En medio del abismo

By Kashmey

855 494 115

Gray Village es el único reino restante, conocido como el abismo. Desde hace más de cien años han decidido in... More

Nota de las autoras
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Andrew's Rolling Stoned
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6 - PARTE I
Capítulo 6 - PARTE II
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Andrew's Rolling Stoned
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Mapa Gray Village
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24

Capítulo 25

3 1 0
By Kashmey

DESMOND

Domingo veintidós de Agosto y estoy con una resaca de los mil demonios. Saludo a algunos nobles con cortesía mientras pasean por la feria, este año conmemorativa. Una preciosa bandera del reino está a media asta, es un día para recordar a los caídos. Sé que se está haciendo una en cada bloque, pero la más importante es la del Centro, en donde la reina da su discurso. Años anteriores, la feria era rotativa, es decir se escogía un bloque anualmente para celebrarla, pero este año decidieron hacer la principal aquí y evitar cualquier ataque, considerando la cantidad de guardias que ocuparán.

Arnoldito no es tan estúpido, después de todo.

Estar en la recta final del mes aumenta la presión, lo sé porque Arnoldo ya comenzó con sus crisis de insomnio. Toda la noche camina por la casa y habla solo, preparando sus discursos, sus mandatos, toda la mierda de su trabajo. No quiero terminar como un viejo loco.

Bebo un poco más de mi copa de alcohol, mientras Eva sostiene una sombrilla para mí. Es silenciosa, lo ha hecho bien, es cuidadosa y mantiene una línea de respeto adecuada. Winter ya la ama y eso dice bastante, si ella confía en la chica, nosotros también podremos hacerlo.

—¿Quiere otra copa, mi señor? —inquiere.

Me termino en un gran sorbo la copa que tengo en mis manos.

—No soy un inútil, pero gracias, Eva.

Camino hacia el cóctel del Bar central y tomo otra copa.

—Suma eso a la cuenta de la familia Basile.

Mamá ha estado por allí haciendo vida social, aunque no es su fuerte. Es una mujer muy tímida y sé que estás situaciones la ponen nerviosa, pero siempre pone su mejor faceta para enfrentarlo. Arnoldo la sigue y la muestra orgulloso, sigue diciendo que mamá fue su más grande logro. Detesto que hable de ella así, como si fuese un objeto que hubiese ganado en una subasta.

Veo una figura acercarse a mí con pasos lentos, va vestido de traje negro y lleva sus clásicos guantes puestos. Camina con más cautela de la usual, con una de sus manos posadas a un costado de su abdomen. Lamentablemente no pienso nada coherente cuando noto que su mirada va fija en mi rostro, como si estuviera batallando en reconocerme, pero sé que lo hace, este hombre jamás olvida rostros. Su negocio es conocido por todos acá, su tienda es una de las más famosas. Cualquiera que quiera tener muebles decentes en casa debe pasar por su tienda, aunque no los fabrique él, lo hacen los miembros de su familia.

Se dice que para lograr esto, debió abandonar a otra parte de su familia y que lo hizo sin mirar atrás. Muchos lo admiran, es un hombre, además, interesante. Es misterioso, no muy hablador, pero a la vez es gentil. Una cicatriz cruza el largo de su rostro, desde la frente, pasando por la nariz hasta su mejilla. Tiene al menos veinticinco años, es uno de los hombres más codiciados de la burguesía del Centro.

Algo me indica que si alguna noble lo pudiera cazar como amante, también lo intentaría, pero estaba en boca de todos qué tan importante para él es el honor y la familia. En los bares bajos todas las mujeres y los hombres comentan con sorpresa que siga soltero, incluyéndome.

Cuando llega a mi lado, se inclina a forma de saludo y hace lo mismo con Eva, quién parece sorprendida de su consideración.

—Señorita —saluda con una voz grave que estoy seguro, que hace que Eva casi se desmaye. Sus oscuros ojos se posan en mí—. Señor Desmond Basile.

—Honorable Cleavon —saludo, probando su nombre en mis labios—. Siempre es bueno verte, hombre.

Una sonrisa quiere instalarse en su rostro, pero la reprime.

—Es un gusto volver a verlo, hace algún tiempo que su familia no pasa a comprar a mi tienda.

—Oh, mamá lo hará muy pronto, créeme.

—Es bueno saberlo.

—¿Todo marcha bien en la tienda? ¿Tu familia está bien?

—Todos un poco asustados con lo que ocurrió en el baile, tuvimos algunos familiares un poco... heridos, pero lo estamos superando.

