KANKEY 📝👨💻
Esa noche, empecé a caminar por todo Seúl y en cada esquina podía evocar recuerdos de nosotros dos por ellos. No es fácil tener nostalgia. Hitomi llenaba todos mis pensamientos, me hacía sentir completo, me di un momento con su compañía en mis recuerdos. Pensar en ella me hacía perder la noción de la realidad y en su lugar entrar en la suya, aunque fuera tan solo ilusiones. La noche se iluminaba, la Luna hacía brillar esos cortos segundos a su lado. Me hacía ver su desaparición entre la multitud, viéndola en toda dirección como si fuera una brújula.
Se acercó a mí, nos miramos cara a cara y en susurros me decía, "encuéntrame". Podía jurar que su mano se sentía caliente al tacto. Al instante siguiente, me había despertado en la habitación de Shino, ya era de mañana. No sabía si había sido un sueño o parte de la realidad. De todas formas, era reconfortante saber que ella no me había abandonado. Cuando me levanté para desayunar, Shino ya estaba en el comedor degustando los sushi que su madre nos había dejado preparados. Ninguno de los dos mencionó nada; era inútil preguntarle por Hitomi, ya que él me había dicho que no sabía nada al respecto.
Después de desayunar, nos dirigimos a la institución educativa. Un mes más había culminado, dando paso a uno nuevo. Marzo llegaba y hoy era sábado primero, fin de semana para los jóvenes. Se suponía que yo debería estar disfrutándolo en algún lugar divertido con Shino y Yuki, pero cambié de planes. No iría con ellos y en su lugar fui al Instituto, sabiendo que no encontraría a nadie en él. Aún estando solo, proseguí caminando por los pasillos, directo hacia lo que era mi aula. Al entrar, miré donde hacía tan solo tres años atrás se sentaba ella. Me senté justo allí, observando por la ventana el paisaje, mientras escuchaba la canción "U2" de los BTS.
La canción me transmitía lo que sentía y era algo así como un triste amor. Al seguir mirando por la ventana, una luz cegadora lastimó mi vista al instante. Provenía del vestidor de chicas, del otro lado del Instituto. Era raro, porque hoy es sábado y dudo que algún estudiante viniera y menos aquí. ─ ¿A quién le interesaría venir a un lugar donde drásticamente los estudiantes evaden un fin de semana? ─ Me pregunté. Sentí curiosidad y avancé caminando por aquellos pasillos hasta llegar al lugar.
─ Hola, ¿Hay alguien aquí? - Pregunté, tan solo agarrando el pomo de la puerta, abriéndome paso hasta dentro del vestidor de chicas. No había señal de nadie adentro; seguro era mi imaginación jugándome una mala broma. Iba a retirarme del lugar cuando recordé que la luz provenía de aquí. Como no había nadie que se hubiese dado cuenta antes, me acerqué y abrí la ventana.
Al hacerlo, salió del bolsillo de mi chaqueta el diario de Hitomi. Lo tomé apresurado para no dejarlo caer por la ventana y perderlo, desde hacía días lo cargaba conmigo como mi compañía. Sentía que así podía tener un poco de ella a mi lado. 📖
Lo observé y del bolsillo pequeño sobresalía un pedazo de papel. Decidí sacarlo por completo y... 👀
Lo desplegué, abriendo el papel con cuidado. Era amarillento y parecía viejo, con letras escritas en una caligrafía elegante y desgastada por el tiempo. En la esquina superior derecha había una mancha de tinta que recordaba a una flor marchita. 🌺
¿Era una carta dirigida a mí? Me pregunté, frunciendo el ceño; noté una mezcla de intriga y sorpresa en mis pensamientos. ¿Qué podía contener ese mensaje antiguo y guardado en secreto por tanto tiempo? La curiosidad comenzaba a invadir mi ser. 🤔
Decidí guardar nuevamente el papel en su lugar, cerrando el diario con cuidado. «¿Qué secretos guardas, Hitomi?», susurré para mí mismo mientras continuaba mi camino, con la incertidumbre y la emoción creciendo en mi interior. 🤫
Después me fui del lugar, ansioso por llegar a algún sitio tranquilo donde poder leerla. La curiosidad y la ansiedad se entrelazaban en mi mente y cuerpo, creando una sensación de anticipación abrumadora. 🕵️♂️
De camino, ⏩ escuché voces y esta vez no eran suposiciones, había algunos estudiantes y una profesora. Venían en mi dirección, no me quedó de otra que esconderme en el baño, en uno de los cubículos, cerrando así la puerta del mismo.
