Cúrame ▪︎ MISHO AMOLI

By chiarasmt

124K 10.3K 1.8K

**TRES PARTES JUNTAS** Primera parte: "Cúrame" - Terminada Segunda parte: "Ódiame" - Terminada Tercera parte... More

PRIMERA PARTE: CÚRAME - Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21 🔥
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
EPÍLOGO
SEGUNDA PARTE: ÓDIAME - Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8 🔥
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20 🔥
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Epílogo
TERCERA PARTE: MÁTAME - Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 9

1.2K 114 17
By chiarasmt

...Déjame devolverte las rosas que son venenosas y llévate todas tus mariposas me ponen nerviosa. Nunca te creí, siempre me engañé, nunca quisiste cambiar, nunca me reí, siempre te lloré y no más. Once razones para olvidar...

🪐

Le di la última calada al cigarro mientras perdía la mirada en aquel bonito amanecer. Madrugar en aquellas condiciones no me gustó, fue raro despertar de nuevo a su lado, abrazada a él y sin ropa. Había pasado casi un año de la última vez que su piel se fusionó con la mía —al menos siendo conscientes, sin contar el desliz de la boda de Javi y Nora —y fue raro, muy raro. Fue como si el tiempo no hubiera pasado y él y yo siguiéramos siendo uno. Cuando la conexión está latente, no importa el tiempo que pase, los recuerdos no se olvidan y su piel y la mía rozándose, atreviéndose, buscándose, olvidándose de cada palabra, se lucían juntas para crear miles de recuerdos para la eternidad.

Salí del balcón y me apoyé en el sofá esperando a que él saliera del baño. Apenas habíamos hablado, él se metió en el aseo y yo aproveché para fumar. No sabía cuando iba a ser la próxima vez que nos veríamos, tenía que volver a Barcelona lo antes posible, necesitaba estar junto a Catalina para preparar el festival de la academia de baile. Y aunque mi cuerpo me pedía quedarme junto a él, no era lo correcto, ni lo que nos correspondía. No estábamos bien, nunca lo estuvimos para ser sinceros, pero éramos débiles y en la cama nos entendíamos mejor que nunca. Yo no quería una relación así, pero me conformaba porque eso significaba tenerlo a él y sin embargo, él parecía que no quería nada serio. Fuimos dos personas que se atraían, que se gustaban y hasta me atrevería a decir que se querían, pero que estaban en dos puntos totalmente diferentes. Y aunque los sentimientos eran los mismos, las prioridades no. Yo quería algo serio, él no quería ataduras. No lo admitió, pero le daba miedo el compromiso.

— Esto ha sido un error —dijo él mientras salía del baño.

— Anoche me dijiste "te quiero" —dije de forma tajante.

— Y es la verdad, una cosa no quita a la otra —me miró con frialdad —. A diferencia de ti, yo no tengo miedo a decírtelo.

— Yo también te lo he dicho muchas veces —traté de defenderme.

— Puede —se encogió de hombros —, pero casi nunca a la cara.

— Creo que he sido muy clara todos estos meses, he sacrificado mucho por ti y si no te lo digo es porque soy incapaz de hacerlo. No sé lo digo ni a mi madre, ni a mis abuelos, ni a mis hermanos. Perdona —agité las manos algo nerviosa —, pero no soy yo la que ilusiona y luego no quiere nada serio, Mihail.

Me quedé mirándolo en silencio, sus ojos me dijeron todo lo contrario a lo primero que salió de su boca. Su expresión facial le contradijo. Asentí con la cabeza mientras sentía que de nuevo estábamos entrando en aquel juego tan absurdo del arrepentimiento —o mejor dicho, hacer ver al otro arrepentimiento— y de cobardía. Suspiré cansada del vaivén al que estaba sometida a su lado. Nunca pretendí entenderlo, sabía que por mucho que él me dijera yo no iba a ser capaz de comprender lo que se le pasara por la cabeza. Pero, sí que intenté ponerme en su piel y saber porque actuaba así. No me valía lo que me decía, para poder volver a ser quienes fuimos un día necesitaba mucho más, quizás accedí tan rápido porque ya tenía a otro y aunque soñaba con él, mi mente estaba pensando en Álvaro y en las consecuencias que podían acarrear mis actos. Fui demasiado egoísta deseando a dos personas al mismo tiempo, fui demasiado egoísta dejándome llevar con ambos aun sabiendo que era yo la que tenía todas las de perder. No entendía a Misho y mi relación con Álvaro era muy rutinaria. Tenía la cabeza hecha un caos, pero sí que tuve claro que nunca más me dejaría pisotear por nadie. Aprendí a valorarme, aprendí a quererme y me prometí que no dejaría que nadie me hiciera daño.

