BENNY WILLIAMS: VAMPIROS EN L...

Oleh DanielFMuoz

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Estudiante de ciencias de día, justiciero de noche. Todas las tardes, el excéntrico y solitario Benny William... Lebih Banyak

Capítulo 1: EL CALLEJÓN
Capítulo 2: LA CASA DE LOS WILLIAMS
Capítulo 3: EN EL INSTITUTO
Capítulo 4: BENNY & VALERIA
Capítulo 5: CARA A CARA CON EL MONSTRUO
Capítulo 6: LOS VISITANTES
Capítulo 8: LA FIESTA
Capítulo 9: EL VÍNCULO
Capítulo 10: LA SILLA, LA ATENA Y LA BAZUCA
Capítulo 11: LA PEQUEÑA VAMPIRA
Capítulo 12: UN PASEO MATUTINO
Capítulo 13: LA PELEA EN EL HOSPITAL
Capítulo 14: LOS MONSTRUOS EXISTEN
Capítulo 15: EL REFUGIO
Capítulo 16: VAMPIROS ADENTRO
Capítulo 17: EL BÚNKER
Capítulo 18: EL CIENTÍFICO DESACREDITADO
Capítulo 19: LA ENCRUCIJADA
Capítulo 20: CONFRONTACIÓN
Capítulo 21: NO ESTÁS SOLO
Epílogo: EL EXTRAÑO
LISTA DE PERSONAJES
¡CONTINUACIÓN!

Capítulo 7: INTERVENCIÓN

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Oleh DanielFMuoz


Valeria se caracterizaba por ser una chica fuerte; a pesar de ser algo jovial y caprichosa. Pero hoy no tenía tiempo para ni uno ni lo otro.

La joven vampira se la había pasado toda la noche de ayer y la mañana de hoy sentada en el medio de la cama, juntando sus rodillas sobre su pecho y apoyando sus brazos sobre ellas. Su rostro estaba oculto por los brazos, no estaba llorando, pero estaba considerando hacerlo. El recuerdo de lo ocurrido la noche anterior la abrumaba. Había sido una montaña rusa de emociones, primero conoció a aquel misterioso muchacho que no tenía por qué salvarla, luego lo defendió del matón y terminó arrancándole la mano para que finalmente, su amigo más antiguo, Danny Williams la mirara con temor. Valeria no podía tolerar eso, odiaba que la vean como un monstruo; en parte odiaba lo que era.

De pronto, la puerta se abrió y reveló al detective Hernán Cortez bajo el umbral. Él mantenía un porte serio, pero compasivo. Así, con un suspiro, Hernán se acercó a su hija y se sentó a su lado.

—Lo maté, ¿verdad? —dijo Valeria de un modo cortante y manteniendo su rostro oculto de su padre.

Hernán no respondió y lentamente posó la mano sobre la espalda de su hija, frotándola suavemente.

—Respóndeme por favor.

—No, no lo hiciste.

Finalmente, Valeria se descubrió el rostro.

—Los médicos lograron salvarlo, pero estuvo cerca —aseguró Cortez.

Para Valeria, la noticia fue el comienzo de una tormenta en su cabeza. No sabía cómo sentirse al respecto, si complacida por saber que el joven aún vivía o aterrada al saber que estuvo a punto de cobrarse la vida de un ser humano. Su mente volvió a la reacción de Danny, y se imaginó lo que posiblemente estuviese pensando.

—Así que estuvo cerca —repitió Valeria de una forma pausada y su rostro se ensombreció, aunque no provocaron reacción alguna en su padre más allá de la seriedad con la que entró—. Estuve a punto de matar a una persona... Me dejé llevar y casi lo mató... ¿Sabes qué es lo peor? Lo peor es que una parte de mí lo disfrutó. No tienes ni idea de lo que la puta de mamá me hizo. ¿Puedes vivir con monstruo como yo, papá? ¿Puedes?

—Tú eres mi hija —replicó Cortez con firmeza—. Yo te vi nacer, te acompañé en tus primeros pasos. No importa qué te consideres, seguiremos siendo familia.

Valeria soltó un suspiro, las palabras de su padre realmente eran reconfortantes; ciertamente lo había extrañado en todo este tiempo. Tristemente, su tranquilidad emocional no duró mucho. Todavía había algo que la inquietaba. Se levantó y fue hacia la ventana, dudando si abrir las persianas o no.

—¿Qué sucede? —preguntó su padre.

Antes de responder, la joven vampira jugueteó con el rubí que colgaba de su collar y el cual le ayudaba a caminar bajo el sol.

