[Kilian 21 años – Amira 16 años]
Kenneth, Katia, Kilian y yo nos encontramos caminando hacia la mansión, los cuatro realmente tensionados, puedo notar la culpabilidad en los mellizos, luego hablaría con ellos para que no se sientan así, y Kilian desprende furia por sus poros, no me gusta verlo tan enojado, nunca lo había visto de esa forma, ni siquiera conmigo, me encantaría poder calmarlo de alguna forma.
Lo miro una vez más y apoyo mi mano en su brazo, quiero que se tranquilice, pero no sé cómo hacerlo, tampoco sé si no lo estoy enfureciendo más al tocarlo, pero necesito hacerlo. Cuando sentí su voz, supe que estaba a salvo. A pesar de que siempre nos peleamos, siempre me sentí segura en sus brazos, recuerdo perfectamente cuando era pequeña y lo abrazaba, la sensación de seguridad que me daba, cuando fui creciendo dejé de buscar sus abrazos y comenzamos a tener una guerra sin fin. Hoy, cuando lo abracé después de tantos años, volví a sentirme segura y en paz, sé que si él está a lado mío nada malo me va a pasar, no entiendo por qué siento eso, porqué siento esta sensación tan extraña.
Cuando estamos llegando a la casa, noto que nuestros padres están charlando fuera de la mansión, enseguida me pongo nerviosa, porque sé que van oler las diferentes emociones en los chicos y van a preguntar, en este momento agradezco tener la maldita pulsera que inhibe todos mis olores.
-Buenas noches mis amores – nos saluda a todos mamá y yo enseguida voy a sus brazos, necesito un abrazo de mi madre, aunque ella no sepa el verdadero motivo.
-¿Qué sucedió? – tío Einar es quien pregunta, y estudia a cada uno de sus hijos con sus ojos.
-Nada tío, nada importante – intento darle "LA" sonrisa, esa que siempre los eclipsa y hacen que se olviden de lo que preguntan. Noto como Kilian se tensa, aprieta los puños y tensa su mandíbula.
-¡Kilian! Tienes sangre – dice horrorizada tía Aitana mientras va hacia él, yo muerdo mi labio inferior, no sabiendo cómo nos vamos a arreglar para no decir nada.
-Mamá estoy bien, ya dejó de sangrar – dice intentando que Aitana lo deje.
-Vuelvo a preguntar, ¿qué pasó? – insiste tío Einar, los ojos de Kilian se clavan en los míos, ambos nos miramos, yo rogándole para que no abra la boca.
-No pasó nada papá – dice Kilian y saca con suavidad a su madre, veo cómo mira a su padre y sé que le dice algo por el link que comparten – Voy a acostarme, que tengan buenas noches – y no espera la respuesta de nadie, simplemente se va.
-Nosotros también estamos cansados, hasta mañana – dice Katia y tira de mi mano para llevarme a su habitación.
En silencio nos ponemos nuestros pijamas y vamos al baño, noto como Katia quiere decirme algo, pero siempre cierra su boca y no dice nada, por lo que soy yo la que habla, porque necesito que deje de sentirse culpable.
-No es tu culpa Kat, fue idea de ambas y yo fui la que acepté todo. Así que no es tu culpa.
-Si no hubiera llegado Kilian, Ami, yo...
-Tú nada, porque por suerte llegó y está todo bien – le digo y le sonrío, aunque lo que en realidad quiero es refugiarme en los brazos de mi madre y llorar, porque tuve mucho miedo, porque pensé que iba a llegar a tocarme cuando yo no quería – Ahora vamos a dormir – le digo sonriéndole y me acuesto en su cama, ella me mira indecisa por unos segundos, hasta que después de suspirar se acuesta a mi lado.
Cuando las dos estamos acostadas y listas para dormir, apagamos las luces y nos deseamos las buenas noches. A los pocos minutos siento como la respiración de Kat es más lenta, notando que se durmió, suelto un suspiro y giro intentando encontrar una mejor posición. Cuando cierro mis ojos, enseguida se me aparece la cara de Ian, haciendo que los abra rápidamente, doy un par de vueltas más y descubro que no voy a lograr dormirme, por lo que frustrada decido ir a la cocina para buscar algo dulce de comer.
Pensando en todo lo que me ha pasado en tan poco tiempo, es como llego a la cocina, y con la luz aún apagada abro la heladera, esperando que haya un poco de esa torta de chocolate que había en la fiesta de Keila.
-¿No puedes dormirte? – escucho que me dicen a mis espaldas y salto en mi lugar, girando rápidamente. Kilian se encuentra sentado en una banca tomando agua.
-Me asustaste – digo aun sintiendo como mi corazón late rápidamente.
-Lo siento – me dice y yo vuelvo a girar hacia la heladera, sonriendo cuando encuentro tan deliciosa torta – Te hice una pregunta.
Saco la torta, y hago tiempo mientras prendo la luz, corto un pedacito, para después suspirar y mirar a Kilian, quien no se pierde ninguno de mis movimientos.
-¿Quieres un pedacito? – él niega con la cabeza, yo guardo el postre y me acerco a la isla de la cocina, para sentarme en una banca frente a él con mi porción de torta – Cada vez que cierro los ojos lo veo a él – susurro, Kilian toma una de mis manos entre la suya y deja una tierna caricia sobre el dorso, haciendo que yo levante mis ojos para mirarlo.
-Estás a salvo Amira, ni él ni nadie se va a acercar a ti, te lo prometo – la seguridad en sus palabras hace que un calor desconocido recorra mi cuerpo, y enseguida siento protección, como si nada pudiera pasarme mientras él esté a mi lado.