— Perfecto —dije al ver que no tenía intención de hablar, apreté los labios reprimiendo la furia —, me ducho y me voy.

Me levanté de aquel sofá de cuero y me encerré en el baño. Percibí cómo él quiso decirme algo, pero ignoré cualquier acto que pudiera hacerme cambiar de opinión. La noche anterior fue de ensueño, estuvimos toda la noche en su cama, besándonos y dejándonos llevar. Me olvidé por un momento de toda mi vida, me olvidé de todo lo que me rodeaba y rememorando viejos tiempos, me dejé llevar. Con él todo fluía, con él todo era pasión, la lujuria me embrujó hasta el punto de hacerme perder la razón. Sentí que dentro aquella burbuja solo estábamos él y yo, pero como todos los cuentos imaginarios cuando despiertas la hostia es tremenda y a mí me bastó un segundo para entender que lo que ocurrió en un momento de debilidad fue un pecado más que añadir a la lista.

Abrí el grifo y esperé a que el agua se calentara, me quité su camiseta y me metí dentro. Dejé que el agua cayera por mi cuerpo, intentando relajar cada músculo que se tensó en un momento en el que solo quise gritar. Huir sería fácil, no volver, huir lejos de allí, irme fuera de España quizás, empezar de cero a pesar de que odiaba los comienzos. Me replanteé tantas veces desaparecer del mapa que nunca me atreví por miedo a perder a los míos. Siempre fui partidaria de quedarme con lo mío ante el miedo a lo desconocido, pero hubo tanto dolor de por medio que por un momento quise cambiar todo. Pensé que igual empezar de cero sería mi única solución, pero por mucho que me alejara siempre había algo que me ataba a él.

Me duché rápido, intentando minimizar el tiempo y salir de aquel piso lo antes posible. Sus motivos tendría, pero ya estaba cansada de sus faltas de respeto, de como me hacía sentir y sobre todo, de todas las humillaciones a las que estaba sometida. Quise pensar que la culpa fue mía, que lo mío con Álvaro le afectó, pero realmente no podía justificar cada acto suyo con lo que yo hacía. Porque yo a él no le debía nada, es más, me arriesgué por él aun sabiendo que estaba perdiendo todo.

Salí de la ducha y me sequé con una toalla. Me puse unos boxers suyos y me vestí con la misma ropa que llevé el día anterior. Un body negro de palabra de honor y unos pantalones flare del mismo color. Me retiré la humedad del pelo y me lo peiné para acto seguido hacerme una trenza de raíz. Me puse un poco de vaselina en los labios y tras meter la ropa sucia en el cesto, salí de aquel diminuto baño. Misho estaba sentado en uno de los taburetes que había pegados a la barra americana que separaba la cocina del salón. Mantenía la mirada perdida, movía la pierna nervioso y se acariciaba la barbilla como si se estuviera arrepintiendo de sus palabras. Lo vi demasiado pensativo.

Rescaté las sandalias del suelo y me las puse en silencio, tratando de no hacer mucho ruido para no sacarlo del trance. En aquel momento quise plantarle cara, dejarlo todo claro, pero ya lo hice una vez y de nada sirvió. La que salió perdiendo fui yo, él parecía no sentir nada, se mostraba frío y ausente, su actitud me terminó cansando. Se convirtió en su peor enemigo. Él y solo él se encargó de joderlo todo por el simple hecho de no admitir lo que sentía.

— Me voy —dije colocándome el bolso sobre el hombro.

— Gala, lo siento, yo no quería haber dicho eso —me miró a los ojos, aquellos ojos azules estaban inyectados de un rojo irritante de haber estado llorando.

— Pues lo has dicho —me crucé de brazos, él asintió con la cabeza —. ¿Por qué? ¿Por qué lo jodes todo cuando estamos bien?

Apartó la mirada, apretó los labios y juntó sus manos. Tragó saliva siendo incapaz de hablar.

— No vas a decir nada, ¿no? —asentí con la cabeza ante su silencio.

— No ha estado bien lo que hemos hecho, tú tienes pareja y yo no quiero entrometerme —dijo en cuanto mi mano rozó el pomo de la puerta.

— Muy considerado por tu parte —gruñí —, pero no te da derecho a decidir por mí.

— Lo sé.

— Si lo hice es porque me apeteció en ese momento. Créeme que soy muy consciente de todo esto y sé perfectamente lo que hago y dejo de hacer. Si hubieras tenido un solo minuto para hablar conmigo te habría contado que Álvaro y yo nos hemos dado un tiempo. No le debo nada a nadie y en todo caso tendría que darle explicaciones a él, no a ti. Has estado estos días demasiado ocupado, vine a Madrid por ti y me has estado ignorando. No te juzgo, pero es que no te entiendo y en estos momentos no sé si quiero hacerlo. Solo quiero que seas sincero conmigo, pero no quiero seguir con este absurdo juego de niños —le incriminé alzando la voz.

— A mí todo esto también me afecta, ¿sabes? —se giró y me miró a los ojos fijamente, su mirada penetró la mía, aquella feroz mirada que en cuanto la sentí sobre mí todo mi cuerpo comenzó a flaquear.

— Ya lo sé y estoy tratando de gestionarlo lo mejor que puedo. Lo siento si te estoy creando ilusiones, joder. Que para mí no fue fácil volver a verte, me arrastré como una tonta pidiéndote volver hasta en tres ocasiones y en ninguna obtuve una respuesta por tu parte. Cuando me priorizo, paso página y por fin encuentro mi equilibrio mental, vas y apareces de nuevo —en aquel preciso instante sentí que me estaba ahogando.

Respiré hondo un par de veces tratando de que mi respiración volviera a ser regular. Comencé a hiperventilar, me faltaba el aire ante aquella discusión. No quise perder los nervios, pero de nada servía estar tranquila cuando ninguno estaba poniendo de su parte.

— Pues lo siento —gruñó con rabia —. Perdóname, entonces —estiró los brazos, vi la rabia en sus ojos, vi esa incapacidad de aceptar su error. No fue capaz de asumir que la cagó una vez y que lo estaba volviendo a hacer —. Ya te di una explicación.

— ¡Y, ¿qué?! —grité —. Igual para ti fue suficiente, pero para mí no. Hice como si nada, intenté aceptarlo, pero no justifica todo lo que me has hecho. Si de verdad quieres a alguien no le haces daño y encima a posta. Tienes derecho a estar mal por tu amigo, pero yo no tengo la culpa. Hablé con él, ¿sabes? Y me habló de ti, me contó todo, absolutamente todo. ¿Sabes lo que más rabia me da? Ver cómo con él si que eres sincero y conmigo no eres capaz ni de serme leal. ¿Acaso me mintió?

— No, no te mintió —se levantó del taburete y caminó por el salón nervioso perdido. La vena del cuello le palpitaba, estaba completamente ido.

— Entonces, ¿por qué me mientes? —me dejé caer en el sofá abatida, no entendía nada y tampoco quise entenderlo. Era plenamente consciente de que jamás comprendería algún acto suyo por mucho que lo intentara —. ¡¿Qué quieres que haga?! ¿Te canto bulerías? ¿Te bailo una sevillana? ¿Te pongo un piso en primera línea de playa en Santa Pola? Por favor, habla conmigo —en ese preciso instante se me quebró la voz.

— Porqué soy incapaz de decirte lo que pienso y lo que siento —confesó —. Verte con otro me rompió y siento que me estoy metiendo en tu vida cuando ya debería de haber pasado página.

— Yo solo quería olvidarte, no hacerte daño —me retiré las lágrimas de los ojos y me negué a darle un abrazo.

— Gala.

Me miró a los ojos en busca de alguna confirmación por mi parte. Me pellizqué los labios sintiendo como poco a poco estaba ahogando mi paciencia. Logré calmarme, me retiré las lágrimas de la cara y me puse recta en un intento de no mostrar debilidad.

— Pensaba que ya habías superado esa parte. Siempre he sido yo, con mis más y con mis menos, pero he sido real en todo momento. Tú en cambio... —Ni siquiera me molesté en terminar la oración.

— Me jode verte con otro, quizás son los celos que me están matando —admitió de espaldas a mí —. Todavía no he aceptado que tienes a alguien más —se tapó la cara con las manos y dejó caer un sonoro suspiro.

— Tenía —recalqué.

— Os habéis dado un tiempo, ¿qué más da? Vas a volver con él, con don perfecto —ironizó —. No tengo nada que hacer, es absurdo.

— Si no tuvieras nada que hacer yo no estaría aquí. Te antepuse a ti y mira en lo que está quedando. Siempre me porté de forma genuina contigo, solo te pido lo mismo. Si de verdad quieres intentarlo, déjate de tonterías, por favor —le rogué —. Estoy cansada de este tira y afloja. Te pido disculpas por la parte que me toca, lo siento de corazón si te he hecho daño, no fue a posta, nunca quise causarte dolor.

— Lo sé —se cruzó de brazos y me miró fijamente —. Yo también lo siento, me estoy comportando como un auténtico niñato, no sé que me pasa, pero cuando estoy contigo me vuelvo otro —asentí con la cabeza, suspiré agotada y me levanté del sofá.

— Me voy de viaje un mes y medio con mi madre, con Estela y con Biel —le informé —. Te lo digo porque quiero que lo sepas, me voy a tomar un tiempo para mí. Lo necesito. Llevo tantos años intentando que los demás brillen que me he olvidado de brillar yo.

— Haces bien, ya es hora de que te des prioridad. De verdad, siento este numerito tan absurdo —negué con la cabeza restándole importancia.

— Déjalo, si total —volví a colocarme el bolso bien en lo que llevábamos de mañana con la única intención de marcharme de allí —. Ya nos veremos —caminé hacia la puerta.

— ¿No te despides? —preguntó afectado.

— No —respondí con frialdad —. Cuídate Mihail y disfruta de la victoria.

Él asintió con la cabeza, levantó la mano en señal de despedida. Antes de marcharme lo miré sintiendo unas ganas de llorar increíbles, lo vi abatido, destrozado, dejarme ir no fue su intención, pero respetó mi decisión porque aquella era su prioridad, dejarme libre aunque eso supiera no estar a mi lado. Bajé por las escaleras, salí a la calle y suspiré al ver aquel bullicio de personas caminando a destiempo. Demasiada gente en la calle para ser domingo y de madrugada.  Caminé hasta el coche sintiendo una presión en el pecho, de nuevo sentí que me faltaba el aire. Una vez dentro del auto respiré hondo intentando apaciguar aquel volcán de emociones que consiguió arrasar conmigo. Metí la llave en el contacto y suspiré. Arranqué el coche y antes de ponerlo en movimiento, puse la dirección del hotel en el GPS. Aquel viaje a Madrid resultó ser un auténtico calvario, fuera por lo que fuera, en aquel momento el destino no nos quería juntos.

Comenté el móvil al coche y puse música. Comenzó a sonar 11 razones de Aitana. Cerré los ojos apretando el volante, sintiendo la letra de la canción y como cada palabra dolía al sentirla tan mía. Quité el freno de mano, metí primera y salí del estacionamiento. Recorrí Madrid ausente y pensativa, buscando una explicación que no iba a llegar nunca. Canturreando las canciones que sonaban de fondo, sintiendo y recordando como Aitana fue capaz de plasmar en una canción como me sentía en aquel momento.

Once razones para olvidarte, que no te habías ido y hoy he aprendido a extrañarte. Que entre menos me querías, menos yo podía dejarte y que la estupidez más grande fue nunca aprender a olvidarte. Por tu culpa se ha quedado un corazón sin vida, un recuerdo y una herida que me quema nuestras vidas. Cuando te fuiste, entre más me dolía, más me convencía que si no ibas a volver, aunque me dolería, todo daría igual.

...

Dadle a la estrellita y comentad!! El miércoles próxima actualización <3

Continue Reading

You'll Also Like

107K 5.9K 40
Siempre he sido solitario. Nunca sentí la necesidad de ser respaldado por alguien, quitando a mi padre, que es el único ser humano, que en mayor o me...
5.2K 385 9
Who the hеll is she Taking you from me?
21K 1.5K 15
𝘋𝘦𝘴𝘥𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦 𝘮𝘦𝘮𝘰𝘳𝘪𝘢, 𝘔𝘰𝘢𝘯𝘢 𝘱𝘢𝘴𝘢 𝘴𝘶𝘴 𝘷𝘦𝘳𝘢𝘯𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘤𝘢𝘴𝘢 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘮𝘦𝘫𝘰𝘳 𝘢𝘮𝘪𝘨𝘢 𝘥𝘦 𝘴𝘶 �...
49.5K 2.4K 36
▶ TERMINADA ◀ ➖louis & emily➖ Emily Roberts es la mejor amiga de uno de los músicos más famosos del momento, se han conocido desde siempre, incluso c...