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By HarleyQuinnBaby

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Estaba tan enfocada en amarla cรณmo merecรญa que no se diรณ cuenta de que ella ya era suya. More

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Introducciรณn.
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By HarleyQuinnBaby

M I K O •

Me sentía fatal.

La discusión con Andy me había dejado rota, y el no saber nada sobre Lucya lo había empeorado todo.

Esta vez, no podía controlar la situación. Se me había salido de las manos y no sabía cómo arreglarlo.

Quizás estaba dolida por haber alejado a Lucya, pero lastimar a Andy me dejó totalmente lastimada. Es que dejarla llorando en el baño de una discoteca fue lo peor que pude haber hecho, después de romper con ella claro.

- ¿Por qué actuaste así con ella, Victoria? - Me pregunta abrazándose a sí misma con lagrimas en sus ojos.

- No sé - las ganas de llorar que tenía eran increíbles, pero ninguna gota salía de mis ojos. Mínimo debía mostrarle que la situación me dolía, pero no podía -. No lo sé.

- Pero es obvio - exclama entre sollozos -. Es obvio que te gusta - niego con rapidez, pero ella asiente repetidas veces -. Sí, no te lo niegues, ella te gusta.

- No lo sé, Andy... no lo sé - intento acercarme, pero ella insiste en mantenerse alejada. Me rompe verla así. Me mata saber que es mi culpa -. Perdóname.

- Está bien, ¿sabes? Está bien. No cogieron pero si te gustaba, así que... es lo mismo.

- No me gusta, Andy, por favor... lo nuestro estaba mal desde hace tiempo.

- ¡¿Y por qué regresaste conmigo si todo estaba mal?! - Gritó cómo pudo y me sentí una mierda -. ¿Por qué me hiciste esto? ¿Por qué me ilusionaste?

- No sé - la primera lágrima cayó por mi mejilla -. No quería estar sola... no te quería perder - levanté la cabeza y la miré a los ojos -. Aún te amaba... pero no cómo antes.

Asintió mientras tragaba con dificultad y secó sus lágrimas con la manga de su camiseta.

Me dolía saber que ella quería escapar de mis brazos cuando yo deseaba tenerla entre ellos una última vez.

- Lo peor es que yo si te amaba como antes... y aún lo haría a pesar de que me rompiste de la peor manera.

- Lo siento, yo...

- ¡No digas que lo sientes si es evidente que te importó una mierda lo que yo sentía!

- ¿Y qué querías que haga? - Grité por primera vez -. Te lo había dicho, te dije que yo necesitaba tiempo porque sentía que las cosas ya no eran iguales y...

- Te di el tiempo que necesitabas - gritó llorando desconsolada.

- Sí, lo hiciste. Pero luego me presionaste a volver y no supe que hacer.

- Entonces todo es mi culpa...

- No, todo es mi culpa por volver contigo cuando claramente no debí hacerlo - aunque el dolor esté acabando conmigo, aunque me arrepentiría luego, no veía la hora de terminar con esto de una vez por todas -. Así que... nosotras - nos señalé -, ya no va.

- Vicky, por favor, solo...

- No, se terminó.

Y sin decir más, salí corriendo de ese lugar, escuchando sus llantos y palabras que me rogaban volver.

Fue horrible cada segundo de esa situación. El dolor parecía matarme lentamente, y cuando menos lo esperé se instaló en mi, preparado para atacar en cualquier momento en que se presente algo que me dañe.

Por eso, intentar lidiar con ello era muy difícil.

Realmente estaba cansada de todo esto. Deseaba ser de esas personas que no tenían la capacidad de amar a nadie. Deseaba ser alguien completamente distinta. Deseaba dormir y dejar de sentir.

Deseaba a Lucya... y al mismo tiempo... deseaba no quererla como lo hacia. No quería decir que era su culpa, solo que... la quería tanto que lucharía por obtener su amor, pero tampoco quería lastimarla como lo hice con Andy.

