Cúrame ▪︎ MISHO AMOLI

Capítulo 25

...You know what I'm thinkin', see it in your eyes. You hate that you want me, hate it when you cry. You're scared to be lonely, 'specially in the night. I'm scared that I'll miss you, happens every time
I don't want this feelin', I can't afford love. I try to find a reason to pull us apart. It ain't workin' 'cause you're perfect and I know that you're worth it. I can't walk away, oh!...

🪐

Misho abrió los ojos al sentir la luz inundar la habitación. Gruñó al ver como las cortinas estaban corridas y la plena luz estaba entrando por la habitación. Con su brazo buscó a Gala, pero la cama se encontraba completamente vacía. Se frotó los ojos intentando despejarse y cuando consiguió enfocar con claridad, ahí la vio. De pie, sobre el bordillo de la piscina que tenían en la habitación, se encontraba de espaldas a él aparentemente hablando por teléfono. Misho se aclaró la voz y se deleitó de las vistas aprovechando que ella no le estaba mirando. Gala tan solo llevaba la parte de abajo del bikini puesta, un tanga rojo que resaltaba su tono de piel. Gala se giró noventa grados justos, quedando de lado. El agua caía por su cuerpo, debido a que se metió en la piscina y disfrutó de las últimas horas de luz del día. Misho se acomodó en la cama, se cruzó de brazos y perdió la razón admirando a la mujer que tenía delante. Observó como ella hablaba, se reía y aparentemente estaba feliz. Se colocó el pelo detrás de la oreja, aquel corte de pelo por encima del hombro le quedaba de maravilla. Le dio una calada al cigarro y con un pie rozó el agua.

Los ojos azules del búlgaro se perdieron en la curvatura de sus senos sintiéndose capaz de rendirle pleitesía.

Aquella habitación era de ensueño, cuando Gala la reservó jamás imaginó que iba a ser mucho mejor que en fotos. Tenía vistas al mar, una piscina privada y era lo suficientemente grande como para decidir no salir de allí en días.

- ¿Qué miras? -dijo ella bloqueando el teléfono.

- A la deidad que tengo delante -él sonrió con malicia al ver como ella le sacó el dedo -. Ya veo que te has escapado de la siesta.

- No tenía sueño, me estabas dando calor, como de costumbre. He estado en la piscina un rato, he pedido que me traigan un cóctel y hace una hora me ha llamado Aina y nos hemos puesto a hablar -dijo ella restándole importancia encogiéndose de hombros.

- ¿Aina te ha llamado? -Misho alzó las cejas sorprendido -. Creía que estaba con Nil en Madrid.

- Por eso mismo me ha llamado -Gala no pudo evitar sonreír -. Por lo visto han pasado cosas entre ellos, la cena en mi casa sirvió de algo.

- ¡¿Han pasado cosas?! -exclamó él -. Me estás queriendo decir que os lo contáis todo, absolutamente todo -recalcó las dos últimas palabras.

Gala se giró, caminó cinco pasos exactos para dejar el cigarro en el cenicero y ya de paso hacerse la interesante. Bajó las escaleras de la piscina y se sumergió en el agua, segundos más tarde salió a la superficie y se apoyó en el borde mientras fijaba su mirada en Misho.

- Sí -afirmó -, entre nosotras no hay secretos. Nos hemos tirado al mismo tío, créeme que nuestras conversaciones pueden llegar a ser muy turbias -se acomodó el pelo y sonrió negando con la cabeza -. No sé de qué te sorprendes, pareces nuevo en esto.

- No es que me sorprenda, Gala. Ahora no voy a poder mirarla a los ojos sabiendo que sabe... -se calló automáticamente en cuanto Gala comenzó a negar con la cabeza.

- Yo no he especificado, eres tú el que lo está suponiendo. Y tranquilo, te he criticado más que otra cosa - Gala le guiñó el ojo, Misho rió negando con la cabeza.

- Eso sí que no me sorprende, mínimo tenéis que tener cuatro muñecos de vudú míos -ironizó.

- Ya te dije lo que pienso -ladeó la cabeza y lo miró con soberbia -. ¿Realmente pensabas que mi percepción hacia vosotros iba a cambiar? -Misho se encogió de hombros sin saber muy bien qué responder -. No, cariño. Seguís siendo la misma mierda, ya me lo dijo mi abuela "no te fíes de ningún hombre, son todos unos mentirosos".