La criatura, fuese cual fuese su origen, había renacido cual ave fénix de sus cenizas. Esnou supuso que, al igual que todo ser viviente, tenía un proceso de desarrollo que abarcase desde su etapa bebé, la actual, a su plena madurez, el guerrero tribal; sin embargo eso seguía sin responder qué era o su propia procedencia.
Dedicó el resto del día a investigar en su ordenador sobre agujeros de gusano, al estar convencido de que se había tratado de eso, para dar con algún tipo de respuestas... ¿Eran viables? En teoría sí. Ahí tenía una clara justificación, pero, ¿por qué Asturias? Los mejores científicos no aclaraban con exactitud el por qué de muchas cosas, asumiendo que la ubicación podría tratarse de una simple aleatoriedad. La siguiente pregunta que se hizo, y para la que no obtuvo respuesta, fue: ¿volvería a repetirse el fenómeno en el futuro? Nadie lo sabía.
La pequeña bolita por el contrario se la pasó brincando, comiendo y durmiendo. Sin saber qué tipo de alimentación podía tener, el joven se arriesgó a darle un poco de leche en una botella de plástico pequeña, que hizo las veces de biberón, además de trocitos de galletas emblandecidos para que pudiera masticarlos.
—¡Teddy! ¡Mon! —festejó feliz la criatura.
—¿Teddy-mon? —rió Esnou. Odiaba admitirlo, pero la bolita le despertaba una ternura inexplicable—. Te llamaré Teddy. Sí, Teddy.
Teddymon se comió la última galleta antes de bostezar y dormirse acurrucado a los pies del joven, bajo el escritorio del ordenador. Allí le había colocado una manta para que no se ensuciase con el suelo de madera.
—Descansa.
Esnou tenía una mañana ajetreada. Sin hacer ruido regresó a la caseta y se dispuso a limpiar. Primero recogió los trozos de cascarón y las cenizas, tirándolos a una bolsa de basura junto al paño que había utilizado durante la noche, para después limpiar la sangre con más facilidad de la esperable. Por último, al haber arrastrado el cuerpo del oso por el jardín, se valió de la manguera para eliminar cualquier rastro o mancha que pudiera delatar elementos extraños.
Al terminar decidió relajarse frente al televisor en la sala de juegos que compartía con Caronte. Era gran admirador de las series, en particular del género de la ciencia ficción distópica: Snowpiercer, The Walking Dead, Invasión, etc. Encontraba cierta atracción por sus worldbuilding¹, de hecho él mismo había escrito en el pasado un par de historias por el estilo. Así estuvo durante horas hasta que sus tripas, y las de Teddy, rugieron feroces.
—Está bien, está bien. Ya voy.
Él se preparó algo sencillo, media pizza con salchichas, y repitió la fórmula de leche con galletas para la bolita. A continuación ambos se sentaron sobre la hamaca para escuchar un poco de música relajante, Aurora, antes de irse a dormir... Les esperaba un siguiente día interesante.
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La alarma sonó a las diez de la mañana. Por norma general Esnou no solía utilizarla, pero dadas las circunstancias quiso revisar una última vez que todo estuviera en orden antes de la llegada de su mejor amigo.
A pesar de trabajar a cuarenta y cinco minutos, y de hacerlo de cinco a seis días a la semana, Caronte había decidido comprar una casa de dos plantas con parcela en Teverga. Le encantaba el campo, la naturaleza, y aspiraba en un futuro poder encontrar un trabajo de lo suyo en los alrededores. Mientras tanto se contentaba con la gentileza de los amigos, que le permitían hacer noche sin problema en sus respectivas casas de la gran ciudad, para poder ir al gimnasio por las mañanas y ahorrar en gasolina.
Impaciente, Esnou elaboró un infalible plan para esconder a Teddymon: primero puso una lavadora que tendió rápidamente, cerciorándose de que su amigo no tuviera ninguna razón para entrar en la caseta trasera, para luego abastecer a la bolita con agua y comida suficiente tras hacerle con mantas una mullidita cama.
—Esto debería bastar —suspiró—. Recuerda no hacer ruido... Si es que entiendes una sola palabra de lo que digo.
Teddymon se acomodó en las mantas antes de echarse a dormir.
«Ventajas de ser un bebé. Se pasan el día durmiendo», pensó el joven aliviado. Con el problema bajo control, se dispuso a hacer tiempo frente al ordenador tratando de actuar con normalidad.
Caronte no se hizo esperar demasiado y llegó antes de comer con su característico aire desenfadado, su cresta alborotada y con sus habituales quejas sobre lo cansado que estaba.
—Me duelen las pantorrillas de la tabla de ejercicios de hoy.