Así que... probablemente, lo mejor sea empezar a olvidarla.

(•••)

• L U C Y A •

Jueves, 6 de Octubre.
15:45 p.m.

- ¿Segura estás bien? - Insistió Fufu cuando no quise dejar la cama por segunda vez en el día.

Me había despertado a las 12 del mediodía y solo me moví para agarrar el celular y mirar Instagram. Tenia hambre, pero la verdad es que ni tenía ganas de levantarme; algo que preocupó a Fufu, quien me trajo la comida a la cama luego de discutir conmigo por no ingerir alimento adecuadamente.

- Sí, estoy bien... es que ando media bajón - me justifiqué sentándome para empezar a comer.

- ¿Por qué?

- Honestamente no sé.

- Bueno, si quieres hablar aquí estoy - me dice mientras mete un mechón de pelo detrás de mi oreja.

- Sí, gracias - le sonrío y le tiro un beso -. Está muy rico.

- Lo sé...

Hizo una pausa.

- Preguntá - lo invité cuando vi que no se animaba a hablarme.

- ¿Podemos hablar de lo que casi pasa? - Dice finalmente y yo me tapo la cara con las manos, sonrojada a más no poder -. ¿De verdad te pones nerviosa?

- Sí, no te burles. Es que... era de noche y estaba tomada, la timidez no existía - me justifique sin mirarlo.

- Así que... ¿para hablar de esto tienes que estar ebria?

- Exacto.

- Eres tremenda - hice un puchero y asentí -. Yo no necesito alcohol para perder la timidez ¿sabes? Si quieres te puedo enseñar - me dice mientras se sienta a mi lado y se acerca peligrosamente a mi rostro.

Sus labios van a parar a mi cuello expuesto, su aliento choca contra mi piel y la hace estremecer. Sabe lo que hace pero finge no tener la más mínima idea de lo que me estaba provocando.

- Eemm... creo que... - se me dificulta hablar cuando sus labios finalmente tocan un punto sensible en mi cuello -. Creo que deberías desayunar... ¿desayunaste?

- No - responde de inmediato, separando su boca ligeramente de mi cuerpo -. No desayune, así que tengo hambre...

Mierda, lo había empeorado.

Por supuesto me gustaba esta sensación, me elevaba la temperatura como hace tiempo no sentía. Pero que sea de día no me daba la inspiración suficiente para soltar la timidez y dejarme llevar.

- Tendrías que parar - le sugerí y lo hizo, a duras penas. Me miró con el ceño fruncido, haciendo un tierno puchero -. Me gustaría seguir, pero no tengo el valor para hacerlo.

- Está bien, no hay presión linda - me dio un beso en la mejilla. Giré mi cabeza un poco más y prácticamente lo apuñalé con la mirada -. ¿Qué pasa?

- ¿Solo voy a recibir besos ahí? - Mi pregunta lo tomó por sorpresa -. Esperá... ¿te da vergüenza?

- ¿Cómo me podría dar vergüenza si estuve a punto de comerte en esa fiesta?

No Jazlyn, no me hables así que me prendo y ahí si que voy a ser alguien completamente desconocida.

- Bueno, pero me parece raro que a estas alturas no me hayas comido la boca a besos - su labio inferior fue atrapado por sus dientes.

- Estaba esperando el momento perfecto, nena... Pero ya que insistes...

Y sus labios chocaron contra los míos en cuestión de segundos sin darme tiempo a adoptar una posición cómoda para seguirle el beso.

Pero de inmediato me amolde a sus movimientos, me adapté a su agarre en mi nuca y me dejé llevar por las magnificas sensaciones que me otorgaba su boca.

Seguía teniendo el mismo efecto que me hechizó la primera vez que nos besamos. Era tentador seguir explorando su boca y sentirlo más cerca mío.

Creía muertas esas sensaciones... pero seguían ahí y, honestamente, me ponía feliz de que así sea.

(•••)

Jueves 13 de Octubre
14:05 p.m.

- Date la vuelta - le indiqué a Eva cuando salió del probador con un vestido plateado al cuerpo que le quedaba espectacular -. Sos divina nena, acordate que estoy disponible - le guiñé el ojo y ella soltó una risa, para luego volver a cambiarse.


La mirada interrogante de Fufu quemaba el costado de mi cara. Lo miré y sonreí burlona.

- ¿Celoso?

- Puff, ya quisieras - se negó aguantando la risa, pero no pudo y acabó por contagiarme también -. Oye ¿ustedes acostumbran a hacer esto?

Alicia, Eva, Fufu y yo decidimos darnos un tiempo para estar juntos después de tanto tiempo sin vernos, y por eso concluimos que una tarde de compras sería lo más ideal.

Creo que las más entusiasmadas eran mis amigas.

- Honestamente no, quizás por eso andan tan contentas - dije sonriente al ver la expresión de feliz cumpleaños que tenía Alicia cuando salió con un vestido rojo y sensual -. Uff, sos una bomba.

- Me gusta esto - susurró Fufu y yo giré mi cabeza con una ceja alzada.

- ¿Te gusta ver a mis amigas en vestidos escotados y súper sexys? - Soltó una carcajada.

- No, me gusta volver a pasar tiempo juntos como antes - me recuerda acariciando mi mejilla levemente -. Sentir celos de tu amiga no está bien, nena - puse mis ojos en blanco mientras sonreía, pero casi de inmediato borré esa curvatura.

El momento que comenzó a tejerse en mi cabeza me golpeó con una rapidez destructiva, y amenazó con extenderse si seguía profundizando el recuerdo. Lo dejé desvanecerse a duras penas y le presté atención a mis amigas.

No supe nada más de Victoria desde la pelea que tuvimos en el cumpleaños de Nadya. Nos ignoramos por completo esta semana y eso levantó sospechas por parte de mis amigas ya que había decidido no contarles nada aunque me moría por hacerlo.

No sé porque mi enojo era tan grande. Quizás se debía al hecho de que ella buscaba una manera de alejarme. O quizás se debía a sus estúpidos celos confusos.

Pero eso era lo que yo quería ¿o no? Quería sus celos, quería importarle de esa forma pero... tenía novia, y lo que ella me decía era que la amaba. Asique, aunque una parte de mi cabeza pensaba firmemente que Miko gustaba de mi, otra parte más grande y razonable me decía que eso no era cierto.

Y estaba segura de que todo era una confusión y que Miko no sentía nada.

Esta semana sin hablarle fue clave para acercarme un poco más a Fufu, y honestamente funcionó bastante. Podía sentir que conectábamos bien. Cada vez nos encontrábamos más unidos.

Pero aunque intenté alejarme y olvidarme de Victoria, el destino o lo que sea que controle mi vida, se encargaba de unirme a ella de alguna manera u otra.

Tampoco era mucha ciencia, después de todo el concierto era algo común.

Asique, entre tantos pensamientos, compras, risas, bromas y conversaciones, la noche se había hecho presente, y con ella la preparación para el show de Miko.

Alicia y Eva aún no estaban listas, pero yo ya había acabado hacía rato y me encontraba distrayéndome con los mensajes que le mandaba a Fufu.

Él no iría porque tenía planes con una amiga, por eso le mande una foto mía para que vea como iba vestida.

Fufu my love 😻

Que hermosa eres por Diosss

Ya sé, ya sé

Sabes? Aún tengo ganas de ti

Si te portas bien vas a saciar
tus ganas

Me conviene portarme bien, entonces.

Sonreí como estúpida y giré mi cabeza cuando escuché a mis amigas bajar por las escaleras, ya listas para partir rumbo al concierto de Miko.

(•••)

20:00 p.m.

Llegamos una hora más temprano a petición de Mariana, quién nos recibió en la parte trasera del estadio en el que sería el show, ya que la entrada estaba llena de fans.

