__𝐉𝐔𝐒𝐓 πŒπˆππ„; Young Mi...

By HarleyQuinnBaby

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Estaba tan enfocada en amarla cΓ³mo merecΓ­a que no se diΓ³ cuenta de que ella ya era suya. More

_𝐉𝐔𝐒𝐓 πŒπˆππ„; Young Miko.
IntroducciΓ³n.
_𝟢𝟷_
_𝟢𝟸_
_𝟢𝟹_
_𝟢𝟺_
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_𝟢𝟽_
_𝟢𝟾_
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_𝟷𝟢_
_𝟷𝟷_
_𝟷𝟸_
_𝟷𝟹_
_𝟷𝟺_
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_𝟷𝟼_
_𝟷𝟽_
_𝟷𝟾_
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_𝟸𝟷_
_𝟸𝟸_
_𝟸𝟹_
_𝟸𝟺_
_𝟸𝟻_
_𝟸𝟼_
__𝐉𝐔𝐒𝐓 πŒπˆππ„ 𝟐; Young Miko.
_𝟢𝟷_
_𝟢𝟸_
_𝟢𝟹_
_𝟢𝟺_

_𝟷𝟿_

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By HarleyQuinnBaby


22: 50 p.m.

• L U C Y A •

Lunay y la reina de Bad Gyal llegaron al poco tiempo y se maravillaron con Fufu.

Me pareció tierno cuando hablaba con ellos. Era como un niño pequeño conociendo a sus ídolos.

Por otra parte, la pequeña fiesta estaba siendo un éxito. La comida, la música, las bebidas y las luces de colores que puso Eva le daban un toque genial.

Sin embargo, Miko parecía estar descontenta con la diversión.

Estaba sentada en un sillón con una copa en mano mientras miraba todo con expresión seria. Miraba todo, pero me evitaba a mi y no sabía porqué.

Andy, por otra parte, estaba emocionada con Bad Gyal.

- Que onda esa cara - dije sentándome al lado de la puertorriqueña, quien me miró y me sonrió de manera forzada.

- Ando cansada - respondió agotada.

- Creo que necesitás un trago fuerte - le sugerí y ella asintió con ganas -. Ahora te lo traigo.

Caminé hasta la barra que se situaba detrás de una pequeña puerta corrediza, pegada a la cocina, y saqué una botella de vodka que le mostré desde lejos. Miko sonrió y asintió mientras alzaba su dedo pulgar.

- Che amorcito - me llamó Alicia seguida de Eva -. ¿Quién es la morocha que está sentada al lado de Miko?

Alcé mis cejas con sorpresa e incliné mi cabeza para verlas hablando. Que rápida.

- La novia de Miko - les informé con tranquilidad y me observaron con sus ojos bien abiertos, intercambiando miradas llenas de sorpresa e intriga.

- ¿¡QUÉ!?

Casi les pego cuando todos se giraron a verlas. Les hice una seña de que estaba todo bien y volví con mis amigas.

- ¿Por qué son tan escandalosas? - Les pregunté susurrando, inclinado mi cabeza hacia ellas.

- Vos sos igual - se quejó Eva haciendo una mueca -. ¿Y cómo qué es su novia?

- Sí, ella me lo dijo. Andan desde hace 4 años - casi se les salen los ojos.

- Entonces... ¿sabrá que tiene los cuernos más grandes que Europa? - Se preguntó Alicia.

- ¿Cómo pasó por la puerta? - Quiso saber Eva.

- No sean malas - reproche y suspiré -. Miren, yo no sé cómo funciona su relación, así que mejor ni me meto.

- Entonces... ¿Por eso estabas tan mal cuando volviste de su casa? ¿Por qué te dijo que tenía novia? - Cuestionó Alicia, a lo que Eva se dió cuenta de todo y abrió su boca con asombro.

Ambas entendieron algo al mismo tiempo y me miraron con sorpresa.

- Miren, el interrogatorio para mañana que ahí viene.

Cómo las grandes disimuladas que son, giraron la cabeza al mismo tiempo al ver a Miko acercarse, quién frunció el ceño por la exagerada atención.

- ¿Qué pasa? - Interrogó.

-  Nada - dijeron al unísono y se fueron. Si serán boludas.

- Acá tenés - informé deslizando el vaso con vodka por la mesa.

- Gracias - se sentó en la banqueta y me miró expectante.

Estaba muy linda, como siempre. Vestía jeans holgados y un top blanco.

