3: 18 a.m.
• M I K O •
Me hubiera gustado seguir con esas conversaciones atrevidas, pero de un momento a otro el ambiente se calmó y ahora nos encontrábamos hablando de la vida como si nada.
No podía quejarme, pasar el rato con Lucya era agradable.
Sentadas sobre las banquetas de la misma barra en la que casi le como la boca, ambas reíamos por un comentario que yo había hecho.
Era fácil para nosotras divertirnos.
- Uh, que temón - comentó ella cuando la Bzrp session con Nathy Peluso comenzó a sonar por todo el lugar -. ¿Cuando sale la sesión con el Biza?
Su pregunta me tomó por sorpresa, pero al mismo tiempo me agradó. Me recordó a mi canción con Brray "Bi".
- Aún no recibí la propuesta.
- Ya te va a llegar - palmeó mi hombro como si estuviera consolandome. Reí por su gesto -. Tenés mucho flow, no me sorprendería que te llamen en cualquier momento.
Estaba a punto de agradecerle, pero la canción que se reprodujo de golpe la hizo saltar del asiento.
- Ah no, yo tengo que bailar este tema. ¿Venís?
- Después voy.
Y como estaba tan emocionada por la canción, se fue donde sus amigas para bailar con energía Fanática de lo sensual.
Me senté en un ángulo perfecto para verla sin interrupciones. Ella era interesante de observar, pero además había decidido no acompañarla para que pase tiempo con sus amigas, pues se la veía muy feliz con ella.
Era adictivo ver cómo su cuerpo se contorneaba al ritmo de la canción, como adaptaba sus movimientos perfectamente acorde a la música, bailando sensualmente, llamando la atención de cualquiera para atraparlos en sus encantos.
Había más de una persona observándola con admiración y deseo, pero ella no le hacía caso a nadie. Su atención estaba puesta en pasarla bien.
Y mi atención estaba puesta en ella.
(• • •)
4: 00 a.m.
Perdí de vista a Lucya cuando decidí ir al baño un momento para mojarme la cara. Era como si esperara que me fuera para desaparecer, pero lo cierto es que en ningún momento se giró para verme.
Intenté no buscarla para no lucir desesperada y por un largo rato funcionó.
Sin embargo, luego de distraerme hablando con Mariana, quién me había dicho que entabló una interesante conversación con la amiga de Lucya, me fue inevitable no salir en su búsqueda para saber si estaba bien.
Al final, me la encontré bailando con su amiga Eva mientras sostenía una copa con alcohol. Parecía estar bien... Si la veías desde lejos, porque de cerca era un desastre.
Me encontraba a una distancia considerable, pero la oía hablar a los gritos con dificultad, pues la lengua se le trababa un poco e incluso pude ver cómo se tambaleaba en todas las direcciones posibles.
En cuánto se percató de mi presencia se acercó a mi con una sonrisa y quiso saludarme, pero tropezó con sus propios pies y cayó sobre mi. Alcancé a sujetarla de la cintura y tuve que reprimir toda gana de, mínimo, tocar con mis dedos esos labios rojos y tentadores.
- Linda noche ¿no? - Dijo riendo, pasando su brazo por mi cuello, acercándose más a mi rostro.
- Creo que debería' dejar de tomar, mami - dije entre risas sacándole la copa de las manos.
- Y yo creo que deberías sacarte las ganas.
Alcé mis cejas con sorpresa y la miré como si no supiera de qué estaba hablando, cuando en realidad sabía perfectamente a qué se refería.
- ¿Qué ganas?
- Las que tenés de besarme - con su dedo índice recorrió todo el borde de mi mandíbula, provocándome escalofríos en todo el cuerpo.
- Estas tomada, ma.
- Mmm, no me negaste nada - dijo riendo, mirando mis labios fugazmente -. No te hagas, Miko, no te sale fingir que no lo querés.
Y luego comenzó a acercarse, pero la aparté cuidadosamente de mi. Corté todo contacto físico y no me gustó, pero al mismo tiempo me aliviaba. No la quería cerca, no así.
