Capítulo 14 · ¡Seremos Una Caca Más!

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Una lección importante que la vida terminaba por enseñar a todo ser viviente era que las cosas no siempre salían como se habían planeado, como por ejemplo: la inmersión en el Mundo Digital de Esnou. Aquel que correspondía a la dimensión que habitaba.

Camino a casa, cargado de euforia y una gran sonrisa después de haber sido admitido en el taller de empleo, el tamer hizo una parada en la pequeña presa del río que había en el margen de la carretera principal; esa donde meses antes se había accidentado haciendo fotos... En verano, el lugar ideal para que los turistas huyeran del tórrido calor.

Una vez a los pies de la orilla, tras cerciorarse de que no había ningún transeúnte, ni siquiera el dueño de un pequeño huerto próximo al estanque formado, decidió liberar a su compañero para disfrutar unos instantes juntos a través del Digivice.

Una vez a los pies de la orilla, tras cerciorarse de que no había ningún transeúnte, ni siquiera el dueño de un pequeño huerto próximo al estanque formado, decidió liberar a su compañero para disfrutar unos instantes juntos a través del Digivice

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—¡El agua baja muy tranquila hoy! —festejó Teddy, quien rápidamente desvió la mirada al ver de soslayo un pez.

—Dale unos días. Cuando caigan las lluvias torrenciales alucinarás.

La normalidad de aquel día no les preocupaba. Desde el encuentro con Lilamon no habían vuelto a toparse con otros digimon, aunque en los noticiarios aumentaban los avistamientos de criaturas misteriosas y sucesos inexplicables. Sin embargo, el caprichoso destino les sorprendió con la aparición de un portal oculto entre la maleza.

Al principio ninguno supo qué hacer o decir. Intercambiaron una mueca de extrañeza y nerviosismo... Nada salía de él.

—Y si...

Esnou barajó la posibilidad de adentrarse, por peligroso que fuera. Había tomado una decisión y, ante el inminente cambio de horarios, supo que debía aprovechar la oportunidad. Podía ser ahora o nunca.

Un suspiro, seguido de un simple chasquido con la lengua bastó para que el osezno le transmitiera su confianza. Estaba decidido: viajarían al Mundo Digital.

—Hagámoslo.

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La sensación de cruzar el portal apenas les erizó el cabello, ejerciendo cual leve brisa sobre sus cuerpos. La experiencia previa les había conferido una inmunidad bien recibida, mas les permitió centrarse en lo importante: el escenario al que habían ido a parar.

Semejante a un estercolero, los montones de basura se alzaban hacía el cielo como si de un rascacielos se tratase. Cada uno estaba formado por ingentes cantidades de aparataos electrónicos sin sentido, unidos entre sí por infinitos cableados empleados para sostenerlos: monitores, neveras, radios, incluso pudieron ver un horno con la cristalera hecha añicos.

—Desde luego, no es que me lo esperaba —espetó Esnou con cierto tono amargo de decepción, también reflejada en su rostro.

Había soñado con la posibilidad de un mundo de fantasía, de ciencia ficción. Quizás algo al estilo Monster Ranchers, o por burda que fuera la comparativa, Dragones & Mazmorras. Desde ese punto de vista, las pilas de basura representaban la nada absoluta.

Digimon: ArkadiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora