Mi Nueva Vida ll

By AdrianaMedina009

1.3K 191 37

Secuela de Mi nueva Vida la primera parte se puede encontrar en mi cuenta Adriana Medina710 More

Sentido de Pertenencia
La clase del profesor Binns
Mi primer partido
La villana se su historia
Dulce Navidad
Cobro de intereses.
San ValentΓ­n

El bendito club de Duelo

160 25 15
By AdrianaMedina009

⚠️Los personajes y escenarios de Harry Potter no me pertenece  ⚠️
⚠️Han sido tomados varios originales de los libros de Harry Potter ⚠️

A la mañana siguiente, Giny parecía estar más viva que nuca. Su cabello parecía tener un poco más de brillo y las bultos negros debajo de sus ojos habían desaparecido casi por completo. De alguna manera verla animada después de tanto tiempo alivio un poco mi conciencia.

La nueva actividad que drena mi tiempo y energía era la preparación de las poción multijugos. Demasiado compleja de hacer, ingredientes caros y extraños para colmo instrucciones demasiado específicas que deben realizarse en tiempos perfectos.
Estaba realizándola en mi taller a salvo de ojos ajenos, eso era por supuesto  seguro que cualquier baño habitado por una versión de la llorona.
Pero ni el complicado procedimiento ni el tiempo de preparación era lo que me irritaba, era más bien la sofocante calor expulsada por la poción.

—Esto es horrible, nunca más pienso hacer esta poción de nuevo en mi puta vida— Intentaba recoger mi cabello el cual se había pegado a mi frente.

Ahora parecía una completa maraña y se pegaba a mi rostro sudoroso. El cual estaba en las mismas condiciones que el resto de mi cuerpo al cual las prendas de ropa se le pegaban de manera incómoda.

—No deberías hacer juramentos que no puedes cumplir— Gellert me miraba con burla desde el sofá rojo miéntras leía un libro sobre dios sabe que.

—Entonces debería cortarme el maldito cabello para que no me estorbe— Estaba intentando recogerlo en una especie de cebolla pero los mechones rebeldes estaban fuera de mi control.

—No es cierto, cada mes haces un tratamiento para mantener tu cabello brilloso, largo y en perfectas ondas mieles. Alguien que se toma ese trabajo nunca lo cortaría por voluntad— El me miro con superioridad, como si fuera normal psicoanlizar a las personas.

Era cierto, hacía varios tratamientos para mantener mi cabello de revista como para simplemente cortarlo. Suspire antes de quitarme la ropa y dirijirme a la ducha. Podía sentir la mirada de Gellert fija en mi cada vez que quitaba una prenda de mi cuerpo.

—Tengo que ir a clases , por favor vigila la poción—

El medio que asintió, pero jamás quito sus ojos de mi cuerpo hasta que media horas después había terminado de arregalarme.

—Que tengas un magnífico día, amor—El dejo un suave y cariñoso beso en mis labios, que me hizo estremecer, luche contra el impulso de sentarme sobre sus piernas.

—Lo dudo— Solté en medio de un suspiro frustrado.

                           (.....)

Ese mismo día nos habíamos encontrado con el club de duelo y aunque no quería ir, la presión de Harry y Ron terminaron por hacerme ceder. De esa manera a las ocho de la noche, una vez llegamos al gran comedor, todas las mesas habían sido desplazadas.

—Tengo una muy mala impresión con respecto a quien nos enseñará  — El solo pensar en Lockart en un duelo me dio un escalofrío.

—Con tal de que no sea… —Harry empezó una frase que terminó en un gemido de resignación.

—Mierda no debimos venir— Ron resopló a mi lado y yo estaba tentada a irme.

La única razón por la que no lo hice era porque junto a Lockhart quien parecía demasiado feliz, se encontraba Snape.

No había visto al hombre desde que me llevo a la enfermería, y sabía que esta vez no había ido a verme. De repente recordé el beso que le había dado a Harry, era imposible que el no viera eso. Mi relación con el estaba en una especie de cuerda floja como para también ponerme a jugar a la ruleta rusa.

—¡Venid aquí, acercaos! ¿Me ve todo el mundo? ¿Me oís todos? ¡Estupendo! El profesor Dumbledore me ha concedido permiso para abrir este modesto club de duelo, con la intención de prepararos a todos vosotros por si algún día necesitáis defenderos tal como me ha pasado a mí en incontables ocasiones (para más detalles, consultad mis obras).
»Permitidme que os presente a mi ayudante, el profesor Snape —dijo Lockhart, con una amplia sonrisa—. Él dice que sabe un poquito sobre el arte de batirse, y ha accedido desinteresadamente a ayudarme en una pequeña demostración antes de empezar. Pero no quiero que os preocupéis los más jóvenes: no os quedaréis sin profesor de Pociones después de esta demostración, ¡no temáis!

Me reí sin disimulo, Lockhart pareció maravillado ante mi risa. Aunque realmente lo único que me parecía divertido era que el pensaba que tenía una oportunidad contra Severus Snape, la mano derecha de Voldemort.
Porque decir que Snape sabía un poquito del arte de batirse en duelo era un eufemismo tal como decir que el océano es un poquito grande.

—Debe estar demasiado asustado profesor, batirse contra un mago de calibre de Lockart— Había dejado en su cabeza, vi como contenía una risa.

—Míreme temblar señorita Granger— El devolvió a modo de broma y volví a reír abiertamente.

—¿No estaría bien que se mataran el uno al otro? —susurró Ron a Harry al oído, aunque fui capaz de de escucharlo.

Snape miraba con tanto desprecio a Lockhart que por un segundo dude que las miradas no pudieran matar. Había que reconocer que el mentiroso era al menos valiente o tal vez demasiado estúpido. Ambos  hicieron una reverencia, o al menos lo hizo Lockhart mientras que el contrario solo movió la cabeza con mal humor. Luego alzaron sus varitas mágicas frente a ellos, como si fueran espadas. Y aunque era realmente emocionante todo este show antes del duelo era increíblemente incensario. Los segundos de la reverencia te podían costar la vida, más si luchaba contra un mortifago. No me imagino a Bellatrix diciendo algo como « Oh está haciendo una reverencia no puedo cruciarlo hasta que no recuerde ni su apellido » . Eso no quiere decir que no se vea espectacular de todas maneras.

Como veis, sostenemos nuestras varitas en la posición de combate convencional —explicó Lockhart a la silenciosa multitud—. Cuando cuente tres, haremos nuestro primer embrujo. Pero claro está que ninguno de los dos tiene intención de matar.
—Yo no estaría tan seguro —susurró Harry, viendo a Snape enseñar los dientes.
—Una…, dos… y tres.
Ambos alzaron las varitas y las dirigieron a los hombros del contrincante. Snape gritó:
—¡Expelliarmus!
Resplandeció un destello de luz roja, y Lockhart despegó en el aire, voló hacia atrás, salió de la tarima, pegó contra el muro y cayó resbalando por él hasta quedar tendido en el suelo.

Los Slytherin virotearon a su profesor, silbe hacia Severus quien me vio complacido, antes de que Harry me apartará.
—Podrías simplemente no apoyarlo— Harry se había puesto delante de mí, impidiendo que viera a Snape, y su mano apretaba mi muñeca con fuerza.
Lockhart se puso de pie con esfuerzo. Se le había caído el sombrero y su pelo ondulado se le había puesto de punta. Eso es lo que pasa cuando subestimas a tu oponente, cuántas veces tendré que repetirlo. Voldemort subestimó a Harry porque era un bebé y perdió.
No presté demasiado atención a lo que pasaba hasta que sentí a Harry resoplar e irse a la tarima con cara de odio suprema que fácilmente podría competir con la de Snape.

—Bien, ahora tu contrincante será... —Pero Lockhart no pudo terminar de elegir antes de que Snape lo interrumpiera.

—Si me permite, creo que tengo el adversario perfecto para el señor Potter— Severus hablo casi como si fuera una serpiente.

Genial, tendría que ver el duelo entre Harry y Draco. Enserio no quería que ellos supieran que Harry hablaba parsel.