—Puedo imaginarlo, fue aterrador.

Sus atención se posa en Eva, que no puede mantener el contacto visual con Cleavon. Alzo mis cejas, esa cabecita está casándose con Cleavon veinte veces, con pensamientos indecorosos de por medio, me arriesgaría a decir. Aunque, ¿qué cabecita no pensaría en escenas indecorosas teniendo a Cleavon adelante? Tiene un magnetismo peculiar, aunque sólo parece atraer y nada parece atraerlo.

—¿Cuándo te casarás? —pregunto.

Eso, directo al grano.

Eva se sobresalta y enrojece; acerté, ella estaba pensando en lo mismo.

—Suena como mi madre. —Se ríe un poco— Aún no he encontrado a la mujer.

—No pensé que fueras de los que buscan a alguien especial.

—No soy particularmente un fiel creyente en el matrimonio como una institución. —Sonríe— Sólo creo que, si compartiré mi vida con alguien, será por amor, no por un acuerdo monetario o de posición social.

—Y eres un romanticón —digo, sorprendido.

—No soy un hombre frágil. Hablar de amor no me hace menos hombre, esperar por él tampoco. —La forma en que arregla sus guantes me distrae a mí y a Eva— ¿Usted no se casará?

—Estoy viendo —murmuro.

Es una mentira pequeña y vil, pero deben creer que tengo a alguien en mente, aunque no sea así.

—Estoy seguro de que la persona que escoja, será muy afortunada, Desmond.

No sé si Finner me dejó paranoico o sus palabras tienen una doble intención. Sacudo mi cabeza, Cleavon no podría saberlo.

—Un placer verte, Cleavon.

—El placer es mío.

Cleavon se inclina una vez más y se va hacia la entrada de la feria, en donde se detiene a hablar con unas mujeres que parecen estar deseosas de cazarlo. Las entiendo, si yo pudiera... En fin. Le dirijo una mirada a Eva, que se abanica el rostro de forma disimulada.

—Es guapo, ¿no?

Se sobresalta.

—Material de esposo —vuelvo a decir.

—Material de hombre —dice ella en voz baja.

No puedo evitar reír por su comentario, es claro que está afectada. Cleavon aparece muy pocas veces, no se le ve muy seguido, pero cuando lo hace, causa estragos. Habrán bastantes corazones rotos si llega la mujer a la que le entregue su corazón.

—¿Cómo se hizo la cicatriz? —inquiere.

—Lo conozco desde hace un tiempo, le pregunté al menos unas tres veces, pero jamás me quiso responder.

—Lo hace ver sexy —se le escapa.

Relamo mis labios, mirándola divertido, mientras ella enrojece aún más.

—Tú y yo seremos buenos amigos, Eva.

El resto de la tarde la pasamos recorriendo la feria, es aburrido. Hay que mantener un estándar de cortesía que me tiene hasta la coronilla, no quiero seguir lidiando con esto. Eva, por otro lado, está en las nubes desde Cleavon.

Me detengo junto al puesto de tiro del aro. El aro debe caer sobre una de las botellas, por algún motivo nadie le acierta. El premio es un licor a elección, así que no dudo en comprar tres intentos.

—¿No vendrá tu amiguito? —consulto, sonando casual.

Eva me observa con interés.

—No es alguien de quién temer —murmura—. Y no, no vendrá.

—Él parece alguien de quién temer. —Lanzo la primera argolla, pero fallo de forma vergonzosa— ¿Cómo me conoce?

—No puedo dar esas respuestas, porque no las tengo en su totalidad. —Pasa saliva con dificultad, una parte de mí confía en que está siendo honesta— Sé que conoce a muchas personas nobles de Gray Village, pero si no confiara en ti... yo jamás habría llegado a tu hogar.

Lanzo la segunda argolla, al parecer Eva no sabe más, pero podría ayudarme a llegar a él. Además, me gusta que me trate de "tú" y no de "usted", significa que nuestro pequeño polluelo comienza a tomar confianza en este humilde servidor. El segundo tiro, lo fallo.

—Evita, ¿y podrías concertar una reunión con él?

—No puedo. —Juega con sus manos, nerviosa— No por él, pero su entorno no es seguro.

—¿Qué me recomiendas, dulzura?

—Ignora que existe, ignora que te conoce.

—Estoy limpio de cualquier mierda, la única suciedad que poseo es alcohol y lujuria. ¿Es negativo?

Eva se ríe un poco.

—No lo creo.

