daylight ── ❛NANAMI KENTO; JU...

By bubbleftbangtan

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©fanfic ;bubble. ⸻ ❝ Cada calle sin salida te llevo hacia mi y ahora eres todo lo que nece... More

𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑
-01: Blue Neighbour.
-02: did you see it?.
-03: you jump, i jump, jack.
-04: Leave the damn titanic, friends.
-05: on purpose.
-06: ¡oh captain, my captain!
-07: when you know, you know.
-08: Midnights.
-09: Big reputation.
-10: "Slut!"
-11: Delicate.
-12: alcohol free.
-13: girls wanna have fun.
-14: bad omens.
-15: is it over now?
-17: gold rush.
-18: lavander haze.
-19: new romantics.
-20: back home.
-21: family jewels
-22: House of cards.
-23: when the party's over.
-24: sweet nothing.
-25: start of the life.
- 26: King of my heart.
-27: the last time.
-28: about you.
-29: Suburban legends.
-30: history of man.
- Valentine: kiss me more.
- 31: tolerate it.
-32: I can do it with a broken heart.
-33: magnetic.
-34: Romeo and Juliette

-16: wildest dreams.

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By bubbleftbangtan

Es casi media noche, he terminado con el último de mis pendientes atrasados, mi taza de café está a la mitad y cuando me dispongo a irme a la cama en mi puerta pueden escucharse algunos golpes. Cuando volví a mi departamento después de acabar con las latas de cerveza y la bolsa de frituras en la tienda de conveniencia al pasar por la puerta del departamento de Nanami no escuché ruido alguno, supuse qué tal vez ya que tenía visita lo mejor era no molestar o que habían salido, tendría tiempo para verle luego, aún tenía que prepararme para verle de nuevo después de que me preguntara salir con él. Es por eso que cuando escucho aquellos golpes es solo de forma instintiva que mi corazón comience a latir a mil por hora como si fuera a salirse de mi pecho y correr hasta la puerta en donde aquel hombre podía estar tocando.

Me arregle un poco el cabello y me mire en el reflejo que daba la televisión apagada de mi misma antes de levantarme de mi lugar y caminar hacia la puerta en donde me calcé mis pantuflas. Tome una gran bocanada de aire y abrí sin más la puerta, sin embargo no era Nanami quien tocaba a mi puerta, era Yuuji.

Arrastraba una cobija color amarillo que parecía algo vieja por el color opaco que podía ver gracias al reflejo de las luces del pasillo, tenía la mirada adormilada, se tallaba un ojo y soltó un bostezo. Me coloqué a sus altura antes de asomar mi cabeza más allá del marco de mi puerta para observar si su padre estaba por el pasillo pero no había señal de él. El niño estaba solo, era como esas primera veces en donde se apareció frente a mi puerta buscando ayuda o solo queriendo hablar un rato.

—Yuuji— pronuncio acariciando su mejilla —¿Qué haces aquí? Es tarde, deberías estar durmiendo.

— Tuve una pesadilla — el Niño dice aún algo adormilado, sus ojos están cristalinos y forma un puchero con su labio.

— Esta bien, ya paso — le intento calmar, el menor extiende sus manos en mi dirección y yo comprendo que quiere que lo estreche entre mis brazos así que lo hago, rodeó su cuerpo con mis brazos y lo acerco a mi. Su cabeza se apoya en mi pecho y sus manos rodean mi cuello — Debes volver a la cama, tu padre se asustará si no te encuentra ahí.

— No quiero dormir solo — lloriquea soltando las primera lágrimas, lo escucho sollozar mientras entierra aún más su cabeza en mi pecho en busca de consuelo — Pero tampoco quiero levantar a papá, no quiero molestarlo.

Cuando era niña y tenía pesadillas solía ir todo el tiempo al cuarto de mis padres, pero llega un punto en donde nos negamos a hacerlo porque sabemos que hemos comenzado a crecer y que no hay ningún monstruo debajo de nuestras camas. Tal parecía que Yuuji todavía no entendía que los monstruos no existían pero que aún así no quería molestar a su padre. No dejo de abrazarle en ningún momento y tampoco de arrullarlo entre mis brazos en un intento de que se calme pero parecía que aquella pesadilla había sido muy fea pues seguía llorando entre pequeños sollozos sin decir nada más. Es tarde, debe dormir porque ira a la escuela, pero no se calma.

— Yuuji — le llamo intentando que deje de llorar — ¿Qué es lo que has soñado para que llores de esa forma, cielo?

Mi mano acaricia su cabeza y escucho como sorbe su nariz.

— Se iban — dice por fin — Todos se iban y me dejaban solo. Todos. Papá, mis tíos y tú.

No, yo jamás te dejaría. Quiero decirle eso, las palabras están en la punta de mi lengua pero no las pronuncio porque no es algo que yo pueda decidir, yo no sé cuánto tiempo estaré en su vida así que decirle aquello como una promesa vacía solo le haría más daño una vez nos alejáramos así que solo me quedo en silencio escuchándole hablar.

— No quiero estar solo — masculla volviendo a abrazarme.

— Venga, cielo — no dudo en levantarlo en brazos, él Niño se aferra a mi como si la vida le fuera en ello y yo camino de un lado a otro con él en brazos arrullándole para que deje de llorar y el sueño regrese a él.

Aunque para ser sincera si Yuuji caía dormido en mis brazos no sabría que hacer, es decir, podría dejarlo dormir en mi departamento pero estoy segura que Nanami se levantaría totalmente asustado por no ver a su hijo en su cama, podría llevarlo hasta su departamento pero irrumpir a mitad de la noche y entrar como si fuera mi casa me parecía de muy mala educación, tampoco quería levantar a Nanami pues él tendría que trabajar y hacerlo levantarse podría también hacerle perder el sueño. Estaba entre la espada y la pared pero lo que si tenía demasiado claro es que necesitaba que Yuuji cayera dormido de nuevo y tranquilizar ese llanto suyo que me partía el corazón.

— Hina — Yuuji me llama — Te quiero.

Me detengo. He dejado de caminar y también he dejado de arrullarle, pero cuando bajo la mirada en dirección al Niño que tengo en mis manos lo único que puedo ver en su rostro calmado tras conciliar el sueño, respira tranquilo, las mejillas le brillan por las lágrimas que ha soltado antes y luce sereno como si segundos atrás no me hubiera dicho aquello. Afianzó mi agarre en el cuerpo del Niño apretándolo más a mi, dejo un beso sobre su frente antes de que mis ojos se nublen entre lágrimas.

Han sido solo dos palabras, dos palabras simples que personas me han dicho antes, dos palabras que yo suelo decir seguidamente, pero esta vez esas dos palabras no son simples y tampoco haber sido soltadas de manera simple, él las ha dicho para mi, solo para mi y se ha sentido de una forma que no puedo entender, ha sido una sensación cálida pero también tan extraña, porque siempre los niños dicen la verdad al igual que los borrachos y Yuuji siempre ha sido tan sincero conmigo, pero estando en un momento tan vulnerable como este él ha venido hacia mi, vino por mi ayuda y me ha dicho aquello.

— Yo también, Yuuji — pronuncio besando de nuevo su frente — Yo también te quiero.

El Niño se remueve un poco entre mis brazos pero no se levanta, tampoco deja de abrazarme con fuerza así que lo sigo sosteniendo sintiendo la calidez de cuerpo, un par de lágrimas han bajado por mis mejillas pero han sido lagrimas de felicidad o lo que sea que sienta por aquellas palabras que él me ha dicho.

Me mantengo de esa forma con él por un par de minutos, los suficientes para que mis brazos comiencen a cansarse y el cuerpo de Yuuji se vuelva más pesado conforme cae totalmente dormido, debo pensar que hacer con él. Creo que lo mejor sería llevarlo a su departamento, a su habitación y fingir que no he entrado. Camino a paso lento y con cuidado de no levantarle, las luces del pasillo no le molestan pero aún así intento apurarme para que no se levante, he dejado la puerta de mi departamento abierta, nadie viene a esta hora así que está bien si solo se queda así un par de minutos en los que dejaba a Yuuji en su cama.

La puerta del departamento 08 está semi abierta, solo la empujo con la punta de pie para abrirla más y entrar sin problemas, todo esta en silencio, la sala está totalmente oscuras así que espero que mis ojos se acostumbren a ella antes de dar algún otro paso, si me tropezaba corría el riesgo de caerme con Yuuji en brazos y hacer más ruido del debido. Una vez puedo distinguir formas de algunos muebles me deshago de mis pantuflas y comienzo a moverme por la sala del departamento en dirección al pasillo que lleva a las habitaciones, silencio y oscuridad es todo lo que puedo ver y oír.

Hay un dulce aroma a caramelo pero también a café, solo he estado aquí un par de veces pero ya que todos los departamentos tienen la misma forma encontrar la habitación de Yuuji es fácil, la puerta de esta también está abierta así que de nuevo solo tengo que empujar con la punta de pie sobre la madera para abrirla aún más. El cuarto de Yuuji está ligeramente iluminado por una pequeña luz de noche con forma de dinosaurio, puedo ver algunos pósteres de caricaturas, animales y demás decorando las paredes, sus juguetes ordenados, un pequeño escritorio en donde su mochila se encuentra, una bonita alfombra afelpada y demás muebles que solo observo de reojo. Su cama está en medio, es una cama de tamaño normal, creía qué tal vez tendría una adecuada a niños que resultan ser más pequeñas pero puedo jurar que es incluso más grande que la mía, con cuidado me siento en la orilla de esta y comienzo a alejar el cuerpo del niño del mío para intentar acostarlo en donde debería de estar.

No puedo creer que camino desde aquí hasta mi departamento, debió de sentir miedo y aún así lo hizo. Yuuji suelta mi cuello por fin y se acomoda en su cama, lo veo removerse y fruncir el ceño así que vuelvo a arrullarlo un poco pero no sirve, sus ojos se abren de nuevo ligeramente y cuando nota donde está parece que el miedo lo invade de nuevo porque vuelve soltar algunas lágrimas.

— No te vayas — me pide tomando mi mano con fuerza — P-Por favor.

— Yuuji — pronuncio intentando no sonar triste también, verlo llorar así me parte el alma. — Estarás bien, cuando te levantes yo aún estaré en mi departamento, no pienso a abandonarte.

El Niño niega varias veces con fuerza y sigue tomando mi mano.

— Quédate aquí — insiste — No te vayas, solo por hoy.

No puedo. No está bien que me quede aquí, tampoco está bien que haya entrado de esta forma pero aún así lo he hecho. Debo volver a mi departamento pero tal vez no pueda dormir sabiendo que Yuuji estará llorando hasta quedarse dormido.

Se que no está bien pero aún así...

— Bien — digo — Dormiré aquí, solo por hoy.

(⭐️🌟⭐️)

Han pasado cerca de casi treinta minutos desde que Yuuji ha caído dormido completamente, he considerado escabullirme e irme pero le he dicho que dormiré aquí, también se ha encargado de abrazarme porque no hay forma en que yo quite su agarre de mi cuerpo sin que lo haga levantarse. Es astuto.

Yuuji duerme en el lado derecho, aquel que pega contra la pared y está amortiguado por algunos peluches que él tiene ahí, yo duermo en el lado izquierdo, aquel que da hacia la alfombra afelpada y queda en la orilla. Las sabanas son suaves pero miden lo exacto para un niño pequeño así que mis piernas sobre salen de esta haciendo que tenga algunos escalofrío por la brisa que el aire acondicionado suelta. La luz de noche me parece agradable, es como las que tengo en mi habitación pero con la diferencia de que yo suelo apagarlas una vez se que caeré dormida, mis ojos recorren la habitación encontrando algo en que entretenerme mientras el sueño llega a mi.