—Señorita Granger, suba a la tarima— La voz del Severus me saco de mi trance.

Normalmente Snape jamás mostraba alguna emoción de ningún tipo, su rostro era como una piedra al igual que se escudo de oclumancia. Pero podía jurar por los calzones de Merlín que estaba  disfrutando la idea de hacerme combatir contra Harry.

Negué con la cabeza, no tenía ganas de formar parte del show de Lockhart pero tampoco es como si pudiera negarme abiertamente. Camine hacia la tarima, lo único que se oía era el retumbar de mis botas contra el suelo. Con un ligero movimiento de mi muñeca mi varita llegó a mi mano. Sentí la presencia de Gellert y Hermione aún más fuerte. Sabía por experiencia que siempre están en un lugar en mi mente, nada invasivo, pero siempre estaban allí. Pero una vez mi varita estaba entre mis dedos, la conexión se volvía innegable. Era como si ambos estuvieran debajo de mi piel. Viendo con mis ojos y sintiendo con mi cuerpo, como si mi corazón bombera al mismo tiempo para los tres. Era una sensación estimulante a la vez de aterradora, las fronteras se rompían, difícilmente podría saber si mis pensamientos o sentimientos eran míos o de algunos de ellos.

Una vez estuve delante de Harry este me miro con cierto temor, sabía que el no quería combatir contra mi, de hecho yo tampoco quería hacerlo contra el.

Lockhart con toda la confianza que se pude tener, se acercó a Harry mientras le hablaba en el oído, dando consejos para el combate.

Sin duda eres el favorito de nuestro profesor, amor— Dejé en su cabeza a modo de broma y el se sonrojo completamente.

Antes de que Harry me contactará, sentí las manos de Snape sobre mi camisa, ya que me había quitado la capa antes de venir. Podía sentir sus manos sorprendentemente calientes contra mi cuerpo. Vi como Harry miraba la acción con ojos juzgadores y no tenía que ser adivina para saber qué en ese momento estaba a punto de maldecir a Snape.

Se acercó hacia mi, sentí su respiración contra mi cuello y no pude evitar que todo mi cuerpo se erizará. El bajo sus manos por mis brazos, hasta llegar a mi mano derecha  donde sostenía mi varita. El copio el movimiento del hechizo mientras lo pronunciaba en mi oído. Mi cuerpo se estremeció y sentí la necesidad de recostarme en su cuerpo. Olía demasiado delicioso y quise gemir y que me apretara contra su cuerpo.

Al igual que ambos adultos, realizamos una leve reverencia . No quería lastimarlo pero no estaba entre mis planes perder.

El hechizo que me había dado Snape se supone debería hacer aparecer una serpiente. Sin embargo mi forma de mover la varita no era como la del resto de los magos. Mientras estos la movían como si estuvieran utilizando una especie de espada, yo lo hacía como si fuera la maestra de una gran orquesta. Mi manera era de hecho exacta a la de Gellert, lo cual en cierto punto podía ser desconcertante.

Todos se habian quedado de piedra incluso yo, mientras la serpiente se deslizaba por mi cuerpo y se acercaba a un Harry completamente petrificado. La serpiente en cuestión era plateada, como si estuviera hecho por delgadas argollas de plantas que brillaban ante el más mínimo movimiento, con dos ojos similares a dos esmeraldas.

Le siseo a Harry y recordé que debía despertar y volver a la realidad. Había aplicado el hechizo exactamente como me había explicado Snape, pero no había sido la misma serpiente ni por asomo, está se veía demasiado peligrosa y mortal.

—No te muevas, Potter —dijo Snape sin hacer nada, disfrutando claramente de la visión de Harry, que se había quedado inmóvil, mirando a los ojos a la furiosa serpiente—. Me encargaré de ella…
—¡Permitidme! —gritó Lockhart. Blandió su varita apuntando a la serpiente y se oyó un disparo. La serpiente siseo amenazada, saltando sobre el. Lockhart como el cobarde perfecto soltó la varita y se quedó paralizado. Antes de que los colmillos de lo que sea que haya invocado se clavaran en la piel de Lockhart reaccione.
—Expelliarmus— El hechizo fue directo contra mi profesor de DCAO, quién cayó contra la pared , al darle el hechizo de lleno. 

