Cúrame ▪︎ MISHO AMOLI

By chiarasmt

124K 10.3K 1.8K

**TRES PARTES JUNTAS** Primera parte: "Cúrame" - Terminada Segunda parte: "Ódiame" - Terminada Tercera parte... More

PRIMERA PARTE: CÚRAME - Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21 🔥
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
EPÍLOGO
SEGUNDA PARTE: ÓDIAME - Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8 🔥
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20 🔥
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Epílogo
TERCERA PARTE: MÁTAME - Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 3

4K 343 75
By chiarasmt

...nada e' normal contigo, baby, tú eres especial. To's mis dolores cómo los supiste anestesiar desde que te conocí vi tu potencial...

🪐

- ¿Desde cuando sois tan amigas Marga y tú? -Misho se colocó detrás de mí aunque su voz no me sorprendió ya que lo vi acercarse por el reflejo del cristal.

- No somos amigas -recalqué -, pero admito que soy un poco maruja y que me aburro mucho y cuando no tengo nada que hacer me bajo a su casa a merendar y ayudar a sus hijos con las clases y los deberes y nos ponemos al día.

- No dejas de sorprenderme -se llevó el vaso a la boca y bebió agua mientras sus ojos se desviaron hasta mi trasero.

- Para que veas, soy mucho más que una chica insoportable y escrupulosa -se lamió el labio inferior reprimiendo la risa -. Y deja de mirarme el culo que te estoy viendo a través del cristal.

Tosió nervioso y levantó la mirada, me di la vuelta y tras guiñarle el ojo comencé a caminar dejándolo con la palabra en la boca. Bruno, el tercer hijo de Marga, estaba celebrando su fiesta de cumpleaños en la urbanización y acudí sin tener expectativas. Aunque todo empezó a cobrar sentido cuando vi a Misho, a Nil y a Javi sentados en unas sillas de plástico blancas hablando con los chavales. Por lo visto ellos sí sabían quienes eran y aunque la tentación me mataba, me resistí a buscarlos en YouTube. Javi no era conocido, ni siquiera había hablado con él, pero él era el motivo de que se comprasen un piso en Barcelona. Su novia vivía aquí y de los tres era él que más tiempo pasaba aquí. No busqué a Misho en YouTube ni Twitch, pero un día me topé con su perfil, me vio las historias de Instagram y por morbo me metí en su perfil y lo cotilleé de arriba a abajo. Me sorprendió muchísimo porque para nada me lo esperaba así, sus outfits eran una puta locura, tenía estilazo y muy buen gusto.

- Vas al gimnasio, ¿no? -se colocó a mi lado, mordí el borde del vaso de plástico y asentí con la cabeza.

- ¿Por qué lo preguntas? -arqueé una ceja.

- Porqué tienes un culo... -le puse la mano en la boca y negué con la cabeza.

- No voy a hablar de mi culo contigo, lo siento. Cuando quieras quedamos y vamos juntos al gym, pero mientras tanto quédate con la palabra en la boca.

Me senté en una de las sillas y miré a mi alrededor, vi a un par de alumnos míos mirarme demasiado. No me apeteció en absoluto que me vieran hablando con Misho y menos que me vieran mirarle de la forma en la que lo hacía porque sabía que en clase me sacarían el tema con la excusa de perder tiempo. Y yo no estaba nunca por la labor de que me sonsacaran mi vida personal, bastante tenía con que me siguieran en Instagram y encontrármelos los sábados de fiesta.

- ¿Por qué hablaste con Marga sobre mí? - quise preguntárselo varias veces, pero nunca me acababa de atrever a hacerlo y aquel día llevaba un par de cervezas de más y a la mínima se me iba la vergüenza y comenzaba a hacer preguntas absurdas y a decir tonterías.

- Empezó ella contándome lo maravillosa que eres, todavía estoy esperando a ver a esa chica que me describió -aquella sonrisa burlona que tantos sueños me robó reinó sobre su rostro.

Le di un golpe en el pecho y él empezó a reírse. Hasta yo acabé riéndome porque en el fondo tenía razón, con él me transformaba, era completamente otra persona. Me ponía a la defensiva por miedo a que se me notase que me gustaba, pero lo cierto fue que así se me notaba mucho más.

- Dame tiempo y si te lo ganas quizás la conozcas -me acabé el tinto de verano y me levanté para servirme más.

- ¿Estás muy lanzada o me lo parece a mí? -me miró confuso, reí ante la cara que puso.

- Es el alcohol -me excusé -. Creo que no debería beber más -dejé la botella sobre la mesa y cogí una pequeñita de agua -. Oye, aprovechando que tus amigos están ocupados con los chavales, ¿te apetece que vayamos a la piscina?