- Tú y Fufu... ¿son algo? - Preguntó sería, moviendo el vaso de una mano a la otra.

Me ponía nerviosa su mirada azulada fija en mis ojos.

- No. Lo fuimos en el pasado, pero no se dió.

- Entonces te refería' a ella ayer - Asentí. Desvió la mirada hacía la bebida.

Intenté reprimir toda necesidad de tocarle la mano para sentir la suavidad de su piel. Y también para delinear sus tatuajes.

- ¿Sabés? Tengo una duda - me inquieté y ella alzó su mentón, como invitándome a preguntar -. ¿Le pusiste los cuernos a Andy?

- No - soltó un par de risas -. Estuvimo' separada' por un tiempo - moví mi cabeza hacia un costado y fruncí el ceño -. Cuando me fui de tu casa la otra ve', ella me llamó... Quería hablar conmigo para arreglar nuestra relación, y yo no estaba preparada... pero lo pensé bien y ahora estamo' junta' de nuevo.

Sentía un terrible dolor en la mandíbula de tanto apretarla para no llorar, pero me tragué el grueso nudo que tenía en la garganta y le sonreí.

- Se nota que se aman. Digo, para intentarlo otra vez...

- Sí, nos amamos.

Tengo la puta manía de querer saber cosas que sé que me harán mal pero de todas formas necesito saber. Soy una masoquista de mierda.

- Amor, ¿que hay para tomar? - Llegó Fufu a salvarme.

- ¿Amor? - Quiso saber Miko, girando su cabeza para verlo de reojo.

Incluso antes de confesar que nos gustábamos, nuestro trato se basaba en ser cariñosos con el otro la mayor parte del tiempo.

A pesar de no hablarnos desde hace mucho, aún le tenía la suficiente confianza como para que siga siendo así.

- Es mi amor - le respondió Fufu haciéndome sonrojar.

Intenté esconder la sonrisa de tonta mientras le preparaba Gancia mezclado con Sprite, pero no me salió y ambas lo notaron.

- Te sonrojaste. ¿Aún te pones tímida? - Preguntó acariciando mi mejilla con sus dedos.

- Basta - la detuve entre risas nerviosas luego de mirar a Miko fugazmente.

No estaba contenta. ¿Qué le pica a esta?

Fufu y yo nos miramos con emoción al escuchar Hello de Karol G y Ozuna. Rodeé la barra, lo tomé de la mano y lo arrastré al centro del cuarto dónde los demás también comenzaron a bailar con entusiasmo la canción.

Al principio, Fufu se movía con timidez a pesar de que yo le bailaba de forma tonta para darle ánimos. La distancia entre nosotros fue considerada hasta que tomé su mano para que me dé una vuelta, y cuando estuve de espaldas me pegué a él.

Quién quita que está noche de tanto calor nos desnudamos...

Me fue imposible no presionar mi cuerpo contra el suyo en esa parte. Mi culo contra su pelvis hacían fricción de una forma tortuosa, y creo que eso lo puso nervioso porque me miró con una sonrisa tímida y me abrazó por detrás.

Sonreí y puse mis manos sobre las suyas en tanto mis ojos se fijaban en como Miko agarraba a Andy y la besaba con cariño.

(•••)

3: 35 a.m.

Decidí salir afuera para tomar aire y descansar mis pies porque me dolían de tanto bailar.

Tenía una copa de champaña en la mano y estaba apoyada sobre mi auto mirando las olas chocar entre si, creando un sonido bastante relajante.

Lo único que perturbó mi calma fue el ruido de un chispazo.

Giré mi cabeza y me encontré con Fufu encendiendo un porro, saliendo de las sombras para acercarse a mi.

- Aún fumas - afirmé corriéndome para darle lugar.

- Los vicios no se pierden - dijo sonriente mientras el humo salía de su boca -. ¿Tu fumas? - Me preguntó extendiendo el porro hacía mi.

Lo tomé entre mis dos dedos y le di una larga calada, deleitándome con el familiar olor a marihuana.

- A veces - confesé devolviéndolo.

Nos quedamos en silencio con la música rimbombante de fondo en contraste con el sonido de las olas, haciendo una mezcla extraña pero agradable.

- ¿Recuerdas lo que hacíamos al fumar? - Me preguntó mirándome fijamente.

Escondí mi sonrisa y miré mis zapatos, sonrojándome por el recuerdo.

- No. Quizás deberías hacerme recordar - lo desafíe. 