Pero incluso después de lanzar a Lockhart varios metros lejos la serpiente plateada no  parecía querer calmarse. Se deslizó molesta
hacia Finch-fletchley y se irguió de nuevo, enseñando los colmillos venenosos.  Los mismos también parecían ser de plata y me quedé absorta. Por dentro también parecía estar hecha del mineral como sino fuera en lo más mínimo  parecido a un animal de verdad, ni siquiera en el interior.

—Oh diablos eres hermosa— Susurré directamente en parsel, no sabía si entendía una mierda de lo que estaba hablando. O si quiera si era una serpiente real pero era lo más hermoso que he visto en mi vida.

Alejate— Harry habló con fuerza, la serpiente parecía estar a punto de agachar la cabeza cohibida antes de mirarme y acercarse más al chico.

Detente— Sabía que el pelinegro tenía un complejo de héroe que no descansaba y aunque ahora era un poco menos intenso que en el libro original seguía allí.

Cuando voltie a ver al chico, este estaba aterrado, me miraba con tanto miedo que era ridículo.

—¡¿A que diablo juegas, Granger?!— El grito, realmente aterrado, fruncí el ceño con confusión.

Enserio te salvo la vida y así es como me lo agradeces, para la proxima ni siquiera voy a voltear a verte, vaya mal agradecido.  Mire a Severus, algo confusa por la situación y parecía incluso molesto. Movió la varita y la serpiente desapareció, sin embargo podía sentir como algo se enroscada a través de mi muñeca derecha, había un ligero escozor y luego nada. Aunque la sensación de tener algo allí, no desapareció por completo.

La habitación se llenó de murmullos y suspire derrotada, sabía que no tenía que venir al bendito club de duelo.

Ron desde su punto de vista nos había explicado cómo se había visto todo desde fuera. Por supuesto la situación no pintaba muy bien para mi. Había traído la serpiente a la tarima, luego había atacado al profesor Lockhart cunado este intento hacerla desaparecer y por último parecía que había incitado a la misma a morder a un estudiante mintras Harry intentaba detenerme. De todas formas que lo viera sonaba como un villano de Disney. Solo me faltaba un musical genial con unos buenos bailarines  y listo.

Sabía que Harry debía estar pensando sobre su descendía Slytherin, la verdad  dudaba que encontrará algo los  árboles genealógicos  de las familias sangre pura de Inglaterra estaban tan unidos que fácilmente podían ser uno solo. Sin embargo aún no entendía porque yo específicamente podía hablar parsel. O porque ahora tenía una serpiente de plata en mi brazo

Una vez me había quedado sola me revise rápidamente la muñeca y allí estaba. Era como un tatuaje hecho con tinta demasiado pálida, apenas era visible en mi banca piel , pero allí estaba. Me centre en ella, en sentirla, en su piel como miles de argolla de plata moviéndose y sus ojos verdes, como los de Harry sobre los míos. Para mi sorpresa y horror la serpiente se movió e incluso saco sus lengua antes guardarla en un siseo .

Gellert no sabía que decir sobre algo como eso, pero se tomó como tarea principal de la semana averiguar que era lo que pasaba.  Esperaba que realmente encontrará algo pero no tenía mucha esperanza, Después de todo ni yo que venía de otro mundo y había visto libros y películas había siquiera escuchado mencionar algo como animales que se ocultaban en la piel.

Al día siguiente durante la nevada, estaba enfrascada en mi libro sobre animagia. La idea de poder convertirme voluntariamente en cualquier animal era demasiado atrayente. ¿Que animal sería yo? La curiosidad me dominaba y devoraba los libros como polilla.

Harry por otro lado estaba caminando de un lado a otro, hace una media hora había salido y luego había vuelto iracundo.

—Desde que has vuelto te has dedicado a caminar en círculos. Me contarás qué te ha pasado en tu pequeña excursión o tendré que sacarterlo a la fuerza— No aparte la vista de mi libro pero el dejo de caminar.

