Luna de Sangre

By ladyhabsburgo

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Harry es un purasangre mafioso, infame y despiadado y Louis el omega que el destino puso en su vida para camb... More

Introducción
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35

Capítulo 15

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By ladyhabsburgo

Luna de Sangre.

Cuando la puerta de su hogar se abrió por completo, Louis perdió el aliento y la sonrisa de su rostro se esfumó en un segundo.

El brillante cañón de un arma le apuntaba justo al rostro pero mantuvo la frente en alto aún cuando un par de lágrimas más se le escaparon deslizándose por sus mejillas.

'Lottie... ¿en dónde estás?'

Identificó primero el olor amenazante, porque su visión estaba borrosa y desenfocada por las lágrimas.

Cerró los ojos y levantó suavemente las manos, por lo menos sabía que sus hermanos estaban seguros y a salvo. En casa él no importaba mucho así que mucha falta ahí no haría.

Le costó apenas un segundo tomar una decisión.

Ahora que sabía que sus hermanitos estaban bien, ¿qué más daba lo que pasara con él?

—Iré —murmuró en un suave resoplido.

Abrió de nuevo los ojos y tragó saliva. Zayn le observó algo dudoso durante unos momentos y después bajó el arma dedicándole un movimiento de cabeza para que caminara.

El purasangre echó un vistazo rápido dentro de la casa y observó lo que era obvio para todo el mundo, Louis no importaba en lo más mínimo ahí. Colocó una mano en la espalda baja del omega y le empujó suavemente para comenzar a avanzar.

Ya no había preocupaciones oprimiendo su pecho, Louis se sentía tranquilo. En ese momento sí que sabía a dónde le estaban llevando y con quién, no estaba asustado. No tenía miedo.

Sabía que Harry no iba a lastimarle. No comprendía del todo por qué sentía esa certeza, pero desde que lo había conocido esa extraña confianza en el purasangre estaba ahí, suave dentro de su pecho.

Mentiría si dijese que no deseaba verlo también. Quizás incluso hasta podría explicarle. Quería explicarle.

Llegaron hasta la camioneta a lado de la acera y Louis se quedó un momento en blanco al descubrirse abriendo la puerta por sí mismo para entrar. Volteó a ver su decadente hogar y bajó de nuevo la mirada al suelo, sus labios temblaron y más lágrimas salieron de sus ojos.

Le frustraba llorar. Quería detenerse, podía hacerlo, sabía que ni siquiera valía la pena pero... Mira que no importarle en absoluto a sus padres. Sí que dolía y profundo.

Luego de recaer en aquello, el recuerdo de Harry diciendo ser su alfa muy dispuesto a darle amor y cariño ya no se veía tan amargo.

Limpió sus lágrimas con brusquedad y subió a la camioneta cerrando la puerta con decisión.

Después de todo, su futuro feliz quizás no residía junto a sus hermanos en aquella bonita casa de París como Charlotte le había dicho. Ahora que estaba completamente seguro de que ellos estarían bien, la presión dentro de sí había desaparecido y otras ideas habían inundado y aclarado su mente.

Lo intentaría, ¿qué podría perder?

Lo intentaría por lo bonito que era el recuerdo de Harry sonriéndole. Por las palabras cálidas y amables del alfa. Por sus acciones lindas y atentas. Porque a Harry sí que parecía importarle, y porque de solo imaginar la mueca triste y de decepción de Harry cuando se enteró de que se fue algo dentro de él se inquietaba.

Pero el alfa tenía que entender que Louis había tenido más porqué preocuparse y que la manera en la que llegó hasta sus brazos no fue la mejor.

En esos momentos ya era diferente. Louis casi se atrevía a decir que estaba yendo por decisión propia.

Giró el rostro cuando la puerta del otro lado se abrió y Zayn se subió. Observó al alfa con seriedad y parpadeó—. No tenías que apuntarme con un arma —soltó con molestia—. Hubiera venido de todas formas.

Zayn le dio una mirada extrañada y se acomodó en el asiento—. ¿Cómo iba a saber que tú abrirías la puerta? Tu padre podría haber sido un policía, tu madre alguna agente 007 versión femenina, qué sé yo.

Soltó un suave suspiró y se acomodó mejor en el asiento, también cruzó sus brazos y dirigió su mirada de vuelta a su casa, el motor del auto se encendió y sus labios volvieron a bajar en una mueca triste. Solo cuando avanzaron, dos lágrimas traicioneras volvieron a escapar de sus ojos. Las limpió y sorbió suavemente su nariz.

