The Forgotten Kingdom 《♧》Hyew...

Von -Mxxnligth-

799 219 36

《 Cuando la guerra se desata entre dos reinos, Hyejoo se ve obligada a entrar al ejército para defender a su... Mehr

Prólogo
Uno
Dos
Tres
Cuatro
Cinco
Seis
Siete
Ocho
Nueve
Diez
Once
Doce
Trece
Catorce
Quince
Dieciséis
Diecisiete
Dieciocho
Diecinueve
Veinte
Veintidós
Veintitrés
Final
Epílogo

Veintiuno

18 8 0
Von -Mxxnligth-

Hyejoo extrañaba bastante sus días de entrenamiento en esos momentos, poco importaba si sufría constantemente por las palizas que recibía o las noches que solo dormía dos horas, disfrutaba más esos días a lado de sus amigos que lo que podía disfrutar siendo una Reina. Se sentía sola, incluso teniendo a Chaewon a su lado todo el día, se sentía extremadamente sola.

Jamás creyó que diría algo así, pero extrañaba lo ruidosa que era Vivi todo el tiempo.

— ¿Qué pasa por tu linda cabeza?

Hyejoo sonrió levantando la cabeza. Chaewon caminaba hacia ella con su uniforme perfectamente colocado, no lo admitiría en voz alta, pero siempre creyó que la soldado se veía demasiado bien en esas prendas.

— Secreto — dijo a la soldado, burlándose en silencio cuando el rostro de Chaewon se arrugó en disgusto —. ¿Noticias sobre Verlassen?

— El comandante sigue cambiando cosas en los planes que teníamos, está fascinado con toda la información que hemos conseguido — respondió inclinándose para dejar un casto beso en sus labios, Hyejoo reaccionó sonrojándose al tacto —. Oh, estás roja.

— Te cortaré la cabeza si le mencionas a alguien esto.

La carcajada de Chaewon fue música para sus oídos y el siguiente beso que le dio solo alborotó más su corazón. Podía jurar que lo estaba escuchando latir con fuerte contra su pecho, le asustó creer que Chaewon también pudiera escucharlo.

— ¿Cómo te sientes hoy? — preguntó a Hyejoo, sentándose a su lado para observar a través de la ventana —. ¿Ayudó quedarte en tu habitación?

— Bastante, me siento mejor. — aseguró sintiendo a la soldado tomar su mano, sus dedos dibujando un patrón en la palma de su mano —. ¿Cómo están las cosas ahí afuera?

— Comenzamos a mover a los civiles de los distritos más cercanos al Sur, mientras tanto seguimos investigando al Norte, trajimos a unos cuantos y están siendo interrogados. — dijo a Hyejoo, sintiendo su mirada sobre su mejilla —. Reiss añadió los cambios que señalaste a los planes y está agregando más con la información que conseguimos. Cuando tengamos los planes terminados los daremos a todas las tropas, de momento seguimos entrenando.

— De acuerdo, ¿saben los puestos de los prisioneros?

— No son muy altos, te habría pedido matrimonio si tuviéramos al comandante Minho aquí — respondió soltando una sutil risa ante la idea —. Pero no es mucho de qué preocuparnos, podemos decir que todos saben lo mismo sobre este ataque.

— ¿Crees que lo logremos? — preguntó en un susurro.

Chaewon alzó la mirada, un poco sorprendida por lo afligida que sonó la pregunta, había jurado que Hyejoo estaba segura de eso.

— Por supuesto, Hyejoo. — afirmó con seguridad, dando un poco de consuelo a su nerviosa amante —. ¿Estás bien?

— Estoy cansada, solo eso. — Alzó los hombros quitándole importancia —. Me asusta que los planes salgan mal.

Chaewon asintió con un pequeño sonido de afirmación. Entendía que Hyejoo estuviera nerviosa por lo que venía, incluso ella que había sido instruida para ese momento se sentía igual, como si en medio de la batalla algo saliera mal y lo perdieran todo.

— Los hemos revisado muchas veces, Hyejoo. — Suspirando se apoyó en su hombro, sintiendo como casi de forma automática Hyejoo se apoyaba en ella también —. Todos estamos trabajando duro para lograrlo.

— ¿Y si no es suficiente?

— Bueno... ahí estaré para contarle la cabeza a quien quiera hacerte daño.

Hyejoo sonrió. Si bien para ella no era más que un comentario inocente, para Chaewon no lo era, de verdad le cortaría la cabeza a quien quisiera hacerle daño, quería a Hyejoo con vida. La necesitaba con vida.

— Que romántico.

Chaewon se sonrojó.

— Es mi trabajo, por supuesto. — respondió dando un pequeño golpe en el muslo de Hyejoo cuando esta se rio —. Pronto todo terminará.

Tenían tiempo para que todo el ejército pudiera sobrevivir, para que todo plan fuera aprendido y para que los civiles estuvieran a salvo. Con cada minuto que pasaban en esa habitación, el mundo exterior se preparaba para lo que venía, para dar sus vidas y mantener la corona a salvo, o para morir y aun así perderlo todo. No era una opción dejar en manos de Alistair su reino; su familia no sería esclava de nadie.