El pareció dudar, miro para los lados y luego al piso, se mordió el labio con nerviosismo.

—Escuche a Justin Finch-Fletchley hablar de ti— El dijo, más bien escupió sin mirarme a los ojos.

—¿Escuchaste?— Le hablé con duda.

Recordaba vagamente que en el libro Harry lo confronta. Pero en esta ocasión Justin no había hablado nada malo de el.

—Fui a hablar con el, quería explicarle que tú no querías dañarlo— El desvío la vista hacia la ventana, como si la tormenta que se precipitaba fuera lo más interesante del mundo.

—Eso es muy dulce Harry, pero no debiste molestarte— Mi comentario pareció molestarlo.

—¡El piensa que querías matarlo!— El esclamó molestó.

—Y nada de lo que digas le va hacer cambiar de opinión sobre lo que vio—Le dije calmadamente. Tomando algunas notas en mi diario privado.

—¡Entonces no harás nada!— El volvió a gritar y por primera vez lo mire a los ojos.

—Soy inocente, no tengo absolutamente nada que temer. Cuando se de cuenta, si tiene algo de conciencia vendrá a disculparse— No me había dado cuenta de que todos en la sala nos estaban mirando fijamente.

—¿Y si no  lo hace, si no se disculpa contigo?— El replicó la molestia dejando un poco sus ojos.

—Entonces nada, no vivo de las opiniones de los demás ¿Que es eso?— Le pregunté cuando lo vi fijamente.

—Nada— Dijo el, dando una vuelta

Me levanté en seco, me acerqué con pasos furiosos tomando su rostro con fuerza entre mis manos.

—¿Esto te lo hizo el?— Le pregunté, viendo su labio roto.

—No pasó nada, no es importante— El renegó, intentando apartar sus herida de mi campo de visión—

—Mírame Harry— No pude esconder la fuerza de mi voz al llamarlo.

El me miro, sus ojos verdes reluciendo en vergüenza. Por primera vez en mi vida use legremencia totalmente consciente.

Vi en primera persona la discusión, los gritos. A Harry defendiendome mientras el tejón me acusaba de intentar matarlo. Vi como ambos poco a poco sus estribos hasta que el chico termino golpeándolo. Burlándose de estar siendo manipulado por mi, que solo lo estaba utilizando, sentí como el corazón de Harry se contraía.

Salí de su mente,  se veía claramente avergonzado y con lágrimas contenidas.

Avance con paso fuiroso hasta la salida de la sala común, oh yo no había intentado matarlo, pero ahora definitivamente lo haría. Finch conocería lo que realmente era que Hermione Granger intentará matarlo.

—¡Hermione!— El grito pero no estaba para escucharlo.

El me detuvo en el pasillo lejos de los ojos curiosos, sus ojos estaban en lágrimas contenida y había miedo en ellos.

—Ahora vuelo Harry, voy a matar a cierto tejón—

—Si lo atacas le darás la razón— Intento razonar, acorralandome contra la pared.

—Con todo el gusto del mundo— Le sonreí.

—¿Por qué estás haciendo esto?— El pregunto, vi sus intenciones. Trataba de calmarme, para que no hiciera una locura.

Empecé a reír, y debía verme como una especie de maniaca homicida por la mirada que Harry me dedicaba.

—No es obvio, te lastimo. Eres mío Harry, nadie tiene derecho de lastimarte—  Acaricié con delicadeza su labio.

—Por favor no hagas nada— El me miro con una súplica oculta en su mirada.

—Bien, espérame en la Sala Común, caminaré un rato necesito tomar aire fresco y calmarme— Le di un beso en la esquina del labio y desaparecí en los pasillos.

Mi cuerpo estaba temblando y no sabía si era de la rabia o del frío.
Aunque teniendo en cuenta de que era la peor nevada del año y solo traía la túnica de la escuela, casi seguro era por lo segundo.
Me dejé caer en una de las ventanas, el aire colándose, mis mejillas heladas, temblando del frío.

