Capítulo 21

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ZARA

No esperé estar tan pronto de regreso en el castillo, tampoco esperé que Andrew me envolviera en sus brazos como si su vida dependiera de ello. Me dejo consumir por su calor, lo abrazo con la misma fuerza, tengo miedo de que le haga daño.

Declan espera afuera de la puerta, la cual cerró con una sonrisa cómplice.

Andrew... cómo decirle que no, cuando me mira a los ojos, ya sin fuerzas, necesitando un escape, pidiendo con el corazón, que le ayude a no caer, y encontrar una solución al dolor de nuestro pueblo, de tan solo verlo en este estado... Podría caer de rodillas, pero como Declan mencionó, debo ser la fuerza que él necesita, su apoyo. Y lo seré, aunque mis brazos sean débiles para sostenerlo, no lo dejaré caer.

—Necesitaba verte —murmura—. Necesitaba saber que estás bien.

Sin formalidades, lo suficientemente directo para hacerme sonrojar. Él ya viste su traje, lo observo de arriba hacia abajo, se ve guapo. Quiero decírselo, pero la vergüenza es mayor. Siento todo mi cuerpo arder con tan solo pensarlo, que atrevida estoy siendo.

—Se te salió solo un botón —observo—. ¿O es algo más?

—Era lo de menos, Zara. —Sus manos toman las mías con delicadeza— Sólo quería verte.

—¿Está bien? —Sus ojos grises escrutan mi rostro—. ¿Príncipe?

—Lo estoy, ahora lo estoy.

Nos quedamos en silencio, solo sujetando las manos del otro, dejando un espacio prudente entre nosotros. Él lo nota y da un paso hacia mi, para envolverme otra vez en sus brazos.

—He tenido que dar mis condolencias a tantas familias —susurra en mi oído, con suavidad, como si le pesara hablar—. Mi alma ya no aguanta más, me siento derrotado.

—Príncipe...

—Andrew, Zara, lo hemos hablado.

Lo hemos hecho, pero los nervios no me dejan pensar. Dios, qué vergüenza

—Andrew, no... Creo que puedes con esto —murmuro—. Eres una de las mejores personas que he conocido en mi vida. Todos en el reino lo saben.

Él se mantiene en silencio, pero se aleja un poco de mí, haciéndome extrañar su calor al instante.

—Verte bien, saber que estabas a salvo, sin ningún rasguño, me reconforta un poco.

Su pesar no desaparece, algo lo ha estado perturbando, tiene ojeras, como si no pudiese dormir hace días.

—Creo que eres el sol que ilumina mis días. —Suspira— Puedo sonar como un loco enamorado, pero realmente iluminas mis días grises, haces que las nubes desaparezcan.

—Entonces no era trabajo. —Sonrío.

—Sólo quería verla, señorita Zara. —Su sonrisa también podría iluminar mi mundo— He tenido días difíciles.

Quien como él, yo creo que ahora podré decirle: Señor botón.

Andrew me señala su pequeña mesa, nos sentamos allí.

—Declan tiene cubierta tu visita, no habrán rumores, mi madre no se enterará. Estarás a salvo.

Me siento frente a él, sus manos se mueven en la mesita, acercándome un poco de los dulces que son sus favoritos, lo sé porque él siempre los tiene cuando he venido, camina por el castillo con el pequeño platillo y come.

Pruebo uno polvoreado en algo blanco, es dulce y viscoso, pero es una delicia. Abro mis ojos, la explosión de sabores dulces en mi paladar es increíble, el manjar es muy distinto al que comemos en el bloque.

En medio del abismoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin