El gallo no pinta, el que pinta es Tae.
Un lunes por la mañana Tae se despertó llamando a Beomgyu pero nunca llegó, supuso que estaba en su trabajo y entonces llamó a Yeonjun quien tampoco acudió a verlo, fue entonces que un pensamiento triste se instaló en su cabecita y comenzó a llorar, su abuelita había entrado por él para calmarlo y explicarle nuevamente las cosas.
Anteriormente se le había explicado de una forma en la que pudiera entenderlo, pero se le había olvidado y por eso lloró mucho ese día, hasta que comenzó a levantarse temprano solo para despedirlos y no sentirse tan mal.
ㅡPapá Bomi, no dejes solito a Tae.
Beomgyu se quedó un momento observando al azabache, ajustando su gorrito por el frío de esa mañana, detrás de él estaba JiEun sosteniendo su mano junto a Jooheon.
ㅡNo te dejaría solito nunca ¿recuerdas lo que hablamos ayer? Tus abuelitos van a cuidarte ahora, solo será un tiempo muy cortito.
ㅡPara Tae es lago.
Con una corta risa esperó a que su esposo se uniera a ellos, sintiendo cuando se colocó de cuclillas para observar los ojos del menor. Era muy temprano y seguía en pijama, con sus ojitos hinchados tratando de mantenerse abiertos.
ㅡEstaremos de regreso muy pronto Taehyunnie, te traeré una sorpresa ¿qué te parece?
Cómo si alguien finalmente le hubiese dado cuerda al pequeño, dio un gran salto hasta abrazar con mucha fuerza el cuello del rubio.
ㅡHasta mas tade.
ㅡEntonces nos vamosㅡ Le dijo al menor y dejó un beso en su frente, recibiendo uno después en su mejilla al igual que Yeonjun.
ㅡCuidenlo mucho y si necesitan algo pueden marcarme, estaré pendiente al teléfono.
ㅡNo te preocupes por eso hijo, Gyu nos dejó notitas pegadas en la cocina y en la habitación, también nos mandó algunos mensajes el fin de semana.
ㅡLo haremos bienㅡ Aseguró JiEun.
Para los adultos también había sido muy difícil despegarse de la puerta cuando estaba en brazos de Jooheon, medio despierto, cerrando y abriendo su manita para despedirse.
Después de eso volvió a quedarse dormido y se levantó hambriento, desayunando lo que le habían dejado preparado, al terminar se fue a jugar con algunos bloques, utilizando sus peluches para formar un ejército, usando una caja que había transformado en una enorme torre según él. También tenía disfraces, le había dado uno de un hada a su abuela y una máscara de dragón a su abuelo.
Él fue el príncipe que lanzaba hechizos inventados con una varita.
Antes de almorzar tomó un baño, muy largo hasta que sus dedos se transformaran en pasas como las que traía el pan. Una vez vestido y muy lleno de arroz, quiso ver la televisión.
ㅡAbuelito ¿el señor sol despierta con un gallo?
Hace poco Tae había descubierto en la televisión un canal de música infantil sobre una granja y sus divertidos animales, cada uno tenía al parecer una historia con su propia canción, las cuales disfrutaba ver, cantar y bailar. En ese momento estaba viendo su favorito; El gallo Pinto.
El castaño que estaba a su lado viendo entretenido la animación volteó a verlo, asintiendo para confirmar su pregunta.
ㅡLos gallos se levantan muy temprano para despertar a todos, cuando tu papá era pequeño se levantaba para ver al gallo cantar encima de un techo.
ㅡ¿Papá JunJun no fue gande?ㅡ Preguntó alarmado.
ㅡNo Tae, él también fue un niño cómo tú.
El azabache llevó sus dos manos a su boca para taparla, tratando de imaginar a un JunJun pequeñito, pero solo podía pensar en un cuerpo muy chiquito y una enorme cabeza, no podía ser así ¿o sí?
ㅡLas plantas de Gyu son preciosas, deberíamos instalar más en nuestro nuevo apartamentoㅡ Llegando de la cocina se sentó junto a ellos, limpiándose en un pequeño trapo sus manos húmedas y dejando al centro de la mesa algunas mandarinas.
ㅡ¿Le dejaste las demás a Yeonjun?
ㅡEstán guardadas en un canasto aparte, seguramente se pondrá feliz al verlas.
Tae agarró una y pidió amablemente que la pelaran por él, después de eso comenzó a comer ajito por ajito, hasta que una rebanada se quedó en su boca como si fuera una sonrisa.
ㅡ¡Abuewilos! ¡Miden a Tae!
Tanto JiEun como Jooheon comenzaron a reír, imitando al pequeño que también había comenzado a soltar algunas carcajadas. La castaña aprovechó el momento y tomó algunas fotografías, enviándoles algunas a la pareja que no dejaban de enviar emoticones de corazones y stickers llorando.
Tae se terminó la mitad de su mandarina cuando la canción del gallo Pinto cambió al del caballo Percherón.