- Apetecerme me apetece, la cuestión es si tú quieres -se acercó a mí, retrocedí varios pasos al sentir su presencia tan cerca.

- No te lo hubiera propuesto si no -me mordí el labio, él giró la cara apartando la mirada.

Le miré durante unos segundos, miré a nuestro alrededor y todo el mundo parecía distraído. Caminé hasta la puerta, él me seguía algo rezagado. La piscina climatizada no quedaba lejos, solo había que caminar por un pasillo estrecho y llegar hasta la última puerta. Conforme entré sentí que nada bueno iba a salir de allí y lo peor de todo fue pensar que fui yo la que le propuse salir de aquel cumpleaños y bañarnos en ropa interior y juntos en la piscina.

Misho cerró la puerta con llave y la dejó puesta para que desde el otro lado no se pudiera abrir. Me chupé los labios sintiendo la adrenalina ascender por mi cuerpo. Me encontraba situada de espaldas a él, pero noté como se estaba quitando la ropa y segundos más tarde se escuchó como se tiró a la piscina. Me senté en una hamaca y me quité los zapatos, él estaba apoyado en el bordillo, mirándome fijamente.

- ¿Puedes darte la vuelta? -le pregunté, pero no se le vio por la labor de hacerme caso -. Los stripteases los cobro aparte -bromeé.

- Pensaba que no tenías sentido del humor -chasqueó la lengua y yo reí.

- Para que veas, insoportable, escrupulosa, maruja y a veces graciosa -alcé las cejas y él asintió -. Date la vuelta, por favor.

Puso los ojos en blanco, pero acabó dándose la vuelta. Me quité los vaqueros y el jersey y caminé hasta las escaleras. El agua no estaba fría, sino todo lo contrario, estaba más caliente que nunca. Me metí despacio hasta sumergirme por completo, nadé hasta donde él se encontraba deseando ver que nos iba a deparar la velada.

- Agradezco que seas tan alto en estos momentos -lo abracé por detrás, rodeando su cintura con mis piernas -. Haces pie en toda la piscina.

- Ventajas de ser un vikingo -se mofó.

En algún momento nos escuchó a mi hermana y a mí hablar de él, fue como si estuviera siempre presente a pesar de no estar. Sentí que mi intimidad estaba siendo invadida, pero no me importó porque se trataba de él.

- He visto que tienes 31 años, ¿qué cojones haces para conservarte tan bien? -le acaricié los hombros, sentí como se tensaba.

- ¿Me estás llamando viejo? -se hizo el ofendido.

- Todo lo contrario, no aparentas la edad que tienes -apoyé mi cabeza en su espalda y él comenzó a acariciar mis piernas.

No sé en qué momento pasamos a estar así, fue como si nos conociéramos de toda la vida y tuviéramos una confianza brutal el uno con el otro, sentí que algo entre nosotros había conectado. Y aunque seguía habiendo cierta hostilidad, todo fue fruto del tonteo que teníamos, los vaciles y los piques, pero dejando todo eso atrás, él y yo podíamos tener una conversación perfectamente en la que los temas fluían y nunca se acababan. En él encontré como una especie de refugio, del cual no quise salir porque me estaban valorando, me estaban dando mi lugar y sobre todo, me estaba sintiendo especial.

- ¿Tú cuántos años tienes? -se interesó.

- Veinticinco, aunque en abril cumplo veintiséis -dije con desgana.

- Tampoco los aparentas -sus manos seguían en mis muslos y no fui consciente de que las yemas de sus dedos estaban acariciando mi piel.

Me solté de él y me sumergí en el agua, me colé entre su cuerpo y la pared de la piscina y salí a la superficie para quedar cara a cara. Apoyé mi espalda en la pared, mientras que mis ojos conectaron con los suyos. Pegó su cuerpo al mío, haciendo que mis piernas volvieran a rodear su cuerpo. Apoyó sus manos en el bordillo, a ambos lado de mi cara, sentí su respiración muy cerca, tanto que mi corazón comenzó a latir más rápido.


Mi respiración se volvió irregular, sentí unas ganas tremendas de lanzarme y besarlo, pero dar el paso me dio pánico y esperé a que él lo hiciera, si es que quería hacerlo. Porque las dudas inundaron mi mente y acabaron por confundirme. Acaricié su piel, siguiendo el tacto de sus tatuajes, me perdí en la tinta de su piel mientras él acariciaba mi mejilla. Me apoyé en su pecho y cerré los ojos mientras comenzó a acariciarme la espalda.

- No me había dado cuenta hasta ahora -dijo con la voz entrecortada.

- ¿De qué? -pregunté nerviosa.

- Nada déjalo -le salió un tono de voz ronco, debido a los nervios.