—Creí que eras friolenta, Granger— La voz de Draco me saco de mi ensoñación.

—¿Ya estás listo para pagar tu deuda Malfoy?— Alce mis cejas de manera sugestiva, su rostro se tornó rosado.

—Son veinte galeones— El me dio el dinero en una bolsa, nisquiera me tomé la modestia de contarlo y lo guarde en el interior de mi túnica.

—Aún me debes muchos galeones Malfoy, pensé que eras un niño mimado— Le dije divertida..

—No puedo decirle a mi padre que perdí un juego con una Gryfindor, eso no es muy Slytherin de mi parte— El dejo caer.

—Ciertamente, pero soy una leona con una inteligencia superior— Coquete, más sutil que las otras veces.

—Ciertamente eres una bruja talentosa— El se acercó a mí, se quitó la bufanda verde y plata que traía puesta y me la colocó con toda la calma y delicadeza que se puede tener .

Sentí sus dedos cubiertos por los guantes tocarme el cuello, detenerse allí, dejando una caricia que me hizo estremecer. Cerré los ojos complacida, disfrutando la caricia, alce mi rostro para ver a sus perfectos ojos mercurio.

Sus ojos chocaron contra los míos, el llevo sus manos a mi rostro acunandolo, me dejé caer sobre sus manos, nuestra narices rozando, mientras sentía sus aliento sobre mis labios. Saque mis lengua para humedecer mis labios toquando sus labios totalmente rojos en el proceso. El jadeo sin apartarse, se acercó aún más, presionado mi cuerpo contra la columna. La sensación de la piedra fría en mi espalda y el calor de su cuerpo contra el mío me hizo soltar un gruñido de pura excitación.

—Bésame Draco, no sabes cuánto he deseado probar tus labios— Le susurré contra su boca,  prácticamente escupiendo la palabras.

—Granger...—El medio que reclamo, antes de acercarse.

Justo cuando estuve a punto de besarlo, Blaise Zabini apareció mirándonos sorprendido.

—¿Ustedes iban a besarse?— Blaise parecía entre sorprendido y divertido.

El rubio se separó de mi como si quemar y puso una distancia prudente entre nosotros.

—Si— Respondí con clama.

—¡No!— Grito Draco a la vez, lo mire acusatoria.

Zabini parecía desconcertado por nuestras respuestas totalmente opuesta.

—Le creo a ella— Termino por descartar el moreno.

—¡Oye soy tu amigo!—Draco estaba todavía más rojo.

—Ella también es mi amiga, además no parece como si la hubiera descubriendo robando— El reflexionó.

—¿Por qué estás tan agitado?— Pregunté, demasiado curiosa.

—Han encontrado otro petrificado, es Finch-fletchley, todos creen que fuiste tú— El respondió.

Alce mis cejas sorprendida, había olvidado por completo que él era otro de los petrificados. Claro ahora yo debía verme más culpable que nunca. Alce mis hombros en señal indiferencia, realmente no importaba. Tenían un movil y pura pruebas circunstanciales. Dumbledore no me iba a condenar por eso, más si puede entrar a mi mente. Yo tenía una coartada y más importante aún era realmente inocente.

—¿No te importa, cierto?— Blasie tenía cierto nivel de comprensión en sus ojos.

—¿Quieres que llore? Hogwarts siempre ha sido una escuela llena de personas que no saben vivir su propia vida. Yo no he sido, y aunque en estos momentos no estoy en los mejores términos con el, espero que se recupere— Di ni respuesta más diplomática.

—Ella tiene un punto, pero Finch es hijo de muggle's—Draco me miro preocupado.

—No creo que ella sea una víctima, si quien está haciendo esto tiene algo de cerebro, sabe que ella es demasiado conveniente. Todos tiene su vista fija en ti esperando una prueba irrefutable, mientras el actúa a banda suelta— El moreno explico, Draco parecía haber entendido la lógica ante la explicación y se veía más relajado.