Pasó su brazo por mis hombros, acercándome más a su cuerpo. Su dedo pulgar estiró mi labio inferior hacia abajo, luego acortó un poco la distancia entre su boca y la mía, entreabriendo un poco para pasarme el humo. El contacto pudo haberse unido si no fuera por el carraspeo de Miko.

Nos separamos un poco pero Fufu dejó su mano detrás de mi nuca, acariciando mi piel con cuidado.

- Me puse nerviosa - le susurré entre risas y sonrió -. ¿Todo bien? - Le pregunté a Miko atontada al ver su expresión asesina.

- Sí - respondió cortante mirando al costarricense de manera fugaz -. Cuánta confianza le tiene' para dejarle hacer esa' cosa' - observó Victoria mirándome con seriedad -. A mí apena' me deja' tocarte.

Sonreí y alcé mi ceja derecha.

- Solo marco lo que es mío - bromeó Fufu, sonriendo de lado.

- ¿Tuyo? ¿Desde cuándo?

- Desde siempre - acarició mi nuca y me hizo mirarlo -. ¿O no?

- Yo no soy de nadie - me crucé de brazos y Miko sonrió, mientras que Fufu alzó su ceja derecha.

- Eso no dijiste esa vez en la que... - no terminó porque le di un pequeño golpe en el hombro, causando su risa descontrolada.

- Basta o te hecho - lo amenacé apuntándole con mi dedo índice y alzó sus brazos.

- Como digas, señorita.

Al percibir la incómoda atmósfera entre nosotras, le hice una seña a Fufu para me deje a solas con Miko. Obedeció y entró a la casa no sin antes darme un beso en el cachete.

Me crucé de brazos y me acerqué a Miko sonriente, permitiéndome tocar su cuello para acomodar las cadenas que decoraban su piel.

- ¿Detecto celos, Victoria? - Se tensó ante mi tono de voz ronco y desafiante. Sus ojos inquietos hallaron los míos e intentaron intimidarme, pero gracias al alcohol en mi sistema no me provocó nada.

- ¿Celos? No, solo era una pregunta.

- ¿Y que significa eso de que no dejo ni que me toques? - Corté con el contacto y junté mis manos detrás de mi espalda baja -. ¿Querés que te deje tocarme?

Vi como sus pupilas se dilataron, como su cuerpo reaccionó ante mis traviesas palabras, las cuáles eran parte de un juego peligroso que tenía límites bastante fastidiosos.

Límites que yo misma parecía estar pasando.

- ¿Estás toma'? - Quiso saber cruzándose de brazos, manteniendo la distancia.

- No te me pongas nerviosa - le avisé con una sonrisa ladina, a lo que ella se dió cuenta de la similitud de este momento con uno que sucedió cuando nos conocimos, con la diferencia de que los roles estaban invertidos.

- No estoy nerviosa - se negó, pero parecía como si quisiera convencerse a ella misma de que no lo estaba.

- ¿Ah no? - Mi zapato resonó en el pavimento cuando avancé un paso, haciéndola retroceder con torpeza.

Sin embargo, no me conformé con esa reacción y decidí acercarme hasta el punto de hacer que su cuerpo sea acorralado entre el mío y su auto.

- ¿Qué hace'? - Cuestionó nerviosa. Apoyé mis manos a los costados de sus caderas.

-  Nada que no quieras ¿o sí? - Tragó saliva notablemente -. Solo juego, tranquila.

Contenta por haber logrado ponerla en estado crítico, me separé con el mentón levantado y me recargue contra mi transporte.

- ¿Sabe'? Ere' interesante, Lucia Gaitán - fue su turno de acercarse. Me sorprendió que sepa mi verdadero nombre, pero lo que sentí al oírlo opacó toda sensación existente -. Quiero seguir conociéndote, y eso significa que no quiero que te aleje' - habló calmada con las manos dentro de sus bolsillos, mirándome desde arriba con su típica sonrisa.

Es increíble como pasamos de joder de manera atrevida a ser completamente tiernas con la otra.

- Yo también quiero seguir sabiendo de vos, así que no te vayas - le pedí nostalgia, recibiendo una caricia consoladora en la mejilla.

- Ten por seguro que nunca me voy a ir - sus ojos buscaron los míos con insistencia -. ¿Y tú te irás?

- No, jamás. Te lo prometo.

- Yo también te lo prometo.

~•~•~•~•~•~•~

" Promesas que se van a romper "

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