— No la entiendo, es muy rara.
Vivi caminaba a su lado por el bosque, buscando la salida como parte de su entrenamiento de estrategia, no sabía cómo era que Chaewon había terminado en otro equipo, pero simplemente lo aceptó sin cuestionarlo mucho.
— Es obvio que es rara, Hyejoo. Llegó un mes tarde aquí, es suficiente para saber que algo andaba mal.
— Sí, lo sé— murmuró mirando a la derecha y notando nuevamente el mismo árbol—. Es la segunda vez que veo ese maldito árbol, Vivi estamos perdidas.
— Shhh, cállate. Estamos bien, calla y camina.
Vivi la dejó de lado y siguió caminando por un camino inexistente que las llevaría de nuevo al mismo lugar, pero la siguió esperando que pronto la mayor se cansara y decidiría hacer caso a sus indicaciones.
— En todo caso, ¿cuál es el problema con que sea rara? Se la pasan bastante bien en los entrenamientos.
El tono burlón en la voz de su amiga la hizo maldecir en voz baja, definitivamente no se divertían en los entrenamientos, ella no. A pesar de que la menor se encargaba de instruirla todo el tiempo que podía, aún pateaba su trasero sin ninguna dificultad y la mayoría del tiempo Hyejoo terminaba en el suelo cubierta de tierra y fluidos de dudosa procedencia.
— Ella se la pasa bien. — Se quejó empujando levemente a la mayor con su hombro—. Y eso la hace aún más rara, no entiendo cómo no termina tan destrozada como nosotros.
— Hyejoo, llegó aquí sabiendo leer y escribir, era claro desde el inicio que era rara.
La mencionada alzó la mirada tan rápido que se mareó en el proceso, tenía el conocimiento de que muy pocos dentro de la tropa sabían leer y escribir desde antes de ser reclutados, pero creía que se trataba de algo normal al ser la mayoría de ellos muy jóvenes y provenir de familias que vivían en la ruina, nunca creyó que podría considerar raro a alguien que supiera hacerlo.
— Yo también sabía leer y escribir cuando llegué, ¿qué tiene de raro?
La mayor le dio una mirada de total incredulidad que realmente la hizo cuestionarse que tan tonta había sido su pregunta.
— Hyejoo, es casi un privilegio saber hacerlo. — Comenzó a explicar al notar que realmente la menor estaba totalmente perdida—. Solamente el ejercito recibe lecciones, y la realeza lo hace desde que son niños, algunos ciudadanos aprenden por sus profesiones y son ellos quienes enseñan a sus hijos, solo en ocasiones.
— Tú sabías hacerlo desde antes, ¿cierto? — preguntó recibiendo una pequeña afirmación como respuesta.
— Mi padre solía trabajar en el banco, contratos y cosas así. — Alzó los hombros con desinterés—. Me enseñó en cuanto tuvo oportunidad, creía que en algún momento podía ayudarme.
— Y claro que te ayudó, tienes una hora libre todos los días gracias a eso.
— Le agradezco infinitamente.
Sonriendo continuó su camino por el mismo sendero que llevaban siguiendo los últimos treinta minutos, Hyejoo suspiró mirando con anhelo el camino correcto, queriendo mandar a la mierda a Vivi y llegar sola a la base, pero no podía hacerlo, especialmente porque el instructor la haría volver por ella.
— Mi madre me enseñó a mí — murmuró después de unos segundos de silencio—, pero realmente su profesión no tenía nada que ver con eso, ¿eso es raro?
— Rarísimo. — Alzó los hombros empujándola suavemente por la espalda—. ¿Qué hay de tu padre?
— Eh, no lo conocí nunca. Mamá nunca habló de él, así que yo tampoco lo hice.
— Probablemente él sabía hacerlo. — La mayor asintió levemente entendiendo la sensibilidad del tema—. Los hombres realmente adoran abandonar familias, no me quejo del mío, pero sus hermanos eran cosa seria.
— ¿De verdad?
— Tuvieron como tres familias cada uno, todas las abandonaron y decidieron que vivir sin afrontar las consecuencias de sus actos era lo mejor— habló con un claro enojo en su voz—. De verdad espero que se estén pudriendo en el infierno.
La menor asintió levemente pensando en si su padre también fue un tipo tan horrible como lo fueron los tíos de Vivi, lo dudaba un poco. Su madre nunca habló realmente sobre él, pero tampoco la escuchó quejarse nunca sobre algún hombre como lo hacía la castaña a su lado, probablemente su padre no fue un mal hombre, o no era un mal hombre, no tenía idea de si existía la posibilidad de que siguiera con vida.
¿Se parecería a él? Era una gran posibilidad, tenía algunas pocas características de su madre, compartían las suficientes como para saber que eran madre e hija, pero había otras más que no tenía idea de dónde habían salido. ¿Su padre también tendría labios triangulares en el rostro?
— Bueno, creo que existe la posibilidad de que realmente estemos perdidas.
— ¿Recién te das cuenta, idiota?
Maldiciendo a la mayor por lo bajo la empujó hasta el camino correcto. El atardecer se estaba acercando rápidamente y si no llegaban a la base antes de que el sol bajara estarían en grandes problemas. Limpiar los baños no estaba en sus planes, por supuesto que no, si tenía que arrastrar a Vivi hasta la base para evitarlo, lo haría.
— Te lo dije durante una maldita hora y tú solo me ignoraste. — Comenzó a quejarse cuando notó que el sol empezaba a bajar lentamente—. Si llegamos tarde, te mataré.
— Calmada, triangulitos. Te van a fusilar si la matas.
Giró tan rápido que se mareó un poco. Por su derecha una pequeña figura se acercaba con confianza, su sonrisa mostrada ese hoyuelo de manera hipnotizante, pero lo que realmente llamaba la atención de esa escena era la pequeña chica que se aferraba a su brazo con gran temor. Oh, Chaewon había sido emparejada con Jiwoo.
Pobre de ella.
— ¿No crees que fusilar ya es demasiado, niña?
Frente a frente las observó bien; Chaewon tenía el mapa en mano sin inmutarse del constante temblor de su compañera, por otro lado, Jiwoo observaba a todos lados con una mirada aterrorizada. ¿Tenía una fobia a los insectos o algo así?
— No lo creo. — Alzó los hombros dirigiendo sus pasos al lado contrario a donde Hyejoo pensaba ir—. Deberían apresurarse, falta poco para el atardecer.
— ¡Es por aquí! — avisó cuando rápidamente la pareja comenzó a alejarse de ellas.
Chaewon la miró sobre el hombro, le sonrió y levantó el mapa en su mano.
— ¿Ah sí?
Aún no tenía claro cómo fue que cuando llegaron a la base Chaewon ya estaba ahí, sonriéndole con un toque de burla. Y aún menos sabía por qué solo disfrutó de esa sonrisa en lugar de molestarse.
— ¡Arriba todos!
El ronco grito del hombre la hizo sentarse demasiado rápido, recibiendo como consecuencia un gran golpe en la frente. Miró a su alrededor aturdida por el golpe, el lugar seguía oscuro por lo que aún era de noche, probablemente madrugada, el rostro de sus compañeras estaba igual o más adormilado que el suyo.
— ¿Levantarnos es obligatorio? — El quejido de Jinsol se escuchó sobre los gritos del hombre—. Son como las cuatro.
Gruñendo en disgusto se levantó de la cama, las sábanas abandonando su cuerpo y el frío adentrándose rápidamente en su pijama. Intentó quitar todo rastro de sueño y siguió lentamente a las personas que caminaban por el pasillo.
No había mucha luz y a consecuencia terminó chocando con varios muros que juraba no estaban ahí, pero logró llegar a salvo y con un poco de dolor al punto de encuentro. Lo que quedaba de la tropa estaba esparcida por el lugar, algunos recostados en los muros intentando mantenerse despiertos, otros quejándose en voz baja entre ellos, y algunos que no le temían a la muerte ya estaban durmiendo nuevamente.
— ¿Cuál es la maldita razón como para que interrumpan mi sueño de belleza? — Se quejó Vivi llegando su lado, su cuerpo apoyándose rápidamente en el de la menor buscando una posición cómoda—. Juro que, si se trata de una idiotez, mataré a todos.
— No es una idiotez, Wong.
Vivi se puso tan pálida al escuchar al instructor que Hyejoo creyó que realmente iba a desmayarse. Para su fortuna el hombre sólo le dio una mala mirada antes de colocarse en el centro frente a todos, cruzó los brazos sobre su pecho y le dio un vistazo rápido a cada uno. Hyejoo realmente se removió incómoda en su lugar ante esa mirada.
— ¡Pongan atención! — exclamó fuerte y claro sacando de su sueño a quienes ya estaban roncando de nuevo—. Ustedes, pequeñas mierdas, son peores de lo que esperaba.
— Uh, ¿quién la cagó?
Hyejoo golpeó las costillas de la mayor para que cerrara la boca, ya estaba lo suficientemente asustada por la expresión del hombre como para que Vivi lo hiciera enfurecer más. La menor miró a su alrededor intentando mantenerse fuera del alcance de la furia creciente, notó a algunos miembros de la Policía Interna en la entrada del lugar, todos con uniforme y armas al alcance, parecía que estaban a punto de ser ejecutados.
— Uno de ustedes tomó información clasificada de mi despacho— habló el hombre entre dientes observando cada rostro que pudiera, buscando la más mínima señal de culpa—. Y eso es traición.
Oh, había un traidor entre ellos.
...
Santa mierda, había un traidor entre ellos.
Rápidamente su primera reacción fue girar a ver a Vivi, quien ya la observaba con confusión, juntas entraron en un estado de pánico. La menor miró a su alrededor notando que realmente todos estaban de la misma forma, algunos miraban con incredulidad al hombre, otros buscaban en su alrededor al traidor e incluso había quienes se estaban alejando de sus compañeros con pánico de que alguno fuera el culpable.
— Sus cosas están siendo revisadas en este momento por un miembro de la Policía Interna— avisó callando los pequeños murmullos que se habían presentado— No me importa quién los tomó o porqué lo hizo, irá ante el Rey.
Un jadeo general se escuchó por el lugar, algunos dieron un paso hacia atrás, Chaewon y Hyejoo entre ellos.
Ambas compartieron una pequeña mirada, analizándose mutuamente, asegurándose de que realmente eran compañeras y que los divertidos momentos que pasaban de vez en cuando no eran falsos. Chaewon suspiró después de unos tensos segundos y le dio una leve sonrisa negando suavemente, afirmando que ella estaba lejos del problema y que no tenía nada de qué preocuparse; Hyejoo asintió devolviendo la sonrisa, estaba bien, podían confiar.
El hombre los calló nuevamente con un solo grito mientras por su derecha se acercaba un hombre de cabello negro con papeles en sus manos, se los entregó al instructor y se retiró hasta donde estaban su escuadrón después de informarle en susurros la situación.
— Si lo confiesas, podemos evitar que te fusilen— Un gran hombre de cabello castaño habló acercándose al centro, su mano yendo al arma en su cintura.
Hyejoo tragó en seco sintiendo la gran presión y el miedo que crecía en su interior. La Policía Interna tenía acceso a esa clase de armas para la protección exclusiva del Rey, sin embargo, ante la repentina guerra que estaban viviendo, incluso ellos como tropa estaban siendo instruidos para poder usarlas de manera adecuada. No le gustaba para nada sinceramente, su puntería era demasiado mala, y además sentía que era aún más peligroso usar un arma de fuego que un cuchillo o algo similar.
Podía protegerse de las cuchillas, esquivar y desarmar a sus enemigos sin provocar mucho daño, solo dejándolos fuera de combate. Pero con un arma de fuego las cosas eran totalmente diferentes, un solo disparo acababa con la vida de una persona, y realmente Hyejoo no tenía intención alguna de hacer algo así.
Vivi tomó su mano con disimulo al notar el gran pánico en que estaba entrando, le sonrió un poco y se aseguró de hacerle saber que estaba ahí con ella. Hyejoo lo agradeció infinitamente, realmente creía que en cualquier momento iba a desmayarse, o llorar.
— ¿No? — La sonrisa burlona del hombre aumentó la tensión en el ambiente— Muy bien. Si no vienes, iremos por ti.
Un movimiento de mano fue suficiente, dos hombros gigantes comenzaron a acercarse a pasos tortuosamente lentos. Pero eso no fue lo que la puso nerviosa, lo que la puso casi a llorar fue que ellos caminaban en su dirección.
¿Por qué mierda caminaban en su dirección?