—A menos que sea un narcisista con complejo de purista que no desea que nadie más firme su obra maestra. Así que me dejara para último y me crucificara en el Gran Comedor, con mi sangre escurriendo, perfectamente muerta con algún mensaje macabro como Siempre Puro  o algo así— Dije con toda la normalidad del mundo. 

Ambos se quedaron congelados, vi  pasar el mundo por sus ojos a cada una de mis palabras antes de irme por el pasillo directo a mi sala común.

No sólo Finch había sido petrificado, sino que también Nick. Después de que un fantasma hubiera sido atacado , nadie se salvaría.

Antes de que pudiera llegar la profesora McGonagall me intersecto, parecía curiosa por la bufanda en mi cuello. Y aunque estaba segura de que quería decir algo pero se tragó sus palabras.

—Señorita Granger, necesito que me acompañe al despacho del directo— Ella parecía algo apenada, comencé a caminar a su lado, el taconeo de nuestros zapatos era lo único  que se escuchaba en todo el pasillo.

El silencio reino por demasiado tiempo, de vez en cuando la profesora McGonagall miraba por encima del hombro.

—¿No preguntara nada, señorita Granger?— Ella parecía verdaderamente preocupada.

—Es por lo de Finch, un amigo me lo dijo. Soy inocente, no tengo nada que temer—Le repsondi con tranquilidad.

—Nick casi decapitado también fue petrificado— Ella aporto, yo la mire, simulando sorpresa.

—¿Que... Nick está bien?¿ Se puede petrificar un fantasma? ¿No se supone que está muerto?— La bombarde en preguntas.

—El estará bien, podremos ayudarlo junto a las demás víctimas— Aunque ya lo sabía sus palabras me consolaron.

El despacho de Dumbledore era una sala circular, grande y hermosa, en la que se oía multitud de leves y curiosos sonidos. Sobre las mesas de patas largas y finísimas había chismes muy extraños que hacían ruiditos y echaban pequeñas bocanadas de humo. Las paredes aparecían cubiertas de retratos de antiguos directores, hombres y mujeres, que dormitaban encerrados en los marcos. Había también un gran escritorio con pies en forma de zarpas, y detrás de él, en un estante, un sombrero de mago ajado y roto: era el Sombrero Seleccionador.

Aprovechando que la profesora se había ido, fui directo al Sombrero Seleccionador y lo puse sobre mi cabeza. Baje mis barreras de oclumancia, dejándole entrar a mi cabeza y urgar en ella como si fuera un parque de diversiones.

—No creí volver a verte más—El habló.

Sonreí curiosa, había visto grandes actos de magia pero aún me sorprendía que un sombrero pudiera hablar.

—Quería saber si aún piensas que me he equivocado de casa— Le respondí con sinceridad.

—Nunca me he equivocado en seleccionar a nadie. Y aunque eres una Gryfindor maravillosa pero en tu interior siempre serás una Slytherin—El respondió, trage saliva.

No me afectaba, no tanto, siempre había anunciado con felicidad en mi otra vida que mi casa era Slytherin, pero no era el color verde el que portaba en mi día a día.

—Entonces te equivocaste conmigo— Le respondí.

—Tu deseabas ir a Gryfindor, porque allí cumplirías tu objetivo. Solo eres una serpiente con piel de león—

Sus palabras se quedaron en mi cabeza, me quite el sombrero con rapidez. Mi vista pronto se centró en quien me acompañaba.

Sobre una percha dorada detrás de la puerta se encontraba Fawkes, parecía muy enfermo. Tenía los ojos apagados. Me acerqué a él y lo acaricié con mucho cuidado, era hermoso y estaba delicado pero sin duda aún podría defenderse si quisiera.

Fawkes ardió en llamas mientras aún tenía mi mano sobre el, la aparte lo más rápido que pude y a pesar de que no me queme tenía la sensación de ardor en la punta de mis dedos.
El pájaro, mientras tanto, se había convertido en una bola de fuego; emitió un fuerte chillido, y un instante después no quedaba de él más que un montoncito humeante de cenizas en el suelo. Y aunque sabía que pronto volvería a la normalidad, no pude contener el escalofrío que dominó todo mi cuerpo.