—No debes llorar omega —escuchó la voz del alfa a su lado. Lo miró unos segundos y tragó saliva, Zayn sacó su teléfono y alzó suavemente los hombros restándole importancia—. Jamás te muestres débil frente a otros. Nadie debe saber qué es lo que te hace daño porque nunca sabes si después de un tiempo se volverán contra ti y sabrán de qué manera lastimarte.

Louis guardó silencio, siguió observando al alfa durante unos momentos más y analizó sus palabras. Zayn tenía razón, pero el pesar en un corazón iba más allá de solo aparentar fortaleza.

Escuchó al alfa hablar de nuevo—. Yo opino que tienes muchos cojones —le dijo deslizando sus dedos por la pantalla táctil del teléfono, le dio una mirada y luego se llevó el móvil al oído—. Como para llorar por unas personas de mierda que en absoluto valen la pena. No siempre el amor de tu familia es importante para salir adelante, si te lastima... Entonces aléjate de ello.

Naturalmente no hablaron de nada más. Zayn se concentró en su móvil y habló durante varios minutos sobre cosas a las que Louis no les prestó atención.

Se recargó en la ventanilla del auto y suspiró. ¿Harry le disculparía por haberse ido de la manera que lo hizo?

Por alguna razón ya no deseaba ser gruñón ni distante con el alfa. Ahora que había logrado su cometido, que era saber de sus hermanos pequeños, sus pensamientos y sentires parecían haber dado un cambio brusco. Se sentía relajado, más completo.

Volvió a repetirse que lo intentaría. Que no tenía nada qué perder.

Por alguna razón volteó a ver a Zayn. Tuvo un pequeño pinchazo en el pecho y se dio cuenta de que hablaba con Harry. Tragó saliva y siguió observando.

—Hey. ¿Uh? Oh, sí. Está aquí, claro. Sí, no ha pasado nada. Todo está bien. ¿Que si él lo está? —Zayn volteó a ver a Louis, encontrando su mirada. El alfa torció una suave mueca y asintió con la cabeza—. Sí, él está bien. Tú tranquilo. ¿Quieres hablar con él? ¿No? Okay, vale.

Finalmente Zayn se giró y siguió escuchando a Harry.

—Angelina me ha contactado hace algunos minutos con un mensaje. —le dijo el rizado a través de la línea—. Dijo que habría un cupón de descuento si venías.

El pelinegro soltó un suave bufido—. No me sorprende. ¿Hasta cuándo entenderá que no quiero follar con ella?

—No lo sé ¿tan mal está?

Chasqueó la lengua—. Tiene cincuenta años, Harry.

—Yo la miro bien.

—Operaciones.

—La luna bendiga a los cirujanos entonces. —Harry soltó un resoplido—. Necesito que cambien el rumbo y vengas acá, nos vendría bien un poco de ahorro ahora que estamos a nada de salir a Irlanda. La inversión de allá es la prioridad, todo tiene que estar a nuestro favor, estaría bien dejar una buena impresión.

Zayn cerró los ojos.

—Pero no me la voy a follar.

—Solo necesitas sonreírle de buena gana y decir que en otra ocasión será, como siempre.

—Claro. No sería tan fácil si quisiera meterse en tus pantalones eh...

—Zayn.

—Ya, ya. Cómo sea. Estaremos ahí lo más pronto posible.

—De acuerdo.

[...]

Cuando el camino se tornó demasiado largo para Louis fue inevitable que no cerrara los ojos y luego de un rato se quedara medio dormido.

Se removió cuando a lo lejos escuchó voces, y abrió lentamente los ojos. Seguía en el coche, el cielo seguía oscuro y todavía podía oler a Zayn a su lado.

Bostezo suavemente y volteó a ver al alfa, este hablaba con el conductor.

—Estaciona ahí. —le indicó—. Sí, sí. Oh mira, ahí está Harry.

Naturalmente se despertó más de prisa y recuperó con rapidez los sentidos, se limpió las comisuras de los labios y se irguió en el asiento.

Zayn le dio una mirada—. Has despertado.

Louis parpadeó—. No lo creo. Todavía estoy dormido, ¿no ves? —soltó apenas. Luego volvió a bostezar y se frotó los brazos, comenzaba a sentir el frío de la madrugada.

Vio como el alfa pelinegro se rió apenas—. Gracioso y sarcástico. Me agradas.

El auto frenó y finalmente el motor se apagó. Louis buscó con la mirada alguna señal del alfa rizado fuera del vehículo, pero no logró ver nada más allá de una enorme casa con un estilo algo peculiar.