No me permito relajarme al respecto, pero pretendo que sí lo hago. Soy consciente de que ya no puedo ignorar su existencia y toda su existencia grita: ¡Peligro! ¡Danger! Lamentablemente, me llevo bastante bien con aquella palabra, lo suficiente como para sentir de forma ligera la decepción de no verlo.

¿Será una especie de sicario? ¿Un investigador privado?

Basta, controlate.

El tercer tiro lo acierto de una forma espectacular, diría que colosal, grandiosa, heroica. El hombre del puesto, de mala gana me entrega el licor que elijo después de una larga meditación. Le ofrezco un trago a Eva, que niega con lentitud.

—Quiero volver a agradecerte —murmura, después de unos segundos—. Creí que eras alguien que me dañaría, pero pareces decente.

—No ando por allí dañando personas, Eva. Por algo soy el hijo pródigo de esta ciudad, ¿no? Después del príncipe Andrew, claro.

—No sabía que lo eras. ¿El hijo pródigo de la ciudad tiene permitido ir a ese tipo de lugares?

—No, cariño, y ese será un pequeño secreto entre tú y yo.

Seguimos caminando por la feria, luego veo a Arnoldito y su barriguita subirse al centro de la elegante tarima, su cabeza calva refleja el sol, siendo capaz de cegarme. Apenas lo veo abrir la boca para pronunciar la primera palabra, me aburro. Mierda, ese hombre sí que sabe cómo hacer miserable a las masas.

Me concentro en Eva, que mantiene el ceño fruncido mientras escucha a mi progenitor. Entonces la resaca me permite tener un momento de claridad, mi dulce polluelo es de un bloque.

—Querida, ¿cómo fue exactamente que llegaste aquí?

Eva de pronto frunce sus cejas y vuelve a parecer un cachorro asustado. Las lágrimas llenan sus ojos, pero no derrama ninguna, algo que honestamente, admiro.

—Mi padre tenía demasiadas deudas, su acreedor lo perseguía todo el tiempo.

—¿Y él decidió venderte para pagarlas?

—Lo obligaron, él es un hombre bastante mayor y tiene enfermedades graves. —Cuando baja la mirada algo nace en mí de querer consolarla, soy consciente de que no estoy cerca de entender lo que siente ni su vida, pero su tristeza es conmovedora— Lo golpearon hasta casi matarlo, me sacaron de mi habitación entre tres hombres y me trajeron aquí, así le trabajaría a aquel hombre, mi trabajo sería vender mi cuerpo, y el dinero sería para él.

Medito sus palabras, yo he contribuido a pagar lugares así por años y jamás cuestioné... Dios mío, la resaca me está matando.

—¿Quién es el noble? —inquiero.

Si le quité a su trabajadora, tendremos problemas. Nada que una bolsa de dinero no pueda solucionar.

—Ese es el problema, no lo conocemos —murmura—. En los bloques claramente no negociamos con los nobles directamente, tienen a personas que se encargan de sus negocios allí y también de ejecutar las deudas que puedan haber.

—Son intermediarios —susurro—. Una mierda inteligente.

—¿Y si el viene por mí? ¿Me ayudarás?

—Ya me metí en esto, suelo renunciar con facilidad si mi dulce vida corre riesgo, pero intentaré mantenerte bajo mi encantadora sombrilla el tiempo que pueda —le digo, siendo honesto, algo en su fragilidad... Me recuerda a mí—. Para eso, Eva, debes mantenerte leal a tus servicios conmigo, es el único precio que conlleva mi amistad.

—No conocerás a nadie más leal —asegura.

¿Soy un estúpido por confiar? Algo en mi interior me grita que no lo soy y ello me mantiene tranquilo, de alguna forma.

—¿Qué hacías en los bloques?

—Con papá trabajamos un campo, bueno trabajábamos. Vendíamos verduras en el mercado azul, es uno de los más grandes del bloque Oeste.

—¿Tienen más mercados?

—Uno rojo, pero no te recomendaría entrar ahí. No es un lugar para personas honorables.

Voy a preguntar el motivo, pero un estruendo me distrae. De pronto, la multitud está hecha un caos, me empujan hacia un lugar sin que siquiera yo pueda mover mis piernas en la dirección contraria. Eva toma mi mano y tira de mí intentando que sigamos juntos, pero la muchedumbre dificulta el trabajo. Mi corazón se sube a mi puta garganta cuando veo flechas pasar en dirección a la tarima, alcanzo a ver a papá bajando de ella a toda velocidad con guardias resguardando su alrededor.