Nos llevó dónde los demás y saludamos a todos, para después encontrarnos con una arreglada y hermosa Young Miko.

Sonreí ante su carita de emoción y sus saltitos inquietos, pero de inmediato borré la curvatura en mis labios cuando se acercó a saludar a mis amigas, lo que significaba que yo seguía.

Intenté relajarme, respirar profundo y empujar todo rencor hacía otro lugar. Esta era su noche, era una ocasión especial y tenía que hacerla sentir bien.

Llegó a mi después de lo que pareció ser una eternidad y me saludó con la mano, sonriendo incómoda y manteniendo distancia.

Sin embargo, no lo pude evitar y la envolví con mis brazos, siendo correspondida al instante con energía, como si lo necesitara.

- ¿Nerviosa? - Pregunté luego de separarnos.

- Sí, demasiao', pero también estoy contenta - confesó moviéndose con entusiasmo, logrando sacarme una risa.

- Vos tranquila, la vas a romper y todos van a disfrutar - la animé y sonreí.

Ella también me sonrió y luego bajó la mirada a sus pies, sin saber qué tema de conversación sacar para rellenar el silencio.

Yo tampoco sabía qué decir, estaba muy distraída como para pensar en algo.

- ¿Quiere'... hablar? - Me pregunta de repente, pestañeando esperanzada.

Mierda, no esperaba esa pregunta.

- Eeeh... ¿ahora? Digo, es que tenés que practicar ¿o no?

Era una de mis pasiones evitar conversaciones difíciles.

- Ya practiqué - me miró fijamente, con seriedad.

- Está bien - ella asintió y me hizo una seña para que la siga.

Miré a mis amigas, rogando que su atención no esté puesta sobre mi para no recibir un interrogatorio.

Pero la suerte no estaba de mi lado y ellas tenían sus ojos bien puestos sobre mi, seguramente preguntándose miles de cosas y pensando con que atacarme cuando acabe.

Dejando de lado la curiosidad de mis amigas, le presté atención a los pasos de Miko, quién me llevó hasta su camerino en silencio.

Honestamente, sí quería arreglar las cosas con ella, no soportaba estar enojada y tenerla lejos... pero no me servía para distraerme de lo que sentía.

Entramos en la pequeña habitación y tomé asiento en una silla cerca de la puerta por si quería salir corriendo de los nervios. Ella se mantuvo lejos, apoyando sus manos sobre la mesa detrás suyo.

Nos mirábamos sin saber por dónde comenzar.

- Supongo que yo tengo que empezar a disculparme - dije con torpeza, arrepintiendome enseguida.

- ¿Por qué debería' disculparte? - Preguntó ella con el ceño fruncido -. No ha' hecho nada malo.

- Bueno, digamos que no te traté de la mejor forma posible - hice una mueca -. Perdón por eso.

- No pida' perdón. Me lo merecía - agarró su silla y se sentó al lado mío -. No debí reclamarte nada.

Una punzada de dolor se manifestó en mi pecho. De verdad odiaba el poder que tenía sobre mi y mis sentimientos.

- ¿Por qué lo hiciste? - Quise saber con un nudo en la garganta. Sentí un peso en mi hombro, llevándome a girar mi cabeza para encontrar la de Miko.

- Yo creo que e' evidente - me dio la misma maldita respuesta de aquella noche -. No quería aceptarlo, pero esa e' la razón.

Entonces mi mente lo procesó y explotó.

Todo sentimiento de tristeza, dolor y negación se esfumó por completo, y en cambio le di la bienvenida a la satisfacción de ser correspondida en el sentimiento. Cualquier pensamiento negativo desapareció y con ellos el desgano que tenía.

No podía creerlo. Realmente estaba feliz de saber que la mismísima Young Miko gustaba de mí.

~•~•~•~•~•~•~

Holaaa, que tal?

Perdón por la tardanza, es que estuve media ocupada escribiendo otras historias 👀👀👀

Este capítulo no me convenció mucho, pero falta poco para...

Lxs quiero!!!


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