Se preguntó si estaban de vuelta en Edimburgo.

—¿Dónde estamos?

Zayn quitó el seguro de su puerta y jaló de la manija para después abrirla y bajar. La puerta se cerró y se encontró a sí mismo parpadeando con los labios ligeramente separados a la espera de una respuesta. Había sido vilmente ignorado. El conductor también bajó y al cabo de un par de segundos se encontró solo en el vehículo.

—Genial... —murmuró para sí mismo recargándose nuevamente en el asiento—. Estupendo. Claro, —hizo una voz rara y chillona—. "Abandonemoslo en el auto sin decirle una mierda, ¿que cosa mala pueda pasar? Oh por supuesto que-

Se quedó callado cuando la puerta de su lado se abrió. Giró rápidamente el rostro y pareció casi perder el aliento, las fuertes feromonas le llenaron por completo los pulmones.

—Harry —murmuró por lo bajo.

El alfa sostenía la puerta con su mano y le veía de aquella forma suya. El aire de la madrugada movía suavemente sus rizos y sus ojos no brillaban. Su gesto era serio, indiferente.

No lograba distinguir las emociones de Harry, su rostro estaba muy lejos de las sonrisas amables y cálidas.

Louis no supo por qué algo se removió dentro de su estómago.

Tragó saliva y relajó un poco su postura—. Alfa yo-

Harry negó—. Omega. —Louis se calló—. No. Aquí no.

¿Estaba enojado? No sería para más pero... ¿Lo estaba realmente?

El omega asintió suavemente—. V-Vale, aquí no. ¿Estás-...?

El alfa volvió a negar—. No.

Bajó la mirada y asintió una vez más—. Okay.

—¿Estás bien? —le oyó preguntar.

Louis volvió a levantar su mirada hasta encontrar la de Harry y apretó suavemente los labios antes de hablar.

—Sí.

—Tengo que irme un momento —le dijo—. Pero volveré y nos iremos a... —le vio dudar—. A casa. O no, no lo sé. ¿Quieres ir?

Louis ladeó suavemente la cabeza. ¿Le estaba preguntando sí quería ir? ¿Como una opción? Sintió que se perdía de algo.

Algo dudoso, asintió—. Sí, claro. Quiero ir.

El alfa le miró extrañado unos momentos para luego asentir también—. Okay. Hablaremos en casa.

Se miraron a los ojos durante unos segundos y fue Louis quien se rindió primero, bajó la vista e hizo una mueca. No acababa de identificar los hormigueos que le recorrían el cuerpo cuando miraba el rostro del alfa.

—¿Tardarás? —cuestionó por lo bajo.

—Poco. No bajes del auto.

Louis realmente no planeaba hacerlo de todos modos.

—¿Qué hora es? —volvió a decir.

—Tarde. Duerme si quieres.

—Vale.

—Omega.

Volvió a mirar al alfa, quién le veía como si hubiese perdido una batalla en algún sentido. Quizás interna.

—Todo está bien. —le dijo suavemente—. Estamos bien.

Una pequeña sonrisa de lado apareció en sus delgados labios—. Te creo alfa.

Finalmente Harry cedió a su instinto y acercó una mano al rostro de Louis. Sin poder evitarlo el omega se inclinó contra la suave palma y casi pudo sentirse ronronear desde dentro. El alfa le acarició la mejilla con el pulgar y luego de unos segundos el contacto se perdió.

—Volveré pronto. Duerme.

Louis ni siquiera se molestó en abrir los ojos de nuevo—. Okay.

La puerta se cerró con suavidad y el menor se deslizó en el asiento un poco más abajo todavía sintiendo la caricia del alfa en su rostro.

Pero qué le sucedía.

[...]

Cuando abrió los ojos por segunda vez, podía observar el cielo claro por la ventana. Se levantó por completo y miró en distintas direcciones, seguía dentro del auto y este todavía estaba estacionado delante de aquella casona.

No había señal alguna de Harry alrededor y tampoco de nadie más. Al detallar un poco el exterior por la ventana se dio cuenta de que estaba vacío. Solo podía ver pastizales y uno que otro árbol a la distancia.

Tragó saliva y dudó sobre si preocuparse o no.

Se refregó el rostro apartando el sueño y tomó un suave respiro.

Estaba ahí. Y por alguna razón ya no sentía las ansias de irse como la primera vez. Creía que estaba yendo en términos distintos... Ya no parecía ser tan malo. Se había dado cuenta de muchas cosas, entre ellas que su hogar en realidad no era un hogar y que no quería pertenecer ahí, ya no hacía falta estar allí.