─ ¡Ay...! ─ exclamé internamente cuando entraron al baño.
─ ¿Cómo podía ser tan idiota? ¿Ahora, ¿cómo saldría sin que supieran que estuve aquí? ─ Me pregunté nervioso.
Intentaba reflexionar sobre esta horrible e incómoda situación en la que me encontraba.
Cuando escuché los murmullos de las voces de las chicas, traté de no hacer ruido ni con mi respiración, prestando atención a lo que murmuraban.
─ No entendí casi lo que mencionó la profesora sobre la celebración o el homenaje...
─ Es que pronto se cumplirán tres años de la muerte de una de las estudiantes de nuestro Instituto. ─ Interrumpió una de las chicas a la otra.
─ ¿Lo recuerdas, ¿no es así? ─ Insistió una de las chicas, quizás porque la otra no respondió.
─ Creo que sí, es la chica de cabello largo color castaño, ojos color uva, estudiante en el año 2022, del aula 1-6 del Instituto. ─ Pronunció la primera voz que había escuchado y mi pecho dio un brinco al escuchar esa descripción.
─ Sí, dicen que cometió suicidio. Supongo que no encontraron el motivo por el cual lo hizo, aunque se escuchan rumores de que fue porque un chico la abandonó. Cada año le hacemos un altar con flores aquí en el Instituto. Sus amigas eran su única familia, por lo que sé, yo he estado allí, las he visto. No imagino lo que tuvo que haber sufrido con tan solo 16 años de edad en el aula 1-6. La veían siempre escribiendo en una especie de diario o algo por el estilo, pero no se llegó a saber si esa suposición era cierta - mencionó la otra chica y eso fue lo último que les escuché mencionar cuando se retiraban del lugar. Mi pecho galopaba con fuerza.
Ya encontrándome solo, salí de uno de los pequeños cubículos, apoyándome en la pared al lado de este. Empecé a deslizarme por él y caer al frío suelo. ❄️
─ ¡Ya basta! ─ protestaba conmigo mismo, dándole un fuerte golpe en la pared, mientras una lágrima caía por mi mejilla. Mi respiración era agitada, mi cuerpo no aguantaba más y terminé arrodillado. 😓
─ Me niego a creer que podría ser Hitomi, de la que hablaban, ─ Pensé con el corazón latiendo a mil e intenté volverme a levantar para salir de allí.
Sabía que por ahora en el Instituto no quería estar y me dirigí hacia el Wau Park con paso apresurado. 🏞️
Estaba cerca del lugar y comencé a caminar por este, quizás así lograba bajar las inseguridades.
Tranquilizarme no era algo que estuviese en mis manos, no era capaz de pararlo. No sabía qué era peor.
Vagué por largas horas hasta caer a los pies de un gran árbol, todavía con los pensamientos rondando en mi interior.
Saqué el Diario de Hitomi de mi bolsillo y de él, la carta que había guardado en el bolsillito que tenía la funda de tela que cubría de protector el diario. El papel estaba doblado en varias partes, marcando sus líneas. Desdoblé la hoja una primera vez y luego una segunda, abriendo completamente la carta, y...
Expando los ojos al notar que es la misma letra escrita en el diario de Hitomi.
******************
Buenas🙋♀️, espero no me haya demorado mucho con la entrega del nuevo capítulo😥, en fin🤷♀️. ¿Que les pareció, un cambio de acontecimientos o ya lo veían venir? ¿Quien sabe? Aún falta mucho que recorrer en esta travesía ¿Se animan a seguirla? Lo comprobare, estoy segura de ello jajaj.
De todas formas los quiero, a todos ustedes. Aquell@s que me ayudan🤝 y los que de verdad les atrae este tipo de historias👥, con sus secretos y ilusiones. No sé vayan muy lejos, ya pronto vendrá la siguiente y no quiero que se la pierdan.
Hasta mi próxima entrega Hitomiseguidores🖤💋, a la espera de una nueva continuación💬.
Continuará.....