica, te recordaré que lo que estaba haciendo en esta cama hace unas horas demuestra que soy muy heterosexual.
Jungkook me miró fijamente, su rostro totalmente inexpresivo.
—¿Te la follaste en esa cama?
—Obviamente. —Quiero decir, ¿qué más esperaba? En realidad , la gente no se follaba contra las paredes ni sobre las mesas. Esa mierda sólo existía en libros y películas—. ¿Dónde más la habría follado?
Jungkook puso su café apenas tocado en la mesa auxiliar, dándome la espalda. Sin camisa, podía ver cada músculo tenso de su ancha espalda.
Por alguna razón, deseé poder recuperar mis frívolas palabras. Jesús, ¿cómo me sentiría si Jungkook señalara que se había follado a otra persona en las mismas sábanas en las que yo había dormido? Aparte de cualquier otra cosa, era simplemente de mala educación.
Había una sensación asquerosa en mi estómago, deslizándose por mis venas mientras los músculos de Jungkook se anudaban más fuerte.
—Jungkook, yo...
—Necesito prepararme —me interrumpió, ya caminando hacia la puerta—.Te veré en la prueba de sonido.
—Espera —dije, luchando por ponerme de pie. Las sábanas se retorcieron alrededor de mis piernas, ralentizándome. Maldije mientras luchaba por liberarme—. Jungkook, ¿podemos...?
El sonido de la puerta al cerrarse me dijo que ya era demasiado tarde.
*/ Ayy Jin,.realmente eres o te haces 😒🤦🏼♀️*/