- Todo da igual -suspiré.

Permanecimos en aquella posición durante unos cuantos minutos, aunque a mí el tiempo se me pasó volando. Estuve pensando en cómo habíamos terminado así y por mucho que intentaba buscar una solución no fui capaz de encontrar respuestas. Fue como si en cuestión de segundos todo hubiese cambiado y pasamos a ser dos desconocidos con muchas ganas de conocerse. La confianza llegó para quedarse y aunque ya había pasado más de un mes desde la primera vez que nos vimos, sentí que había pasado muchísimo más tiempo. Realmente estaba pasando lo yo había imaginado tantas noches antes de dormir, aunque mis pensamientos se iban hacia otro lado en cuanto me daba por hacer volar mi imaginación. Y acababa con una calentura encima que no se podía explicar.

- Gracias -murmuré separándome de su cuerpo.

- ¿Por? -se mostró confundido y yo reí porque nunca supe explicarme bien, solo lo hacía en clase y porque me encantaba mi trabajo.

- Por este rato, no sabía que necesitaba un abrazo aunque haya sido tuyo -me tiró agua a la cara en cuanto escuchó las últimas palabras.

- Con lo bonito que te estaba quedando -dijo él, yo reí.

- Si quieres te escribo un poema y te lo paso por debajo de la puerta -le guiñé el ojo y él comenzó a reírse.

- Mejor que sea un anónimo en forma de amenaza diciéndome que me vas a matar -bromeó.

- Eres un caso aparte.

- Puede, pero te estoy haciendo reír y por primera vez veo que te lo estás pasando bien sin pensar todo el rato. Estoy viendo luz en tu mirada -asentí con la cabeza dándome cuenta de que tenía razón.

Me dejé llevar y disfruté sin pensar todo el tiempo en que era lo correcto y que no. Fluí con él y me lo pasé bien sin ponerme a la defensiva, sintiendo que había encontrado a alguien especial.

- Supongo que tienes razón, la verdad que hoy ha sido un día muy guay, sobre todo este momento -me encogí de hombros -. Siempre consigues que desconecte de todo.

Nos quedamos mirándonos, sintiendo que el tiempo se detenía. Sonreí al sentirme bien, por primera vez tras la ruptura con mi ex sentí que un tío podía ser buena compañía y qué podía pasármelo bien sin estar pensando todo tiempo en que acabaría haciéndome daño.

- ¿Salimos del agua? -propuse, él asintió con la cabeza.

- Quédate aquí, voy a por un par de toallas.

Se separó de mi cuerpo y se colocó a mi lado, me miró durante un par de segundos y salió de la piscina. Me di la vuelta para mirarlo, apoyando mis brazos en el bordillo. El agua resbalaba por su cuerpo, me mordí el labio mientras mi imaginación volaba alto. Sus boxers eran blancos y en cuanto se girase no iban a dejar espacio para imaginarse nada. Todo se acabaría transparentando. Aparté la mirada, por respeto supongo, en cuanto comenzó a caminar hacia mí. Estiró la toalla a la altura de su cara, tapándole la visión.

- Puedes salir, no estoy mirando -dijo con nerviosismo.

Y viendo como era, conociéndolo y viendo el respeto que demostró aquella tarde, no me hubiera importado que me mirase. Me di la vuelta y él cubrió mi cuerpo con la toalla. Caminé hasta la hamaca y me senté.

- ¿Tienes algo que hacer esta noche? -pregunté y él negó.

-¿Quieres que vayamos a cenar? -asentí.

- Por cierto, me gusta mucho tu estilo -Misho alzó una ceja, rodé los ojos ante su forma de mirarme.

- Ya veo que no soy el único que stalkea -vaciló.

- Me gusta stalkear a la gente que me stalkea -traté de defenderme.

- 1 - 1 -negué con la cabeza.

- En este juego, de momento, vas perdiendo, Misho.

- Yo siempre gano -se agachó hasta estar cara a cara -. Siempre.

- Te aseguro que conmigo, vas a ganar, sí, pero vas a acabar perdiendo porque en este juego yo voy a perfeccionar las reglas.

...

Continue Reading

You'll Also Like

67.2K 3.5K 35
Becky Davies sigue la tradición de ir el verano a la casa de los Fisher pero este lo cambia todo. Debe enfrentarse a una noticia que la destroza por...
11.9K 842 20
This love is good This love is bad This love is alive back from the dead ̖́ ‧♡ para Leah no era fácil ser la hermana mayor de belly y Steven sumá...
557K 75.4K 45
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
107K 5.9K 40
Siempre he sido solitario. Nunca sentí la necesidad de ser respaldado por alguien, quitando a mi padre, que es el único ser humano, que en mayor o me...