Luna de Sangre

By ladyhabsburgo

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Harry es un purasangre mafioso, infame y despiadado y Louis el omega que el destino puso en su vida para camb... More

Introducción
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35

Capítulo 8

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By ladyhabsburgo

Había seguido al alfa por un camino distinto por el que le habían traído. Realmente era una casa muy grande, aunque ni siquiera se trataba realmente de una casa, era como una gigantesca mansión. Había pasillos aquí y allá. Y Louis sabía que de no estar detrás de Harry se hubiese perdido desde hacía mucho.

—Es una casa enorme —comentó por lo bajo.

No planeaba ser amigo del purasangre, pero si caerle bien y ser agradable reducía la sentencia que el destino le había dejado encima, pues vale, no era tan malo.

—Es más solitario y silencioso así —respondió Harry luego de un par de pasos más.

Louis entrelazó los dedos de sus manos detrás de su espalda y siguió con sus pasos cortos. No le importaba estarse quedando atrás, los pasos del alfa eran enormes, casi cuatro veces más que un par suyos. No iba correr detrás de él, por lo que se estaba tomando su tiempo.

—¿Te gusta que sea tan grande?

—Sí.

—Dicen que los gustos exagerados de las personas suelen ser para recompensar otras cosas de las que se carece. —soltó haciendo una mueca enfocándose mucho en su dato que no sabía estaba en su memoria hasta ese momento que lo dejó salir.

Harry le dio una mirada por encima de su hombro y alzó una ceja—. ¿Crees que carezco de algo, omega?

Louis reaccionó y levantó su vista, encontrándose con la mirada de Harry. De inmediato aparto sus ojos, mirando la alfombra a lo largo del pasillo. ¿Por qué se avergonzaba? Solo era ese alfa mirándolo, lo detestó, ese sentimiento inconsciente.

—No lo sé. ¿Tú lo haces?

No supo si Harry seguía viéndole, pero dudujo que no, porque siguieron caminando.

—Hasta hace poco carecía de compañía. Creo que no más.

Louis sabía que Harry se refería a él. Louis era la compañía de Harry. O eso creía el alfa. El omega sólo sentía incomodidad y repudio. No quería ningún alfa. No quería una compañía.

Sin embargo, tenía una nota mental de guardarse sus pensamientos de ese tipo para sí mientras pudiesen poner al purasangre de mal humor. Aunque por alguna razón, todavía tenía la corazonada de que el alfa no le lastimaría ni le tocaría un pelo si Louis así lo quería. Pero era solamente un pensamiento, no se debía fiar en absoluto de ello.

—Pensé que dijiste que te gustaba la soledad.

—Pero no ese tipo de soledad omega. Llega un momento en que te encuentras vacío por dentro. Tu cama está sola y no hay nadie para hablar, entonces ese tipo de soledad ya no es agradable.

Louis parpadeó, levantando de nuevo su vista. Observó al alfa, su ancha espalda cubierta por aquel saco de tela cara y esos rizos yendo de un lado a otro con su caminar.

Entonces, sus labios se movieron solos.

—¿Cómo sabes que te agradaré yo? No me conoces en absoluto. Quizás sea muy gruñón, malhablado y repugnante.

Louis no logró verlo, pero Harry sonrió apenas.

—Lo sé porque eres mi omega.

Louis suspiró a su pesar—. Creo que... Eso no tiene nada que ver.

El alfa se detuvo, dando la vuelta para verle de frente. Entonces Louis observó la pequeña sonrisa en sus labios. El alfa levantó su dedo índice y tocó su propio pecho—. Se siente aquí, Louis. La manera en que eres, en la que estás formado, tu carácter, tus miedos, tus alegrías... Todo se siente aquí, desde el primer momento. Confío en que vas a darte cuenta pronto, y si no es así, si no lo haces pronto, entonces yo esperaré hasta que lo hagas.

Sus palabras removieron algo en el interior el ojiazul, sus labios se separaron y sólo pudo observar al alfa sin más por largos segundos.

Y soltó un poco de aire, tratando de recobrar la compostura—. ¿Y si nunca me doy cuenta?

—La esperanza lo es todo, omega.

Harry le acarició con lentitud la mejilla y volvió a sonreírle. Louis no entendió por qué razón sus piernas temblaron y su mano fue a parar encima de la de Harry cuando hizo amago de alejarse. Se repegó a ella un poco más y cerró los ojos, disfrutando aquella calidez.

Le juraba al cielo que no estaba haciendo eso por voluntad propia. Culpaba al instinto. Y se preguntaba por qué demonios no se detenía. Por qué estaba actuando de aquella manera. Todavía quería apartarse de ese purasangre.

En cambio, Harry siguió sonriendo.

—Ya te darás cuenta. No hay prisa. —murmuró.

Entonces Louis se alejó, con lentitud y sus brillantes ojos puestos en los de Harry. Sentía las mejillas rojas, pero aún así no solto la mano del alfa cuando este la tomó para comenzar a caminar una vez más.

Su omega interior no podía ser más traidor. Louis renegaba. Pero, ¿era de verdad su omega?

[...]

Habían entrado al comedor en silencio, los ojos de Louis todavía entaban puestos en la mano de Harry entrelazada con la suya. Deseaba poder apartarse. No lo hacía. Una vez Harry aflojó su agarre, Louis finalmente le soltó para después levantar la vista y ver el rostro del alfa, este le estaba ofreciendo una silla en el comedor, por lo cual Louis rápidamente se sentó. Harry le dio un suave empujón y después de sentó en el lateral de final del comedor, justo a su lado.

Entonces Louis parpadeó y volteó alrededor por primera vez desde que habían entrado, se había sumido por completo en Harry que quizás hasta se había olvidado de respirar por unos momentos.

Louis observó a sus dos compañeros sentados frente a él, Liam comía animadamente los vegetales en su plato con ojitos brillantes y Michael miraba la comida que parecía intacta en el plato delante suyo con los brazos cruzados. También estaban los otros dos alfas, que comían tranquilamente de su plato con los cubiertos toqueteando el mármol de vez en cuando.

—¿Qué te apetece cenar? —escuchó a Harry preguntar, por lo cual volteó a verlo. El alfa se había aflojado la corbata y se había desabrochado el saco que usaba. —El menú es extenso, y si no hay algo que te guste aquí, podemos pedir que te preparen algo. Lo que sea, ¿qué te gusta?

Louis se quedó en silencio por unos momentos y echó una mirada a todos los platillos preparados que yacían a lo largo de la mesa. Sinceramente todo lucía exquisito, no sabía por dónde empezar. No sabía con exactitud cuánto tenía sin comer alimento y no había reparado en su estómago rugiente hasta ese momento. Pero negó con suavidad, de nuevo, sus mejillas estaban rojas.

Es que no se podía tomar en serio nada de aquello. En un momento había sido secuestrado y al otro estaba teniendo una cena con sus raptores. ¿Es que era así como funcionaba el mundo y él no se había dado cuenta?

Pero Harry todavía le miraba. Con ojos cálidos y una pequeña sonrisa agradable. ¿Realmente Harry era su raptor o había tenido suerte de haber terminado con él? Como habían dicho Liam y Michael, era mejor estar allí. ¿Pero por qué? ¿Qué hubiese pasado si no lo hubiera elegido y se hubiera quedado en aquella tribu endemoniada? ¿O quizás otro purasangre pudo haberle tomado? Otro no tan amable como Harry. Otro purasangre que no fuese Harry.

Parpadeó, cayendo una vez más con que la mirada verdosa todavía estaba encima de él.

—No sé si tengo apetito —murmuró.

Pero entonces Harry sólo le sonrió un poco más—. ¿Quieres que elija por ti? Quizás conozca bien lo que te gusta.

Entonces Louis frunció apenas el ceño. Esa era una pequeña forma de saber que tanta razón tenía Harry. Sobre eso de sentir lo que Louis era en su pecho. Sinceramente le parecía una tontería, pero sentía el impulso de querer comprobarlo. ¿Sabría el alfa que era lo que Louis quería para cenar?

—Sí. Por favor —murmuró apenas, apartando una vez más su vista del purasangre.

Entonces volvió a ver a los demás acompañantes del comedor. El pelinegro observaba al jovencito a su lado con cierta sonrisa mientras bebía de una copa con lo que parecía ser vino, Louis tenía que admitir que Liam era adorable. Con las mejillas regordetas por lo que masticaba y la comisura de sus labios manchada de salsa roja. Parecía disfrutar mucho de la sopa de espagueti.

También observó al alfa rubio, quién veía de manera preocupada al omega frente suyo mientras metía dentro de su boca un vegetal con un tenedor. Michael incluso había bostezado mientras veía básicamente a la nada, porque también había comenzado a ignorar el plato delante suyo.

—¿Qué hay de esto? —escuchó a Harry de vuelta, por lo que dirigió su vista a él una vez más. Harry no le miraba, por lo que Louis siguió la vista del purasangre. Había servido en su plato un poco de pollo envuelto en jamón con puré de papá a un lado, junto a una salsa dulce que sinceramente Louis amaba.

Entonces parpadeó y sus labios se separaron ligeramente. Era la única comida que Louis sabía preparar. Y era su favorita desde que su madre le había enseñado a prepararla. Su cena de cada viernes. Quiso vomitar. Pero de la confusión.

Harry le miró luego de terminar de servir un poco de verduras, frunció el ceño al ver la expresión de Louis y se alejó para colocar el tazón con la verdura en su lugar.

—¿No es de tu agrado...? —preguntó dudoso.

Louis negó de inmediato—. No, quiero decir, sí... Sí. Es, me gusta. Sí. Gracias, por supuesto, sí —tartamudeo.

Harry parpadeó, ladeando un poco la cabeza—. ¿Entonces está bien?

Louis asintió—. Sí. Sí, gracias.

—No es nada omega. Cena tranquilo.

Louis volvió a asentir—. Vale. Sí.

—Vale —murmuró Harry, luego prosiguió a servirse su propia cena.

Luego de un rato, Louis iba por la mitad de su plato, Harry estaba terminando también. Los demás en la mesa habían terminado, pero seguían en silencio. Esperando a que todos en el comedor terminaran, Louis realmente no podía más con su estómago, estaba muy satisfecho pero no sabía que tan correcto era dejar sobras en el plato en una casa que no era la suya.

Siguió comiendo despacio, mirando a Harry de reojo de vez en cuando. El alfa parecía muy concentrado en masticar y beber de su jugo. Oh, sí, también le había servido a Louis jugo de naranja luego de que el omega dijese que ese era su favorito. Y había preferido tomarlo también antes de beber alcohol. Louis solo le había sonreído.

—Omega... No has comido nada.

Louis llevó su mirada hasta el alfa que había hablado. Era Luke, quien miraba a Michael un poco inquieto. Louis procedió a meter un poco más de pollo a su boca mientras miraba la escena.

Michael había alzado los hombros—. No hay nada que me guste aquí. Todo es basura.

Louis parpadeó, escuchó a Harry beber de su jugo. Siguió observando al rubio, Louis se preguntaba cuándo era que Mike iba a aprender a cerrar la boca.

—Omega insolente —soltó el pelinegro con mala cara, Liam observó a su alfa, pero él purasangre negó en su dirección—. No tú, él. —señaló al rubio con una mueca.

Luke miró a su compañero de mala gana, Harry solo guardó silencio.

—Bueno y a ti qué —escupió Michael.

El pelinegro alzó una ceja, abandonando de mala gana sobre la mesa la copa que sostenía en su mano.

—Zayn —nombró Luke, dándole una mirada de advertencia.

—Educa a tu estúpido omega.

—No vas a decirme qué hacer. Si fuese tu omega un berrinchudo yo no tendría problema en esperar a que se adapte —Luke frunció el ceño, Zayn se calló.

—¿Berrinchudo? —Mike bufó, mirando una vez más al purasangre rubio.

Este alzó los hombros—. Dime qué quieres cenar, por favor. No puedes pasar el día y la noche sin comer nada, te enfermaras.

Michael hizo una mala cara, se acomodó en la silla y cruzó una vez más los brazos—. Pizza. —escupió, apenas escuchándose.

—Vale. Pizza será entonces —Luke bufó, asintiendo. Luego se levantó dándole una mala mirada a Zayn y desapareció de la habitación.

Louis volteó a ver a Harry, que también le miró. Louis estaba serio, preguntándose por qué nada malo sucedía todavía si las actitudes de todos eran todo menos para una convivencia sana. Pero el alfa sólo le sonrió una vez más, alzando suavemente los hombros.

—Él tiene que hacerse cargo de su omega —murmuró apenas para ellos—. No es nuestro asunto cómo lo haga.

Louis asintió, entendiendo fácilmente esas palabras.

Realmente los alfas no actuaban tan mal como parecía que iban a actuar. Es que... Harry sirviéndole la cena, Luke consintiendo los caprichos de Michael, Zayn observando de manera dulce a Liam... ¿Ellos realmente querían lastimarles? ¿De verdad?

Pero Harry le seguía observando con ojos brillantes mientras le sonreía. Y entonces Louis soltó un suave suspiro.

—Alfa, no quiero más —susurró, dándole una mirada a su plato.

Harry asintió—. No lo comas entonces.

Louis parpadeó—. ¿Está bien?

El purasangre asintió luego de fruncir un poco el ceño—. Sí omega, está bien. Si no quieres más, entonces no lo comas.

Louis parpadeó. Era extraño, sabía admitirlo.

Unas horas antes había estado preocupado creyendo que de inmediato sería asesinado o violado o maltratado o lo que sea que pudiese pasarle en malos terminos, pero estaba todavía vivo, sano, allí, cenando tranquilamente a lado de un alfa que le sonreía amable y le servía la jodida cena.

Cada segundo que pasaba, entendía menos y menos.

Pero estaba totalmente claro en lo demás.

Estaba claro en lo que implicaba ser el 'omega' de un alfa. Sabía que esa faceta buena gente del alfa podía cambiar en cualquier momento. Sabía que por ser 'débil', podía ser sometido a la voluntad de quien fuese en un solo parpadeo. Harry decía que Louis era su omega, y aunque el castaño le repitió algunas veces que no era así, el alfa no lo había aceptado.

No podía confiar en Harry.

Ni siquiera entraba en sus planes racionales creerle todo eso que le decía. Ni siquiera era normal pensar que de verdad el purasangre estaba siendo bueno con él sin esperar nada a cambio.

Él había dicho. Podía esperar. ¿Pero por cuánto tiempo esperaría? Louis no planeaba darle nada nunca, por lo que eventualmente el alfa se cansaría. ¿Esperaría lo suficiente para darle tiempo de escapar, de idear un buen plan para huir? Eso le mantenía ansioso.

Esperaba tener suficiente tiempo. Creía poder seguirle la corriente al alfa. Pero era solo eso, ¿cierto? Seguirle la corriente...

—Tu pizza estará aquí pronto. —Luke anunció entrando a la cocina. Louis le dedicó toda la atención, Harry y Zayn ni siquiera observaron a su amigo muy ocupados observando a sus omegas.

—Ni siquiera me preguntaste cómo me gustaba —escupió Michael, y por un momento, uno pequeñisimo, Louis creyó haber visto a Michael fingir un puchero.

Luke le observó parpadeando con paciencia, le resultaba conflictivo lidear con un omega como Michael, pero también adoraba el sentir en su pecho al cumplir sus caprichos. Era el tipo de omega que quería, caprichoso y que no se aguantaba de cerrar la boca para decir lo que quería o pensaba. Apenas le había sujetado cerca una vez, y ya había caído profundo.

—Pedí que pusieran queso extra. Jamón y pepperoni. Agua fresca de jamaica —el alfa soltó. Michael le dio una mirada.

—Vale. Puedo arreglarmelas. —asintió Michael.

—¿Está bien? Puedo llamar y pedir cambio si es que no te gusta-

—Alfa, está bien.

Luke sonrió, sentandose de nuevo—. Vale. Está bien.

—Pero quiero comerla en otro lugar, ¿tengo una habitación? Y también quiero compartir con Liam y Louis algunos trozos. —volvió a decir Mike.

Los nombrados miraron a su rubio amigo. Louis sonrió al igual que Liam. Pero Louis sabía que incluso le estaba costando respirar por lo satisfecho que estaba.

Luke asintió—. Sí, tienes una habitación. Puedes comer donde desees, mi omega. Y también puedes compartir lo que quieras. Todo lo que quieras, puedes hacerlo.

Michael alzó las cejas—. Okay.

Luke suspiró—. ¿No obtengo un gracias?

El omega negó, desviando su mirada a otro lugar—. No todavía.

—Está bien. —volvió a decir Luke.

Zayn sólo resopló, levantándose de pronto del comedor—. ¿Han terminado ya de cenar? ¿Harry?

Louis volteó a ver a Harry, quien asintió unos momentos después—. Sí. ¿Quieres que tengamos ya la reunión? Estoy algo cansado y sería estupendo si terminaramos pronto.

Zayn asintió—. Sí. Podría decir lo mismo, ¿Luke?

—Vayan. Le pediré a Aeve que lleve a los chicos a sus respectivas habitaciones. —respondió el rubio.

Zayn se despidió únicamente de Liam, sonriendole apenas luego de sacudirle suavemente el cabello. El joven sonrió en grande, con sus mejillas poniéndose rojas al momento.

Louis quiso sonreír enternecido, pero su mano siendo acariciada robó rápidamente toda su atención. Harry le veía, y Louis a él.

—Aeve te dará ropa de dormir. ¿Estarás bien?

Louis parpadeó—. Supongo que... Sí. No es como si, alguien, alguien pudiera, ¿verdad?

Harry de pronto borro su sonrisa, expresando confusión y preocupación—. No. No pienses eso. Estás seguro aquí omega. Nadie te lastima aquí. ¿Vale?

Louis parpadeó.

¿Ni siquiera tú?

Harry frunció un poco más su ceño, entrecerrando en el paso sus ojos. Sus labios se movieron diciendo lo que pensaba, incluso él se quedó confundido un momento.

Ni siquiera yo, omega. Jamás.

[...]

La beta con la que Louis se sentía en confianza, resultó ser Aeve. Ella les recogió del comedor una vez que los alfas se marcharon, pidiéndoles entre prisas que la siguieran, ya que tenía algunas otras cosas que hacer en la casa.

Michael, naturalmente, fue el primero en quejarse—. ¿Y qué pasará con mi pizza? Muero de hambre.

—Eso te pasa por no querer comer lo que había en la mesa. No sabes lo que mis manos pueden hacer con los condimentos adecuados —soltó la mujer con una sonrisa mientras subían las enormes escaleras de mármol—. Mandaré a alguien que la suba cuando llegué, no te preocupes.

Michael bufó—. Vale.

—Eres un omega mimado, ¿lo sabías?

El rubio sonrió apenas—. Todavía no lo soy. Pero lo seré.

La mujer rió—. Esa es la actitud.

Louis se mantenía detrás de ellos de vuelta, con Liam a su lado. El joven no le hablaba, Louis creía que se debía a la pequeña discusión que habían tenido antes. Seguramente Liam creía que estaba enojado.

—Liam —murmuró.

El muchachito le miró con rapidez—. ¿Sí?

—¿Está todo bien?

El ojimiel asintió—. Sí, claro.

—Vale, yo... Solo me preocupo por nosotros. Quiero que todos estemos bien.

El joven asintió—. Estamos bien Louis. Más de lo que imaginas.

Frenaron cuando Aeve tomó a Liam del brazó, abrió la puerta de una habitación del pasillo por el que caminaban y le metió dentro—. Esta es tu habitación. Hay baño, televisión, ropa de tu alfa, usa lo que quieras. Buenas noches.

Liam se quedó mirando unos segundos hasta que la beta cerró la puerta y siguió caminando—. Bueeeno, continuemos.

Michael y Louis se miraron entre sí, pero no dijeron nada y caminaron detrás de la mujer.

Pasaron unas cuantas puertas más antes de que la mujer actuase de la misma forma, pero tomando a Louis esa vez. Abrió una puerta y le metió dentro, pero Louis la detuvo antes de cerrar la puerta.

—Mike —soltó, un poco nervioso por quedarse solo, realmente solo.

El rubio le miró por encima de la beta, preguntando silenciosamente que ocurría.

—Mmm, ¿estás... Estaremos bien? —preguntó Louis, haciendo una mueca de angustia. De verdad no quería quedarse solo, tener que pasar la noche en esa habitación sin compañía.

El chico asintió—. Sí, Lou. Todo estará bien, relajate, toma un baño, mira la televisión, mañana volveremos a vernos.

—¿No podemos quedarnos juntos? —preguntó Louis, con tristeza en sus facciones.

Aeve suspiró—. No, no pueden. Buenas noches.

Y entonces la puerta se cerró, dejandole solo allí.

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