La relación que ambos mantenían era bastante peculiar, llena de discusiones y a la par de buenos momentos, hasta el punto de que era objeto de crítica y chismorreos por parte de su entorno... Para muchos una utopía que terminaría por estallar más pronto que tarde.
—¿Qué tal? —preguntó Esnou al darle un abrazo.
—Bien. Ayer hubiera matado a alguna de mis compañeras, pero bien —contestó antes de beber un poco de agua fresca a morro directamente de la botella—. Y tú, ¿qué te cuentas? ¿Cómo va la búsqueda de empleo?
Búsqueda de empleo... Probablemente el tema más molesto para el joven y no porque no estuviese sumergido en ello, sino por la presión familiar que recibía al respecto.
—Ahí sigue —respondió secamente.
Acto seguido el de la cresta ojeó el interior de la nevera para decidir qué comer. Debido a su pereza a la hora de cocinar decidió sacar un tupper que había guardado días atrás, al igual que hizo Esnou. Ambos calentaron sendas comidas para después dirigirse a la segunda planta, donde acostumbraban a comer en la sala de juegos. Allí disfrutaron en compañía de un programa de competición de Drag Queens.
—Está amañado —protestó Caronte al ser expulsada su favorita.
—Es televisión, y la televisión no es justa —le explicó su amigo.
Durante las últimas semanas los programas televisivos se habían llenado de multitud de debates y tertulianos que hablaban de un único tema: el atentado. Así habían calificado los expertos a los sucesos ocurridos durante el Mundial de Qatar en noviembre de 2022, lo que dio pie a un sin fin de locas teorías y absurdos irreales nacidos del más absoluto morbo. Todo el mundo quería su minuto de gloria opinando al respecto.
De repente una bombilla se iluminó en la cabeza del joven. ¿Y si... los hechos estuvieran directamente relacionados con su experiencia?
—Necesito dar una vuelta para bajar la comida —improvisó con total naturalidad—. Me pondré música y pensaré en alguna de mis historias.
El de la cresta asintió con el mando de la consola en las manos; su plan para lo que restaba de día. Seguidamente Esnou se abrigó con lo primero que pilló a mano y regresó a la caseta trasera, donde se impresionó nada más abrir la puerta ante el cambio físico de Teddy.
—¡Haz vuelto! ¡Haz vuelto! —festejó la bolita.
Digimon de nivel Bebé II y atributo Libre.
Su blanquecino cuerpo había dejado paso a un pelaje de azules eléctricos, con una mancha rojiza² en los ojos. Además a su espalda había aparecido una felina cola que agitaba de un lado para otro al ronronear.
—¿Ahora pu-puedes ha-hablar? —Las palabras se le trabaron.
—¡Esnou cuida! —contestó rebosante de felicidad.
La forma de expresarse de la bolita indicaba que, dentro de su nueva etapa evolutiva, seguía siendo un bebé. Un bebé más desarrollado.
—¿Qué dijo que era? —Esnou trató de recordar las últimas palabras del osezno—. ¡Digimon! ¡Qué significa Monstruos Digitales!
Tenía toda la lógica del mundo. Teddymon, el guerrero, la figura oscura, el artífice del atentado, todos debían provenir del mismo mundo, incluso ser parte de la misma especie... Un mundo digital desconocido.
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Al mismo tiempo a las afueras de Oviedo², en un apacible prado donde pastaban libremente varias vacas, una misteriosa neblina se abrió paso hasta envolverlo todo. En su interior se había abierto un enigmático portal, el causante del efecto niebla, por el que comenzaron a acceder un puñado de medianas criaturas que iban lideradas por una de mayor altura.
Digimon de nivel Perfecto y atributo Virus.
De nombre Fumamon, se trataba de un cyborg humanoide ataviado con una resistente vestimenta propia de los antiguos ninjas, de rasgos futuristas, que estaba equipada con múltiples accesorios y letal armamento.
—Reconocer el perímetro. Rápido —ordenó a su tropa con voz severa—. Nuestros amos desean explorar el potencial de este reino.
Sus llamativos ojos amarillos se clavaron impasibles en una de las reses antes de decapitarla con el afilado extremo de su cola, que caía desde su cintura, en una clara demostración de intenciones... Tenía un objetivo que cumplir y el fracaso no entraba en sus opciones.
¹Worldbuilding: Nombre que se le da al proceso de creación de un mundo imaginario, comúnmente asociado a un universo de ficción.
²Mancha Rojiza: El símbolo de Wanyamon, ♂, hace referencia al dios Marte de la mitología romana en el que está basado Marsmon.
³Oviedo: Ciudad de Asturias; capital del principado.
A lo largo de la historia podréis encontrar infinidad de referencias sobre mi vida personal, así como referencias a la cultura actual: películas, series, música, videojuegos, etc.
Es la forma que tengo de plasmar mi impronta.