A lo lejos mujeres y hombres sobre caballos entran a toda velocidad, de pronto toda la feria está en llamas y todo se vuelve una guerra campal. Los recuerdos del baile inundan todos mis pensamientos y de pronto, siento que moriré allí.

—¡Debemos irnos! —grita ella.

—Moriremos aquí,

TIro de la mano de Eva, sé en qué lugares nos esconden con gusto, pero para ello requerimos salir de aquí. Los guardias luchan contra personas enmascaradas, mi pulso se descontrola lo suficiente como para que mi respiración irregular me ahogue cada segundo un poco más. Nos estrellamos contra otros cuerpos, pero no dejamos de avanzar, la salida es la única opción. Escucho el murmullo de la guerra a nuestro alrededor, gritos desgarradores, instrucciones y mi propia mente gritándome que debo correr hasta un lugar seguro.

Un hombre en caballo nos detiene y amenaza con matarnos con su espada, pero algo en mí se activa y es como si todas las clases que tuve en algún momento con Arnoldo, junto a guardias reales, se activa. Algo útil ha hecho mi padre por mí, porque no dudo en tomar una espada que se encontraba cruzando el abdomen de un anciano y corto el cuello del caballo, ocurre de forma tan rápida, tan inconsciente, que sólo cuando veo al hombre caer sobre el caballo que cae rendido al suelo, siento que he cortado mi propia piel.

Mamá me crió con caballos, si hablamos de animales a los que estimo con mi alma y corazón, hablaría de los caballos. Son animales puros y cuando no están domados, son libres. Mi corazón podría haberse detenido, mi garganta se siente abierta de par en par, desgarrada, como si de pronto, hubiese terminado de asesinar al Desmond que alguna vez fue un niño, que alguna vez fue puro y quien se aferraba a su verdadera identidad. Creo que el verdadero yo, acaba de morir, cuando junto al caballo, cae mi espíritu y no sólo él está muriendo, porque mi piel abierta de par en par grita que este ha sido mi fin.

—¡Desmond! —grita Eva, intentando moverme, pero es tarde— ¡Desmond! ¡Vienen más hombres por nosotros!

No logro reaccionar cuando mi mente se mantiene en una agonía y duelo fatal, el dolor de cabeza de la resaca parece martillar mi cerebro, incluso mi cráneo. Sólo un hombre logra sacarme de mi trance, se acerca con tanta violencia que me hace trastabillar, pero no me ataca a mí primero, sino que golpea a Eva con una bestialidad impropia, dando a puño cerrado no sólo un golpe, sino que más de 10, repartidos entre su rostro, estomago y pecho. Mi sentido protector me impulsa a golpearlo, pero pronto me veo atrapado entre tres hombres sujetándome.

El líder de ellos, la bestia que dejó a Eva inconsciente, sostiene mi rostro con sus guantes negros. Sus ojos reflejarían la claridad, pero sólo hay infierno en ellos.

—Este es, Desmond Basile. Prepárate para salir de tu burbuja de privilegio.

—Yo no he hecho nada.

—No tenías que hacerlo —dice con simpleza.

Lo último que sé, es que una puntada que podría terminar por asesinar mi cuerpo físico me hace caer en la inconsciencia, ese recuerdo similar a estar borracho hasta el punto de vomitar y caer dormido de la nada, viendo el mundo tornarse oscuro, puntos de oscuridad apoderándose de toda la visión sangrienta de hijos matando a hijos, pero principalmente, a una inocente que confió en que podría protegerla, pero como siempre, puedo llegar a ser tan inútil como Arnoldo.

Cuando la inconsciencia llega, la guerra también estalla.



***

Continue Reading

You'll Also Like

53.2K 5.2K 103
Solo después de morir, Fu Zhiyu se dio cuenta de que el mundo en el que vivía resultó ser una novela. Está Historia no es mí 🚫 todos los derechos a...
16.4K 1K 17
-𝘓𝘢 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘢 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘢 𝘦𝘴 𝘮𝘶𝘺 𝘭𝘪𝘯𝘥𝘢.. 𝘌𝘯𝘵𝘳𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘢 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘢 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘦𝘴𝘤𝘶𝘦𝘭𝘢 𝘧𝘶𝘯𝘥𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘢𝘭 𝘱𝘢𝘱𝘦...
62.3K 9.1K 24
«Mi futuro marido sabe todo de mí... yo solo sé que cuadruplica mi edad, y que pertenece a una especie que podría matarnos a todos» Libro de la saga...
474K 50.5K 62
Esta es la historia de una mujer que intentaron casar con muchos lords, pero que se enamoró de muchas princesas. ~~~ Monarca es la historia de la pri...