Su propósito de vida era ellos, mantenerlos a salvo de todo y todos. Puede que su nacimiento hubiera sido completamente una sorpresa, que su padre no supiera de su existencia hasta sus últimos momentos de vida y que su madre muriera sin darle la más mínima pista de su destino, pero ahora que lo sabía no podía rechazarlo. Sería la Reina que Vergessene necesitaba, haría todo en sus manos para mantener a su reino en paz, no importaba si no sabía cómo hacerlo, aprendería. Tomaría su última pizca de humanidad y la destrozaría si eso significaba mantener a su mundo a salvo.

— ¿Sigue siendo un secreto qué pasa por tu cabeza?

— Depende de qué puedas ofrecerme a cambio. — Chaewon alzó las cejas escuchando su tono burlón.

— ¿Ya eres esa clase de Reina? — Bromeó sonriendo cuando Hyejoo le dio un golpe.

— ¿Tú das las cosas gratis, soldado? — preguntó a la soldado, alzando una ceja cuando Chaewon fingió pensar.

— Yo solo las tomo, mi Reina.

— ¿Enserio? — Cruzó los brazos a la altura de su pecho mientras alzaba la cabeza —. ¿Qué has tomado de mí?

— Secreto, mi Reina.

Hyejoo la golpeó de nuevo y Chaewon carcajeó.

Pronto el silencio surgió entre ambas. Cada una sumergida en sus propios pensamientos como para hablar, solo manteniendo sus cuerpos juntos, permitiéndose sentir la compañía sin necesidad de palabras de por medio. Chaewon tenía la mirada perdida en la ventana frente a ellas y Hyejoo la observaba a ella, si en algún momento la soldado lo notó se dedicó a ignorarlo, o simplemente estaba demasiado concentrada en su mente.

— ¿También es un secreto lo que pasa por tu cabeza? — Se atrevió a preguntar, trayendo con ello a Chaewon de nuevo a la realidad.

— No. — dijo sonriendo un poco cuando Hyejoo se inclinó buscando que le contara —. Mis pensamientos pueden ser muy altos, quizá puedes escucharlos.

— El problema es que tengo un pésimo oído.

— Bueno, también son un poco obvios. — respondió apoyándose en Hyejoo —. Solo me gustaría conocerte en otras circunstancias.

— ¿Cómo cuál?

— Alguna donde no pueda perderte.

La guerra estaba más cerca que nunca y todos lo sabían. El ambiente en el reino era cada día más pesado. Se podía sentir la tensión en el aire y Hyejoo juraba poder oler la sangre, incluso cuando nadie había derramado nada similar. Quizás se trataba de una mala jugada de su cabeza, pero ya podía sentir la adrenalina como si tuviera al Rey Alistair enfrente. Podía sentir su cuerpo temblar cada vez que pensaba en esos momentos, cuando imaginaba qué podía suceder cuando finalmente estuvieran frente a frente. Y eso la hacía sentir tan bien, saber que no temblaba de miedo.

El comandante Reiss continuaba asegurándole que tenían la guerra ganada y que todos sus soldados tenían las estrategias aprendidas sin falla. Hyejoo lo comprobó por sí misma supervisando un entrenamiento, pero aun así se dedicaba a dudar de todo, porque creer que lo tenía todo asegurado no daba nada más que inestabilidad a sus planes. Amaba la idea de creer que ganarían esa estúpida guerra, pero tenía que dudar, solo así podía esforzarse lo suficiente.

— ¿Debería aceptar la muerte o luchar contra ella? — Chaewon tarareó buscando una respuesta a su tonta pregunta. El movimiento de su cabeza cuando se acomodó le provocó cosquillas a Hyejoo. Recostarse en el jardín escondido para ver las estrellas esa noche había sido la mejor idea. Terminar con su cabeza sobre el abdomen de Hyejoo no había estado en los planes de ninguna, pero la Reina disfrutaba de su cercanía y Chaewon amaba las caricias en su cabello.

Disfrutaban cada momento a solas como si fuera el último.

— Uhm, creo que depende.

— ¿De qué?

— De si es una muerte que está en tus manos. — respondió paseando su mirada por el cielo estrellado —. Si algo está fuera de tus manos no debería ser parte de tus preocupaciones.

— ¿Eso crees? — preguntó Hyejoo, continuando con las pequeñas caricias en el cabello de Chaewon.

— Claro, nos preocupamos mucho por cosas que no podemos cambiar.

— Siempre me ha parecido impresionante como piensas.

— ¿De qué hablas? Me odiabas cuando nos conocimos. — Reclamó riendo cuando Hyejoo dio un pequeño tirón a su cabello.

— Idiota. — Insultó con gracia —. Solo creo que sabes mucho de cosas que no he escuchado hablar a nadie más, y es sorprendente porque eres menor que casi todas las personas que conozco.

Chaewon suspiró, Hyejoo no podía verla, pero una mueca cruzó su rostro.

