EPILOGO

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Jungkook

Seis meses después

—¿Dónde te enteraste de esta sala de escape?

—Es nueva. —Seokjin prácticamente se erizó de emoción mientras nos conducía a través del polígono industrial hacia una unidad en la parte trasera—. Acaba de abrir.

—Mm-hmm —dije dubitativamente, mirando a nuestro alrededor. La presencia de Rhys y Dylan calmó mis preocupaciones. Después de nuestra declaración en el escenario, no pudimos salir de la casa sin varios guardias de seguridad. Medio año después, la presencia había disminuido. Pero aun así, no corríamos ningún riesgo.

Más vale prevenir que lamentar. Dylan se puso a mi altura. Mi otrora alegre guardia ahora llevaba una máscara de estrés en todo momento.

—¿Cómo está Sadie?

Se sobresaltó ante mi pregunta, sus labios se estrecharon en algo que casi parecía una sonrisa.

—Ella está... bien. En realidad, cada día es más o menos igual que el anterior.

—Lo lamento. —Extendí la mano para apretarle el brazo—. ¿Necesitas tomarte un poco más de tiempo? No nos importa.

—No, está bien —dijo apresuradamente—. Honestamente, estar aquí es una distracción. Necesito eso ahora mismo.

—Está bien, bueno, la oferta está ahí si alguna vez cambias de opinión. — Después de su accidente, se tomó un tiempo libre para ayudarla a rehabilitarse. Pero incluso con acceso a los mejores fisioterapeutas, no había mucho que pudieran hacer para ayudarla a recuperar el movimiento de sus piernas.

Le habíamos pagado a Dylan su salario completo mientras estuvo fuera, asegurándonos de que supiera que lo haríamos durante el tiempo que fuera necesario. Nuestros corazones se rompieron por él cuando Sadie despertó del coma con la noticia de que nunca volvería a caminar.

Seokjin continuó balanceándose delante de nosotros, como el corcho de una botella de champán a punto de ser descorchado.

—Él sabe adónde vamos, ¿verdad? 

Dylan parpadeó.

—Lo hace. Está más adelante y a la derecha. Vine aquí antes para firmar los acuerdos de confidencialidad.

Eso fue reflexivo.

—Gracias, Dylan.

Él asintió de nuevo, dando un paso atrás como si estuviera tratando de desaparecer en las sombras. Delante de nosotros, vi a Rhys observar el movimiento de su amigo, con el rostro tenso.

Como habían prometido, vi un cartel en la distancia: Escape Rocks. Alcanzando a Seokjin, hice un gesto hacia la fachada.

—Rocas de escape. Déjame adivinar, todo tiene como tema una cueva.

Deslizó su mano en la mía y al instante me sentí como en casa.

—No, muñeco. Tiene una temática rockera... como sobre la música rock. Me animé.

—Está bien, eso es genial. 

Seokjin me sacó la lengua.

—Y pensar que dudaste de mí.

Un pequeño grito ahogado detrás de nosotros nos hizo detenernos. Rhys miró fijamente la pantalla de su teléfono, con la boca abierta en estado de shock.

Oh Dios, fue como con Dylan.

—¿Qué es? ¿Quién está herido?

—¿Qué? —Rhys se sobresaltó— No es nada. Lo siento.

MEJORES AMIGOS, ALMAS GEMELASWhere stories live. Discover now