-Gracias.
-¿Por qué te fuiste sola con Ian? – me pregunta frunciendo el ceño, yo muerdo mi labio inferior con nerviosismo, sabiendo que me va a dar un buen sermón, y ciertamente me lo merezco.
-Nunca besé, y quería dar mi primer beso – murmuro.
-¡Amira! – Gruñe y suelta mi mano, enseguida extraño su tacto y no entiendo por qué – No puedes besar a cualquiera solamente porque aún no has besado, ¿qué tiene que ver eso? Lo que hiciste fue una estupidez.
-Todas mis amigas ya besaron, ¡todas mis compañeras! Incluso chicas menores que yo, ¡ya tengo edad de besar! – digo mientras gesticulo con mis manos, pareciendo una pequeña niña caprichosa que no tiene la muñeca que quiere.
-¿Y porque tus amiguitas ya besaron decides ir al medio del bosque con un desconocido? ¿Entiendes lo grabe de la situación? ¿Entiendes que te pudo haber pasado si yo no llegaba? – noto el enojo en Kilian, y también cómo en ocasiones pelea con su lobo por el control, lo que me asusta un poco.
-Lo entiendo, y no va a volver a pasar – digo exasperada.
-Por supuesto que no – dice con obviedad y yo bufo – te prohíbo juntarte con chicos – suelto una risa irónica.
-Tú no eres nadie para prohibirme nada. Te agradezco por ayudarme esta noche, pero eso no te da derecho a nada – le digo enojada.
-Por supuesto que sí, le prometí a tus padres que voy a cuidar de ti, y eso es lo que voy a hacer – dice acercándose a mí, siento su aliento en mi cara, todos sus músculos están tensionados y sus ojos turquesas están fijos en los míos, veo como sus ojos van a mis labios e inmediatamente imito su acción, relamo mis labios, sintiéndolos completamente secos y noto como el ambiente cambió entre nosotros dos, no sé qué es lo que me está pasando con Kilian, pero no me gusta. Me siento atraída por él de una forma extraña y no sé cómo manejarlo.
-No estoy como para pelear Kilian – le susurro, porque siento que algo tengo que decir.
-Perfecto, ¿terminaste tu postre? – Me pregunta sin alejarse un centímetro de mí, yo solo asiento con la cabeza – Vamos al living y miremos una película, tal vez después estés lo suficientemente cansada como para poder dormir.
Yo solo asiento con mi cabeza y juntos vamos hasta el living, nos sentamos uno a lado del otro en el sillón y él me deja elegir una película. Después de encontrar una buena película de acción los dos comenzamos a mirarla en silencio, intentando no tocarnos. Cuando la película va por la mitad, siento como mis ojos comienzan a cerrarse, me siento realmente cansada, y me dejo abrazar por los brazos de Morfeo, que hoy particularmente se sienten muy calentitos.
No sé cuándo me dormí, pero lo que sé es que amanezco en la cama de Katia, supongo que Kilian me llevó hasta allí y sonrío, sin dudas nuestra relación está comenzando a cambiar, y eso me alegra. Siempre odié que nos lleváramos mal, cuando era chica siempre intenté caerle bien, me encantaba estar pegada a él a pesar de que él lo odiara, hasta que me cansé de mendigar su amor y decidí hacerle la vida imposible. Parece que ahora estábamos madurando los dos y podríamos llevarnos bien, eso me gusta mucho.
Miro mi reloj y noto que son las siete y media de la mañana, inmediatamente sé que no voy a volverme a dormir, por lo que sin hacer ruido decido levantarme, voy hasta mi nueva habitación y me ducho, para después bajar hacia la cocina, donde ya se encuentran mis padres, tío Einar y tía Aitana.
-Buenos días – sonrío y enseguida voy a los brazos de mi padre, él me recibe entre sus brazos y besa mi cabeza.
-¿Cómo dormiste pequeñita?
-Veo que no muy bien – me dice mamá – Tienes unas ojeras espantosas.
-Gracias ma – digo con ironía y le saco la lengua – no dormí mucho.
-¿Se debe a lo que pasó anoche y no nos quieren contar? – pregunta tía Aitana cruzando sus brazos y levantando una ceja, yo me pongo un poco nerviosa.
-No pasó nada por lo que deban preocuparse, lo prometo – les aseguro, los cuatro se miran entre ellos y suspiran.
-Okey – dice mamá mirándome con sus ojos entrecerrados.
-¿Ya tienen todo listo? – pregunto triste, papá me aprieta un poco más.
-Sí pequeña – me dice papá – ¿Vas a estar bien acá? – deja un beso en mi cabeza y me mira con sus ojos cargados de preocupación, nunca estuvimos lejos tanto tiempo.
-Sí papi, los voy a extrañar muchísimo, pero voy a estar bien – le aseguro y él asiente con su cabeza.
-Te prometemos hacerla sentir como en su casa – dice tía Aitana.
-Sé que lo van a hacer – dice mamá abrazando por los hombros a mi tía.
-También prometo mantenerla lejos de chicos – dicesolemnemente tío Einar y yo no puedo evitar tensarme, yo misma voy a mantenermelejos de chicos. Papá choca su mano con la del tío festejando.
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Hola a todas, ¿cómo están? Yo estoy realmente agotada, mis horarios me están matando, pero acá estoy con un nuevo capítulo. Casi casi hubo un beso, ¿se esperaban el beso en esa escena?
Hace tiempo tengo ganas de leer una buena hsitoria de Hombres Lobos, ¿alguien me recomienda alguna?
Nos leemos prontito!!!