La puerta del despacho se abrió. Entró Dumbledore, con aspecto sombrío. Recordé que en el libro era Harry el que estaba aquí, seguro que estaba aterrado, verse siendo culpado de tantas cosas y para colmo eres el único presente cuando la mascota de tu director se incendia de la nada. Eso sí es realmente jodido.

—Profesor, su fénix acaba de arder — Le comenté, el pareció satisfecho, definitivamente no sorprendido de que supiera que tipo de animal era.

—Ya era hora —dijo—. Hace días que tenía un aspecto horroroso. Yo le decía que se diera prisa.

—La verdad si parecía un poco enfermo, recordaré nunca acariciarlos cuando tengan ese aspecto— Bromié, el río un poco antes de dirijir su vista a mi mano.

—¿Se ha lastimado, señorita Granger?— El tenía un brillo de preocupación en sus ojos.

Aunque con Dumbledore no podía estar segura. De alguna manera ese era el hombre más manipulador de he conocido.

—Solo una pequeña lección de vida profesor, llámame Jane tenemos confianza— Antes le había dicho que me llamase por mi primer nombre pero el hombre tercamente se había negado.

Esperaba que fuera capaz de llamarme por mi segundo nombre, pues el hecho de que me llamara señorita Granger, después de lo de la varita y el encuentro con Gellert me parecía bastante tonto a decir verdad.

Dirigí la vista hacia la percha a tiempo de ver un pollito diminuto y arrugado que asomaba la cabeza por entre las cenizas. Era igual de feo que el antiguo.

—No tiene mejor aspecto, aunque este no parece que vaya a morir de un momento a otro— Le di unos suaves toques sobre su cabeza.

—Es una pena que lo hayas tenido que ver el día en que ha ardido —dijo Dumbledore, sentándose detrás del escritorio—. La mayor parte del tiempo es realmente precioso, con sus plumas rojas y doradas. Fascinantes criaturas, los fénix. Pueden transportar cargas muy pesadas, sus lágrimas tienen poderes curativos y son mascotas muy fieles.

—Parecen compañeros magníficos— Le respondí.

—Siéntate—El me pidió—Curiosa elección de accesorios.

El miro fijamente mi bufanda, de color verde y plata, sin poder evitarlo me sonroje hasta la orejas.

—Digamos que me gusta fomentar la amistad entre las casas— Le dije, mi rostro aún ardiendo.

—Oh, pensé que estaba usted con Harry. Después del partido me pareció algo obvio— El se veía realmente sorprendido.

—El amor para ser amor solo debe de sentirse, no tiene barrera ni límites. No entiende de razones ni de moral. Usted me comprende profesor— Conteste a su pregunta, el brillo en sus ojos se tornó nostálgico.

—Si, de hecho lo entiendo—

—¿Por qué me trajo hasta aquí?Usted sabe que no he sido yo la agresora— Le respondí, bastante segura.

El me miro bastante serio, dio pequeños golpecitos con  sus dedos sobre la mesa. Esperaba que me preguntara algo sobre los últimos acontecimientos sin embargo su respuesta me dijo aturdida.

—Necesito hablarte de Severus, Jane—

🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸

Hola, espero que hayan disfrutado de su lectura ¿Alguien noto el guiño a el lema de la Casa Black?  Espero que hayan disfrutado. Perdón las faltas de ortografía y si has llegado hasta aquí un beso psicológico sabor a 🍗.

Continue Reading

You'll Also Like

57.5K 3.7K 45
Malachi Barton Madelaine Lee
440K 29.9K 71
Boku No Hero Academia Viendo el Futuro: Los estudiantes de la U.A estaban a punto de tener una clase, como todos los dΓ­as, pero fueron citados no sol...
146K 12.3K 33
|π€π‘π“πˆπ’π“π’ π‹πŽπ•π„| Β«El amor es el arte de crear por la sensaciΓ³n misma, sin esperar nada a cambio,mΓ‘s allΓ‘ del placer mismo del acto creativo...
335K 22.6K 94
Todas las personas se cansan. Junior lo sabΓ­a y aun asΓ­ continuΓ³ lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.