ㅡYa no quiero verㅡ Dijo antes de bajarse del sillón.
ㅡ¿A dónde vas Taehyunnie?
ㅡPintar ¡Como el gallo!
Observaron a Tae irse caminando hasta el pasillo que conectaba ambos cuartos principales, luego escucharon como todos los crayones caían y rodaban por el suelo, decidieron dejarlo solo e ir a verlo cada tres minutos para senciorarse de su estado, cada que iban veían al menor pintar con entusiasmo su cuaderno de colorear.
ㅡ¿Te acuerdas cuando veíamos a Yeonjun en el techos de la vecina acariciando al gallo?
ㅡCómo olvidarlo, ambos querían saludar al sol, hasta se ponía a cantar. Creo que los despertaba más que el propio animal.
Con una corta risa agregó ㅡMe hubiera gustado acompañarlo en lugar de regañarlo, son recuerdos tan lejanos.
JiEun apretó su mano para después besar su mejilla.
ㅡNo podemos retroceder el tiempo Joonie, solo apreciemos la segunda oportunidad que nos dio, con este presente.
ㅡÉl está siendo un buen padre, ambos.
La castaña estuvo de acuerdo y continuó viendo el programa que recién comenzaba, con un volumen bajo para poder escuchar a Tae quien seguía cantando la cancioncita de la granja.
Luego de cuarenta minutos Jooheon recibió un mensaje, entonces la pálida decidió llamarlo para la merienda que pedía siempre alrededor de las seis, se levantó y caminó hacia el pasillo donde el estaba parado frente a la pared con un crayón amarillo pero antes de que se acercara para ver que estaba haciendo, la puerta de la entrada se abrió.
ㅡ¡Llegamos!
El azabache al escuchar la voz de Beomgyu corrió al encuentro de ambos, importandole muy poco si apenas se estaban quitando los zapatos, él los fue a abrazar. Yeonjun lo cargó en brazos primero.
ㅡEstán aquí ¿cómo fue?
ㅡTodo muy bien, hice mucha comida deliciosa.
Beomgyu una vez se deshizo de su abrigo se acercó para besar la cabecita del menor, recibiendo igualmente un beso en su mejilla lleno de amor.
ㅡ¿Cómo te fue a ti hoy, cariño? Cuéntanos qué hiciste.
Los ojitos del menor brillaron al recordar sus aventuras y comenzó a relatar todo lo que había hecho, desde que se levantó hasta ese momento.
ㅡSeñores Choiㅡ Saludó el peligris, tomando la mano de ambos mayores.
ㅡMamá, papá ¿cómo están?
ㅡBueno, hoy nos convertimos en personajes de un cuento de hadas con Tae, es algo nuevo pero nos divertimos, se portó muy bien y estaba a punto de darle su merienda.
ㅡOh, entonces deberíamos merendar algo nosotros también.
El castaño tomó las manos de su hijo antes de negar. ㅡNo es necesario Yeonjun, nos iremos ahora que están aquí.
ㅡ¿Por qué? Aún es muy temprano.
ㅡUno de los camiones de mudanza se había tardado en llegar hace una semana por una razón que desconozco, tú papá iría a verlo mientras me quedaba con Tae pero será mejor que me vaya con él.
ㅡQuizás mañana, nos estaremos viendo diariamente después de todo, descansen bien.
ㅡMuchas gracias señores Choi, mañana tendré algo para ustedes.
JiEun negó tomando su abrigo antes de despedirse de Tae, prometiendo volver mañana.
ㅡHasta mañana abuelitos, sueñen bonito.
Con un último adiós los mayores dejaron el apartamento, cuando entraron a la sala Yeonjun notó en la mesita de centro algo que llamó su atención e inmediatamente se sentó para comerlas.
ㅡ¿Mandarinas?
ㅡEstán dulces, prueba.
Beomgyu tomó una y efectivamente, se encontraban dulces y deliciosas ㅡBien, déjame al menos dos, iré a cambiarme y hablo en serio Choi.
Yeonjun levantó el dedo pulgar.
El peligris aún dudoso se dirigió al baño de su habitación, sorprendiendose cuando encontró todos los crayones de Taehyun tirados, estuvo a punto de pisar uno.
ㅡTae, tienes que venir a recoger tus crayones si no vas a seguir dibujando, puede ser peligroso.
Rápidamente Tae caminó hacia el pasillo y se pegó a la pared, aparentemente ocultando algo ante los ojos de Beomgyu, pues mordía su labio inferior y sonreía. Como si hubiera hecho alguna travesura.
ㅡLos voy a recoger papá Bomi, solo me falta una cosa ¿me puedes ayudar?
ㅡClaro que sí ¿que necesito mi gatito?
Tae levantó su cuaderno y un crayón azul ㅡ¿Cómo se dice Choi Tae?