— Creo que... a veces tenemos que crecer más allá de lo que nuestra edad marca. — murmuró cerrando los ojos por unos segundos, concentrándose en el toque de Hyejoo.

— ¿Crees que eso pase conmigo? — preguntó con genuina curiosidad, frunciendo el ceño cuando escuchó a Chaewon reír —. ¿Qué es tan gracioso?

— Hyejoo. — llamó mientras levantaba la cabeza, sus ojos brillando en la oscuridad encontrándose con los de la Reina —. Ninguna persona normal de diecinueve años se preocupa por una guerra y por gobernar un reino. Eso ya pasó contigo.

— Oh.

— Ya pasó con todos nosotros. — dijo recostándose nuevamente, siendo completamente ajena al efecto que sus palabras tuvieron en Hyejoo —. No hay mucho que se pueda hacer, ya pasó.

Hyejoo se quedó en silencio durante varios minutos, preguntándose cómo eran las personas normales de su edad. No pasó mucho tiempo antes de darse cuenta de que nunca había conocido a alguien así y de que no tenía idea de cómo debería comportarse según su edad. Chaewon tenía mucha razón en ese cuerpo tan pequeño: no había forma alguna de poder hacer algo. Ya había pasado, y no solo con ella, sino con todos. Hyejoo jamás podría ser una joven normal que ayudara a su madre en el trabajo y tuviera problemas amorosos, ni saldría por las tardes con sus amigos simplemente para disfrutar la vida. Estaba condenada a pasar sus días en ese castillo, asegurándose de que los demás pudieran vivir la vida que ella no pudo, manteniéndolos alejados de la guerra y de crecer cuando no debían hacerlo.

— ¿Cómo puedes vivir con eso?

Chaewon lo pensó más tiempo de lo que Hyejoo esperaba, con su mirada divagando entre las estrellas como si eso pudiera darle una respuesta adecuada.

— No lo sé. — Admitió después de no encontrar respuesta en ningún lado —. ¿Tú cómo lo haces?

— Tampoco lo sé.

Chaewon tarareó en señal de afirmación. Nunca había pensado en ese tipo de cosas; vivía demasiado ocupada pensando en sobrevivir como para desviar un porcentaje de sus pensamientos hacia la filosofía de la vida. No podía preguntarse cómo vivir cuando tenía a mil personas deseando su muerte frente a sus narices; antes de encontrar una respuesta, ya tendría una espada en su cuello.

— ¿Te gustaría encontrar esa respuesta conmigo? — preguntó en voz baja, tanteando el terreno al que se acercaba al hacer tal comentario.

— ¿Uhm?

— Sí, eh... cuando terminemos la guerra, ¿te gustaría?

— ¿Esa es tu manera de pedirme pasar el resto de mis días contigo? — Se burló buscando distraerse del calor que había atacado sus mejillas.

— Sí lo pones de esa forma suena muy intenso.

— Es muy intenso de cualquier forma, Chaewon. — El golpe que recibió valió completamente la pena —. Pero sí, me gustaría.

— ¿De verdad?

— Sí, de verdad.

Chaewon sonrió, dejando escapar un suspiro cansado. Le aliviaba escuchar las palabras de Hyejoo, porque realmente quería estar con ella, durante el tiempo que el mundo le permitiera. Sus años de vida habían sido exclusivamente para sobrevivir, sin tener momentos de paz en los que pudiera simplemente existir. Nunca los deseó, al menos hasta que llegó a esa base y conoció a una cadete odiosa con unos labios triangulares. Hyejoo le provocaba una extraña sensación en el pecho; la hacía desear momentos de descanso y no solo para ella, sino también quería pasar sus horas libres en compañía de Hyejoo, llevándola a explorar un mundo desconocido para ambas.

Le gustaba demasiado la idea de llevar una vida decente al lado de Hyejoo, y tenía la esperanza de que a Hyejoo también le agradara esa idea, aunque solo fuera un poco.

— ¿Te quedarás conmigo, Hyejoo?

— Me quedaré contigo, Chaewon. — murmuró en respuesta, su pecho sintiéndose cálido con la suavidad de las palabras de la soldado.

— ¿Incluso cuando el mundo se venga abajo? — preguntó nuevamente.

— Ningún mundo va a detenerme para quedarme contigo. — respondió en voz baja —. Siempre estaré contigo.

— Y yo contigo, Hyejoo.

Weiterlesen

Das wird dir gefallen

477 56 15
Donde yunjin es una alfa vampiro, futura líder de su clan y le da mucha curiosidad el por qué no debería acercarse a las brujas, sin saber que su des...
179K 10.2K 25
Chiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en...
258K 18.2K 35
Con la reciente muerte de su padre el duque de Hastings y presentada en su primera temporada social, Annette empieza a acercarse al hermano mayor de...
2.3K 236 15
"En dónde Chaehyun insiste que Dayeon y Youngeun son la una para la otra y estas deben estar juntas, sin saber que Dayeon esta perdidamente enamorada...