—No viste la forma en la que me vio —respondió Valeria y suspiró—. No creo que Danny quiera pasar más tiempo conmigo. Él es mi amigo... y no creo que me permita ver a... a Benny.

—No creo que eso suceda.

Entonces Valeria miró a su padre por encima del hombro.

—¿Así? ¿Y cómo estás tan seguro?

—Porque están abajo y pidieron verte.

—¡¿Qué?!

De inmediato, Valeria se sobresaltó. Su alterada mente había nublado sus sentidos, o quizá era la falta de sangre de ese día lo que le había hecho no darse cuenta de las personas que entraron a su casa.

En ese momento, todo lo que estaba pensando Valeria se disipó siendo reemplazado por la ansiedad y emoción de ver a sus amigos; más por volver a ver a Benny. Ni siquiera esperó a que su padre se levantara. Ella salió corriendo y bajó a la sala en donde se encontraban Benny y Danny hablando con Allison. Se detuvo antes de entrar y quiso mantener la compostura.

—Hola Val —saludó Allison con una sonrisa.

Antes de siquiera responder, la joven vampiresa corrió hacia la pequeña hielera azul y tomó unas de las bolsas de sangre. De allí, entre risas, Valeria alzó la mano en respuesta del saludo y fue a sentarse al lado de su prima, mostrando una sonrisa ensangrentada.

—Hola chicos —dijo ella con una leve sonrisa.

Danny permanecía serio, pero mostró una leve sonrisa que la hizo recuperar el aliento.

—Oye Val —empezó a decir el joven; para Valeria, el hecho de que Danny empezara a llamarle "Val" ya era buena señal. Danny continúo: —Mira, sé que ayer fue un día muy tenso. No estoy de acuerdo con que casi mates a ese matón, aunque... creo que exageré un poco. Sé que no tuviste esa intención. Eres mi amiga y yo confío en ti. —Se detuvo en seco para ver la reacción de la vampira—. Estamos bien, ¿verdad?

En el rostro de Valeria se dibujó una amplia sonrisa mostrando su blanca dentadura.

—Claro que estamos bien, tonto.

Tanto Allison y Danny rieron con ese comentario. Sin embargo, Valeria tenía la mirada puesta en un solo individuo. Sus ojos se cruzaron con los de Benny que le correspondió con una muy leve sonrisa y volteó la mirada hacia Danny.

—¿Ves? No fue tan difícil —comentó el muchacho mientras se iba parando—. Ya vámonos.

Valeria le seguía con la mirada. No quería que se fuera, acababa de conocerlo oficialmente el día de ayer y aún quería profundizar más en los sentimientos hacia él. "¿Por qué le intrigaba? ¿Por qué perdió el control para salvarlo?"; las preguntas se hacían una tempestad en su cabeza. Quería gritar, saltar sobre él, dejar que sus instintos vampíricos se apoderaran de ella y reclamarlo como suyo.

Por un momento, creyó que Allison la estaba viendo. Su semblante tenso y ligero pasó a ser uno más sereno, aunque no le quitaba la vista al pequeño Benny.

—Chicos, hoy es la fiesta de Jan —dijo Allison mostrando una sonrisa maliciosa.

Benny se detuvo en seco y Danny, que estaba por pararse, volvió a sentarse mientras se formaba una extensa y radiante sonrisa.

—Es cierto.

—¿Tú quieres ir, Val? —preguntó Allison, girando la cabeza hacia su alta prima.

—Pues, no lo sé... —vaciló Valeria con un poco de temblor en su voz. A pesar de que ya había resuelto el pleito con su amigo, todavía no se sentía lista para salir.

—Tienes que ir —dijo Allison antes de que Valeria pudiese terminar—. Benny va a ir, ¿cierto?

Benny se sobresaltó.

—¿Qué? ¡No!

—Lo prometiste —dijo Allison con una sonrisa maliciosa, y se volteó hacia Valeria haciéndole un guiño; Valeria entendió lo que quería hacer.

—No, dije que lo pensaría —replicó Benny con los brazos cruzados y arqueando las cejas.

Entonces Valeria se levantó y se acercó a Benny. Nuevamente se dejó en evidencia la diferencia de altura entre los dos, Benny apenas sobrepasaba su hombro y llegaba a su mentón; ella parecía conmovida por ese detalle.

—¿Por qué no quieres ir, Benny? —dijo ella meneando la cabeza hacia un lado sin dejar de verlo.

Valeria no pudo controlar un lado de sus más profundos instintos vampíricos y eso se representó en sus ojos rojos y brillantes.

—¿Intentas hipnotizarme, Valeria?

Valeria soltó una risa y se frotó los ojos.

—No Benny, solo quiero saber por qué no quieres ir —dijo la vampira volviendo la mirada hacia él—. Puedes divertirte.

—Es que tengo cosas que hacer —protestó Benny.

Mientras que Allison sonreía caprichosamente, Danny entendió la complicidad de las dos primas y no podía creer que Valeria estuviera manejando así, pero lo que más le sorprendió era ver a Benny en ese estado. A pesar de que nunca estuvo del todo consciente de los problemas que pasaba su pequeño hermanastro, siempre lo había visto salir airoso de enfrentamientos contra Esteban o Vicente, pero ahora no sabía que refutar ante la chica que prácticamente lo estaba acorralando contra la pared en este momento; de forma literal. Quizá sea por la altura imponente que tenía la vampira o la forma en que lo trataba. Sea cual sea el caso, lo que estaba presenciando era algo histórico.

—¿Y qué tienes que hacer? —preguntó Valeria a Benny.

La conversación seguía entre ambos. Benny no sabía que excusa tocar y Valeria entendió que ya lo tenía.

—Bueno, cosas... —insistió.

—¿Cómo qué? —dijo la vampira extendiendo su sonrisa y esforzándose por resistir el estallido de risa que se acumulaba en su pecho.

—Pues...

Puede que sea algo cruel, pero Valeria encontraba divertido que el muchacho buscase una excusa para no ir a la fiesta. Acercó su rostro hacia él y meneó la cabeza hacia un lado buscando sus ojos. Ella se perdió en su mirada memorizando cada detalle, sintió la picardía de su personalidad y también una profunda tristeza. Al sentir eso, Valeria supo que no solo debería ir con ella a la fiesta, sino que lo necesitaba. Se reincorporó y le tomó de la mano, y posicionó su dedo en el mentón del muchacho para guiarlo hacia su cabeza.

—Solo cosas —reiteró, algo impaciente.

—¿Entonces a qué viniste? —preguntó Valeria con una mueca juguetona.

—A vigilarte —respondió Benny; no se molestó en buscar alguna otra excusa.

La respuesta del muchacho hizo reír a Valeria.

—Bueno Benny, puedes vigilarme en la fiesta —dijo suavemente—. Por favor ven conmigo. No puedes perderte esta fiesta. Va a seguir un lindo lugar para charlar, socializar y bailar... 

Mientras decía "socializar", Danny y Allison hacían señas desaprobatorias, nervioso de que tales palabras echaran por la borda todo lo que estaba consiguiendo Valeria.

—Yo no sé bailar —dijo Benny con una sonrisa fría.

—No te preocupes, te enseño —afirmó la vampira con una sonrisa confiada, luego suplicó haciendo un puchero—. Vamos ven, necesito a mi pequeño guardaespaldas y su bazuca, si es que la has traído.

Benny soltó una sonrisa.

—Siempre la traigo.

—Entonces, ¿eso es un sí? —preguntó Valeria agachando su cabeza hacia él y correspondiéndole la risa.

Benny liberó un pesado suspiro mirando hacia un lado directamente a Allison, quién ocultaba su risita tras sus dedos.

—Sí, sí —asintió con desgano.

En ese momento, Valeria soltó un chillido de emoción mientras abrazaba a Benny y frotaba su cabeza contra la suya. Luego lo soltó y fue hacia la escalera a gran velocidad.

—Gracias Allie —gruñó Benny.

—Tú dijiste que lo ibas a pensar, tan solo te di un empujón.

Luego, la chica se levantó y fue hacia las escaleras para unirse con su prima.

—Vamos a casa a cambiarnos —dijo Danny.

—¿Para qué?

—No vas a ir con esas fachas —replicó su hermano señalando al polo negro y pantalones vaqueros desgastados—. Es una fiesta, hay que ir presentables.

Mientras Danny se levantaba, Benny se quedaba mirando la escalera con un nudo en la garganta. Aún podía sentir la presencia de Valeria a su alrededor, como si todavía la tuviese encima. Recordó todo lo que había leído sobre los vampiros tras su primer encuentro con Valeria. ¿Sería verdad? ¿Ellos marcan a sus esclavos? ¿Era esclavo de Valeria?

—¿En qué me metí? —fueron las palabras que salieron de su boca, refiriéndose a su posible nueva relación con la vampira y con la idea de ir a la fiesta.


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