Su expresión era todo un cuadro, como si no esperara que la rechazara.
- Entonces, ¿no me vas a besar?
Honestamente, no querría. Por más que sus labios me resulten lastimosamente tentadores, besarla no era algo que tenía en mente. Simplemente no quería tener una razón para alejarme de ella.
Aunque, al mismo tiempo me vendría bien la distancia. No quería seguir con lo que sea que suceda entre nosotras.
Pero siendo sincera tampoco pasaba nada. Apenas nos conocíamos. Nuestra relación estaba creándose poco a poco. Por un par de coqueteos no podía hacerme una idea errónea de creer que sucedía algo.
- No. No quiero besarme a nadie está noche.
- Bien.
Dejándome con la cabeza hecha un lío, Lucya se fue abriendo pasó entre la gente, desapareciendo de mi vista nuevamente.
Sentía como si estuviera con ella solo dos segundos, pero su ausencia se sentía de dos años.
Ay dios, está mujer me da crisis existencial.
• L U C Y A •
4: 30 a.m.
Había dejado de tomar desde hacía rato por orden de Gyal. Podría haberme negado, pero el alcohol aún no me había quitado el miedo que le tenía a esa mujer cuando me miraba con esa expresión de asesina.
Asique no me quedó de otra que dejar de beber.
Por eso estaba más consciente que antes, aunque una parte mía aún seguía bastante idiota.
¿Y porqué digo esto? Porque estaba enojada por la cosa más estúpida del mundo.
Resulta que el show que había hecho con Miko era puro juego que había jugado para divertirme. Y sonaba mal, pero de un modo u otro lo hice.
Acabé diciéndole que tenía ganas de besarme y ella se negó diciendo que no quería besar a nadie.
Nadie era una morocha de culo Kim Kardashian con vestido rojo llamativo.
Y yo no estaba enojada porque la había besado a ella y no a mi. Aquello no me importaba en lo más mínimo.
Lo que me ponía de mal humor era el hecho de haber sido tan idiota con ella al haberle coqueteado de esa forma, diciéndole cosas de su estilo que luego la llevarían a pensar cualquier cosa.
Ni siquiera sé porque me pongo así. Debería estar disfrutando de mis amigas en vez de empacarme como nena caprichosa por algo tan tonto como eso.
Pero también me molestaba que me moleste el hecho de que no quiera besarme. ¿Tan trágico sería darme un beso?
Quizás este último pensamiento llegó de mi parte idiota, porque ni yo me comprendí.
¡Mierda! No puedo ser así. No puedo enojarme porque alguien no quiera besarme como si fuera la mina más sexy del mundo.
Sexy soy, pero tampoco es que todos van a caer a mis pies.
A mí, el alcohol me afecta de muchas maneras. Una era confundir cualquier cosa, otra ser extremadamente complicada con mis pensamientos, porque me contradecía y hasta me criticaba y me peleaba conmigo misma.
Cómo ahora.
Estaba sentada en un sillón cruzada de brazos, rodeada de mis amigas, Gyal, Lunay y amigos de este último. Además, también estaba Mariana, incluida por Alicia porque habían estado hablando toda la noche.
Podría decir: uuuh, estás dos tienen onda... Pero Alicia no tiraba para ese lado. Creo.
Miko se había sumado hacía rato con una sonrisa de felicidad en sus labios. Se sentó a mi lado, manteniendo distancia pero estando cerca de todos modos.
Me hice la tonta en todo momento. A veces me giraba para hablar con Gyal, que estaba sentada del otro lado o a veces hablaba con Eva, que estaba al frente. Y en las veces que no hablaba con nadie, miraba mi celular o me hacía la desinteresada.
- ¿Y te va' a seguir haciendo la otra o va' a hablarme? - Casi dejó caer mi celular cuando su voz hizo estremecer mi oído.
Girar la cabeza para verla fue un error. Estaba tan cerca que nuestras narices rozaron y hasta pude sentir su aliento a alcohol.
- ¿Por qué tengo que ser yo la que empieza la conversación? - Le pregunté mientras me alejaba, tratando de no demostrarle que su cercanía me había puesto nerviosa.
No me respondió, pero si me miró de arriba abajo y relamió sus labios antes de beber de su vaso.
- Sé que finge' hacerte la desinteresada porque te molestó haberme visto besándome con otra cuando te dije que no quería besarme a nadie está noche.
Mi expresión fue de sorpresa total, pero en mi interior hasta temblaba del miedo que me provocó el saber que ella tenía claro cada pensamiento mío. Quiero decir, eso era exactamente lo que me ocurría.
O yo soy muy obvia, o ella no es tonta.
- Me hago la tonta, pero veo todo, nena.
Quise salir corriendo. De verdad me hubiera gustado ser otra persona para no sufrir los nervios que se manifestaban en mi.
Tantas sensaciones en un mismo segundo... Era una locura.
Seguramente mi rostro era digno de una fotografía.
- A ver... Me quedé en blanco... ¿Me estás diciendo que te besaste con una chica?
Recurrí a mis dotes de actuación para no dejarle en evidencia mi perturbación... Y aunque tenía miedo de quedar como una idiota, al parecer, mi intento de fingir demencia dió resultado.
¿Por qué? Bueno... La expresión de Miko no tenía precio.
Pensó que había dado en el clavo, y era así, pero mi reacción la hizo dudar de lo que había afirmado.
- Ah... No... ¿No me viste besarme con...? - Intentó decir, pero se le estaba haciendo difícil hablar.
- No, no te vi... ¿Quién es la suertuda?
No me gustaba fingir así, era tan incómodo como sentir la mirada de mis amigas sobre mí por hablar con Miko.
- Oh - comencé a reírme -, ¿esperabas que me decepcione? Lamento decirte que no, no estoy decepcionada o dolida.
Sonreí y me acomodé en mi asiento.
- ¿De verdad crees que sos la única a la que miro? - Reí y aparté mi cabello de mi hombro -. No estoy pendiente a todo lo que haces. Y miro a muchas personas, pero me interesan muy pocas.
Que idiota soy.
- No estás pendiente, pero quisiste besarme.
- Estaba borracha.
- Pero se notaba que querías hacerlo.
- Era un juego.
Miko ladeó su cabeza mientras alzaba una ceja e intentaba analizarme. En todo momento traté de no demostrarle nada que tenga que ver con nervios, inseguridad o miedo.
No sabía si el poco alcohol que había en mi sistema me estaba ayudando, o era puro milagro seguir mintiendo de esta forma.
- Ay má... Tarde o...
- Siempre es la misma frase, Miko, ¿no tenés otra? - Se sorprendió por mi tono de voz, pero no me interrumpió -. Ya te dije: yo no voy a caer. ¿Por qué tanto capricho en tener mi interés?
Ella soltó una risa y sacudió su cabeza, negando repetidas veces.
- En todo este tiempo que compartimos juntas ¿no te diste cuenta de que lo que digo o hago es puro juego? - Alcé una ceja -. Déjame aclararte, mami: todo es joda. Soy así con todas.
- Que bueno que lo aclares, porque en un punto me lo llegué a creer - me levanté y agarré la botella de tequila que había sobre la mesa, sintiendo la mirada amenazante de Gyal -. Y ya que estamos, te repito, por las dudas, que no vas a tener mi interés.
- Tu tampoco tendrás el mío - dijo sería, mirándome con esos ojos azules e intimidantes.
Le sostuve la mirada y luego sonreí, dándole un largo trago a la bebida.
- Bueno, ¿estamos bien?
Yo sonreí mientras le extendía la mano.
No me correspondió a ninguno de los dos gestos, pero dijo:
- Estamos bien.
~•~•~•~•~•~•~
HOLAAAAA
Cómo andan?
Aprovecho a subir capítulos seguidos porque ando inspirada.