Con algo de suerte me levantare temprano y podré irme antes de que Nanami note que dormido aquí y en el peor de los casos tendré que verle la cara y explicarle lo que ha sucedido, se que no se enojará pero probablemente me diga que debí de haberle levantado, se que su máxima prioridad es su hijo y yo solo he actuado por mi cuenta propia hasta llegar a este punto. Yuuji adora a su padre, lo adora tanto que no quiere causarle problemas pero hoy he visto que sigue siendo un niño que tiene miedo, miedo de que lo dejen solo y tal vez piensa que su madre lo ha dejado, Nanami no le ha dicho que su madre ha muerto, él piensa que ella está lejos y ya.

El no quiere que nadie más lo deje y yo desearía poderle haber dicho que yo nunca lo dejaría, que quisiera quedarme a su lado todo el tiempo posible pero sé que no es así, sé que en algún punto dejare de verlo, dejare de formar parte de su vida y que incluso me olvidara, pero él es un niño y cree que eso nunca sucederá o que deba suceder y yo no soy nadie para romperle aquellas ilusiones, pero soy adulta y como tal debo manejar de cierta forma una situación así. Aunque ahora que lo pienso no he manejado tan bien esta situación porque he acabado cediendo a la petición del niño que se aferraba a mi.

Yuuji necesita saber que su madre no lo ha dejado porque quiso, él necesita saber que han sido por otras cuestiones por las que solo su padre se encarga de él, necesita saber que su madre lo amo tanto que dio su vida por él y esperaba que pronto pudieran decírselo, después de todo aun existía ese asunto de su custodia siendo peleada por la familia de su madre y la cual era un asunto muy grave, se que aún es un Niño pero los asuntos a veces olvidamos que los niños también pueden entender esta clase cosas si se las explicamos de forma adecuada y que no les causarán traumas como creen.

Me acomodo en mi lugar y llevo mi mando a la cabeza de Yuuji en donde dejo pequeñas caricias, la cama es lo suficientemente grande para que ambos entremos sin problemas, debía de agradecer eso o de otra forma hubiera acabado durmiendo sobre la alfombra, aunque esta también parecía muy cómoda. Agradecía mi horario irregular de clases, si no podía dormir adecuadamente siempre podía existir la opción de fingir estar enferma para recuperar la noche perdida. Esta bien, todo esta bien si eso significa que Yuuji ha logrado dormir bien y si ha dejado de llorar igual.

Porque yo quiero a Yuuji. Porque lo he querido desde el primer día que se presento en mi puerta y lo seguiré queriendo hasta mi último día. Se que no es nada mío, que ni si quiera debería pensar así porque es alguien ajeno a mi pero se ha ganado todo mi amor, me ha cautivado de tantas formas que solo puedo quererle hasta donde él me lo permita.

En algunos muebles puedo ver algunas fotos, no logro verlas bien desde mi lugar pero quiero suponer que son de él, algunos juguetes que sirven más como decoración que como para jugar con ellos, un par de trofeos que no podía leer de que eran o qué lugar premiaban, muebles que iban a juego y eran de una altura para que él Niño pudiera alcanzar. Cada detalle de la habitación parece bien pensado, incluso el papel tapiz que es de cierto tono verde hace juego con todo.

Me concentro en el techo blanco, puedo sentir mis párpados pesar y como cada vez mirar con detenimiento algo se vuelve más complicado, mi respiración se vuelve lenta y es cuando comprendo que caeré dormida por fin después de un largo día, en un lugar cálido, con una sensación de tranquilidad que nunca he sentido antes y con ese niño abrazándome.

Deseo que esto no sea solo un sueño y que al abrir mis ojos aún pueda encontrarme con el rostro adormilado de Yuuji para que él note que he cumplido mi promesa de quedarme a dormir con él. Quiero que él comprenda que haré todo lo que pueda por él hasta donde él mismo me lo permita, porque lo quiero también.