A pesar de que Harry estaba decepcionado de él, porque Louis no sólo podía verlo, también lo sentía, la forma en que lo había mirado, la manera en que le había hablado... A pesar de eso, el alfa seguía pareciendo preocupado por él. Louis seguía viendo en él las ganas de tomarlo entre sus brazos y llevárselo al pecho para cubrirlo y protegerlo.

Harry estaba enamorado de él.

Soltó un suave resoplido y mordió su labio inferior en una mueca.

A decir verdad, Louis jamás se había enamorado. Amar a alguien y mezclar su vida nunca fue una de sus aficiones o metas, lo admitía. Terminar como su madre no era algo que le apeteciera.

Pero se preguntaba por qué todo aquello pintaba distinto cuando Harry aparecía en medio de sus pensamientos.

Estaba consciente de que habían terminado encontrándose en medio de una situación extraña y algo descabellada, pero al fin y al cabo se habían encontrado...

Y él mismo se sentía extraño... Su nerviosismo al estar cerca del alfa, la incomodidad que daba vueltas en su estómago, sus apenas notables sonrojos.

El que estuviese convencido de intentarlo...

Quizás había comenzado y ni siquiera se había dado cuenta.

—¡Eh, por acá!

Parpadeó y volvió a la realidad. Ladeó un poco la cabeza para poder ver mejor la situación que sucedía delante del vehículo donde estaba.

Observó a varios hombres, con armas. Ya ni siquiera se sorprendió. A pesar de todo, no olvidaba en lo que Harry estaba envuelto.

Todos se encontraban saliendo de aquella casona. Prestó más atención al identificar a Zayn entre ellos, el purasangre sujetaba a una chica del brazo y Louis pronto se dio cuenta de que lideraba una pequeña fila de personas al exterior.

Tragó saliva y se quedó prácticamente en blanco. La situación no lucía muy diferente a lo que él mismo había vivido tiempo atrás, en el acantilado.

Supuso lo que parecía obvio, eran omegas. Chicos y chicas. Sus ojos cubiertos, sus manos atadas. Desaliñados y temblorosos.

Al final observó salir a Harry. El alfa estaba siendo acompañado por una mujer bien arreglada y algo mayor, hablaban tranquilamente como si tremenda injusticia no estuviese sucediendo delante de ellos.

Tomó un suave respiro y cerró los ojos. Se recargó en el asiento y trató de buscar un poco de paz en su mente.

[...]

Había escuchado las puertas abrirse. Había sentido la presencia de Harry a su lado, su fragancia le había llenado nuevamente los pulmones. El motor se encendió y habían comenzado a andar.

Pero no abrió los ojos. Pretendió estar dormido durante un largo rato.

Necesitaba encontrar el valor suficiente para ver al alfa a los ojos. Para hablarle, para enfrentarlo.

Finalmente parpadeó. Observó el cielo ya más claro y el bosque pasando con rapidez a los costados.

Lamió suavemente sus labios y tomó un respiro corto.

—No me harás lo mismo, ¿verdad? —murmuró.

Sintió que tuvo la atención inmediata de Harry, pues su mirada verde solía ser algo pesada. Louis siguió viendo el paisaje de afuera.

—¿A qué te refieres?

Tragó saliva y finalmente volteó para encontrarse con los ojos del alfa.

—Esos omegas que han sacado de ese lugar como mercancía. Lo he visto —soltó escueto—. Si te cansas de mí ¿me lo harás también?

Pudo apreciar el desconcierto en el rostro del alfa.

—¿Q-Qué? —Harry frunció apenas el ceño—. Tú... —negó—. No. No, claro que no. Nunca.

Sintió su mano ser tomada por el alfa, este la acarició y después se la llevó a los labios. Le besó con delicadeza el dorso y luego soltó un suave suspiro.

—Por la Luna omega, ¿por qué preguntas esas cosas? —susurró casi angustiado.

Louis observó el íntimo gesto del alfa hacía y él y tragó saliva.

—No lo sé. Al final... Sigo siendo igual a ellos, sigo siendo omega. ¿Por qué no me harías lo mismo?

El purasangre no dudó al hablar.

—Porque eres mi omega.

De nuevo, el estómago de Louis se sintió incómodo. Bajó la mirada y asintió sin ser realmente consciente.

—Porque soy tu omega... —murmuró apenas—. Tu omega...

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