El peligris alzó una ceja, adivinando entre el diccionario de Tae lo que quería tratar de decir, analizando los objetos y la frase dedujo que quería saber cómo se escribía su nombre, o bien parte de él. Así que tomó el crayón y escribió Choi Tae, visible y en grande para que el menor pudiera entenderlo.
ㅡ¡Gacias!
Dejando el cuaderno tomó con prisa todos los crayones y salió corriendo hacia su habitación, dejando con una gran duda al mayor que sin más se metió a bañar.
El azabache observaba desde el umbral de su puerta como sus papás levantaban los utensilios de la mesa, dejándolos en el lavadero para luego lavarlos en su compañía, pero se negó esa vez porque se sentía muy nervioso.
A él le había llamado la atención el gallo del vídeo, una de esas razones era porque pintaba con un pincel como lo hacían las personas y eso le pareció increíble, muy interesante, entonces pensó que si un gallito podía pintar un cuadro grande, él también podía.
Observó frente a él la pared blanca que ahora tenía un dibujo hecho por él. Era su familia, estaba Yeonjun y Beomgyu, en medio de ambos sosteniendo sus manos estaba él con un overol café que le gustaba usar mucho.
Ahora solo faltaba esperar un momento para que pudiera enseñarlo.
ㅡ¿No crees que está muy sospechoso? ㅡ Le murmuró el rubio.
Beomgyu vio al pequeño de reojo, afirmando la pregunta de su esposo.
ㅡTerminemos esto y averigüemos que trama su ingeniosa cabecita.
Yeonjun rió y se apresuró en lavar los platos mientras que Beomgyu los guardaba cuidadosamente en la encimera, ante la curiosidad terminaron más rápido de lo esperado y después de eso se acercaron a Tae.
ㅡ¿Qué haces Taehyunnie?
ㅡTengo una sopesaㅡ Dijo sonriente, jugando con los brazos de su conejito rosa. ㅡTienen que cerrar los ojos.
Beomgyu cerró inmediatamente los ojos al igual que Yeonjun, entonces Tae se colocó nuevamente frente a la pared.
ㅡPapá JunJun, tamposoㅡ Regañó cuando vio que el rubio abría uno de sus ojos para intentar ver. Tae comenzó a reírse y después alzó la voz ㅡ¡Tan tan!
Cuando abrieron los ojos se encontraron con su pared anteriormente pulcra y blanca, cubierta por un enorme dibujo de lo que parecían ser tres personas. Yeonjun primero pensó que el primer se trababa de un super saiyajin por el cabello pero después de observar al segundo más grande, le encontró parecido a su esposo.
ㅡ¿Qué es esto Tae?ㅡ Preguntó Beomgyu, apoyándose en sus rodillas para ver mejor el dibujo.
ㅡUn arte, yo lo hice solito y también leí.
ㅡ¿Leíste?ㅡ Preguntó Yeonjun a lo que el menor señaló una esquina donde había escrito "Choi Tae" ㅡ¡Wow! Es una obra de arte, eres todo un Picasso Tae.
ㅡAy papá JunJun, soy Taehyunnie no un casco picanteㅡ Dijo en un divertido tono, poniendo una mano en su cabeza mientras negaba.
Su pequeña acción hizo que Beomgyu comenzara a reírse mientras que Yeonjun trataba de no hacerlo también.
Los nervios de Tae regresaron y se puso tímido, bajando su cabeza mientras preguntaba con un pucherito ㅡ¿Les gusta?
Recuperando la compostura Beomgyu observó aún más el dibujo, sonriendo para alivio del pequeño que corrió a sus brazos.
ㅡEs hermoso, estamos muy felices con tu sorpresa gatito. Dibujas como todo un artista.
ㅡCreo que debería tomarle una fotografía y mandarlo a un museo.
ㅡ¡No! Porque es especial y solo ustedes pueden verlo.
ㅡAsí será entonces, ahora vamos a dormir ¿vienes con nosotros?
Tae asintió y corrió a la habitación principal para meterse entre la enorme sábana.
ㅡCreo que eres un elote Yeonjun.
El mencionado sonrió ㅡTú pareces un abuelo, aún así te ves precioso, supongo que un elote también es atractivo.
Con una sonrisa golpeó sin fuerza su hombro, observando detenidamente la pintura.
ㅡPintó la pared ¿que hacemos?
ㅡDejarla hasta que sea un adulto, pintar otra vez la pared o compramos algunas cartulinas para colocarlas encima.
ㅡEs tan bonito.
Yeonjun estuvo de acuerdo con las palabras del peligris, se acercó y tomó una fotografía para que la fecha permaneciera, luego de ello regresaron a la habitación donde su pequeño los esperaba para escuchar un cuento.
Tae había pintado la pared. Un espacio en blanco que encontró atractivo, pensó que no sería malo poner sus colores ahí y que él no sería regañado como el gallo del video.
Al fin y al cabo, la pared podía volver a ser pintada con un nuevo y más bonito color pero esos momentos y detalles no volverían.