(⭐️🌟⭐️)

¿Conocen esa sensación de sentir que han dormido demasiado tiempo? Es como si hasta tu cerebro comenzará a decirte que has tenido suficiente pero aún así no logra hacer que tu cuerpo reaccione y sigues durmiendo a pesar de ya no tener sueño. Solo me ha pasado un par de veces y en todas esas veces llegaba tarde a la universidad pensando que aún tendría tiempo, pero esta vez no me importa llegar tarde y tampoco me importa si mi departamento ha sido saqueado porque de seguro he dejado la puerta media abierta, mi cuerpo aún quiere seguir descansado sobre esas suaves sabanas y mis ojos se niegan a abrirse.

Me quedo así un par de mí minutos en los que mi cuerpo sigue ignorando toda señal que mi cerebro le envíe y no es hasta que recuerdo que corro con el riesgo de que esté manteniendo a Yuuji pegado contra la pared, ni si quiera se que tan mala soy durmiendo con otra persona porque cuando Choso dormía conmigo él siempre se levantaba primero así que yo ocupaba todo mi cama como de costumbre.

Logro abrir mis ojos por fin solo para encontrarme en una habitación diferente en la que recordaba haberme dormido muchas horas atrás. Las sabanas igual son diferentes, son de un color azul marino demasido profundo, la frazada que me cubre es lo suficientemente grande para mis piernas no sobresalgan, de ellas logro aspirar el olor de cierto perfume que me es familiar y es entonces que me reincorporo de inmediato más perdida que antes, paredes blancas de las cuales no cuelga ni un solo póster, muebles color caoba que son más rústicos, una ventana que se cubre con largas cortinas blancas pero que aún así logran mantener los rayos de Sol a raya, no hay alfombra afelpada en el suelo pero si un piso de madera lustrado y la cama es casi el doble de grande.

No es la habitación de Yuuji.

¿Cómo acabe aquí? ¿Qué hora es? ¿Dónde esta Yuuji? Mi cabeza está procesando todo pero estar aún media dormida no ayuda él intentar conectar los puntos así que solo me quedo mirando todo el lugar en silencio hasta que por fin viene a mi una idea y es una que hasta cierto punto me pone nerviosa: es la habitación de Nanami. Mis ojos viajan hasta la puerta la cual se abre lentamente, detrás de ella se asoma un Niño curioso quien intenta no hacer ruido y cuando parece que está listo para entrar una figura detrás de él le impide que lo haga.

— Yuuji, ven aquí — Su padre le ordena haciendo que la puerta se vuelva a cerrar.

¡Estoy en la habitación de Nanami!, con ese pensamiento en mi cabeza no puedo evitar volver a cubrirme con la sábanas en un intento de contener la vergüenza y esa maraña de sentimientos que me llenaban el pecho tan temprano, sabía que debía de haberme ido, que debí de quedarme en mi departamento con Yuuji pues tendría una mejor explicación que la que podía inventarme ahora, ni siquiera podo imaginarme la cara que debió de haber puesto al verme dormida en el cuarto de su hijo, es más ¿como diablos termine aquí?

Acaso...no. ¿Verdad? El no pudo, pero de qué otra forma entonces. ¿Acaso me cargo desde la habitación de Yuuji hasta la suya? Ahora con más razón no quería salir de ahí nunca, no podría mirarle a la cara sin morirme de la vergüenza. Necesitaba pensar en cómo me iría de ahí sin que lo notasen, saltar de la ventana sería una buena solución de no ser por estar en el cuarto piso. Quería morirme, quería enterrarme en el suelo y no salir de ahí nunca más. Había caído dormida tan profundamente que ni siquiera logré levantarme antes que ellos como creí que lo haría. Hacia tanto tiempo que no dormía así de bien que me deje llevar y había acabado peor que antes.

Eres una tonta, Hina. Me regaño a mi misma. Bueno, sea como sea no se puede cambiar nada y lo hecho, hecho estaba. Me estiro un poco quitándome las sabanas de encima, salgo de la cama y camino hasta la puerta. Pero antes de abrirla hago lo mismo que la noche anterior y tomó una gran bocanada de aire para ganar confianza. Fingir demencia es lo mejor que puedo hacer ahora, solo debo salir, agradecer e irme sin avergonzarme más de lo que ya me había avergonzado. Sencillo, rápido y sin equivocaciones.

Giré la perilla con delicadeza y abrí la puerta de un solo movimiento sin que esta hiciera ruido alguno, me recibe el pasillo y del otro lado se encuentra la puerta de la habitación de Yuuji. Me peino el cabello el cual está hecho una maraña total, la ropa e intento espabilar más antes de llegar a la sala. Hay un reloj que cuelga en la pared frente a mi donde puedo ver la hora: 8:34 am.

No es tan tarde, pero es tarde considerando la hora de entrada para las escuelas primarias y de ciertos horarios de trabajos. Puedo escuchar voces en la cocina, un dulce aroma y es la oportunidad perfecta para solo caminar directamente hacia la puerta e irme. Pero no lo hago, puedo escuchar mi nombre en aquella conversación que se forma en la cocina y yo decido quedarme ahí parada en silencio, escuchar a escondidas está mal, pero tampoco sé qué más hacer porque interrumpirla también está mal y tampoco quiero pasar por aquella vergüenza.

— ¿Estará Hina enojada conmigo, papá?— es la voz de Yuuji. — La hice quedarse, no quiero que se enoje conmigo.

— Lo sabremos cuando se despierte, pero no lo creo ¿Y tú?— Nanami intenta calmarle — Aunque siendo sincero deberás disculparte con ella por eso.

— Lo haré — dice el niño — Pero, ¿No crees que es genial tenerla aquí? Solo somos tú y yo, pero podemos ser ella, tú y yo. ¡Seria genial!

— Si, sería genial. Pero el asunto no es ese. — Nanami parece caminar a algún punto, puedo escuchar sus pisadas — El asunto es que no puedes salir así del departamento e ir a buscarla a mitad de la noche.

Yuuji responde algo que no puedo entender pues el tono de voz de ambos disminuye y es entonces que espero unos segundos antes de continuar con mi camino hacia la cocina por fin. Entro a ella como si no hubiera escuchado nada y puedo ver a ambos algo sorprendidos. Yuuji no lleva su uniforme pero Nanami luce listo para irse en cualquier momento.

— Buenos días — digo intentando lucir tranquila y para nada avergonzada — Se que es extraño verme aquí tan temprano pero te juro qué hay una buena explicación ¿Verdad, Yuuji?

Nanami camina hasta mí restándole importancia a lo que acabo de decir con un gesto de manos.

— Ya me lo ha dicho todo — dice — Soy yo el que debería disculparse, no pensé que él fuera a buscarte tan tarde, debiste levantarme.

Ahora soy yo la que niega.

— Yuuji no quiso hacerlo por algo así que decidí manejar la situación por mi cuenta — me encojo de hombros — Aunque no resultó tan bien como pensé, lamento haberte hecho pasar por esto.

— Hina.

— Debo verificar que todo esté bien en mi departamento y también debo hacer algunas cosas — me excuso sin darle oportunidad de seguir hablando — Gracias por dejarme dormir.

— Hina, espera — Nanami me toma de la muñeca antes de que yo de un paso lejos de él — Soy yo quien debería agradecerte por ayudarme con Yuuji, se que ni si quiera deberías pero aún así lo has hecho y yo... yo enserio estoy tan agradecido por eso.

Vuelvo a negar.

— Haría lo que sea por Yuuji...— insistí — Y también por ti.

Porque cuando sabes, lo sabes. Y en esos momentos en los que él me mira sé que están sucediendo muchas más cosas de las que puedo imaginarme. Y no necesito más palabras que esas para comprender lo que estoy sintiendo.

— Quédate — Nanami pronuncia acariciando mi muñeca la cual no ha soltado.

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